quarta-feira, 18 de abril de 2018

LA BEBIDA DEL PODER (experiencia con la Ayahuasca)


             Cuando uno consigue sacar su visión de la rutina,
la vida real se muestra a sí misma mucho más fantástica
que la más imaginativa de las ficciones.

A todos los esforzados guerreros y guerreras de la Vida, maestros, amigos, amigas, camaradas...
y al Pueblo Brasileiro, que desborda mi corazón.
 
 
1- EL CIELO Y EL INFIERNO
   
   -¡Ché!- gritaba el médico argentino, su voz totalmente embriagada por el espíritu de Marte -¿Cómo voy a contar ésto a aquellas minas de Buenos Aires? ¡Es demasiado diferente, loco! ¡Nadie se lo creería!-
   - Pues claro que no... no hay referencias posibles para quien no haya conocido la Selva y la Ayahuasca... la gente "normal" vive en otro mundo allá afuera, casi en otro planeta... -pensé yo, mientras lo veía erguirse sobre el tronco del gigante vegetal abatido, desbrozando a machetazos las últimas ramas, con tal sensación de victoria en su rostro chorreante de negruzco sudor, que pareciera que lo que yacía a sus pies fuese un dragón feroz, sus siete cabezas decepadas, en vez de un grueso árbol de más de treinta metros de altura que dos días antes formara parte de un pedazo virgen de floresta amazónica, casi impenetrable, de tan tupida.
   Y que ahora más bien asemejábase a un campo de batalla, un infernal paisaje de devastación humeante y calcinada, donde sesenta hombres, tiznados como demonios, golpeábamos rítmicamente aún con nuestros machetes, haciendo picadillo los restos del gran bosque talado y quemado.
   Después de dos jornadas entregados a aquel brutal trabajo, nos encontrábamos casi completamente agotados; casi, porque todavía éramos capaces de extraer imprevistas reservas de energía de nuestro arquetipo interno de guerreros animosos, envueltos como estábamos en el trance de la destrucción, borrachos de fuerza, de orgulloso poderío y de competitividad, salvajemente alegres por la hazaña realizada, sintiéndonos superhombres, sin recordar apenas que la razón de todo aquel despliegue de potencia muscular y de determinación, que el motivo de toda aquella épica gesta, no era sino una rutinaria operación agrícola de despeje de selva para que fuera posible sembrar habichuelas al voleo.
   De regreso a Mapiá, las mujeres salían a recibir, cargadas con sus niños, a sus maridos e hijos mayores, y los abrazaban como a héroes que volviesen triunfantes de una batalla. Nos separamos, llenos de afectuosa camaradería viril, citándonos para reencontrarnos por la noche en el himnario, y cada uno fue dirigiéndose hacia su alojamiento.
   Yo era un extranjero visitante, un gringo que no tenía a nadie que celebrara mi vuelta del trabajo, así que limpié y puse en su vaina de cuero mi preciado machete, cogí ropa limpia y caminé hasta la apartada casa de los maestros, por detrás de la cual bajaba el barranco a un riacho transparente bordeado de verdores, mi lugar de baño preferido.
   Cuando estuve desnudo junto a la soleada orilla, con el cuerpo ardiéndome todavía de excitación, la sangre acelerada bajo la piel, se me vino de pronto encima el inmenso cansancio de la jornada y pensé que me iba a desmayar.
   Me dejé caer sentado en la arena, sobre las piernas entrecruzadas, y permití que mi cuerpo se relajara, mientras contemplaba las frescas aguas con un agradecimiento anticipado que casi llegaba a la adoración.
   De pronto me inundó el amor del espíritu del río a través del arquetipo interno de mi Anima, y sentí la intensidad integral, cien por cien viva, de aquel momento, y también que estaba siendo convidado por La Vida a disfrutarlo a tope.
   -Gracias, Señora... me acoja, me limpie, me acalme, me descanse...- musité con sensual devoción; y me entregué placenteramente a las aguas como a una dulce amante.
   Cuando, un rato después, aún me dejaba mecer por la suave corriente, sintiéndome gozosamente disuelto en ella, percibí que había momentos en que aquel lugar me parecía el Cielo en la Tierra, y otros, un infierno, un manicomio, un absurdo fin del mundo del que jamás sería capaz de salir.
   El Cielo era la maravilla de la floresta tropical envolviéndonos, aquel sol lujuriante que me incendiaba por dentro, el aire húmedo de la selva dorada respirándome, haciéndome comulgar por el aliento con todos los espíritus del agua y de los bosques.
   El Cielo eran los cánticos en el Templo cuando, al anochecer, todas las energías se juntaban sincrónicamente y confluían en aquella saeta de marcial devoción, enfilada con puntería hacia nuestro Yo Colectivo más alto.
   El Cielo era la esforzada armonía de las voces, la firmeza sinérgica de las filas de danzantes, expandiendo y expandiendo cada vez más su intensidad interna, sin concesiones al cansancio.
   El Cielo era el mágico momento en que la vibración colectiva lograba remontarse hasta las alturas del Astral Superior y conectar, en las fronteras de lo sutil, con alguna supraentidad de paz y sabiduría, que se derramaba ,entonces, sobre nuestras mentes, como una lluvia de amadas bendiciones, de caricias espirituales, de abrazos íntimos y apasionados del Alma Cósmica al corazón humano.
   ...El Infierno era la férrea, compulsiva, disciplina jerárquica de aquella comunidad ruda, primitiva, prepotente, machista y fanática; la rivalidad entre los aspirantes a jefecillos, la competencia entre los hermanos a ver quien demostraba ser (o parecer) el más esforzado hijo del Padre; la rigidez y reaccionarismo de muchas costumbres trasnochadas; la inquisición continua; el desprecio a la cultura de aquellas gentes exaltadas por el sentimiento del Poder que habitaba sus pechos, del Conocimiento Evidente Mismo manifestándose en sus mentes.
   El Infierno era la mentalidad extremista de los guerreros y guerreras, más firmes que amorosos, más preocupados por mortificarse y por pagar sus supuestas culpas pasadas que por corregirse, para luego perdonar y perdonarse, a fin de continuar viviendo en la armonía.
   El Infierno era también la violencia, la rabia y la rebeldía que me provocaba el rugiente conflicto interno entre una parte de mí, que despreciaba todo aquello y me urgía a recuperar mi libertad viajera cuanto antes, y otra parte mía, que me pedía constancia y paciencia, ante la intuición de que ésta iba a ser la Gran Aventura y la Gran Enseñanza de mi vida.
   El entorno era el Cielo. La Doctrina, los viejos Maestros, eran el Cielo, las miraciones dejaban entrever los Cielos. Pero el Infierno estaba, como siempre está, en la limitación, en la emocionalidad caótica , en el espíritu de comparación y en la soberbia ignorancia humana.
 
2- "SHAVASTIA"
   
   Aunque ya hacía un mes que estaba allí, me sentía apenas recién llegado. Pareciera que  tan sólo unos días antes me había despedido de mi compañera y de mis hijos en el aeropuerto de Brasilia, y, según veía elevarse en dirección a Colombia al avión que se llevaba con ellos a la mitad de mi ser,  la otra mitad, desgarrada, se iba envolviendo en una profunda crisis.
      Y, sin embargo, todo aquello había sucedido ya hacía cuatro meses, los cuatro meses más rápidos de mi vida.
   En el primero de ellos se dieron toda clase de condiciones para que yo dejara la comunidad donde había estado viviendo antes con mi familia. Estaba claramente rompiendo con todo el anterior ciclo de mi vida: Ni familia, ni amigos, ni comunidad, ni un hogar fijo.
    De nuevo, tras tantos años, solo conmigo mismo, un errante extranjero sin compromiso alguno. De nuevo, después de tantos años, caminante sin rumbo al borde de un vasto horizonte lleno de posibilidades.
     Y ya que estaba solo, y sin otra cosa que hacer, salvo contemplar el lentísimo fluir de mi tiempo, tan libre como vacío, aquel tiempo interminable que volvía a pertenecerme por entero, me dejé fluir en él y, en mi primer paso, me llegué hasta la ciudad de Goiania, en el centro del Brasil, donde moraba  aquel hombre feliz, lleno de Dios, que era Carlos Pacini.
   ...Por primera vez desde que conocía a Pacini, comencé a tomarme en serio el seguir efectivamente sus instrucciones: Me centraba con consciencia en el tercer ojo, entre las cejas, rindiéndome al comando del Padre Interno sobre mi mente, mi cuerpo y sus acciones.
   Obedecía las sugerencias del Hijo, que me llegaban desde el corazón en forma de espontáneas intuiciones cargadas de sentimiento fraternal, generoso y desapegado, y no permitía que las conveniencias de mi razón las manipularan ni modificaran posteriormente; con lo que facilitaba que lo mejor de mí saliese de mí.
   También canalizaba tantricamente hacia lo alto la energía de la Madre, la fuerza vital generatriz de formas de mi sexo, sin desperdiciarla en derramamientos externos.
   Vivía así en digna soledad y en meditación continua, atento y conectado como nunca antes; al tiempo que no paraba de trabajar ni de resolver mis necesidades cotidianas, sin preocuparme por alcanzar resultados ni objetivos, abierto y disponible para que aquello que fuese para yo hacer, pudiese manifestarse y realizarse.
   ...Y como Carlos Pacini había prometido, la Vida comenzó a actuar a través de mí en el mismo momento en que yo renuncié sinceramente a moldearla: El primer cuadro que conseguí pintar (sin permitirme pensar sobre lo que haría con él después de pintado), más que venderse, fue como si hubieran venido a quitármelo de las manos. Además, recibí del generoso comprador una gran cantidad de madera que le sobraba y, poco después, se me ofreció alojamiento, comida y un estudio junto a una piscina rodeada de jardín, sin otro interés que el de facilitarme el poder trabajar libremente, sin más móvil que el de la pura amistad y aprecio de una dama brasileira que me valoraba, una bella mujer, satisfecha y creativa, enamorada de su marido, madre de un amigo mío, corazón continental, como el de su país, que me rodeaba de la más noble hospitalidad y me animaba a sólo pintar, mientras ella cuidaba de su jardín y su esposo, todo un capitán de empresa, salía a sus batallas en la ciudad.
   La florida finca de mi mecenas tenía por nombre uno de los que designan a la Madre Tierra Fecunda en Sánscrito, que era el arquetipo que mejor cuadraba a aquella mujer llena de amor, cuyas manos colmaban todo el verde entorno de belleza.
   Se manifestó así, con ella como canal, la mejor oportunidad para que yo pudiera dejar fructificar comodamente todo cuanto se había ido acumulando en mi experiencia, tras cinco años de peregrinar los Caminos Mágicos de la América del Sur. Viví allí dos meses de absoluta efervescencia creativa: Después de una semana preparando bastidores con la madera regalada, y tensando e imprimando lienzos, me puse a pintar día y noche con el alivio con que una madre inminente llega por fin a la sala de partos.
   Antes de otra semana de trabajo, mi tercer ojo rebullía igual que una caldera a presión, la inspiración fluía y fluía como una catarata de imágenes que mi mano no se cansaba de esbozar sobre las telas en enérgicas y sueltas pinceladas. Tan fuerte era el sentimiento de comunicación con mi Maestro Interno, tan continuo el fluir, que a veces tenía que dejar los pinceles y marcharme a pasear por las praderas y bosques vecinos para evitar que la cabeza me estallara.
   Una altísima alegría y una integración con todo mi entorno me embriagaba, haciéndome flotar. Salía de pronto en medio de la noche a contemplar la Cruz del Sur coronando a la ciudad de Goiania, en su extenso valle reclinada, para seguir después pintando o dibujando en mi cuarto. Dormía muy poco y mis sueños eran también inspiración continua, absolutamente conscientes, recordables y llenos de aprendizajes.
   A pesar de dormir tan poco, me sentía lleno de salud y energía, sin el menor asomo de cansancio ni preocupación alguna, renovado y super-feliz.
   Pinté, en aquel mes, más que en toda mi vida: una enorme cantidad de cuadros, pequeños, medianos y hasta tan grandes que en un coche no cabrían; Permitía que mi interior se exteriorizase totalmente libre y despreocupado del seguimiento o no de las tendencias y modas de la época.
   Ya que la Abstracción, una vez pasadas a la Historia, en los años sesenta, sus últimas vanguardias innovadoras de indiscutible valor, había acabado por imponer su dictadura como un nuevo academicismo limitante y exclusivista, formal hasta la médula, egocéntrico, etiquetador, narcisista y generalmente tan vacío y tan disperso como suele estar el hombre sensible inmerso en la cultura o la contracultura del sistema; totalmente divorciado de la atención y del gusto convencionalizado del pueblo; lleno de tantos tabúes mentales para iniciados como de pura confusión arrogante; todo esto, al tiempo que aún se jactaba de una falsa aureola de rebeldía libertaria y original... igual que hacían los gobiernos de izquierdas en Europa, por fin llegados al poder, tras larga lucha, y rapidamente integrados, domesticados y corrompidos por su contacto.
   La abstracción academizada, integrada y archirepetida me parecía un buen reflejo de la decadencia hueca y del callejón sin salida al que había llegado el Materialismo de la Era Industrial, ahora melancolicamente gangrenado por el desencanto de la revolucionaria utopía social marxista, por una parte, tanto como por el descrédito de la teoría del progreso salvador capitalista por otra (ya tan desprovisto de enemigo como de justificación)... dos cloacas igual de fétidas que desembocaban en el pantano del contaminado y decadente pasotismo postmoderno en el que el mundo viejo se hundía lentamente entre náuseas...
   ...Así que, sin el menor interés por la programación cultural reinante y sin desear seguir a otro modelo ni lenguaje que los que manasen espontaneamente de mi corazón, me volqué a una pintura atemporal y simbólica, filtrando las vibraciones de mi vivencia de aquel momento y lugar, en la que composiciones figurativas de tema alquímico eran realzadas y a veces iluminadas o veladas por el vibrante multidimensionalismo plástico desarrollado en mi propia caminada abstracta anterior.
   Cantaba en mis cuadros la magia de la Vida descubierta en aquel País de la Magia que el Brasil era y en todas mis experiencias interiores. Mis colores eran los tonos lujuriosos del jardín tropical de Ivonne... Pintaba y pintaba y aún tenía tiempo para compartir la bella amistad de la familia que me hospedaba, además de asistir, dos noches por semana, a las reuniones que los discípulos de Pacini organizaban particularmente en sus casas.
   Podía ahora comprender a aquellas personas que pasaban el día haciendo el amor con la Vida, locas de pasión por su Divinidad Interna, iluminadas por el sentimiento o presentimiento de su Yo Auténtico , verdaderamente expandidas por el Amor más allá de sus anteriores límites... a pesar de que un par de meses antes me habían parecido, simplemente, buscadores ingenuos autosugestionados por su propio afán egocéntrico de transcender.
   Salía de aquellas reuniones recargado por la amorosisíma energía de Pacini que impregnaba la atmósfera, aunque raras veces se presentase allí personalmente, para evitar, comentábamos, la creación de dependencias; ya que él no dejaba de repetirnos que el Unico Maestro Real era el Cristo, La Segunda Persona del Ser Total, que eternamente reside en el corazón de cada hombre o mujer del planeta. Y a El nos remitía, animándonos a no dejar que la comunicación con el Intimo se cortase, por andar buscando fuera lo que ha estado en nuestro centro vital desde siempre.
   - Dios es la Vida, -nos decía- no es una cuestión de tener ni de saber, sino de ser: Se tú mismo, se la Vida; y sentirás a Dios en todo tu ser.
   
   En mi segundo mes en la finca "Shavastia", dejé, de repente, de pintar, renunciando a dar acabamiento a mis numerosísimos cuadros esbozados, para volcarme a una nueva actividad: escribir. Y la misma efervescencia creativa llenó centenares de páginas, en las que, sin otro estilo literario que la espontaneidad, sin corregir, en un Galaico-Portuñol  que sólo yo podía entender y con una cierta urgencia exaltada, daba salida a todo lo que mi corazón había comprendido sobre la belleza y la sabiduría de la Vida y a todo el agradecimiento que sentía hacia aquel Amigo (no le gustaba que le llamásemos Maestro), que con un abrazo fraternal y su maravillosa locura de amor obrara la magia en mí, como en tantos otros, de que todo lo que hasta entonces no fueran sino eruditas informaciones inútiles en mi cabeza, cobrasen sentido de pronto, al sintetizarse y elevarse en dirección a mi propio Yo Superior redescubierto.
   Al final del segundo mes, plazo límite discreto para seguir gozando de una hospitalidad, por señorial que sea, mi inspiración continuaba, pero ya demasiado ardiente y acelerada como para poder sublimarse en cuadros o escritos: El Caminar me llamaba.
   Justo en ese momento cayeron en mis manos unas fotografías del satélite Landstat, el cual, orbitando en torno del planeta, había revelado, con la ayuda de rayos infrarrojos, la existencia de una alineación de formas piramidales bastante grandes bajo las copas de los árboles en la selva virgen fronteriza entre Brasil y Perú, allá donde la Amazonia es más tupida y más salvaje.
   La información añadía que la selva ya se tragara dos expediciones bien equipadas procedentes de Norteamérica, que jamás regresaron. Se relacionaban las supuestas pirámides con la leyenda de la ciudad subterránea de Akakor, sobre la que yo llevaba algún tiempo reuniendo notas, aunque también se daban datos de otras investigaciones, que parecían demostrar la falsedad de tal leyenda.
   
   "LA VIDA ES UNA PEREGRINACION EN BUSCA DE LA PROPIA AUTOREALIZACION. EL CORAZON SABE A DONDE VA. TU PUEDES VAGAR AL AZAR, ESTANCARTE, O EMPEÑARTE EN SEGUIR UN CAMINO AJENO A TI"
   "MAS, POR POCO QUE TE PONGAS A CAMINAR INVOCANDO SINCERAMENTE LA GUIA DE TU CORAZON, DIRIJAS A DONDE DIRIJAS TUS PASOS, EL SIEMPRE TE CONDUCIRA HACIA EL ENCUENTRO CON LO MAS ALTO DE TI MISMO."
 
3- A LA BÚSQUEDA DE LA CIUDAD PERDIDA
   
   El caso es que, desde que yo entrara en el Brasil, hacía ya más de cuatro años, aquellas soledades inexploradas del corazón de la selva me atrajeron desde el mapa con obsesionante fuerza y habían hecho prender en mí la fiebre de la búsqueda de la Ciudad Perdida, que fascinó a tantos europeos y norteamericanos, resucitando en nosotros quien sabe que lejanos arquetipos subconscientes.
    No me interesaban supuestos tesoros fabulosos, como a otros ingenuos más "realistas", ni hallazgos de restos arqueológicos en ruinas; pero tenía el presentimiento de que, si en este mundo existía una Ciudad de Sabios, un Shamballa o un Agharti, ésta debería encontrarse en un lugar apartado de la locura de la Sociedad de Consumo, que vampiriza y degrada cualquier talento.
    - Seguramente –pensaba yo- se tratará de una comunidad que permanece bien oculta trás el telón verde de la selva virgen, en la que un grupo de  selectos genios se dedican a preparar, quizás, un modelo de nueva sociedad, así como también a un disciplinado equipo de discípulos misioneros, capaces de proyectar, después, constructivamente, hacia el mundo, ese Modelo Ideal, que inspirará los tiempos innaugurales de Acuarius.
    Aunque,desde una perspectiva occidental y urbana mis pensamientos puedan parecer hoy absolutamente disparatados, eran hijos de la embriaguez producida en mi mentalidad europea por su inmersión en aquel interminable océano de naturaleza virgen y en el misterio insondable ,de la jungla, un misterio tan patente, que  muchos perdieron la cabeza, por él fascinados.
   Por otra parte, la Amazonia está plagada de mitos acerca de túneles que conducen a ciudades subterráneas o a colonias espirituales o extraterrestres; De forma parecida había oído hablar antes, en el Perú, del "Monasterio de los Andes", cuya Puerta de Luz sólo aparecía ante la vista del peregrino -se decía- cuando éste se encontraba en el estado de sensibilidad adecuado.
   Dos años antes, tras ahorrar dinero suficiente durante la temporada veraniega, había dejado a mi familia en la seguridad de la bella isla de Mosqueiro, cerca de la desembocadura del Amazonas en el Atlántico; y, siguiendo mi impulso innato de explorador, atravesé varios estados más grandes que muchos países europeos, hasta llegar al selvático Mato Grosso, donde comenzaba el Far West brasileño.
   En Nobres, me uní a una expedición de garimpeiros (buscadores de oro), verdaderos conquistadores armados hasta los dientes, con las peores cataduras que uno se podría imaginar y extremadamente rudos, pero excelentes camaradas capaces de todo. Con ellos crucé media Amazonia de Sur a Norte, por algo que en los mapas brasileiros figuraba como Pista Transamazónica, pero que en realidad sólo era una torrentera semiinundada, en la que muchas más veces nosotros tuvimos, casi, que cargar con nuestro vehículo, que él con nosotros. Yo esperaba, sin confidenciárselo a mis compañeros, que, en algún momento, mi intuición, al igual que me había llevado hasta la mujer de mi vida en la Selva del Fin del Mundo, al otro lado de los océanos, también sería capaz de conducirme ahora a la secreta Ciudad de los Sabios Ocultos que desde mis sueños más locos me llamaba.
   Pero yo no estaba entonces preparado, o la compañía o la ruta no eran adecuadas y, cuando conseguimos llegar por fin a Santarém, al borde del Gran Río, cansados, rotos, reventados, picados por mil bichos, hambrientos, habiendo incluso perdido nuestro vehículo, que derrapó en la noche y quedó colgado de un barranco casi hacia el fin del viaje... hice balance de mis logros y me di cuenta de que unicamente había conseguido pasar ante millones de entrelazados árboles, al borde de devastaciones calcinadas que, en todo lugar donde el ser "civilizado" lograra llegar, señalaban su presencia y su estilo.
   En mi regreso a Mosqueiro por "la Cobra Grande", (es decir, río Amazonas abajo), me prometí que nunca jamás me volvería a lanzar tan ciegamente a una aventura exterior; y durante los dos años siguientes me había mantenido coqueteando prudentemente con la floresta, pero sin adentrarme demasiado en ella; a pesar de lo cual un día, mi compañera y yo nos perdimos durante toda una jornada en la Mata Atlántica, no demasiado lejos de una ciudad. Como no teníamos machetes, era un calvario avanzar u orientarse, pero tuvimos la fortuna de encontrar un riacho y nos metimos en él hasta la cintura aguas abajo -confiando en que acabara desembocando en el mar-, hasta que finalmente divisamos en una orilla un sendero de cazador que, tras mucho caminar, nos condujo a su acechadero selva adentro; y luego, reculando y atravesando de nuevo el río, a la salida del agobiante marañal cuando ya estaba comenzando a caer la noche.
   Quien no ha estado en la Sudamérica Tropical no puede imaginar lo que es un bosque; en Europa ya no hay naturaleza libre; como mucho, algunos parques bien domesticados, que ni siquiera con todo el cacareado control y medios técnicos de los estados modernos se salvan de ser arrasados por las llamas cada tres veranos.
   Así pues, yo estaba escarmentado y prevenido. Sin embargo ahora, mi vibración era otra: Había pasado dos meses dejando que mis intuiciones me guiasen sin trabas, y ellas sólo me condujeron a la creatividad, el amor, el conocimiento y la felicidad; estaba solo y bastante separado de mi familia, me sentía libre y lleno de fuerza. Todo mi anhelo interior era reemprender la búsqueda de la soñada Ciudad de los Sabios Ocultos.
   Estuve a punto de ir a molestar a Carlos Pacini a su casa, para pedirle consejo sobre mi anhelo, pero por la experiencia de otras veces en que le preguntara cosas semejantes, ya sabía lo que me diría:
   - No hay nada que buscar fuera de uno mismo, pero si uno siente verdaderamente ganas de hacer algo y ese algo no contraría su ética personal ni perjudica a nadie, es que es para intentar hacerlo, o quedarse frustrado por no haber intentado hacerlo.
   Así que no lo pensé más y lo hice.
 
4- INICIACIÓN
   
   Me despedí de Ivonne como de una madre querida -la madre de mis cuadros- y crucé, sin más que una mochila, el continental Brasil en autobús hasta el estado de Acre y hasta Rio Branco, la última capital civilizada cerca de las puertas de la selva. Allí, sólo por pura curiosidad de antiguo comunitario, fuí a visitar una comunidad, a la que llamaban Colonia Cinco Mil, perteneciente a una tal Iglesia del Santo Daime, de la que no tenía más que vagas referencias.
   Aquella misma noche fuí iniciado, por el chamán Chico Correntes, en el ritual de la ingestión de Ayahuasca.
   Dos semanas mas tarde, muerto y resucitado tras haber pasado fortísimas experiencias en la Colonia Cinco Mil, en Anhangás, la frontera de la selva, y en el cercano Boca de Acre... (donde apareció inesperadamente mi iniciador, después de haber recorrido, en un viaje de cinco horas, la última pista de tierra que conducía sobre ruedas a algún lugar en el Brasil, para llegar justo a tiempo de someter a mi demonio interior más fuerte y de hacerme revivir recuerdos de antevidas)... embarqué en una canoa a motor y, cuando amaneció, me encontraba surcando las aguas barrosas del gran río Purús, afluente del Amazonas, junto a otros siete visitantes y guerreros del Daime, yendo al encuentro de la Ciudad de los Sabios Ocultos en el interior de la floresta... 
   Naturalmente, para entonces, yo ya ni pensaba en perder ni mi tiempo ni mis energías buscando algo tan poco importante como supuestas antiguas pirámides escondidas bajo la selva.
 
5- LA TRAVESÍA
   
“O vento sopra
O vento vai buscar
O vento sabe
A onde encontrar”

Fragmento de un himno del Santo Daime (Regina)
   
   Al segundo día de navegación subíamos el igarapé Mapiá, un afluente o canal del Purús que se adentraba en la esponjosa floresta profunda. Las aguas, teñidas de barro rojizo, hacían un espléndido contraste con la variada gama de verdes infinitos bajo la luz dorada de la jungla. Desde las enmarañadas orillas saltaban suavemente al agua, anticipándose a nuestro paso, los caimanes jacarés, y se quedaban acechándonos, con sólo los periscopios de sus ojillos siniestros asomando sobre la superficie. Bandadas de garzas, flamencos, ruidosas araras o periquitos, alzaban el vuelo al oir nuestro motor, que acallaba por un momento el concierto selvático. Docenas de mariposas multicolores danzaban revoloteando en espiral sobre la arena, al borde del río, como prendidas a un hilo de sol entre los gigantescos arboles filtrado.
   Navegar en canoa por el igarapé suponía un continuo ejercicio de atención: si uno no estaba atento corría el peligro de golpearse con cualquier rama o liana que surgía en cualquier momento,  proyectándose desde la orilla hacia el centro del río, o de chocar contra cualquier tronco flotante, o apenas semisumergido bajo la superficie.
   Incontables veces tuvimos que meter el cuerpo en aquellas aguas, sospechosas de ocultar pirañas, jacarés o enormes cobras giboias (anacondas), para desencallar la embarcación de los bajíos de arena, o para librarla de los peñascos, troncos o lianas que interrumpían el paso. A veces teníamos que parar a cortarlos con nuestras hachas y machetes, y otras, los obstáculos eran tan gruesos que había que tirar entre todos de la pesada embarcación, rebosante de equipaje, para pasarla por encima.
   Aunque de vez en cuando se desencadenaba una corta lluvia torrencial que nos empapaba totalmente, enseguida volvía a lucir el sol entre las nubes límpidas de aquel cielo esplendoroso y nos secábamos. La belleza de la selva y el regusto de la aventura nos calentaba el alma y surgió una hermosa camaradería entre algunos de nosotros.
   Por fin, fuimos llegando a Mapiá, la comunidad principal del Pueblo de Juramidán en el corazón de la floresta. Sentimos su proximidad porque nos cruzábamos con otras canoas cargadas de gentes sonrientes que nos saludaban haciendo el expresivo signo de "tudo bem" con los dedos; y también, algo más adelante, con muchos niños preciosos de ojos enormes y de todas las razas, que jugaban chapoteando y bromeando en las orillas y que nadaban alegremente hacia nosotros cuando pasábamos.
   Y lo primero que ví de aquel lugar increíble, elevado sobre las altas riberas embarrancadas, fué un largo puente de madera que cruzaba el río a nuestro frente, como un arco de bienvenida, y, en su arranque... dos grandes pirámides, que brillaban doradas por el sol poniente: Eran los tejados de la casona familiar del Padrino Sebastián.
 
6- EL PUEBLO DE JURAMIDÁN
   
   Comenzaré a explicar aquí algunas cosas sobre el Pueblo de Juramidán, el Santo Daime y el Padrino Sebastián: El Daime, Ayahuasca, Yajé, Kamarampi o Pildé, es una bebida de poder, complejamente elaborada por la unión alquímica de una liana machacada, que da fuerza, y las hojas de un arbusto de la selva, que da lucidez; son plantas sagradas de uso chamánico que casi todas las tribus de caboclos, o indios amazónicos, utilizan desde tiempo inmemorial (los arqueólogos han encontrado sus restos en enterramientos que fueron datados con una antiguedad de más de cinco mil años)... y que han acabado por pasar a los mestizos, sincretizándose los rituales indígenas con una mezcla del rudo catolicismo de los caucheros, más los cultos y prácticas espiritistas afrobrasileiros.
   En el primer cuarto del siglo xx, un siringueiro mulato de casi dos metros de altura, Irineu Serra, que extraía látex (siringa) en una colocación situada en las fronteras selváticas de Brasil con el Perú y Bolivia, fué llevado a participar en un ritual de ingestión de Ayahuasca que unos indios Katios estaban preparando en una maloca al borde del Manuripe, un igarapé en los altos del río Tahuamano. Irineu dijo que si aquello era una cosa buena, con gusto la llevaría a su gente.
   Cuando la bebida de poder hizo su efecto, Irineu -según dice uno de sus himnos- vió venir hacia él por el río del Astral una canoa resplandeciente, y sobre ella una señora, majestuosa en su serenidad, que lo invitó a subir y le preguntó quien creía que ella era.
   Irineu, deslumbrado, respondió: - Yo creo que la señora debe ser una diosa universal...
   - Ella sonrió y le dijo: - ¿Tú crees que esos indios me están viendo como tú me ves? - y ante su asentimiento, ella prosiguió: - Pues no me ven igual que tú; Yo soy la Energía de La Vida, el Espíritu de la Selva... estoy dentro de tí y dentro de todo, porque soy la fuerza de Transformación misma; Soy la Eterna Energía que toma todas las formas, y la forma con que cada ser puede captarme depende del condicionamiento cultural que hay en su cabeza; Esos indios me ven como un águila, una serpiente o un jaguar, sus tótems; o como los duendes de la selva en los que creen; y tú me has vestido en tu mente como a una virgen o una reina cristiana... Pero poco importa eso -sonrió- ...lo que importa es si tú quieres encargarte de transmitir este Poder de Percibir Lo Esencial a tus hermanos, a fin de ayudar al progreso de sus espíritus.
   Irineu, en éxtasis total, lo prometió. Poco después marcharía a lugares más poblados, donde comenzó a unir espiritismo cristiano con ingestión sacramental de Ayahuasca, concentrándose fundamentalmente en un trabajo de cura tan desinteresado, eficaz e impecable que le sirvió como escudo de prestigio contra aquellos murmuradores que sólo querían ver en él a un negrón macumbero.
   En el conjunto de himnos que fue recibiendo a lo largo de su vida, denominado "O Cruzeiro", se contiene el mensaje esencial de La Virgen. Algún tiempo después de su encuentro con Ella, tras muchas vueltas y aventuras, acabó fundando su Iglesia en una colonia de las afueras de Rio Branco, de la que, a su muerte, derivaron la del Alto Santo, la de Luis Mendes, la del Santo Daime y muchas otras agrupaciones menores, de un carácter o de otro según el temperamento de sus discípulos.  
   Uno de ellos era Sebastián Mota de Melo, nacido en 1920 en el valle amazónico de Juruá, canoero, padre de familia, medium sanador, Maestro analfabeto, profeta y líder. Le habían llevado un día ante Irineu Serra tumbado en una carreta, con el hígado destrozado por un tumor maligno. Estaba desahuciado por los médicos y casi muriéndose. Una sola sesión de Daime, una operación en el Astral, y fue como si le hubiesen implantado un nuevo órgano.
   A la muerte de su maestro curador, el Padrino Sebastián tuvo carisma suficiente para reunir alrededor de sí a un movimiento de más de trescientas personas, en su mayoría siringueiros, que creyeron en él y accedieron a seguirle selva adentro para fundar una nación: El Pueblo de Juramidán 
    Lo que significa, en lenguaje indígena o espírita, “El Pueblo de los hombres y mujeres que buscarían armonizar, dentro de sí mismos, a los Logos Padre e Hijo sintetizados, (el hombre espiritual, Midán, o sea, cada uno de nosotros, despierto a la percepción de su-nuestra eterna Unidad con su-nuestra Divina Esencia, Jura)” ...Y esto lo podrían conseguir, siguiendo las instrucciones del Tercer Logos: El Logos Madre, La Reina de la Floresta.
   El Padrino comenzó por dar carácter a su propia Iglesia y Comunidad en la Colonia Cinco Mil, una gran finca en las afueras de Rio Branco; pero  aquello estaba todavía demasiado cerca del sistema y de sus cantos de sirena.
    Así que una mañana cualquiera, poniendo en práctica un viejo sueño del Maestro Irineu y obedeciendo a su propia Voz Interior (que un día dió respuesta a su ofrecimiento de rendición total al Espíritu para que hiciera con él lo que quisiera), Sebastián Mota y su gente tuvieron la decisión y el valor de abandonar todas sus seguridades anteriores, reunieron en un fondo común sus bienes transportables, igual que los primeros cristianos, y se arrojaron a su prueba de fuego en Rio de Oro, una zona de jungla pantanosa suficientemente apartada como para facilitarles un ambiente propicio para vivir conforme a la doctrina del Santo Daime.
    Lo que quería decir: pasar por esta vida como por una escuela de transformación interna del espíritu, dentro de un laboratorio de unidad fraternal, la comunidad, alejados de las perniciosas interferencias y distracciones del "Mundo de Ilusión" y aprendiendo intimamente de dos grandes profesores: el poderoso Espíritu de la Ayahuasca, Maestro Juramidán, y la Santa Virgen Naturaleza...
   La zona estaba infestada de mosquitos transmisores de la malaria; yo la padecí en la selva del Chocó, en Colombia, y estuve siete días agonizando, intermitentemente incendiado o congelado por fiebres altísimas, alucinado durante la mayor parte del proceso y sintiendo dolor en cada músculo del cuerpo; y sólo me salvó una potente medicación tomada a tiempo y la amorosa ayuda de quien más tarde sería mi esposa y mi mayor Maestra de Vida; así que puedo comprender muy bien como, al cabo de dos años y de muchas malarias, luego de haberse autoseleccionado y cribado mucho el pueblo del Padrino, decidieran con la mayor fe y entereza abandonar una vez más todo lo construído y trasladarse, en Abril de 1983, a otra lejana zona de selva virgen, menos fértil pero más sana, que bautizaron con el nombre de El Cielo de Mapiá.
   ...Ya que lo que habían pasado en Rio de Oro fué, en cierto modo, un descenso a los infiernos; una prueba durísima, pero que cimentó totalmente la firmeza de la consciencia del YO SOY de Sebastián Mota, tras su iniciático encuentro definitivo con el Guardián del Umbral, y la consolidación de la confianza de sus valerosos camaradas en él y en ellos mismos, como individuos y como comunidad, lo que cuenta muy bien Alex Polari de Alverga en su muy valioso libro "Ayahuasca" , donde se relatan los primeros tiempos del Pueblo de Juramidán. Yo me centraré en el testimonio de mi propia experiencia vivencial en los años 1989-90.
   En el corazón de la floresta, cuando yo conocí Mapiá -un bello conjunto de casas artesanales de madera, esparcidas entre colinas y bosques, cruzada por la confluencia de dos pequeños ríos navegables y abrazada por el interminable océano de la jungla-, el Pueblo de Juramidán pasaba el día entregado a las actividades normales de una aldea amazónica: un titánico esfuerzo por extraer de la selva los recursos indispensables para la supervivencia alimenticia, habitación y vestido, además de un excedente con el que comprar las preciadas herramientas, armas y combustibles de la remota ciudad.
   Pero eso era sólo la estructura material, bastante precaria, puesta al servicio de su interés primordial, que consistía fundamentalmente, por lo menos para los veteranos seguidores del Padrino, en la obtención de la salud integral, la del cuerpo y la del alma, y en el mantenimiento de la vida espiritual de la comunidad.
 
7- COMUNIDAD
   
   Una comunidad, sobre todo si está relativamente aislada y en la naturaleza, es, en sí misma, un poderosísimo instrumento de crecimiento interior y exterior para sus miembros; luego que hemos sido capaces de armonizarnos minimamente con nosotros mismos, y después con nuestra pareja y con nuestra familia de sangre, el logro de una convivencia cotidiana constructiva y armónica con un grupo de seres humanos que comparten un objetivo común, es la natural tercera etapa-escuela siguiente en nuestro camino evolutivo, justo antes de que llegue la cuarta, la del amor de aceptación plena a la Humanidad Universal, sin importarnos como sea cada hermano, sin juzgar; aquella que constituirá nuestro último curso vital de armonización integral con El Todo que somos...
   Esta Tercera Etapa de la Escuela Evolutiva, la que intenta conseguir una convivencia grupal en verdadera fraternidad, inspiraba el sentido de la fundación medieval de monasterios durante la Edad Media. Para lograrla, los monjes renunciaban al siglo y al mundo, se recluían, juraban castidad y obediencia y se sometían humildemente a una severa Orden y al mando incuestionable de la comunidad sobre el ego individual, mando que asumía un prior venerable o una abadesa.
  . Pero en la Era de Acuarius el monasterio no es excluyente, admite a familias enteras con sus niños, tiene como modelo ancestral a la vieja tribu indígena y se inspira localmente para luego proyectarse globalmente, sabiendo que nuestra verdadera comunidad es el Planeta Todo... y aún Más Allá.
   En oposición complementaria al tipo de espiritualismo místico que abomina de la materia, vive pendiente del espíritu y "muere porque no muere" - que es la vía del monje-, el ideal espiritualista comunitario cree en la posibilidad de construir el Reino de Dios sobre la Tierra, o la sociedad ideal a la que todo humano aspira en su corazón... o, al menos, en que hacer el intento de conseguirlo es, en sí, una gran escuela de crecimiento interior.
   Esta es la vía del guerrero o de la amazona. Se llama así porque supone un duro combate para el que hay que prepararse muy bien; personalidades muy fuertes van a tener que convivir juntas en un esfuerzo constructivo en el que lo que se está edificando es más la armonía espiritual de los hermanos y hermanas comunitarios que un pueblo de madera o ladrillo que una organización social... aunque ésto también haya de hacerse, y con la mayor perfección y unanimidad posible. También es llamada la Vía del Filo de la Navaja, porque sólo se puede recorrer comprometiéndose el guerrero o la amazona, ante Sí Mismos y su Sendero Eterno, a convertirse en maestros del equilibrio interior y exterior.
   Tarde o temprano, los egos que se han ido acumulando en nosotros afloran y chocan, surgen desacuerdos y disputas y luchas de poder, se forman bloques enfrentados, hay retiradas, salidas, división, cismas, pleitos... todo ello adobado por desconfianza o competencia en relación a los demás, autoritarismo de algunos y rebeldía de otros, ahondamiento de diferencias entre "disciplinados" y "libertarios", o entre "constructores prácticos de un mundo mejor" y "relajados meditadores sólo centrados en lo sutil";
   Estos disentimientos, frontales o soterrados, comienzan como sana crítica constructiva... pero pueden derivar facilmente en mezquino chismorreo disgregador, calumnias, enemistad directa... hasta que tal vez llega un momento en que la lucha temporal casi hace perder de vista totalmente el objetivo espiritual.
   En fin, estamos hablando de todas las insuficiencias de amor y tolerancia, y hasta de elemental sensatez, que caracterizan la vida social inconsciente y vulgar ...Sólo que los comunitarios espiritualistas tienen que saber, previamente, que todas esas tensiones y fricciones son parte normal del proceso, las cáscaras del huevo que hay que romper para renacer, como diría Sebastián Mota, y que si se han reunido es para enfrentarlas como guerreros y para conocerse en el espejo de los demás y transmutarse, hasta superarlas como sinceros y humildes aprendices de hombres-dioses, intentando, durante la aventura, no perder la unidad, ni la amorosa armonía interior ni la consciencia... Unicamente los ingenuos se imaginan la comunidad como una utópica luna de miel de amiguetes amartelados, toda rosas sin espinas.
   Yo ya había pasado por algunos tipos de experiencias comunitarias, sobre todo mi estancia de dos años y medio en la Fraterunidade do Vale Dourado, en Pirinópolis, Goiás, donde tuve el privilegio de convivir, en un bello santuario natural, con una hornada de comunitarios que era gente de lo mejor que conocí en el Brasil; pero aún estaba muy verde mi individualismo, muy duras y rebeldes a la entrega las resistencias de mi ego a la confianza en los demás y a la confianza en mí mismo, y muy fuerte mi sentido crítico que no paraba de juzgar y juzgar. 
   Por tanto, necesité vivir la experiencia de otra comunidad que, como la del Daime, dispusiera de recursos poderosísimos de disciplina interna y externa, para hacerme comenzar a percibir que la libertad individual sólo se realiza en plenitud cuando se compromete libremente a rendirse, a no dudar ni criticar más y a ponerse humildemente al servicio de algo que es mucho mayor que ella: el Plan Cósmico de Solidaridad Mutua... o, mejor, usemos su nombre más sencillo y conocido: EL AMOR.
   Así como el Maestro Irineu había tratado de poner el amor en acción, uniendo a sus discípulos en continuos "mutirones", o sea, grupos de trabajo cooperativo y solidario, el Padrino dió el paso hacia una unión más íntima y comprometida: la comunidad. 
    Y lo dió de una manera radical: colectivización igualitaria de todos los bienes disponibles y enorme apartamiento, para facilitar la creación, sin demasiadas tentaciones, de un ambiente limpio donde el espíritu pudiese desarrollarse, a base de colaborar fraternalmente en la construcción de la Nueva Jerusalén; además de auto-conocerse cada uno en el espejo del grupo; de quemar karma con la Bebida de Poder y con el trabajo físico duro; de purificarse, envueltos en las energías naturales más potentes del planeta y, sobre todo, de mantener la cabeza y las emociones alejadas del discurso dominante en aquel mundo viejo dominado por el pesimismo, el desánimo, el egoísmo y el morbo... es decir, por el "Correo de las Malas Noticias", tal como el Padrino le llamaba, principal programa mental, individual y colectivo, constructor y sustentador de las formas-pensamiento demoníacas que encadenan a la Humanidad a unos hábitos que sólo a su degradación y a su suicidio conducen.
 
8- LA FE DEL PADRINO
   
   Para encontrar un ambiente más puro en el cual desarrollar su semilla de futuro, los seguidores del Padrino se adentraron valerosamente en la Selva Virgen, donde tendrían que construir -tarea de gigantes- la Tierra Prometida a partir de cero... tenían la voluntad sin límite alguno de los hombres y mujeres del mato, pero también los defectos básicos del sistema humano iban con ellos o surgieron en sus hijos. Desde sus primeras experiencias de líder y profeta, Sebastián Mota sabía que la Verdad sólo se construye a base de valorizar y de confiar, tanto en uno mismo como en los demás; y cuidando mucho de no soltarse de la mano protectora y de la ayuda de la Consciencia Rectora del Cosmos, y de escuchar bien su sabiduría dentro de cada uno de nosotros.
   Sabía que era imposible progresar unidos sin eliminar las dudas, la competitividad maledicente y la desconfianza de nuestro entorno... Los demás soy yo, el entorno soy yo, La Vida soy yo; la menor de las dudas sobre ésto me separa de mí mismo, de mis potencialidades y de mi coherencia. Si Yo soy, en Esencia, El Todo, debo confiar en la Chispa Divina presente en la Esencia de Todo, sin debilidades ni límites...
   No dudaba de que la verdadera Fe y el verdadero Amor en acción que la creación del Nuevo Mundo necesita, y en lugar de quedarse esperando a que caigan soluciones sobrenaturales del cielo, ya gratuitamente o ya provocadas por nuestra devota adulación a Dios, a los Santos, a los ángeles o a los extraterrestres.
    Aunque el Padrino estaba seguro de que si todas esas entidades existían, formaban parte del Todo, dentro y fuera de nosotros mismos... y que haciéndonos uno con el Todo y obrando correctamente a partir de esa Autoconfianza no egocéntrica, altruista y amorosa, lograríamos que aquellas fuerzas se hicieran una con nosotros mismos conscientemente, y sólo así podríamos contar con su poderosa ayuda.
   ... Lo cual, además, supondría la manifestación de Dios en un pueblo entero, con lo que ese pueblo se haría invencible y digno canal de la plasmación del Mundo Nuevo sobre este Plano.
   Porque el Padrino era, también, un apocalíptico; Por revelaciones de su Maestro y por sus propias visiones (al igual que, quinientos años antes, los sacerdotes aztecas e incas habían visto en trance de peyote o ayahuasca el "Final de sus Tiempos"), esperaba para el fin del Segundo Milenio la autoliquidación del Sistema Actual, y para el 2014 la instauración de un Nuevo Tiempo más consciente, gracias al contacto de aquellos humanos que se habían autoelegido para renacer espiritualmente, con una multitud de seres venidos "de fuera", que propiciaría ese paso evolutivo. ¿ángeles, guías astrales, extraterrestres...? - ¿Qué importa -pensaba- si todo eso no son sino aspectos de nuestro propio Yo más elevado?
   En cualquier caso, y mientras llegaban los Mensajeros, el Padrino aconsejaba seguir construyendo con perfección el Arca de la Alianza, como si nuestra obra material fuese a durar siglos, aunque con la esperanza puesta mucho más allá de las estrellas; y decía él que, cuando llegasen esos tiempos, el peor lugar donde sufrirlos habrían de ser las grandes urbes, y que, sin duda, quienes mejores posibilidades tendrían de enfrentarlos, aprovecharlos y superarlos positivamente, serían todas aquellas personas que habían sabido armonizar sus espíritus en comunidades fraternales , autosuficientes, y rodeadas por la  naturaleza.
 
9- LA BATALLA DEL AMOR
   
   Así, si cada laborioso día del Pueblo de Juramidán se destinaba a asegurar su vida material, cada noche era una fiesta del espíritu: Al caer la tarde, todo el mundo se fardaba (uniformaba) de azul y blanco, alumbrándose con velas, candiles de petróleo o linternas de gas, y se reunían en un gran templo octogonal, de paredes abiertas al mato, rematado por una cruz de dos brazos y un sol, una luna y una estrella -los símbolos de la Segunda Venida de Cristo y de los Logos Padre, Madre (o Espíritu Santo), e Hijo-.
   Después de ingerir ritualmente el amargo Daime (o Ayahuasca en quéchua, que significa "Liana de los Espíritus"), el cual demoraba menos de una hora en hacer sentir sus efectos, cantaban y danzaban en impecable y ordenada formación hasta el amanecer, sumergidos en trance mediúnico o semimediúnico, componiendo con sus ritos una verdadera máquina mental de generación bipolar, síntesis alquímica, condensación, expansión y amplificación de la frecuencia vibratoria personal y colectiva, y plataforma de proyección potentísima de la energía espiritual conjuntada del grupo, que en el trance se veía como un verdadero remolino de luz que subía en columna hacia lo alto desde el centro del salón.
   Ya que los hombres se colocaban a un lado de la mesa-altar (generalmente centrada por una estrella de seis puntas y una cruz patriarcal, de doble brazo horizontal); se desplazaban hacia la izquierda en dos pasos de su bailado mientras cantaban, marcando el ritmo con maracas de lata rellenas de perdigones, y luego retornaban, marcando una ligera flexión sobre su eje y dos pasos hacia la derecha.
    El cuerpo suelto, la cintura flexible, deslizándose suavemente hacia un lado o hacia el otro, la cabeza pendiente de un hilo invisible que ligaba el centro de la frente del danzante con el Centro del Yo Mayor, allá-aquí, en Lo Alto de Uno Mismo; los brazos marcando el ritmo de las maracas, con el puño entrecerrado, afirmando marcialmente la energía.
     El corazón alegre, conectado... La mente, bien consciente del aquí y ahora: por una parte, atentísima al compás y al perfecto orden ceremonial colectivo sobre la tierra; por otra, completamente entregada de forma individual y subjetiva a la plegaria y a la “miración”, o visión interior. Las mujeres, al otro lado de la mesa, bailaban en sentido contrario; y en ambas cabeceras, mozos solteros en una y doncellas en otra, completaban la Rueda Chamánica generadora de Energía Dinámica Básica, que toda la noche se movía.
   Junto al Cruceiro se solía poner un jarrón de bellas flores tropicales, sobre la mesa había, también, imágenes y fotografías enmarcadas de Jesús, de María y del Maestro Irineu; y un par de vasos para quienes sintiesen sed, aunque pocos tomaban más de un sorbo, porque el agua, igual que la comida, diluye y rebaja la Fuerza de la Bebida Sagrada para "mirar" en el Astral.
   El Daime se disponía, generalmente, sobre otra mesa más pequeña, apoyada en la pared, bien en botellas de vidrio verde o bien en un gran cáliz-cisterna de cerámica blanca provisto de grifo, desde donde el responsable del trabajo lo servía sacramentalmente a cada uno, como la Sagrada Eucaristía con la que todos comulgábamos, en copa o vaso, y unas tres veces a lo largo del himnario,. El comandante miraba profundamente a los ojos a cada participante que se acercaba en fila a comulgar, a fin de calibrar intuitivamente la dosis que le correspondía, según como sintiese su estado emocional.
   Se hablaba muy poco -la voz apenas se hizo para cantar, decían-, además de que el Daime facilita una comunicación telepática muy profunda. De hecho, cuando uno miraba a otro a los ojos parecía verle el alma, aunque cada quien estaba en realidad tan sólo concentrado en el viaje de su propia mente, y envuelto en su propio proceso interno, y muy sensible, por lo que había que comunicarse, cuando era preciso hacerlo directamente y con palabras, con fraternal delicadeza y suavidad, para que nadie se sintiera invadido.
       Los fiscales designados se encargaban de preservar una fuerte disciplina y un orden jerárquico muy formal, casi militar (Los seguidores del Padrino Sebastián se autodenominaban "guerreros" y "guerreras" del Santo Daime, con perfecto derecho). En verdad, el trabajo de fiscal, que era bien ingrato, mas absolutamente necesario, para ayudar a mantener el adecuado movimiento geométrico de la energía en un colectivo numeroso... debería confiarse solamente a la gente más veterana, responsable, discreta y llena de amor, pero no siempre era posible hacerlo así.
        Tanto los fiscales como los guerreros que uno tenía a los lados, reprendían, a veces muy rudamente, a quienes, como los novatos o visitantes, cometían errores en el movimiento rítmico que pudiesen interferir en la fluencia de la energía, que se tenía que generar de manera perfecta.
         La condición fundamental para que se te permitiese participar, era que te comprometieras a un esfuerzo de autocontrol consciente que te hiciera capaz de estar simultaneamente en el Cielo y en La Tierra, lo mismo que en el trabajo cotidiano.
          Es decir, disfrutando intensamente del éxtasis místico provocado por la bebida de poder, y atentísimo, por otra parte, a no quebrar con tu distracción la armonía sinérgica del ritual grupal en el templo: Porque había que "asegurar el trabajo", o sea, agarrarse al impecable orden rítmico de la música y del bailado, lo que era la única manera de asegurar también un mínimo de ritmo y orden mental interno con el que navegar en conjunto, colectiva e individualmente, sobre las tempestuosas olas del subconsciente desbordado.
   El trabajo de grupo consistía fundamentalmente en rezar cantando, decretando con toda firmeza la toma de consciencia, la transmutación positiva y la elevación de los espíritus de la Humanidad, tanto encarnados como desencarnados (despolucionar el astral del planeta, decían). 
      Para ello comenzaban embriagando con aquel poderosísimo brebaje al ego cancerbero de la razón, a fin de domeñarlo, haciéndole enfrentarse clarividentemente con su negrura interna, hacia la que en circunstancias habituales jamás quiere mirar.
   Cualquier palabra de los himnos que tocaba al vuelo nuestra sensibilidad nos llenaba de sugerencias exploratorias de la consciencia y de ánimo para enfrentarse a ellas, superando los bloqueos y resistencias del ego, que estaba aterrado por el vértigo de la desintegración de los esquemas por él establecidos como "normalidad", los cuales, hasta entonces, eran la única falsa seguridad que le sustentaban.
    Estaba angustiado, también, al sentir como su espíritu se desdoblaba y se separaba a toda velocidad de la materia y de la mente habitual, asociada apenas a la satisfacción elemental de las necesidades materiales y nunca a la práctica de tan altos y profundos vuelos.
    El ego se encontraba, además, alucinado, al percibir que lo que normalmente consideraba como su identidad se veía reducido ahora a un hilo espiralado y larguísimo de energía-consciencia que recorría locamente, ya hacia arriba, ya hacia abajo, dimensiones múltiples y sorprendentes de percepción que ya no tenían casi nada que ver con la visión mental corriente de nuestro mundo conocido, es decir, con el paradigma escogido por la personalidad.
   Si uno lograba sobreponerse al vértigo, adaptarse a la Fuerza que nos arrastraba y cabalgarla en lo posible, alguna puerta secreta se abría en nuestra comprensión coronaria y la Luz lograba penetrar, irradiándonos de pronto con el Conocimiento (o el recuerdo) que debíamos auto-entregarnos en aquella hora.
   Tras el reconocimiento lúcido e interno de sus errores claramente puestos de manifiesto, tras su contricción hipersensibilizada, tras su rendición, autoaceptación, y tras su sincero propósito de enmienda, perdonando y perdonándose, el iniciado lograba su re-ligación al servicio de la voluntad espiritual de su propio Yo Superior, la cual podía comandar ya sin trabas en la totalidad de SI MISMO, expandiendo entonces su frecuencia vibratoria y haciéndole sentirse entusiasticamente colmado por La Fuerza invocada en la ceremonia.
     La cual, respondiendo al llamado, había iluminado cada consciencia con la Presencia del Yo Divino, que ahora se manifestaba con todas sus potencias en su trono carnal, tras haber ayudado al yo guardián del vehículo humano a liberarse de inmundicias de baja vibración energética, que antes lo incapacitaban, como canal, para recibir dignamente a su Señor Cósmico.
   Una vez purificado su interior y abiertos los umbrales que comunican el consciente con el subconsciente y el superconsciente , el participante tendía a dedicarse, igual que los aficionados a las drogas comunes, a la psiconáutica, o sea, a la gozosa exploración errante, hipersensible y libre de los países maravillosos de la mente profunda y de sus habitantes; pero toda la disciplina del Daime lo instaba a que no se demorase demasiado tiempo en inútiles vagabundeos esteticistas y egocéntricos, que sólo conducen a la más vana y esclavizadora de las fantasías. 
    La cosa consistía, más bien en que aprovechase la sesión descubriendo y asumiendo sus eternas potencias divinales, y tomando contacto consciente con las entidades espirituales que, desde siempre, habían sido sus guías y aliados, a fin de que que pudiera actuar junto con ellos de forma constructiva, proyectando a través de ellos su Verbo Creador sobre el mundo, multiplicando sus poderes al sincronizarlos con los de todo el grupo de guerreros y guerreras, y dirigiéndolos al mismo objetivo ordenadamente por el seguro cauce de los himnos, convertidos todos juntos en un haz de limpios canales de resonancia y ancoramiento del Plan Evolutivo Cósmico sobre las energías esenciales de todos los seres del Plano Terrestre, tanto material como astral.
   Y de alguna manera todos teníamos la evidencia en nuestro interior de que el trabajo que se estaba desarrollando modificaría realmente nuestra vida y nuestro mundo, y hasta influiría sobre universos subordinados a nuestra identidad individual que ni siquiera estaban completamente formados en todos los planos del Ser.
   Ya que todo está contenido dentro de todo, el Universo Multidimensional en nuestro corazón y viciversa; Siendo mental el Universo, todo él cabe en un concepto que puede reducirse o ampliarse, concentrarse o dispersarse hasta el infinito.
 
10- LOS HIMNOS SAGRADOS
   
   Las esforzadas tareas del día aseguraban la supervivencia física a los miembros de la comunidad, pero ésto no era sino la condición elemental básica que les permitía desarrollar su verdadero trabajo mágico de guerreros templarios:
   ...Sus voces vibrantes llenaban la atmósfera nocturna -el cuerpo emocional o astral del planeta, que por la noche se encuentra en fase onírica y en vibración Alfa totalmente receptiva- de potentes himnos religiosos, que formaban una egrégora (condensación mental colectiva) de limpieza, autoconsciencia y amor, encaminada a descontaminar el aura de la Tierra y las de sus seres, de las venenosas formas-pensamiento negativas de desesperanza, desaliento, pesimismo, miedo o maldad, y de todas las energías demoníacas emitidas por la Humanidad inconsciente y doliente durante el día, a fin de transmutarlas en vibraciones angélicas que reforzasen las virtudes con las que cada espíritu humano fué dotado para cumplir su destino cósmico, como individuo y como especie, como célula y como órgano del Planeta.
   La totalidad de los himnos había sido recibida por los participantes en el trance provocado por la Ayahuasca y, aunque sus letras puedan parecer, a primera vista, simplonería campesina, eran consideradas como vibraciones sagradas, procedentes de la esfera de los Guías Supraconscientes, con gran poder para transformar y corregir el nivel emocional mas profundo de las personas -su bajo astral subconsciente- donde se encuentran las raíces y traumas de los hábitos negativos.
   Este es un nivel de pura vibración energética sucia, envilecida, diabolizada, donde se prenden los espíritus obsesores afines a nuestras vibraciones más bajas, si uno no es cuidadoso y atento con su alimento emocional y mental y con su limpieza psíquica cotidiana.
   La elevada vibración de los himnos actúa como exorcismo, liberando a nuestras potencias básicas de las larvas astrales que pudieran hallarse vampirizando sus energías, las cuales, al purificarse, se convierten de nuevo en las virtudes originales o divinales del espíritu; es decir, en nuestro propio Yo Astral y en sus aliados: ángeles, maestros y guías internos.
   ...Puedo hablar de este poder de transmutación de los himnos, porque lo experimenté personalmente: La noche anterior a mi embarque para Mapiá, en Boca de Acre, un chamán curandero con quien simpaticé, a quien llamaban Señor Marirí y que utilizaba la Ayahuasca fuera de la férrea disciplina del Daime, me había invitado a una ingestión, junto a otras personas que también estaban esperando embarcarse.
   En mitad del trabajo le llamaron para atender a un enfermo grave, y tuvo que dejarnos, confiando a dos jóvenes guerreros del Padrino el cierre de la sesión. Pero yo me había elevado tanto, que percibí que mi poder mental era capaz de manipular la psique de aquellos muchachos campesinos, y les obligué a prolongar la sesión y a ingerir más y más Ayahuasca, hasta que me sentí poseído por todos mis demonios subconscientes y dominando a los demás, que corrían como hipnotizados alrededor de mí, mientras yo reía interiormente, ebrio de poder, convertido en el Gran Manipulador...
   No sé en que hubiera acabado aquel aquelarre descontrolado si de repente no hubiese parado un automóvil ante la valla del patio donde nos encontrábamos y no se apease de él mi iniciador, Chico Correntes, que había conducido toda la tarde y parte de la noche por la pista de tierra desde el lejano Rio Branco, para llegar "casual" y providencialmente en aquel mismo momento.
   Pasó al patio, se plantó de pié en una esquina y comenzó a cantar himnos; Desde mi trance, yo "miraba" las vibraciones que salían de su boca como serpientes de fuego que volaban, se enrollaban alrededor de mí y me encadenaban, inmovilizando al Lucifer en que mis energías más bajas se habían transformado y que dominaba todo mi ser. Uno a uno, sus himnos se convirtieron en cadenas energéticas que me domeñaron totalmente, doblado en tierra; Comenzando luego a actuar sobre mi emocionalidad profunda, y transformándola en la misma medida en que mi diablo principal, vencido, aceptaba someterse.
   Acabé llorando embarrado en el suelo, profundamente arrepentido y sintiendo que recuperaba lo mejor de mí, tras la frenética tormenta. Correntes (casualmente, su nombre significa "cadenas" en Portugués) se volvió a los otros muchachos, que se habían tranquilizado en cuanto él apareciera, y dijo: -"Este chico se salva".- luego ordenó que me dieran una ducha, me vistieran con ropa limpia y me llevaran a dormir.
   Yo estaba hecho polvo, pero muy aliviado, y en cuanto pude descansar en mi saco, comencé a tener visiones vividamente sentidas; y eran todas como fragmentos de vidas pasadas, marcadas por la indisciplina, la rebeldía, la desatención y la arrogante competitividad... primero entre los hebreos del Éxodo que seguíamos a Moisés hacia la Tierra Prometida, pero dudando y rebelándonos contra su intuitiva autoridad cada vez que podíamos; luego entre el mismo pueblo, recibiendo a Jesús con víctores de esperanza en Jerusalén, para, días después, rapidamente decepcionados y pasados al otro extremo del prejuicio, vociferar ante Pilatos pidiendo la crucifixión del impostor...
   Más tarde, me veía en el final de las Cruzadas, defendiendo empecinadamente, junto con otros compañeros, el último bastión cristiano en Palestina,al que llamábamos San Juan de Acre (Casualmente me encontraba ahora en Boca de Acre, en el estado brasileño de Acre); minada y derribada sobre nosotros la muralla que nos protegía, los guerreros musulmanes nos desbordaban y rodeaban como una inundación; yo luchaba y luchaba a la desesperada, vestido con una especie de faldellín negro sobre una túnica blanca, que llevaba cosida una cruz roja en el pecho.
     A mi derecha, ví caer a un compañero traspasado y en ese momento de desatención, fuí traspasado también. Mi matador hizo un gesto como de socarrona disculpa al arrancar su acero de mi cuerpo, y entonces me fijé en su rostro mientras caía... que casualmente, era el vivo retrato de Chico Correntes...
   En mi ultima visión en trance, ví mi cuerpo y los de todos mis compañeros clavados por los enemigos en cruces alrededor de todo el perímetro de ruinas humeantes de la fortaleza conquistada.
   
   Bastante antes del amanecer nos despertaron, y embarcamos para Mapiá: Cuando el alba iluminó el rio Purús por el que navegábamos, pude ver las ropas con que alguien había tenido la amabilidad de vestirme por la noche, en la oscuridad y tras la ducha, al no encontrar las mías: Un short negro y una camiseta de Sanidad con la Cruz Roja sobre el pecho, “casualmente” los mismos colores y signos que me cubrían en mi visión de la caída de San Juan de Acre, tres horas antes...
   
   Todavía hubo otras casualidades: mucha gente, en Mapiá, estaba convencida de que el Padrino Sebastián era una reencarnación de San Juan, el anunciador de Cristo, y de ello hablaban muchos himnos; y cuando por primera vez vislumbré el templo de la aldea, octogonal, como los de los templarios, y sus símbolos-remate (la cruz cristiana, la medialuna islámica y la estrella judía), se me vino de repente a la mente que una vez más nos encontrábamos los viejos amigos y enemigos, repitiendo durante siglos el mismo drama, la misma disputa egocéntrica de poder, sobre la misma Tierra Santa: ¿Sería que por fin podríamos reconciliarnos, descubrir al hermano, el amigo y el maestro en el aparente competidor y cumplir en armonía la misión para la que fuimos emanados?
   
   ...Volviendo sobre los himnos: todo el mundo concordaba en que cada palabra de aquellas estrofas tan simples tenía, sin embargo, la oportunidad de convertirse en mensaje subliminar que, en medio del trance, tiraba de toda una cadena de reflexiones profundas que daban, casualmente, la respuesta consciente que en ese momento más necesitaba el iniciado para aclararse; Los clarividentes podían verlos, decían, como sones mántricos luminosos; algunos, incluso, como ángeles sonoros, que avivavan por resonancia las auras de los chakras etéricos humanos, aumentando la sensibilidad de sus percepciones sutiles... Traduzco libremente el inicio de un himno que a mí me parecía uno de los más emblemáticos de la Comunidad:
" Sol, Luna, Estrella, la tierra, el viento, el mar,
y la luz del firmamento, eso es que debo amar,
eso es que debo amar, traigo siempre en el recuerdo
a Dios que está en el Cielo, donde mi esperanza vá..."

   Los guerreros contenían su ímpetu en paciente escucha y permitían que las guerreras más osadas y seguras de sí mismas "puxasen" o tirasen de todos: La comandanta, o quien de las mujeres se lo supiese mejor, iniciaba con brío la primera estrofa de cada himno, y los hombres, enseguida, adaptaban su tono al de ellas en la repetición, de manera que jamás sus fuertes voces masculinas las adelantaran, taparan u opacaran, ya que sólo cuando la mujer se afirma en su ánimus, vigorizándose, y el hombre en su ánima, suavizándose, se consigue que ambos sexos equilibren su vibración en una alquimia sintetizadora en la que el Verbo Humano alcanza el auge de su poder creador; convirtiéndose un grupo de humanos así de bien complementados y afinados en un coro de ángeles encarnados, pulidos canales de transmisión de las virtudes del Ser entre todas Sus dimensiones.
   Los participantes en la sesión, alertas al ritmo marcado por las puxadoras, que era inmediatamente seguido por el paso y las maracas de los comandantes, cada uno compuesto en su lugar en ordenada relación, perfectamente encuadrados y sincronizados en la cadena bipolar de creciente energía dinámica, colocando mucho sentimiento en lo que cantaban, permanecían tan atentos, interiormente, al diálogo particular con su Maestro Interno - acompañado de visiones muy intensas que denominaban "miraciones" (mirar dentro de uno mismo)-, como externamente, a mantener la marcial cohesión y la armónica disciplina del colectivo guerrero que cantaba con entusiasmo; firmes en su Combate de Amor, indudable transformador de la negatividad del astral, haciendo su bailado y marcando el ritmo elegante y bravamente con maracas metálicas y redobles de bongós. También solía haber un guitarrista, un bajo, algunas bandolinas y cavaquiños (tiples brasileiros) y, más raramente, acordeón y flauta.
   Para quien se interese por el análisis formal de la música, éstas son las notas transcritas por mi amigo, el gran artista y profesor catalán de guitarra Gabriel Rosales, tras escuchar una cinta de himnos que le pasé:
   -"Melodía diatónica 1,3,5, con escala predominante pentatónica 1-2-3-5-6-8 (grados de la escala, Do-Re-Mi-Sol-La-Do), intervalo de inicio (cuarta justa) -efecto conclusivo-; estructura: A/motivo---; B/motivo---contramotivo. Las secuencias melódicas se repiten también en su forma rítmica...
   Música fundamentalmente afirmativa, ingenua, busca la armonía (con intervalos puros, perfectos), y la limpieza espiritual, con una monotonía que provoca introspección, un dar vueltas sobre sí mismo sin respuesta, y siempre presente al fondo el latir del concierto animal de la selva; hay una tendencia general a ir aumentando la velocidad hacia los finales, lo que crea tensión psíquica, expectación y entusiasmo... El ritmo tiene influencias del merengue, la habanera, la conga, viejas músicas populares portuguesas-pernambucanas y algo de andino en la flauta.-"
   Era espléndido el espectáculo de doscientas o doscientas cincuenta personas vestidas igual, evolucionando en balance en perfectas formaciones, y cantando himnos en el salón en forma de estrella del Templo, cada uno bien compuesto en su lugar, armados de maracas y de todo tipo de instrumentos musicales, especialmente en las grandes fiestas cristianas y en las de sus patronos principales, San Juan (que representaba al Sol, la Masculinidad Pura), Nuestra Señora de La Concepción (La Feminidad Divina, la Luna), San Sebastián... 
   
   
   
   Durante ellas, todos se vestían cuidadosamente de gala en sus casas y acudían, recorriendo descalzos, para no embarrar los zapatos, los caminos enfangados por la lluvia tropical que cruzaban el mato. Venían las mujeres vadeando los senderos, con las faldas arremangadas y su hatillo al brazo, pero tan nobles y elegantes como correspondía a quienes en verdad se dirigían a una fiesta de corte del Celeste Imperio, por La Divinidad Misma presidida.
   Los hombres iban todos de blanco, con chaqueta y corbata azul oscura, marcando el paso virilmente, mas sin la menor rigidez. Las mujeres, de todas las edades, eran las flores silvestres del Jardín Del Daime: niñas bellísimas ornando con su bailado la cabecera de la mesa, tales como ángeles en coro; jóvenes amazonas de largos cabellos ondulados en la edad en la que todos los encantos erupcionan incontenibles; femeninas y majestuosas panteras a las que parecía que cualquier vestido les sobrara, salvo su piel dorada multiracial perfumada por el sol, por el agua del igarapé y por los verdes aromas naturales; tan castas, sin embargo, en su aspecto, como frescamente sueltas y sensuales.
   En las primeras filas, danzaban en el templo las guerreras florecidas, destellantes de determinación sus rostros leoninos, compitiendo las más bravas por lanzarse a puxar un himno a toda voz antes que nadie y por sostenerlo, solas, hasta que todos las siguieran; otras, algo más maduras, eran madres de sus hijos y madrinas del mundo, de una dignidad impresionante, la que da el más abnegado amor familiar y cotidiano extendido a todos; Destacaban, por fin, las ancianas druidesas de blancas cabelleras, con tal dulce firmeza y profundidad en sus rostros, marcados por la aventura de la vida y por el conocimiento de su experiencia, que sólo mirarlas movía al mayor respeto.
   ...Cada una llevaba sobre la falda, cubriendo las caderas como una sobreprotección, una especie de sayita verde plisada, con tirantes diagonales -la moda intemporal del mato-, y, sobre la cabeza una corona de reina que ellas mismas se habían hecho en el Taller de Costura de la Comunidad con alambres y lentejuelas plateadas. Todos los fardados (que así se llaman las personas comprometidas con la Doctrina) llevaban una estrella de seis puntas al pecho, signo de filiación divina, equilibrio y conexión, y, dentro de ella, la luna creciente de la Virgen Madre y el Águila Solar de altos vuelos que cualquier daimista tenía que llegar a ser.
   Era espléndido cuando, al terminar un himno que nos había elevado a todos, los hombres prorrumpían ordenadamente en enérgicos vivas al Padre Eterno, a la Reina de la Floresta, al Celeste Imperio, al Mestre Irineu, al Padrino Sebastián y a todos los hermanos... El último viva se dedicaba al Santo Cruceiro, y todo el salón quedaba vibrando. Era espléndido oir a todo aquel pueblo cantar alegremente "parabems pra voçé" cuando se celebraba el cumpleaños de alguien o, simplemente, cuando se veía que alguien había renacido tras un profundo trabajo de cura... Era espléndido cuando, en medio del himnario, la vibración sincrónica se armonizaba tan bien y con tanta fuerza, creando un astral intensísimo, que todos nos mirábamos con una sonrisa feliz y camarada, amándonos unos a otros y a nosotros mismos.
   Aunque parezca a nuestros sentidos externos que luz y sonido son dos cosas diferentes, la verdad es que en el trance del Daime, yo percibía cada uno de los himnos como una sola onda continua y ondulada de energía, cargada de información sonoro-lumínica, con gran poder para hacernos conscientes, aunque ésto es subjetivo e ignoro si otros tendrían visiones semejantes, porque cada mente tiene sus propios códigos captadores o emisores de información; he visto, incluso, en la miración, como el sonido se geometriza en estructuras luminosas cargadas de códigos de información que nuestro subconsciente entiende muy bien, sobre todo si ha cultivado antes un poco su sensibilidad de percepción artística.
   En las sesiones de cura, además, pude "mirar" como los himnos iban poco a poco reordenando las alineaciones moleculares de un órgano enfermo, o sea, desafinado, y lo hacían de forma semejante a como se afina la cuerda destemplada de una guitarra, comparando su sonido con el que emite una bien templada, y haciéndola resonar por simpatía. En los momentos en que captábamos que el enfermo quedaba aceptablemente rearmonizado, solía rematarse el himno con un alegre "¡Viva la Salud!" que era coreado por todos.
   Comprendí perfectamente, entonces, que en el Principio Fuese el Verbo, y que todos los mundos manifestados no son otra cosa que bien armonizadas sinfonías. Quien no sigue el compás del Cosmos, enferma; los himnarios eran una extraordinaria escuela de armonización colectiva, donde el sonido se producía de la más poderosa manera: moviéndose ritmicamente en un círculo bipolar, que encauzaba las emociones grupales exaltadas por la Ayahuasca en una sola frecuencia expansiva.
   A través de aquellos cánticos repotenciadores, la mente individual conecta, por afinada resonancia ascendente, con la Octava Superior donde vibra la frecuencia de la Mente Colectiva, y recibe sus tesoros de sabiduría, servidos en recipientes dorados, aunque no siempre dulces, de puro sentimiento.
   Quien canta, eleva automaticamente la intensidad de su vibración; quien canta conectado, la eleva a las alturas donde el Yo resuena armonicamente con todos sus cuerpos; el cántico litúrgico es una llave multidimensional que liga nuestros siete chakras corporales con aquellos otros cinco del Yo Total Que Somos, que están situados fuera del acúmulo de energía al que solemos llamar nuestro cuerpo individual.
   Lo más alto a que podemos aspirar mientras aún permanecemos encarnados, es a convertirnos en un buen instrumento musical a través del cual las Sinfonias del Ser se derramen como bendiciones y bálsamos sobre el Plano Físico y sobre sus pobladores.
   La Ayahuasca es poderosa, pero los himnos, aún sin Ayahuasca, son tan poderosos como ella, especialmente algunos, que son llamadas invocatorias a la manifestación de imponentes fuerzas del Astral sobre nosotros.
   El sonido puede hacer vibrar los componentes ínfimos de cualquier cosa, que, en última instancia, no son sino fotones bipolares en movimiento, alternándose de forma ordenada sobre una estructuración rítmica geometricamente sonora. Así se vé en trance el momento mágico en que las ondas de energía-consciencia comienzan a transformarse en materia, aparentemente bien sólida.
   ...De la misma manera que un repentino sonido muy intenso es capaz de alterar la estructura vibrátil (sonora) que mantiene la cohesión estructural de un vidrio y hacerlo pedazos, así un cántico sacro tiene potencia para penetrar entre los tejidos y las neuronas, deshacer bloqueos, reorganizar grupos de células cancerígenas (o sea, desordenadas), y abrir huecos donde se puedan almacenar o condensar nuevas informaciones que serán semillas de transformación evolutiva.
   La Física Contemporánea ya ha llegado a demostrar lo que los chamanes y las Escuelas de Misterio conocían hace más de tres mil años: que el universo manifestado es puro sonido congelado, que la estructuración del átomo -que convierte las ondas mentales lumínico-sonoras en partículas materiales- obedece a las mismas proporciones numéricas que los principios armónicos que convierten al sonido en música.
   Los cánticos sagrados han sido usados como terapia reorganizadora, equilibradora y armonizadora de todos nuestros cuerpos desde la Prehistoria. Igual que el átomo, cada una de nuestras células es una caja de resonancia, cada uno de nuestros órganos o dimensiones de la consciencia es un conjunto de vibraciones que se mantienen en estructura común porque resuenan sincrónicamente en una frecuencia específica, y que sirve de escalón hacia un plano o piso determinado de nuestro Ser. La evolución consiste en ir ascendiendo a planos cada vez más sutiles de nuestro Ser, al tiempo que vamos integrando amorosamente las frecuencias más bajas y densas antes recorridas, en una escala de armónicos perfectamente conocida, ordenada, y ya controlada sin esfuerzo.
   Nosotros los Seres (de cualquier dimensión, de cualquier reino) somos, esencialmente energías; eso no significa que seamos un conjunto de tantos o cuantos kilos, o watios, o lo que sea, de una sustancia determinada; significa, mas bien, que nuestra actividad vital emite, produce, emana, ondas de mayor o menor poder perceptivo, que se dirigen hacia aquello que es objeto de nuestra atención, lo barren, como hace un láser o un radar, y rebotan; volviendo a nosotros con una serie de informaciones obtenidas.
   También podemos proyectarnos: Yo quiero escribir en mi ordenador la letra "A": para ello percibo en que lugar está la tecla correspondiente con mi atención perceptiva; cuando ya estoy seguro, lanzo un impulso sobre la tecla con precisión, atención proyectiva, y ese impulso, traducido por todo el complejo proceso funcional del ordenador, se convierte en una "A "sobre la pantalla.
   Ahora bien, para pulsar la tecla he usado energía mental intelectual y energía física, mas si la "A" forma parte de un poema de amor a mi dama, estoy empleando también energía emocional, y si en el poema digo que, a través del amor de mi dama, mi amor se extiende a todo cuanto existe, mi energía emocional se ha elevado y se ha convertido en alguna forma de energía espiritual. Todo esto, son metáforas para entendernos, ya que realmente, toda la energía es Una en el Cosmos y ella se ríe de estas clasificaciones humanas tan relativas.
   La energía es una, mas ella vibra en frecuencias diferentes según estemos, por ejemplo, percibiendo o proyectándonos sobre un problema mecánico, mientras arreglamos un motor, o percibiendo y proyectando en estado de contemplación, mientras damos las gracias por la Vida al amanecer. En el primer caso la energía se concentra, se contrae, penetra en una parcela concreta del mundo denso de la materia y de sus leyes, vibra con cierta lentitud, actúa de forma metódica y lógica, de acuerdo con lo que aprendió previamente que es correcto hacer, sobre un objeto bien determinado, y procesa en el cerebro a través del hemisferio izquierdo, que se encarga, preferentemente, del pensamiento deductivo.
   En el segundo caso,sin embargo, la energía se expande, se descontrae, vibra a gran velocidad, abarca un escenario mental amplísimo... (de hecho, sin límite alguno, en el cual caben, en el mismo espacio conceptual, todos los seres), actúa sentimental y espontáneamente de manera creativa, y procesa a través del hemisferio derecho, que es más intuitivo y creativo que lógico.
   Contraerse y expandirse son los dos direccionamientos fundamentales de nuestra energía dentro de la infinita escala de manifestaciones del Ser que Somos. El equilibrio en tensión entre contracción y expansión hace que las formas en las que envolvemos nuestra consciencia -nuestros diversos cuerpos densos y sutiles- permanezcan unidos en una estructura. Sin ese juego de opuestos complementándose, los millones de entidades que nos componen, se desintegrarían y disolverían.
   La Energía-Consciencia Universal no es otra cosa que la vibración que emitimos todos los Seres Divinos al vibrar conjunta y afinadamente y al relacionarnos a través de todas las dimensiones de manifestación del Ser Unico; viene a ser como la sinfonía que cantaríamos todos si todos cantásemos como ángeles, es decir, perfectamente compenetrados en el mayor amor, y perfectamente atentos unos a otros. Como para hacer eso se necesita un estado de conciencia expandida, podemos suponer que la llamada "Música de las Esferas" es la frecuencia de onda emitida por los Seres Unificados... los demás, simplemente, desafinamos; suerte que tampoco se nos oye demasiado.
   
   Los defectos del ser humano, pasiones del ego o pecados capitales: ira, soberbia, competencia envidiosa y celosa, avaricia acumuladora, miedos, dudas, desconfianzas, glotonería, ambición vehemente o indolencia apática, no son otra cosa que desequilibrios de la energía, polarizaciones hacia los extremos, los cuales producen, en primer lugar, contracción de la frecuencia, mayor lentitud de su onda, densificación y materialización; y, en segundo, separación y desafinación con respecto a la tónica de la sinfonía del conjunto de seres que somos; pérdida de calidad de consciencia, rebajamiento de nuestra atención, y con él, disminución de nuestro control sobre la propia situación y rebajamiento de nuestras percepciones y defensas, lo que facilita, como consecuencia, una apertura a la enfermedad.
   Cada uno de los planos de nuestro Ser que hemos conseguido armonizar, significa un esfuerzo previo -el Buen Combate del Guerrero o de la Amazona Espiritual- por desbravar las tendencias caóticas de las energías que nos conforman y por afinar entre sí a los egos que las rigen, después de hacerles someterse y adaptarse a la dirección de la comandancia unificada del Yo Sacro, quien sólo tiene un propósito: la elevación común del conjunto de individuos que se comprometieron a seguir la disciplina; y que no admite desorden caótico, ni desviaciones del ritmo marcado, ni presumidos que deseen destacarse a base de apagar a los demás, ni ambiciosos que acumulen más energía de la que les corresponde, ni cobardes que quieran ocultarse, o quedarse atrás, o no participar.
   Los himnarios del Pueblo de Juramidán son una escuela donde la célula aprende a servir afinadamente al órgano y a vibrar sincronicamente con él... por eso se dice que el Daime consigue curar a cancerosos que ya fueron desahuciados por todos los médicos.
   A mayor participación en la armonía común, más energía y más rápida su manifestación en el individuo; a menor participación, por contracción en el ego y por apartamiento, menor y más lenta energía, acompañada de apagones de consciencia. Cualquier ritual colectivo, y muy especialmente los del Santo Daime, es una fiesta que tiene por motivo comunicarnos intimamente y alquimicamente en nuestro Yo Más Elevado, expandirnos conjuntamente hacia El en las alas del Amor, la alegría y la lucidez, y cargarnos de la más alta energía que hemos conseguido componer juntos... es decir, nosotros más nuestras "relaciones astrales" (sinergía).
   Sana evolución significa consciente, firme y constante pulimiento y equilibración armonizadora, hasta que esas notas desafinadas o fuerzas rudas y elementales de nuestra base emocional -nuestros demonios interiores- se transmutan en las perfectamente sincronizadas y sinergizadas virtudes o sentimientos angélicos del Yo conectado a su propia Divinidad: Tolerancia, discernimiento, altruista desinterés, autenticidad y aceptación propia, creatividad renovadora, conocimiento comprendido por el corazón, valerosa autoconfianza, segura fe, realismo, gratitud, flexible autocontrol, generosidad, auto-soberanía impecable, y claro sentido de la propia realización al servicio del conjunto, o sea, del Todo que Somos.
   Visión: En el auge de la Era de Acuarius, cuando la Nación Planetaria, por fin unificada y bien pilotada por una Gran Fraternidad de mentes evolucionadas, haya tomado ya una buena marcha, toda la ingeniería constructiva y, por supuesto, la curativa y la genética, estarán basadas en el poder estructurador de ondas y moléculas que el sonido conscientemente dirigido posee; y lo que hoy aún se llama magia será la ciencia convencional del uso de nuestro Verbo Consciente Creador, así como la correcta canalización de nuestras emociones en el sonido, cuyas leyes los niños conocerán desde la escuela primaria.
   
   Tengo otras notas sobre himnos sagrados de otra tradición, tomadas mientras escuchaba al anciano chamán curador Sr. Domingos Macedo Brasil, o " Marirí", quien, repito, no seguía la disciplina del Daime, sino que era todo un ayahuasquero independiente, de aspecto sencillo, bondadoso y simpático, que residía en la selva profunda, allá por Tingo María, donde me contó como una vez tuvo que escoger entre el hambre o atreverse a arrebatarle su presa de caza a un jaguar, al que logró asustar y hacer que se retirara, gesticulando amenazante y profiriendo gritos de poder, ya que no portaba arma alguna en aquel momento.
   El me confió un himno-llamada muy bello para invocar a sus propios guías aliados, en el que se juntan palabras portuguesas y de alguna lengua indígena de tono tupí-guaraní (tal vez nehengatú), rítmico y repetitivo, con sonidos que parecen de aves de la selva. No voy a transcribirlo, naturalmente, pero apuntaré que las invocaciones, para ser efectivas, tenían que hacerse en días y horas determinados de la semana, tomando ciertas precauciones psíquicas y pidiendo algunos permisos previos al Astral; además de practicar abstinencia sexual un día antes y otro después y estar en ayuno, o haber tomado tan sólo una merienda levísima.
   Me dijo que se debe hacer toda la llamada en perfecto orden ceremonial; la música con que se canta tiene que nacer en lo profundo del corazón, no se puede pensarla, de hecho, se canta para parar el pensamiento, que es el portador de la duda, y la duda bloquea la manifestación del Poder... –El Poder no es otra cosa que conexión e identificación con lo más alto de tí mismo...por eso, has de prestar total atención (pero sin interpretar, sin pensar), a las sugerencias de tu interior, desde el principio hasta el final. 
    - No es conveniente, para evitar cambiar de onda, razonar ni seleccionar...- Estaba claro que no se debía emplear, en lo posible, el hemisferio izquierdo del cerebro durante el acto mágico. -...Jesús, dentro del niño espontáneo y puro en tí, sabe y selecciona; confía y déjate fluir en él-, decía el Señor Marirí.
   -Los himnos tienen que venir desde abajo hacia arriba, y no al revés... -continuaba el anciano-; facilitan la comunicación interdimensional y protegen al medium los arcángeles Miguel y Gabriel; y se toma contacto con diversos espíritus colaboradores que se catalogan por su número de estrellas, o fuerzas, o poderes -, los había de 2 fuerzas, como la Sirena, hasta de 13 estrellas, como el llamado "Rey del Aleluya"... la mayoría eran sanadores del Astral que recetaban cocimientos de hasta 25 diversas mezclas de vegetales de la selva, más la Ayahuasca. No se podían mezclar diferentes tipos de liana o cipó porque "luchan entre sí los reyes que los rigen"... Decía el Sr. Domingos que toda enfermedad es una disciplina para "quien hace para merecer."
   Sin duda, el chamán "Marirí" se refería a las potencias dévicas o principios vibratorios quintaesenciales que animan a las diferentes especies de lianas de la misma familia que pueblan la selva: Banisteriosis Caapi, Inebrians, Rusbyana o Quitensis; Mascagnias Glandulífera y Psilophyla; Tetrapteris Mucronata y Methystica... y también a las otras muchas plantas de poder, más de 90 ya conocidas por los investigadores, que, en la inmensa farmacia de la jungla, están disponibles para mezclarse con la bebida básica y para darle una clase u otra de carácter según el viaje que se pretenda hacer, o el tipo de estudio o curación que se persiga.
   Aunque el Pueblo de Juramidán machacaba en una dura batición toda la liana Jagube hasta reducirla a fibras, que se cocinaban junto a las hojas de la Chacrona, ni otros chamanes ni la mayoría de los indios  se tomaban tanto trabajo, limitándose a raspar la corteza del tronco recién cortado, ya que decían que es allí donde se contienen los principios psicoactivos principales. A veces hervían la corteza seis o siete horas, lo que daba una Ayahuasca superconcentrada; y otras, simplemente, la pulverizaban y la amasaban con agua fría como si fuese una harina, lo cual no provocaba un efecto tan potente como el del líquido resultante de la cocción.
   Los complementarios o agregados del cipó más comunes son la Psychotria Viridis (Chacrona), llamada "Rainha" por los daimistas, que alarga la intoxicación de las triptaminas, o también la Psychoria Carthaginensis, ambas de la misma familia que el café (Rubiáceas), igual que la Kana o Sabicea Amazonensis, de bayas rojizas, que endulzan algo el amargo Caapi. 
    Los indios solían guardarlo en una olla de cerámica, siempre con la misma forma de vientre femenino, decorada con motivos circulares u ovales amarillos sobre fondo rojo, que se cuelga en el exterior, bajo la techumbre de la maloca, en la esquina que queda a la derecha de la puerta principal. La confección de esta olla supone todo un feitío, o trabajo colectivo ritual, escrupulosamente controlado por el curaca o chamán, que tiene que dedicar 16 años de su vida al conocimiento del espíritu del Yagé (que así se llama la Ayahuasca en Colombia y Bolivia) durante su aprendizaje.
   Nunca se lava la olla sagrada, aunque se repinta en los grandes festivales. Los indios Tukanos-Makuna de la Amazonia Colombiana decoran las paredes de corteza del frente de sus casas con Gahpi-Ghori, que son, dicen, las imágenes que se ven en el trance provocado por la Bebida del Poder. El Yagé se considera una planta solar, y el Sol se asocia con conocimiento y poder, con el chamán y con el jaguar, que en Colombia se llama tigre; por eso, los indios Barasana llaman ponerse en "Estado de Tigre" a entrar en trance de Yagé, 
   Contaban los Ingas del Valle de Sibundoy, situado al pié de la Cordillera Sur de los Andes Colombianos, donde ya se abren los valles entre los montes a la selva amazónica, que, desde que los hombres encontraron el Yagé y se les ocurrió convidar a las mujeres, a éstas les llega la purificatoria menstruación.
   Eso fué allá en los más remotos tiempos, cuando la tierra era sombría, fría y gris y la gente humana, todavía no muy diferenciada de los animales, vivía vagando por la selva, cazando lo que podía, mas, sobre todo, probando todo cuanto pareciese servir para comer, para embriagarse o para curarse. Al raspar la corteza de la liana y tomarlo, diluído en agua, por primera vez, los hombres se asombraron al cabo de un rato, al ver que un pedazo que les había quedado sobrando, se enraizaba en un momento en el suelo y luego crecía y crecía hasta llegar al cielo. En su punta brotó una flor inmensa y luminosa, el Andakí, que, al ser fecundada por el besaflor o colibrí (pajarillo libador de flores que simboliza el alma humana), se transformó en lo que hoy llamamos el Sol.
   Desde esa flor bajaron por el tallo a la Tierra danzando un grupo de representantes de la Humanidad Solar, mientras tocaban alegres melodías con tambores y flautas. A cada melodía que entonaban, el cielo se teñía de un color diferente, que maravilló a todos, porque antes de eso, no había sino una oscura tonalidad ceniza en la atmósfera de La Tierra. Los Iniciadores Solares dieron luz y color a todos los seres terrestres, el nuevo mundo era ahora una luminosa sinfonía de luz y color, que hizo brotar el entendimiento, la inteligencia y el lenguaje en los hombres, diferenciándolos para siempre de las bestias, aunque les aconsejaron que usasen la voz para cantar, mejor que para hablar.
   Desde entonces, cultivan los indígenas dos huertas diferentes: una para los productos alimenticios, y otra, más sagrada, para las plantas medicinales y las de poder, que siembran en las lunas llenas de Abril, Mayo y Junio. Dicen algunos Ingas que el Caapi crece mejor cerca del arbusto de la Coca; y que, cuando se acabe este ciclo, que ya se está acabando, los Iniciadores Solares volverán a bajar con sus músicas y convertirán a la Tierra en un pequeño Sol con luz propia, lo que hará que se vuelvan sabios de una vez todos los seres humanos que, para entonces, ya estén suficiente preparados.
   
   También usan muchos caboclos amazónicos en la mezcla con la Liana de los Espíritus otras plantas psicoactivas muy peligrosas, como ciertos alucinógenos relacionados con la familia de las Solanáceas: el borrachero Brugmansia Suareloens (da alucinaciones aterradoras) o Brugmansia Aurea, o Kinde, o el potente borrachero enano Munchiro (usados en el Putumayo), o la Datura Cándida, que añaden a la liana los Ingas y Kamsás del valle de Sibundoy, en el Sur de Colombia, cargados todos ellos de antropina y escopolamina, que bloquean el neuro-transmisor Acetilo-colino...
   ...Y las Brumfelsias Chiricaspi o Grandiflora, contenedoras de Dimetiltriptamina; y muchas otras, como el zumo del Tabaco Rústico, o silvestre, o puro, la Malouetia Tamaquarina, o como la Tabermaemontana, la crispa o toé negra, la Calathea Reitichiana, la Alternanthera Lebmannii, la Rinorea Viridiflora o Parápra, que prolonga la capacidad visionaria, cierta especie de Iresine, los helechos Lygodium Tenustun y Lomariopsis Japurensis; de la familia del muérdago, otrora tan usado por los druidas europeos, el Phrygylanthus Eugenioides; la menta Ocimum Micranthum, la juncia Cyperus, la gutífera Clusía; los cactus Opuntia y Epiphillus  ...
   ...Y la Chagropanga, o la Diplopterys Cabrerana o Yági (una Malpighiacea), que causan visiones con aureola azulada... (las dimetiltriptaminas que contienen, unidas a la oxidasa monoamina bloquean los alcaloides beta-carbonilos del Jagube )... y también el Chiric-Sanango, que se usa como aditivo del Caapi a orillas del río Loreto-Yacu, en la Amazonía Colombiana: pedazos de raiz y hojas de un arbusto trepador, que es muy tóxico para el ganado.
   Los indios Emberas de la espesa selva  del Chocó, entre los Andes Occidentales de Colombia y el Océano Pacífico, llaman a la Ayahuasca, Pildé o Dap'a; el chamán, al que ellos dan el título de Jaibaná ("el que tiene poder sobre los espíritus"), raspa la corteza de la liana con un machete y echa las raspaduras en un recipiente con "viche", bebida rica en alcohol destilada del guarapo de caña.
   Después de tres cuartos de hora, la mezcla se cuela a través de una tela y la medium ayudante del Jaibaná -a la que se llama "la pildecera"- la consume, justo después de que se abre ritualmente el trabajo mágico. Durante él, el Jaibaná armoniza controla y dirige con su bastón de poder las fuerzas de sus espíritus aliados (jais) o de aquellos, simplemente, sometidos a su voluntad, mientras recita sus himnos y oraciones, y hace que actúen como curadores, apoyándose en las visiones sobre el Astral que su ayudante, la pildecera, le va relatando; Así, entre los dos, cada uno con sus ojos abiertos a una dimensión diferente, van realizando conjuntamente su trabajo.
   En el Perú hay quien prepara a los enfermos con un ayuno y con la ingestión previa de varios tipos de infusiones medicinales, que se administran al paciente en una choza diminuta donde se le mantiene totalmente aislado y en meditación forzosa durante días; cuando ya está su personalidad suficientemente "ablandada", el chamán le hace ingerir Ayahuasca y se queda con él durante el trance, no más que recitando himnos, que allí se llaman "ícaros". Oí hablar de un centro, allá por Madre de Dios, donde se desintoxicaba de esta manera a los drogadictos más duros y degradados.
   En fin, podríamos citar muchísimas otras plantas más, usadas ritalmente por los pueblos de la selva,... cuyo conocimiento, precioso para la Humanidad, se perderá el día, ya muy cercano, en que el último maestro chamán amazónico muera sin ser escuchado por respetuosos y atentos discípulos ebrios de conocimiento ecológico y holístico.
   De las 150 especies de plantas visionarias más usadas en el mundo, 130 residen en Sudamérica, pero la Amazonia debe guardar muchísimas más, aún desconocidas por nuestra civilización, y tal vez alguna de ellas sea el catalizador que, el día que estemos preparados, nos ayude a dar el siguiente paso de gigante en nuestra evolución colectiva. Preservar la selva y sus tesoros, recibir el legado de los últimos sabios del mato, y montar un modelo alternativo de colonización y explotación ecológica y respetuosa de la Naturaleza, es tarea que espera a los mejores guerreros y amazonas. Lo que ellos hagan mostrará al mundo como se puede vivir en un paraíso natural, sin dejar de disfrutar de los adelantos del Tercer Milenio en todos los campos.
   
   No quiero cerrar este capítulo, especialmente dedicado a los himnos sagrados, sin consignar que el trabajo sobre las vibraciones sonoras que nos conforman esencialmente (En el Principio era el Verbo) formaba también una parte importantísima de las enseñanzas del Maestro Carlos Pacini, que al fin y al cabo era músico. El escribió bastante sobre el tema en su libro "El Sol" que yo traduje, por pura admiración, al castellano y que recomiendo al que quiera profundizar en el asunto, pues no tiene desperdicio  .
   Sólo apuntaré que él decía que el hombre no puede re-armonizarse con la Vibración Universal que lo emanó si no se pone antes a armonizar trinamente sus cuerpos vibracionales (físico, emocional y mental), en base a la tónica correspondiente a su momento actual específico, que tiene que ver con la nota de la escala que más le emociona en ese instante. Luego de esa armonización trina, daba instrucciones bien técnicas -ya que la música es pura matemática- para armonizarse septenariamente, es decir, para sincronizar las siete frecuencias de manifestación de nuestro Ser Integral por medio de mantrams bien sentidos; ya haciéndolo en acorde mayor, ya en menor, según queramos desplegar las potencialidades de nuestro masculino o femenino interno, o las del equilibrio entre ambos.
 
11- LAS MIRACIONES
   
   Oí una vez al Padrino Sebastián protestando: -"Esos doctores dicen que el Daime sólo es una droga que produce alucinaciones; pero yo pregunto: ¿Qué cosa son alucinaciones?... ¡Luz! ¡Luz del Espíritu para despertar a la mente aletargada, eso son!-"
   Las “miraciones” o alucinaciones producidas por la Ayahuasca (percepción de las puras energías de los planos astrales y sutiles y de su unidad esencial) eran emocionalmente arrebatadoras, porque su efecto nos hipersensibilizaba al máximo si éramos minimamente sensibles y receptivos; aunque yo conocí a muchas personas que llevaban años ingiriendo Daime y, sin embargo, jamás habían accedido al privilegio de tener visiones interiores. 
    Se trataba, en general, de personas muy reprimidas, miedosas o bloqueadas, incapaces de aflojar el autocontrol y de dejarse llevar al interior del subconsciente. Estos hermanos eran los que peor lo pasaban, porque entonces toda aquella energía tenía que aplicarse, entera, al exclusivo intento de remover sus bloqueos; lo cual suponía una tremenda batalla interior, a lo largo de toda la sesión, entre la Consciencia, queriendo mostrarte lo que estaba corrupto o sucio en tí y los residuos de tu ego, que se empecinaba en el intento de apartar desesperadamente la vista.
   Para todas estas personas, de mentalidad en el fondo bastante masoquista, el Espíritu del Daime era una especie de Dios Castigador de corte bíblico que los penitenciaba por sus pecados. Después de sufrir un rato, se sentían aliviados por haber pagado dolor espiritual a cambio de sus culpas, pero eso no solucionaba las causas de lo que les hacía sentirse culpables, que no querían ni considerar; con lo cual se repetía la misma "pea" o paliza subconsciente, en cada una de las siguientes sesiones, hasta que la persona acababa por acostumbrarse a sentirse a gusto en el infierno de sus remordimientos o hasta que, en un momento de valor, aceptaba ver y reconocer su negrura abismal, se proponía sinceramente vivir consciente de ella, adoctrinando a las partes más negativas de su espíritu para corregirlas minimamente o para mantenerlas controladas. Así se liberaba de la total dependencia de sus bajas vibraciones ...Puro psicoanálisis chamánico.
   Reflexionando hoy, años después, sobre mi experiencia, podría decir que nada tenemos que descubrir de nuevo en nuestro interior, sino redescubrir, porque eternamente toda la sabiduría divina reside en nuestro subconsciente colectivo, revestida de un ropaje simbólico de arquetipos que nuestra mente traduce al condicionamiento cultural de cada uno, para hacer percibibles en cada momento oportuno sus mensajes a la razón; El problema es que también nos pasamos la vida arrojando al profundo pozo subconsciente todos los impactos emocionales de nuestros errores y todos los aspectos de nuestra realidad personal que no coinciden con la "Buena Imagen" de nosotros mismos que anhelamos mantener en fachada.
   Así que todo el trabajo preparatorio a nuestra realización -o cumplimiento de la misión para la que estamos en este plano- consiste, esencialmente, en atrevernos a descender al abismo subconsciente, remover las capas superficiales de porquería astral acumulada en esta vida y en las anteriores, disolver su negrura con la luz de nuestro reconocimiento, y aceptar serenamente que también esas energías demoníacas (por sucias) son nuestras, y que tenemos que trabajar pacientemente para limpiarlas en lo posible, conscientizarlas y reconvertirlas en nuestras virtudes o poderes divinales o angélicos.
   Naturalmente, mientras vivamos en una frecuencia vibratoria baja, las sombras predominarán; pero, según vayamos expandiéndonos en el Amor, irán quedando más y más controladas; y, por fin, al ascender a verdaderas frecuencias claramente expandidas, nuestra Luz y nuestra Sombra se sintetizarán alquimicamente ante nuestra Consciencia Unitaria, ya que en Ella no cabe la dualidad, y se harán Uno de una manera tal, que la consciencia dualizada no puede ni concebirlo.
   Es esa consciencia dualizada y contraída la que juzga todo, de acuerdo a su relatividad, como bueno o malo. En Dios no cabe el mal, lo que nosotros conocemos como el Mal y la Sombra (así, como nombres de arquetipos) no son sino aspectos de Su Justicia que realizan funciones necesarias, por destructivas que nos parezcan, y que sirven correctamente a Sus designios. En el Universo tiene que haber de todo, y las fuerzas destructivas son las que facilitan la continua transformación, que es lo que estimula a la Mente Eterna a renovarse continuamente; y a re-vitalizarse en ello.
   El mito de Adán y Eva probando el fruto del Conocimiento del Bien y del Mal, significa el descenso de una Mente Unificada, que entiende que todo está bien, (porque nada existe que no sea la relación del Todo Consigo Mismo), a otro tipo de calidad de mente disminuída, en la que yo me siento separado del Todo, lo que provoca que, inevitablemente, surga en mí,en un primer momento, la desconfianza y el miedo hacia "lo Otro" que no controlo, porque no amo, porque siento que "dejé de ser también Ello".
   En esa pugna lógica, pero ilusa, alienada por la angustia, entre el ego y su entelequia fantasma de "Lo Otro", el ego empieza a creer que no tiene más remedio que establecer categorías diferenciadas hasta el extremo: el Bien es todo aquello que me conviene, el mal es todo aquello que tiene que ver con "Lo Otro", lo que supongo mi competidor (Todo el resto del Universo), cuyo "bien" disminuye mi aterrado control del territorio mental reducido que he escogido, ciegamente, para esconderme de un Mí Mismo que en todas partes impera, fuera y dentro de mí.
   Ahora bien, la solución inmediata, la salida del terrible estado de aislamiento mental que llamamos "contracción en el ego, consiste en expandirse sobre la buena onda de un acto de amor cualquiera, pero necesariamente bien sincero: un ir al encuentro "del Otro", un abrir la guardia y la sonrisa, un atreverse a invitarar a bailar a esa beldad, la Pureza, tan hermosa que da demasiado miedo acercar a ella nuestra impureza, es decir, nuestra propia idea sobre lo baja y fea que se encuentra hoy nuestra propia vibración, nuestra baja estima...mas no hay cuidado, cada vibración sólo se puede relacionar directamente con las vibraciones afines, ya sean las que residen en el siguiente escalón, por arriba, de la Espiral de la Consciencia, o en aquel otro, el grado siguiente por abajo, hacia el que a veces, nuestra compasión tiende una mano generosa, beneficiándose inmediatamente de la elevación de autoestima que su gesto produjo ante sí misma.
   Eso es medicina suficiente, ese pequeño impulso de bondad basta para remover la capa superficial del pozo subconsciente con una ondulación de simpatía que abre, que lleva las corazas, diluídas, ondulando en círculos hasta la periferia, que deja deja libre el centro. Por ahí penetra el primer rayo azul con cuya luz El Amor barre las sombras. Y, automaticamente, te expandes.
   Por eso recomiendan los sabios que, cuando no puedas hacer nada positivo por tí mismo, hagas algo por un hermano que se encuentra aún más desfavorecido, y ya estarás haciendo algo positivo por tí mismo.
   Una vez hemos descontaminado la capa superficial del pozo, los tesoros de sabiduría divina que han permanecido allí desde siempre elevan su perfume cautivador hacia nosotros, nos envuelven, y nos devuelven toda la potencia necesaria para convertirnos en limpios canales y brazos ejecutores del Plan Evolutivo de Nuestro Ser Esencial y Total sobre la extensión de Sí Mismo que el plano material es.
   Y ese Plan no consiste en otra cosa que en llevar la Consciencia del Ser Cósmico que somos hasta la última de sus partes menos conscientes; y ese es el trabajo y la misión de Amor Integral del ser humano, al haber nacido como un puente entre su Yo Mayor, el Espíritu Superconsciente, y Su Propia materia animal inconsciente, la piedra que hay que pulir. Mas tenemos que llegar, por Nosotros Mismos, a un mínimo de nivel de expansión de Nuestras frecuencias de Consciencia, para poder empezar a servir al Todo, dentro de la Dinámica Cósmica, desempeñando funciones tan discretas como delicadas.
   Hay, pues, que prepararse, ensayar, entrenarse, superarse. Superar continuamente las propias perfecciones, ese es el Juego Divino. Es más que el Juego de la Excelencia... es el de la Perfecta Omnipotencia, viva y móvil, dominando cualquier conflicto, armonizando todo su espacio, albergando y dominando en él las infinitas escalas de Sí Misma sinteticamente, es decir, por la alquimia de la temperanza, de la conciliación de opuestos, de la aceptación y asimilación de cuanto es oscuro por la luz del Amor.
   
   ...¿Y qué es lo que produce la ingestión de Ayahuasca? ¿Has oído hablar de un sistema antiecológico y brutal de pesca que consiste en hacer estallar dinamita en un río? La onda expansiva mata o conmociona a todos los peces que se encuentran en su radio, sean adultos o crías, grandes o pequeños, de superficie o de profundidad, y los hace ascender; entonces quedan flotando inmóviles sobre el agua, a merced del pescador, que va recogiendo los más grandes sin preocuparse por haber vaciado de vida a todo aquel pedazo de río. Algunos indios amazónicos usan, para lo mismo, unas hierbas, barbasco, con las que envenenan las aguas, pero que, por fortuna, no tienen más que un efecto temporalmente paralizante sobre los peces: después de que los pescadores se llevaron los más gordos, todos los demás van reviviendo poco a poco y la vida continúa.
   Pues bien, la Ayahuasca se sentía a menudo, en verdad, como un cartucho de dinamita arrojado al interior de nuestro pozo subconsciente: Tras una arrebatadora explosión caótica de nuestros fosilizados esquemas y bloqueos, todos los contenidos de la psiquis profunda, sublimes o monstruosos, limpios o sucios, personales o agregados, angélicos o demoníacos, traspasaban los umbrales de su noqueado guardián, el ego racional, sin posibles interferencias, y se presentaban en la superficie de la consciencia, ante nuestra pantalla mental en el tercer ojo, clarísimos, en toda su magnificencia, o evidentes en toda su repugnante vileza.
   Como nuestra consciencia está acostumbrada a sólo considerar su "Buena Imagen", su primera reacción emocional -en un estado hipersensible- era de horror, pavor y verguenza ante la contemplación desnuda de toda su bajeza, que, como un cáncer devorador, la estaba vampirizando y corrompiendo interiormente.
   La remoción psicológica iba acompañada de una remoción somática y el brebaje, si no provocaba náuseas y vómitos al ingerirlo, (por causa de su acre sabor a resina de árbol), acababa por producirlos más tarde, lo cual era bien positivo, ya que actuaba a modo de purgante y hacía salir la porquería física acumulada en el cuerpo tanto como la mental, y cuando uno se aliviaba de ambas, le invadía un profundo bienestar, en el que podían acontecer las visiones más lúcidas y gratificantes; cargadas, además, de sabiduría y comunicación (o, mejor aún, comunión), con nuestro Todo Cósmico.
   Cuando la vibración energética se elevaba tanto y a tal progresiva velocidad que nuestro emocional se volvía un caos, la manera en que descubrí que podía reordenar mi mente y salvarla del pánico, -pero cada cual que busque la suya- era hacer controladamente más lenta y más profunda mi respiración; no permitir al pensamiento que divague, sino mantenerlo en mi aquí y ahora más alto; permanecer atento a lo que mi interior tenía para aconsejarme, prestando atención a los himnos; o centrarme en el tercer ojo o en la cruz de dos brazos que presidía la mesa; o rezar con fervor un Padrenuestro o un Avemaría, o cualquiera de los más conocidos mantrams hindúes o tibetanos, que eran entrañables para mí hacía tiempo.
   Estos símbolos u oraciones se veían en mi trance como energías luminosas espirales de fortísimo poder centralizador, que convertían el caos en un mandala de imágenes, por fin coherentes, obligadas por mi invocación a estructurarse caleidoscopicamente y a girar en torno al más sólido, ordenador e ilimitado concepto de la mente humana: Dios.
   Dios invisible, Dios insondable, Dios indescriptible. Mas hélo ahí, aquí, en toda parte: El Ser.
El Ser luminoso y amoroso.
Ahí y aquí, y en todo. Nuestro Ser.

   Innúmeras veces di gracias a la Vida por haber llegado a aquella Aldea de Magos minimamente preparado por el Yoga, por mis lecturas, por los Maestros que había conocido y por mi propia autoformación en el sentido crítico y la libertad individual; de lo contrario bien hubiera podido quedarme enganchado en el fascinio pasivo de aquel Poder durante muchos años, como tantos que conocí; Eso hizo también que, desde el principio, pudiese aprovechar muy bien todo el potencial transformador que tenía aquel explosivo despertador de consciencia que era el Daime, y que recibiera un buen trato y grandes dádivas del Maestro Juramidán, lo que movió la competencia de algunos de mis compañeros hacia la arrogante fortuna de aquel extranjero recién llegado.
   Había también una enorme diferencia entre compartir la sesión con personas de una cierta evolución espiritual o con aquellos que todavía estaban prendidos al sufrimiento, el miedo y la baja autoestima: un espíritu bien firme y creador que empieza a "mirar" en la rueda chamánica, puede facilitar la ascensión de todo el grupo hacia dimensiones de extraordinaria luminosidad, donde se puede contactar con entidades de maestría ilimitada que nos enriquecerán con sus inspiraciones; de la misma manera, un bajo astral general puede convertir una sesión en un tormento. ...Por eso, un buen comandante de sesión debe ser, ante todo, un impecable y eguilibrado canal que sostiene para todos con total calma y firmeza su propio puente, hacia la Fuente de La Fuerza Que Todo Lo Armoniza tendido.
   En cierto modo, la principal aventura interna que la ingestión sacramental de Ayahuasca facilita, consiste en arrojarse voluntariamente a la locura, a la rotura de nuestros esquemas prefabricados y falsos de aparente estabilidad anímica y "normalidad" convencional, y luego mantener el valor, impecablemente afirmados en nuestra confianza en nosotros mismos y en nuestro Dios Interior, durante la vertiginosa caída a los infiernos subconscientes, mientras tratamos de crear o recrear -con toda la velocidad de nuestro ingenio-, una imagen mental sólida, inmutable, una representación, un símbolo, que haga de centro de Consciencia Sagrada en medio del caos, el cual es, en verdad, Nuestro Propio Centro.... hasta que la componemos, o surge sola.
     ...Y entonces la locura, ordenada, armonizada acalmada como una serpiente que se enrolla mansamente en torno al pilar básico del trono divinal de la Armonía Misma, se transmuta en genialidad, en comprensión lúcida más allá de cualquier esquema explicativo, en emocionado conocimiento directo, experiencial, profundo, que nos pone en éxtasis ante los tesoros del autodescubrimiento.
 
12- ESPIRITISMO
   
   Algunas otras sesiones eran de limpieza y cura, y normalmente se celebraban en la Casa de La Estrella, edificio de madera no muy grande de tejado cónico y doce lados, que se había construído siguiendo las instrucciones canalizadas "del Rey Salomón" como hermético condensador arquitectónico de las energías grupales. Por la casa de la Estrella tenían que pasar los enfermos y, al menos tres veces, todos los visitantes, para limpiarse de las vibraciones del "Mundo de Ilusión" del que provenían, y para afinarse minimamente con la onda de los mapianos o de los visitantes más sabiamente integrados, los que, de verdad, lograban vivir "El Cielo" de Mapiá, es decir, en un estado de consciencia conectado, que comenzaba por conectar amorosamente con la Comunidad.
   Se convidaba a los enfermos a que se acostaran pasivamente sobre un colchón en unos cuartitos anexos, y a que se relajasen y abriesen; los guerreros y guerreras se apiñaban todo lo que podían en el reducido espacio, cada uno compuesto en su lugar de la rueda energética; y los padrinos o madrinas más conectados de la comunidad se sentaban en el centro, alrededor de una mesa en forma de estrella, desde donde canalizaban las energías curadoras de sus guías, sostenida su vibración por los cánticos del colectivo. Se tomaba un Daime superespeso, concentradísimo, casi miel, pero hiel, de amargo y de pesado, que actuaba rapidamente como removedor de toda negatividad encostada y que hacía que la mayoría  de nosotros se disolviese en vómitos al tiempo que vivía un intenso proceso de autoaclaración interna acerca de las causas espirituales de su dolencia.
   Más tarde, en el momento oportuno en que la intuición del "Guardián de la Santa María" se lo dictaba, se abría el corazón y el ánimo de los participantes con una fumada ritual de hojas de una planta sedante; y por fin alguien hacía un anuncio: "Segunda toma" y, aunque el cuerpo se revolvía sólo de oírle, todos se entregaban valientemente a la tremenda purga, a un nuevo lavado energético de himnos, y al proceso de conscienciación paralelo, que acababa de limpiar cualquier residuo de negrura astral. Muy raro era que hiciese falta una tercera toma.
   Las "Padriños" y "Madriñas" del Pueblo de Juramidán, aquellos que vivían en la frecuencia más conectada, demostraban claramente, no con palabras, sino por su amoroso brillo armonizador, que "estaban" en este mundo, el de los pobres sufridores automatizados, y que lo compartían, igual que un maestro comparte amigablemente con los párvulos el aula, pero que vivir, "vivían" en otro mundo, o en otra dimensión de éste (que ocupaba el mismo espacio y el mismo tiempo): el de su celebración continua de la maravilla que es La Vida y en el de la Luz que resultaba de su celebración, luz que repartían por doquier, espontaneamente, sin proponérselo siquiera, tal como los astros hacen, a aquellos hermanos y hermanas que pasaban por balanceantes períodos demasiado nocturnos.
   En estas Sesiones en La Casa de la Estrella -edificio circular, bien cerrado, para que sirviese de acumulador de energía fluyente, y cónico, para que ésta fluyera hacia arriba-, al igual que en cualquier terreiro (centro ceremonial) de Candomblé, de Umbanda o de Espiritismo Cristiano, y apoyados por la energía grupal de los guerreros y guerreras que se ordenaban a su alrededor, cantando himnos y llamadas a los orixás o espíritus curadores, los mediums iniciados incorporaban entidades desencarnadas provenientes de las dimensiones baja y media del Astral .
    Esas regiones energéticas semidensas son las partes de nuestro Subconsciente Colectivo mas próximas a la dimensión física, por donde erran toda clase de espíritus de baja intensidad luminosa. Aquellos que estaban tratando de hacer méritos para elevarse eran los-que colaboraban con nosotros (al tiempo que con su propia elevación), dando consejos, limpiando el aura de los pacientes, prescribiendo remedios naturales o practicando operaciones quirúrgicas completamente increíbles para un europeo... mas, sin embargo, extraordinariamente efectivas, ya que numerosos deshauciados se recuperaron allí, saliendo luego a caminar limpios y renacidos como bebés, hacia una segunda vida de su vida...
    ...O, por lo menos, aquello les llevaba  a aceptar con alivio la muerte inevitable, a la que ya no se veía como un agujero negro aterrador, sino como una liberadora vuelta a nuestra eterna casa, aquella por donde volvemos a pasar entre cada una de las infinitas manifestaciones de Nuestro Ser en Sus infinitas Moradas.
   De esas curaciones o alivios se está recogiendo abundante documentación testimonial; la Medicina del Tercer Milenio consistirá sobre todo, en aprender a mantenernos directamente canalizados con la Fuente de La Eterna Juventud: Dios, la Suprema Armonía.
   Uno o dos fiscales videntes afuera, y otros en el interior cuidaban, en colaboración con los Aliados Astrales, de que las energías negativas que el trabajo curador desenganchaba del aura de los obsediados, fueran expulsadas o transmutadas realmente, y también de mantener a raya a las miríadas de “oscuros” que por toda parte pululan tratando de prenderse a algún alma débil para chuparle su luz.
   También deshacíanse trabajos de magia negra, Macumba o Quimbanda, muy común en el Brasil y, a veces, se llegaba a luchar duramente contra entidades obsesoras que se negaban a desprenderse del cuerpo etérico de la persona a quien vampirizaban.
   
   Nacido en la verde y nubosa Galicia, que es tierra céltica de brujas, fantasmas y apariciones, pero también de demasiada superstición e ignorancia, estas historias de ultratumba atraían, por un lado, parte de mi atención imaginativa con un cierto fascinio, pero por otro, para mí estaba claro que todo eso formaba parte del lado poético, fantasioso y folklórico de la ancestral cultura popular, igual que la ficción literaria de las leyendas y los mitos, y que de ninguna manera se podía tomar en serio ni mezclar con la realidad racional de la vida cotidiana.
   Sin embargo, al comenzar a introducirme en el Espiritismo Brasileiro, se me hizo evidente que nuestra realidad racional e individual es apenas una parcelita muy pequeña de un campo de realidad inmenso e invisible, en cuyos niveles medios nuestra aparente individualidad se diluye, para convertirnos en un haz o en un colectivo de consciencias; y en un nivel más alto todavía, el colectivo se unifica en una sola Consciencia Universal, la del Ser Que Es, que interactúa eternamente Consigo Misma.
   Años antes, en la bella isla fluvial de Mosqueiro, cerca de la desembocadura del Amazonas en el Atlántico, donde nuestra hija menor nació, mi compañera y yo nos hicimos amigos de un "Pae de Santo", medium o sacerdote de Umbanda, muy joven y muy buena gente, llamado Lico. Fué con él que asistimos a las primeras sesiones de incorporación espírita sanadora. Lico recibía principalmente, tras una especie de bailado, a un guía del Astral de la línea de Marte-Ogún, que había sido un poderoso guerrero indígena, un caboclo, llamado el Señor Rompe-Mato, tan noble como rudo; cuando lo incorporaba, los músculos gráciles del cuerpo joven de Lico parecían hincharse, como si su energía se triplicara, al tiempo que se encorvaba su espalda, siempre el brazo izquierdo doblado y el puño cerrado contra ella, como si retuviera allí alguna energía de reserva o conexión, mientras que se endurecían sus facciones; también su voz sonaba distinta, y su manera de hablar.
   Incorporado en nuestro amigo, el caboclo Rompe-Mato recibía al anochecer a numerosos pacientes con problemas y angustias en una arenosa playa del Gran Río, trabajaba con sus relaciones astrales, deshacía traumas subconscientes, daba consejos, y prescribía remedios naturales para las dolencias físicas, que a menudo se curaban. Era un trabajo caritativo de ayuda psicológica (o espiritual) totalmente gratuíto, que consumía gran parte del tiempo de Lico y que también lo obligaba a vivir en disciplina, oración y meditación, ya que su alianza y ligazón interna con sus guías iba pareja con su compromiso de adoctrinarlos y alimentarlos espiritualmente varias horas al día, para ayudarlos en su evolución astral.
   Todo eso nos encantaba, pero no dejaba de parecernos un teatro, en el que Lico curaba a la gente de males imaginarios por sugestión, simplemente revistiéndose de una personalidad poderosa y sobrenatural en la que la gente simple y supersticiosa pudiese confiar, mejor que en la frialdad profesional, burocrática y casi robótica, de los médicos mal pagados que una Sanidad Estatal masificada y anónima asignaba a los humildes.
   Creíamos tan poco en la realidad de aquellos supuestos espíritus que se incorporaban, que llegamos a ofrecer nuestra casa a Lico para que celebrara una sesión semanal de espiritismo con unos mediums que estaba preparando.
   Una noche, cuando ya estábamos todos reunidos, y viendo que Lico se retrasaba muchísimo, autoricé, como dueño de la casa, a abrir la sesión sin él... y se desató el caos. Comenzaron a incorporar descontroladamente diversas entidades muy alborotadoras, y, al poco, ya había tres o cuatro mediums contorsionándose al mismo tiempo alrededor de la mesa, uno de ellos poseído de una manera tan fuerte por una energía tan extraña y tan turbulenta que me hizo tomar consciencia, de repente, de que había sido una total irresponsabilidad mía abrir aquella Caja de Pandora que, al parecer, contenía algo más que fórmulas de autosugestión.
   Cuando mayor era el caos, y ya estábamos a punto de entrar en pánico sin saber que hacer, se me ocurrió de pronto que si todas aquellas energías diabólicas parecían tan reales, de la misma manera podrían serlo las entidades divinales de la mitología cristiana en la que se nos había educado, y me centré fervorosamente en la oración, pidiendo ayuda a Lo Alto.
   La oración pareció llevar un poco de calma a mi ánimo en medio de toda aquella escandalera, y sólo entonces acudió a mi mente un nombre que en alguna parte había leído u oído: Astrea, jefe de la policía del Astral; parecía cosa de cómic.
   Sin embargo, era lo único a que podía agarrarme en ese instante, así que me levanté, y con firme voz y mi mayor seriedad invoqué, en nombre de la mesa espírita consagrada, al espíritu de Astrea, para que se llevase de nuevo al Astral a todas aquellas agitadas entidades.
   Y, ante mi alivio y asombro, la invocación surtió efecto; los mediums se quedaron inmóviles de repente; poco a poco, fueron recuperando sus personalidades habituales y la calma volvió a la sesión. Todos los presentes nos centramos entonces en oraciones tradicionales, agradeciendo sinceramente habernos librado de aquello; cuando Lico apareció por fin, se dedicó a re-energetizar a los mediums y fué extraordinariamente delicado con mi irresponsabilidad, dándome un toque suavísimo -a la brasileira- para que anduviera más atento con lo desconocido, y sin reprocharme nada.
   Pero durante todo el mes siguiente había un vibración pesada en la casa, y sentíamos que extrañas presencias invisibles nos rodeaban, como esperando una nueva ocasión para que, abierta la puerta entre las dimensiones, pudiera organizarse de nuevo una parranda brujil... Tuvimos que acabar mudándonos de casa y de barrio.
   Un año después ocurrió la única experiencia espontánea de visión clarividente, sin estimulante químico alguno, que tuve en mi vida... ocurrió en el mismo Mosqueiro, en el año 1986: Estabamos en plena temporada turística y yo me había pasado todo el fin de semana pintando retratos a los veraneantes. Pintar es una actividad que se realiza con el tercer ojo, el cual equilibra en una armonía expresiva los datos recibidos por los dos ojos físicos cuando éstos se entrecierran.
   Pintar retratos además, supone la captación intuitiva de la energía o carácter del retratado, junto con su imprescindible parecido físico, en un corto espacio de 15 a 20 minutos de pose, lo cual es casi una actividad adivinatoria, absolutamente propia del hemisferio cerebral derecho, que supone una inmensa concentración sobre el ojo interno... Yo no había parado de trabajar seguido durante todo el día, así que sentía el latir de mi glandula pineal como si tuviese un pequeño martillo blando golpeándome ritmicamente la frente, entre los ojos, desde el interior del cráneo.
   De repente, tras firmar una obra y entregarla, me di cuenta de que el gran disco rojizo del sol tropical comenzaba a caer a pico sobre el río-mar, cuya otra orilla casi no se alcanzaba a ver en el horizonte. En torno a mí los chiringuitos playeros se estaban vaciando y los veraneantes regresaban a sus casas con el fin de la tarde.
   Mis posibilidades de seguir trabajando se habian acabado: los únicos clientes que quedaban en las terrazas de la playa de Murubira eran los borrachos, que rumiaban el fracaso de más un día tirado por la borda, apalancados sobre mesas cubiertas de botellas de cerveza vacías que el camarero sólo retiraría al contarlas para cobrar la cuenta. Y yo, por experiencia, sabía que aquel tipo de público, si bien pudiese acceder facilmente a hacerse un retrato a cambio de compañía para su vaciedad, no serían capaces de estarse quietos durante la pose, ofrecerían una imagen patética a mi lápiz y, por mucho que los tratase de humanizar, se mostrarían probablemente conflictivos a la hora del pago.
   Así que, dando por finalizada mi jornada, me dejé derrumbar sobre la primera silla a mi alcance, aún con mis materiales de trabajo entre las manos, y permití a mi cuerpo y a mi mente relajarse profunda, profunda, profunda y gratamente. Entonces ocurrió:
   Ante mí, a menos de tres metros, había una mesa llena de botellas con dos hombres semiinconscientes, repatringados en sus asientos, que todavía sorbían de sus copas; y tras ellos yo estaba viendo claramente, con mis propios ojos bien abiertos, a una especie de enormes pájaros que los sorbían a ellos con sus picos, largas trompas o tubos cónicos que mantenían clavados en las nucas de los bebedores.
   Sus formas se presentaban bastante bien definidas, pero vaporosas, casi transparentes, como globos plásticos hinchados, teñidos de colores fuertes y sucios; cada bebedor tenía a tres o cuatro de aquellos pajarracos acoplado a la médula de su columna vertebral, y cuando tragaba hacia la garganta y el estómago la parte líquida, material, de la cerveza, yo podía ver claramente como el espíritu del alcohol, sus fluídos etéricos, ascendía trompas arriba, chupado avidamente por los repugnantes bichos, que se llenaban con la energía de sus parasitados, lo que hacía que, por un momento, sus sucios colores pareciesen brillar más.
   Con la consciencia de estar ante una oportunidad única, vencí mi sorpresa inicial y esbocé rapidamente lo que estaba viendo en un papel con una barra roja de cera; al hacerlo, debí activar mis mecanismos habituales de percepción lógica, con lo que la visión se desvaneció y sólo quedaron de nuevo ante mí los infelices bebidos-bebedores bajo el resplandor rojizo del sol poniéndose.
   No se repitió el fenómeno por mucho que traté de relajarme; más tarde reforcé mi esbozo a bolígrafo y lo enmarqué en azul; lo conservo como una curiosidad vivencial entre mis álbunes de viaje.
   Cada vez que paso por una taberna o por un barrio de copeo vuelven a mis sentidos las sensaciones de repugnancia que me causó la visión de los demoníacos elementales del alcohol; sé que están ahí, agazapados en la sombra o entre las cubas, impregnados de olor a fermentación, esperando a que cualquiera abra sus defensas etérico-psíquicas para acoplarse a su nuca y vampirizarlo, pidiéndole más y más. Desde entonces guardo una prudente distancia con respecto al alcohol, a pesar de haber sido educado en su cultura; Y estoy seguro de que atrás de cada vicio o cada pasión de un hombre -y la más alta virtud se puede volver un vicio cuando perdemos su control y su equilibrio- hay una pandilla de parásitos astrales estimulándolo, encadenándolo y chupando su médula, sin importarles llegar hasta las últimas consecuencias.
   Cuando pocos años más tarde volví a abrir mi visión astral, esta vez usando un psicoactivador, es decir, entrando en el trance provocado por los elementales de la Ayahuasca, pude ver como cada persona va siempre acompañada por un grupo, a veces numeroso, de entidades astrales: espíritus aliados u obsesores prendidos a su energía, que pueden parecer ángeles o demonios según la calidad de ésta.
   Además de eso percibí claramente como cada uno de nosotros somos una legión más o menos conjuntada de diversas entidades inconscientes, semiconscientes, conscientes o superconscientes, cada una con su karma o memoria positiva o negativa determinante, y con su propio carácter, que viven al mismo tiempo en todos los Planos de Manifestación del Ser; y que sólo estamos aparentemente individualizados en el Físico y en el Astral Bajo y tal vez Medio (lo que quiere decir que todas, o la mayoría de las entidades que nos conforman se pusieron de acuerdo de acuerdo en diseñar una imagen colectiva que las resuma y represente, la llamada personalidad). De manera análoga, el pensamiento sostenido de todos los seres humanos sobre el mundo, es lo que determina que el mundo -que no es sino nuestro espacio mental próximo- tenga el carácter o personalidad y hasta las leyes físicas que actualmente tiene (o que aparenta tener para nosotros).
   Los físicos cuánticos, por otra parte, han descubierto que el comportamiento de la energía universal es caótico, y que sólo se estructura en un sistema de leyes que conforma un mundo cuando nuestra propia mente imagina un paradigma o conjunto de circunstancias que ordenan al caos que nos envuelve en un cosmos.
   Además, no cabe duda de que, aumentando la vibración, la Realidad se modifica y la consciencia se expande: En el Plano Mental Superior ya no cuentan nuestras personalidades psicológicas celulares, sino sólo nuestro Ser Planetario; y de ahí para arriba tan sólo nuestras Entidades Cósmicas Mayores; hasta llegar al Plano Espiritual propiamente dicho, donde cualquier diferenciación, dualidad o paradoja aparente se diluye en nuestro Ser Divinal Unimúltiple, que representa, a través de millones de formas imaginadas, todos los papeles vivos de Su sueño creativo.
   Lo que de manera más sensible vivenciamos todos los días consciente o inconscientemente, son las relaciones entre el plano Astral y el Físico: LOS INVISIBLES DEL ASTRAL nos acompañan y nos influencian a toda hora, dependiendo eso que llamamos providencia, suerte o destino; en gran parte, de nuestro grado de antipatía o simpatía con ellos.
     ...Todo lo cual fué registrado literariamente en la más antigua tradición cultural europea, cuando los Dioses Olímpicos apoyan o combaten en la Ilíada a los héroes de la Guerra de Troya, usándolos como peones de ajedrez físico en su propio combate astral entre ellos; o tejen combinaciones de "casualidades" alrededor de nosotros que desencadenan hechos imparables, y no hay más remedio que aliarse con sus fuerzas positivas, o que defenderse de su negatividad, para poder controlar minimamente nuestro destino.
   ... Y no vale desentenderse, ya que las energías del Astral son las de nuestro propio emocional, individual o colectivo... Según como cuidemos o no de mantener armónico o desarmónico nuestro ánimo y nuestros humores, así serán las energías que atraigamos a construir cotidianamente el mundo que nos rodea y todo lo que somos.
   Es propio del trabajo espírita considerar, en cierto nivel, que aquello que se manifiesta en el mundo físico como nuestra identidad individual no es sino la punta del iceberg que, en el plano subconsciente, conforman innúmeras entidades astrales, ya innatas y personales o ya ajenas, y agregadas por afinidad -la legión de nuestros egos, o la parte mas afín a nosotros del Inconsciente Colectivo de que habló Jung-, a los cuales debemos llegar a reconocer, permitiendo que se expresen a través nuestro.
    Además, por bajo que sea su nivel de consciencia, es deber ético de caridad fraterna aceptarlos y asumirlos como parte nuestra, controlar su influencia sobre nosotros, adoctrinarlos con paciencia y con constancia (eso es lo que significa conocerse a uno mismo) ... y darles oportunidad de que vayan aprendiendo a utilizar de manera positiva sus potencias, transformando así en aliados de nuestra misión a nuestros demonios o a los espíritus vagabundos que han conseguido pegarse y fundirse a nosotros, a ser atraídos a  nuestras energías más bajas por resdonancia e identificación...
   Un maestro mexicano que tuve posteriormente, llamaba a esa legión de egos que nos conforma "NUESTRAS RELACIONES" y decía que todos estos espíritus interdimensionales -que, en realidad, no son sino los distintos personajes que el Ser Supremo y Unico representa- están ligados a nuestra propia evolución y, según su nivel de consciencia y de poder, nos pueden ayudar o precisan ser ayudados por nosotros.
   Los que tienen verdadera capacidad para ayudarnos, aunque sólo lo harán si se lo pedimos, son las entidades que, conformando nuestro Yo, emiten una calidad de energía-consciencia más elevada que nuestro ego habitual o, hasta elevadísima, comparada con él: Desde la de nuestro Yo Cósmico, Sus altos Arcángeles y Regentes Planetarios, entre ellos el del propio Planeta Tierra, los grandes avatares y los grandes guías de la Humanidad, los maestros ascendidos, los santos y santas... hasta los ángeles que incorporan nuestras virtudes más puras y aquellos otros, llamados guardianes, que inspiran nuestro mental y nuestra base ética (la voz de la conciencia) o, simplemente, nos avisan de posibles peligros...
   Todos ellos están normalmente velando por nosotros, igual que cada persona cuida, o debiera cuidar, de la limpieza, salud y bienestar de los sistemas, órganos y células de su cuerpo, de su casa y de su medio ambiente, por la cuenta que le tiene, ya que todo es parte del todo que somos.
   Y dependiendo de la amplitud de consciencia de nuestro cuidador, él cuida -y se hace responsable por ello ante La Vida- de parcelas más o menos amplias de la Entidad Multidimensional que somos, ya sea, por ejemplo, la de nuestro Ser Planetario, o la de nuestro Ser Humanidad o o la de nuestro Ser Celular Individual... Siempre permisivos y tolerantes con nosotros, siempre respetando nuestro libre albedrío para decidir y experimentar por nosotros mismos, porque es nuestra única manera de aprender...
   Como consecuencia de la Ley Universal del Amor, cada ser tiene como maestros a otros seres que, sin necesidad de haber llegado a un tipo de consciencia que podríamos llamar divinal, se encuentran, sin embargo, en un nivel ligeramente superior al de sus circustanciales discípulos. Un ser puede ser ahora maestro y mas tarde discípulo de aquellos a quienes orientó, como ocurre con muchos hijos que, después de haber sido protegidos e intruídos por sus padres se convierten, ya de adultos, en guías y protectores de éstos.
   Todos los Seres son hermanos emanados, al mismo “tiempo” eterno, de la misma Fuente Primordial; mis hijos recibieron de mí hace pocos años tiernos cuerpos jóvenes, pero sus espíritus son tan viejos como el mío; yo estoy, apenas, representando el papel de su Hermano Mayor Iniciador en ésta encarnación, y en otra, los papeles podrían invertirse. Así un padre debe ser infinitamente atento y servicial con sus hijos, y respetar, estimular y facilitar al máximo sus tendencias positivas profundas y sus particulares vocaciones innatas, que son, sin duda, los trabajos y misiones que vinieron a realizar en este plano.
   Como amorosos Hermanos Mayores nuestros que son, los Seres Expadidos procuran no interferir con las voluntades de los Seres Aún Densificados, al menos que sea absolutamente necesario o si se lo demandamos; y, eso sí, mantienen en nuestras consciencias correspondientes la semilla del Plan Cósmico para cada ciclo, a fin de que tendamos a colaborar con él, ajustándola a nuestros particulares tipos de comprensión, según estemos más o menos vibracionalmente expandidos.
    Aunque saben, con la mayor comprensión y amor, que somos libres de seguir sus sugerencias o de no seguirlas, no se preocupan demasiado de los desastres que causamos con nuestra libertad...ya que ellos tienen capacidad para corregir y enderezar cualquier entuerto planetario,antes de que llegue a representar un peligro para las Entidades Superiores  que conforman los altos niveles del Ser Mayor. (Decir Entidades, o decir “Individualidad es una ilusión, porque nuestro Yo Auténtico es cósmico y colectivo).
   Y si nos empeñamos en jugar con fuego y nos hacemos daño... nos dejan llorar un poquito, para que aprendamos mejor. ¿Dolor? ¿peligro de muerte? ¿Qué pueden significar esas palabras para unos Seres Divinos de Consciencia Unificada que saben que todo es eterno y que en un instante propulsan cualquier energía más baja de frecuencia que la de ellos y la convierten en cualquier clase de forma corporal con sólo desearlo?
   ...Por lo mismo, hay muchas parcelas elementales o confusas de nuestro Yo Total, muchas de "Las Relaciones" de lo que consideramos "nuestra individualidad") que más precisan de ser ayudadas por nosotros que de ayudarnos, ya que su frecuencia vibratoria es más baja que la humana... Aunque no cabe duda de que, cuando las ayudamos a elevar su nivel y a vivir en armonía, su armonía nos ayuda, ya que estas entidades están englobadas en la nuestra, porque también son inferiores a la nuestra sus consciencias parciales o sus inteligencias, habilidades, autonomías o fuerzas. Por tanto, es nuestra responsabilidad cuidarlas, y cuidándolas, nos cuidamos.
   Estas "relaciones" nuestras que precisan de nuestra ayuda son, en primer lugar, los elementales que conforman nuestro ego y que han de ser aceptados, por negativos que parezcan, purificados, corregidos y mantenidos limpios y bien disciplinados bajo las órdenes del Intimo Divinal que habita en nuestra alma. Si no comenzamos por ayudarnos a nosotros mismos, nuestra posterior ayuda a otros puede ser más nefasta que eficaz, pero no es necesario esperar a ser un Buda para empezar a prestar servicio, como dicen algunos para justificar su materialismo espiritual, volcado exclusivamente a un ilusorio y farisaico crecimiento interno, más ilusorio cuanto más aislado de la solidaridad activa con el resto de los Seres
   Tras ello, viene el desinteresado servicio de amor a nuestros familiares dependientes, especialmente los niños y ancianos. En tercer lugar, a cualquier ser humano vivo que se encuentre en una posición aparentemente más débil o menos libre que nosotros en cualquier sentido, sobre todo aquellos que nos vienen a pedir ayuda de forma directa... y también incluímos aquí a los espíritus humanos desencarnados que aún no han logrado ascender a niveles elevados del astral, y que llegan (o ni consiguen llegar) a las mesas espíritas a pedir la caridad de un poco de atención compasiva y algunas oraciones para reenergetizarse...
   En cuarto lugar, están los seres pertenecientes a lo que llamamos los Tres Reinos Inferiores, o los Reinos Naturales; no estoy hablando de los animales, plantas o minerales, que, para la mayoría de nosotros son apenas cosas, vivientes o inertes, sino de los espíritus de mayor o menor consciencia que los animan, ya que todo está vivo en el Universo y todo es la misma Consciencia en distintos grados de manifestación y evolución; y todo eso soy Yo Mismo, se encuentre dentro o fuera de mi cuerpo físico, pues mi cuerpo físico no es más que una de mis envolturas: las hay más grandes, como aquella que llamamos La Biosfera...
   Tradicionalmente, se ha dado en llamar "elementales" a los espíritus que animan a los seres que evolucionan en los tres reinos naturales, y que aún poseen una consciencia inferior a la humana. La evolución de los elementales es asunto de ellos mismos, como es asunto nuestro la humana; sin embargo, de todas "sus relaciones" es La Humanidad la que más incide sobre ellos, los manipula, los explota y hasta depende simbioticamente de ellos para su propia supervivencia elemental; asi que, por correspondencia, corresponde a la Humanidad la responsabilidad directa de ayudar a los espíritus de los cuatro elementos y a su armonía, que es la del planeta todo en que vivimos.
   Esta responsabilidad es aún mayor cuando se trata de seres con los que convivimos directamente, como los elementales que animan a nuestros animales domésticos, a nuestras plantas domésticas -que llegan a hacerse claramente uno con nosotros-, o a todos los que viven en nuestro entorno y bajo nuestro dominio o influencia; e incluyo aquí a los elementales ígneos, aéreos, acuáticos y minerales que evolucionan en el medio ambiente de nuestra propia comunidad.
   Ecología es el arte-ciencia que cuida de la salud física de "nuestras relaciones naturales". Magia es el arte-ciencia que cuida de la salud emocional y mental de "nuestras relaciones naturales"; y el principal trabajo del mago se realiza con los elementales, sean los que viven dentro de su cuerpo o los de su entorno"exterior" (aunque es sólo una manera de decirlo, ya que para El SER que realmente Somos no hay dimensiones, ni dentro ni fuera, ni superiores ni inferiores, y todo esto es sólo el lenguaje figurado de la mente dual, por causa de su frecuencia vibracional contraída).
   ¿Que es lo que hacemos cuando preparamos Ayahuasca en el Feitío y luego la ingerimos ritualmente?... pues una serie de operaciones mágicas, en las que, en primer lugar, extraemos elementales poderosos de un par de plantas naturales de polaridad complementaria, los casamos alquimicamente, tras impregnarlos de nuestra particular mentalidad individual y grupal, y después los volvemos a casar (en una ceremonia colectiva y sinérgica en la que se genera una gigantesca cantidad y calidad de energía interdimensional), con elementales semejantes a ellos, que viven en nuestros tres cuerpos elementales, físico, emocional e intelectual, y que sirven a nuestra mente añadiendo a su tónica energética habitual un caudal mayor o menor de elementos calmantes o estimulantes ya sean químicos o psíquicos, según el Elemental Rector de nuestro hipotálamo (o cerebro reptil instintivo y automático) considere o no que nuestra armonía general lo necesite.
   El Elemental Rector del hipotálamo se conforma com mantener la armonía general básica, la que sirve para mantener al cuerpo físico en buen estado y al mental y al emocional ajustados a las rutinas habituales de la personalidad, o sea, del Ego Elemental que actualmente hace el papel de director de toda la legión de egos psicológicos elementales que conforman nuestra psique por debajo del nivel de consciencia y de poder del que consigue mantenerse como director de todos ellos.
   ...Pero supongamos que uno de los egos de esa legión, que a veces se arroga el título de "Defensor del Cristo Interno", nuestro yo de guerreros (El Emperador, en el Tarot), siempre exigente de una mayor intensidad vital, es más ambiciosa... ¡quiere dejar de reptar sobre la tierra y volar un rato!
   Así que se lanza al asalto del poder con un ejército bien conjuntado y disciplinado de elementales de Jagube y de Rainha enardecidos por cánticos religiosos, arroja de su puesto y emborracha al ego rector a golpes de Ayahuasca, y refuerza con sus soldados a los elementales estimulantes del cerebro, inundándolo de sustancias psicoactivadoras que lo hacen pasar de un ritmo de bicicleta a otro de avión supersónico.
   Durante un cierto tiempo, esa hiperaceleración del ritmo mental produce un caos vertiginoso, mas, si el ego guerrero está bien entrenado, acaba por dominar el potro salvaje de la mente caotizada, reorganiza a sus legiones de elementales y los canaliza hacia los Olimpos del Astral sobre el cauce armónico y seguro de los himnos del Santo Daime. El ritual colectivo está tan bien afirmado en torno, que no hay manera de perderse; hasta los novatos, a poco que presten atención y se entreguen minimamente al ritmo grupal que se marca, acaban encontrando los cauces por donde todas las energías que se desataron puedan ser reordenadas y canalizadas hacia lo alto.
   ¿Con qué se encuentran todos esos elementales invasores allá arriba? pues se encuentran con todos los otros elementales, semejantes a ellos -porque todo el Universo está construído con el mismo material, Mente Cósmica- ...que pululan por el Subconsciente Colectivo portando contenedores mentales -es un decir- a sus espaldas.
   Los invasores lo requisan y chequean todo, procesándolo rapidamente gracias a su energía repotenciada, y con todo lo que encuentran, que normalmente pasaría desapercibido al ego rector de la psique o que, simplemente, no le interesaría, hacen dos montones: en uno colocan toda la basura del Subconsciente, en otro, todas las joyas resplandecientes que descubren.
   Primero muestran a tu consciencia hipersensibilizada toda la basura, hasta que te aterras de lo sucio y negligente que andabas por dentro, te asqueas, lo vomitas y haces propósito de enmienda; ahí, lanzando gritos de triunfo, el ego guerrero manda volcar ante tus percepciones el carro donde se recogió el botín de visiones celestiales, sabias reflexiones, joyas del espíritu, obras de arte mentales...
   Entonces, todo el resto de la sesión se vuelve, a menos que todavía haya resistencias, puro disfrute de lo adquirido, placentera psiconáutica planeando segura sobre los firmes cauces del ritual; y, cuando éste por fin termina, los guerreros siguen disfrutando, aún más libremente si cabe, pero no de una forma tan entusiasta, del territorio subconsciente conquistado, hasta que, poco a poco, sus energías repotenciadas se van agotando y acaban durmiéndose sobre sus armas y laureles, circunstancia que aprovecha alguno de los egos psicológicos que sobrevivió al combate (por simpatizante de los invasores), para hacerse con la rectoría de la psique e irla llevando poco a poco hacia su propia versión de lo que debería ser su equilibrio ideal, y que, tarde o temprano, vuelve a convertirse en un equilibrio rutinario, aunque, sobre él, continúa flotando gloriosamente el recuerdo de las altas sensaciones obtenidas durante el último asalto al Astral... Y todo ésto, naturalmente, es pura metáfora, o parábola, o ejercicio literario; quien lo vive, sabe como lo vive, y la vivencia de La Vida, con mayúscula, es personalísima, absolutamente subjetiva, indescriptible e intransferible.
   Todo ésto es para ilustrar como, verdaderamente, nuestro trabajo principal, el trabajo de Adán y sus hijos, es lidar con los elementales naturales -algunos tremendamente tercos y resistentes como demonios- que, dentro y fuera de nosotros, conforman nuestro mundo físico, el de nuestro cuerpo físico y el del mundo natural que continuamente transformamos, al igual que nuestros cuerpos emocional y mental.
   Las grandes madres y padres los convierten en un hogar lleno de amor y en una familia armónica y sana; los grandes agricultores y jardineros en parques espléndidos, exuberantes de abundancia y variedad; los grandes ingenieros los convierten en impresionantes construcciones materiales; los grandes artistas en maravillosas construcciones sensibles; los grandes sabios en inteligentes construcciones mentales.... Y no hay oficio tan modesto que no se pueda llegar en él a la excelencia, transmutando a través suyo a los más densos elementales en refinadas, complejas y sutiles realizaciones, tan cargadas de genialidad como de virtudes espirituales; integrándolos, con ello, de algún modo, si proceden de otros reinos, en la propia evolución consciente de la Humanidad ...Lo que se llama santos, es gente que a base de un amor y consciencia infinitos, consiguen transmutar a sus elementales internos más elevados en grupos de altas virtudes humanas en armonía, que, en planos superiores, podrían parecerse a bien afinados coros de ángeles.
   Los iluminados que en el mundo han sido -pero todos acabaremos llegando allí- han conseguido, a base de convertise en pura armonía viva, vencer cualquier resistencia elemental en sí mismos y convertir todo lo que en ellos todavía era densidad material o tendencias hacia la tierra, en pura energía ascensional, primero, y en puro espacio espiritual después, espacio en el que todos los seres existentes son abarcados por la más amorosa identificación e integración, y en el que, por consiguiente, el Todo y sus partes se funden en extática unidad.
   Como decíamos antes, además del mundo elemental de los elementales, el único mundo superior del que los seres humanos somos responsables, y al que tenemos que llevar hasta el máximum de perfección y luminosidad, es el mismísimo mundo de los espíritus humanos, empezando por la propia persona, por dentro y por fuera, la propia familia y la propia comunidad. Construir el Paraíso en la Tierra es nuestro juego de niños-dioses, aquel que nos entrena para construir el Paraíso en el propio espíritu, que es obra ya de adulto, y que no se erosiona tan facilmente con la lluvia y el viento como las construcciones materiales.
   Cuando hablamos de espíritus humanos, no nos referimos sólo a los que caminan por este plano dentro de un cuerpo de carne, sino también a aquellos que lo han perdido y todavía están vagando por el Bajo Astral, totalmente desorientados y acosados por las monstruosas formas-pensamiento que nosotros mismos hemos creado y que en ese espacio del Subconsciente Colectivo del Ser Humanidad se contienen; y que están, además, llenos de angustia porque los tales monstruos los acosan y les chupan toda su energía, y cada vez se convierte en un tormento mayor para ellos el ir arrastrándose de ninguna parte a ninguna parte en ese infierno oscuro.
   El Espiritismo es una movida caritativa -muy denigrada por aquellos espiritualistas "finos", tan pagados de sí mismos que unicamente quieren tratar con entidades de alta jerarquía consciente, de Arcángeles y Maestros Ascendidos para arriba-. El Espiritismo se ocupa, fundamentalmente, como hizo Jesús, del atendimiento a las necesidades espirituales básicas de la gente humilde y del rescate de los espíritus humanos, degradados y sufridores, que penan en el Bajo Astral. Todo lo que necesita el mundo es Amor, accesible a todos, y no Metafísica de Elite para mayor engorde del ego de unos pocos intelectuales.
   En las Mesas Espíritas -y no hay aldeíta en el Brasil tan pequeña que no tenga una-, los sufridores son autorizados a incorporarse sobre los mediums, y así pueden comunicarse con los encarnados y ser atendidos. Lo que la mayoría de ellos más necesitan es un desahogo emocional, un pedir perdón por algo que no perdonaron en vida y unas oraciones que les den un poco de energía espiritual luminosa; luego, los propios espíritus aliados de la mesa -generalmente antiguos sufridores, que se han vuelto colaboradores y que con ello se elevan y liberan-, los encaminan hacia regiones más elevadas del Astral donde puedan recibir ayuda, protección, y adoctrinamiento para continuar aumentando sus energías de amor, con lo que su frecuencia vibratoria acabará expandiéndose y desprendiéndose por fin de los oscuros planos densos, para acceder a nuevos ciclos de evolución astral, porque el Juego de la Evolución no se circunscribe tan sólo a la dimensión física, sino a todas las dimensiones del Ser Manifestado...
   Mas ¿qué hacer con los espíritus sufridores demasiado rebeldes, embrutecidos por la absoluta carencia de luz, resentidos, diabolizados, a los que la mesa espírita es incapaz de corregir?... Pues no hay más remedio que expulsarlos en Nombre del Supremo Espíritu, rogándole que encuentren una consciencia gigante capaz de redimirlos... Gigante como la del Padrino Sebastián, de quien dicen que tomó sobre sí al Satán que resumía toda la rebeldía, insolidaridad, competitividad y maledicencia de su pueblo, y que lo fué transmutando poco a poco hasta donde pudo, aunque eso le costó toda una vida de tremendos dolores interiores y exteriores, que él ofrecía a La Vida Mayor para la salvación de los más descarriados.
   He aquí la segunda venida de Cristo, simbolizada por el segundo brazo horizontal de la Cruz del Daime, la del amor compasivo y redentor de los Hombres y Mujeres de verdad que se realizan en el servicio a la elevación colectiva de la Humanidad, sin reparar en sacrificios personales.
   El Santo Daime es una doctrina que se encuadra, de una manera muy peculiar, dentro del amplio y variado abanico del Espiritismo Brasileiro, y el Espiritismo considera que Reencarnación y la Ley del Karma son hechos sobrada y experiencialmente comprobados a lo largo de su continua comunicación con las entidades del Astral. El propio Yo Superior de cada espíritu, tras valorar el balance de acciones individuales de su reencarnación anterior, determina, según la LEY DEL AMOR, si la siguiente ha de ser una reencarnación evolutiva, disciplinaria o sacrificial.
   Una Reencarnación EVOLUTIVA es la de los que volvieron para continuar el aprendizaje ascendente del alma en el nuevo marco de algunas de las infinitas potencialidades que nuestro Ser Esencial desea aún experimentar. Algo así como seguir los estudios en un curso superior y en un nivel más alto de consciencia... Los espíritus muy evolucionados que, tras haber pasado por un verdadero renacimiento en vida, están ya casi a punto de sentir integralmente la Dignidad Espiritual de Autoidentificación con la Divinidad, se encuentran en lo que se llama una Encarnación de Síntesis, tal vez la última, la cual viven profunda y aceleradamente, tratando de limpiarse de sus ùltimos karmas negativos, perdonando todo lo perdonable, amando todo lo que se puede amar, y, sobre todo, generando toneladas de vibración positiva en servicio absolutamente desapegado a la Humanidad.
   Una Reencarnación DISCIPLINARIA O PROBATORIA viene a ser, continuando la comparación, como repetir el curso que se suspendió en condiciones diferentes, pero con los mismos aprendizajes, hasta que se asimilen y se superen. Este espíritu tendrá que pasar por las mismas circunstancias en las que estaban los seres que anteriormente despreció, a ver si así es capaz de comprenderlos; se le dará ocasión de convivir familiarmente con aquellos que fueron sus peores enemigos, para que tenga oportunidad de llegar a amarlos, y volverá a enfrentarse con todos sus antiguos bloqueos, temores, odios, insuficiencias, para tener oportunidad de transmutarlos y vencerlos ...Todo ésto puede conllevar un cierto sufrimiento, pero ¿que es el sufrimiento para un Espíritu Eterno que ha pasado por infinitas muertes y nacimientos? ...pues apenas algo así como la prótesis correctora que se le ponen a unos dientes que se niegan a crecer derechos.
   Una reencarnación SACRIFICIAL, sin embargo, es la propia de aquellos espíritus altamente evolucionados, perfectamente unificados con la Consciencia Cósmica, maestros iluminados ascendidos, que ya no vuelven porque tengan necesidad de aprender en la Escuela Humana, sino porque se precisa de ellos como Maestros Ayudadores. Podrían haber pasado a otro Plano absolutamente libre de las limitaciones del Terrestre, pero su Amor aprendido llegó al nivel sublime de comprensión y unificación en el que se dieron cuenta de que no podrían disfrutar felices de lo conseguido si no contribuían libremente a la liberación de las partes de sí -sus hermanos y hermanas- que todavía gemían en la inconsciencia y la tiniebla. Esa es la madera de los grandes avatares y guías de la Humanidad: los Cristos, los Budas y muchísimos otros Maestros menos famosos o completamente desconocidos, con algunos de los cuales nos cruzamos tal vez diariamente sin sorprendernos por su Luz, a causa de que nuestros ojos están demasiado ciegos todavía.
   De la misma manera, en el trabajo espírita, hay tres clases de presentación (identificables por las Grafías Sagradas de Pemba) de las Entidades del Astral sin cuerpo físico que acuden a comunicarse con los encarnados para aconsejarles o curarles, o, simplemente, dar testimonio de que la vida es eterna y multidimensional y de que existe una Ley del Amor que le da sentido: Entidades de cuerpo astral auténtico, reajustado o sacrificial.
   Como la misión principal de la Umbanda Brasileira es lograr la reconciliación y armonización total de los espíritus de las razas que se relacionaron traumaticamente sobre el espacio histórico del Nuevo Mundo, dando oportunidad a que, desde el Astral, mas actuando sobre el Físico, acaben de perdonarse y compensarse todas las deudas kármicas contraídas por los miembros de cada raza (con la colaboración estrecha de los guías angélicos de cada una, de sus Maestros Ascendidos y de sus espíritus más evolucionados, o incluso de los que no lo son tanto pero que quieren compensar los errores cometidos en sus vidas anteriores, para poder ascender en el tipo de evolución, que continúa en el Plano Astral), tenemos que:
   LA ENTIDAD DE CUERPO ASTRAL AUTENTICO es aquella que se presenta con los mismos aspectos raciales en los que vivió su última rencarnación, dentro de un cuerpo y de una cultura amerindia, negra o blanca, continuando su juego evolutivo en esa envoltura.
   LA ENTIDAD DE CUERPO ASTRAL REAJUSTADO es aquella que se presenta con un cuerpo astral que no corresponde a su última encarnación, sino que, encontrándose pasando por una evolución disciplinaria en el Plano Astral, está revestida en ella de las mismas vibraciones características de aquella raza que anteriormente despreciara o de la que abusó; por ejemplo, un antiguo conquistador renace ahoraen el seno de una familia indígena humilde, sometida y explotada... Por lo mismo, sería fácil que un espíritu terriblemente machista, que infravaloró o maltrató a las mujeres, se encuentre ahora representando un personaje femenino, o... hasta feminoide, ya que su cuerpo físico puede no tener el mismo sexo que su cuerpo astral... a fin de que comprenda desde dentro, en carne y sentimiento propios aquello que no fué capaz, anteriormente, de comprender desde fuera en otros. Ley del Amor: Somos unidades de consciencia del Ser y no podemos negarnos a percibir y tomar respetuosa consciencia de cada una de las demás unidades que lo componen y amarlas. Si nos negamos, nos convertimos en lo negado, hasta conocerlo y amarlo. Sólo a través de nuestro sincero amor entre nosotros puede el Ser amarse a Sí Mismo.
   LA ENTIDAD DE CUERPO ASTRAL SACRIFICIAL es, generalmente, un espíritu tan elevado que puede ser que dejase de reencarnar hace milenios, o que no perteneciese a ninguna de las tres razas citadas, y hasta es posible que ni a este planeta, o que sea un espíritu tan puro que ni cuerpo astral tenga... Sin embargo, como para manifestarse en la dimensión física y para comunicarse con los hombres necesita uno, sea físico o astral, lo adopta o lo construye con el poder creador de su mente, para poder desempeñar la misión que le trae a este Plano tan denso.
   En todos estos trabajos, el Daime (la Ayahuasca), sirve como estimulante psíquico o puente esclarecedor y conscienciador para que los participantes superen el abismo que media entre el universo de la percepción física y el de la percepción astral.
   Ya no recuerdo si quien presidía la mesa durante mi primera iniciación al Daime en la Colonia Cinco Mil era el Padrino Mario o el Padrino Wilson; en cualquier caso, la persona que más me impactó entonces y a quien considero mi iniciador, fué su ayudante, Chico Correntes, todo un chamán, aunque él seguramente se sorprendaría de que lo llamasen así. La primera o segunda vez que, junto a él, había experimentado la elevación acelerada de mi vibración energética producida por la Poción Mágica, me sentí como se debe sentir una serpiente cuando sale angustiosamente de su vieja pero conocida piel, reventándola con la tierna e hipersensible piel nueva; y percibí claramente como el universo es mental y como nosotros no vivimos normalmente "siendo" la Vida, como decía Carlos Pacini, sino en un esquema intelectual muy rutinario, inconsciente y convencional de la vida.
   Cambiando el esquema, la vida parece cambiar, pero no es sino otro tipo de ilusión, otra interpretación mental de la Realidad, otro símbolo convencional. Sólo cuando logramos desprender nuestra atención (que es el punto focal de la Consciencia que somos) de los espejismos y de los esquemas prefabricados con que sustituímos la experiencia presente, alerta, intensa y siempre nueva de la Vida en cada momento, es que conseguimos ser uno con ella, ser ella, auto-izarnos a la vivencia integral de la Realidad y Vivirla, al fin, como hombres Real-izados, como dioses, o mejor, como Dios, el que somos cuando Somos...
   Claro que eso está destinado a los capaces de remover completamente aquello que impide la manifestación de su pura autenticidad interna. La mayoría de nosotros no va tan a fondo y se limita, durante largas etapas de su vida o vidas, a sustituir un esquema por otro, y éste por otro y por otro, como ilustra el mito griego de Sísifo, condenado a cargar eternamente una pesadísima piedra montaña arriba, la cual, al llegar por fin a la cima, indefectiblemente vuelve a rodar hacia abajo.
 
13- LA ALQUIMIA DEL FEITIO
   
   Otra muy especial ocasión en que se tomaba Daime fuera del templo o de la Casa de Curaciones, era durante el "Feitío", palabra que se puede traducir literalmente como "La Confección", o trabajo de preparación de la bebida sagrada, proceso enormemente complejo, que comenzaba por la exploración de grandes áreas de la esponjosa selva virgen, penetrándola en canoa por sus innumerables ríos o canaless entrelazados (igarapés). Hombres y mujeres partían en grupos separados y largas singladuras, en busca de la liana Jagube éstos y del arbusto Rainha aquellas. Aunque ya se habían comenzado a cultivar en el propio Mapiá, todavía las plantaciones eran demasiado jóvenes o insuficientes, por lo que ambos grupos se pasaban, a veces, hasta una semana escudriñando la selva. Tentábamos las trochas con palos o machetes haciendo ruido ante nosotros al avanzar, para ahuyentar a las serpientes, y oíamos de noche los rugidos del jaguar, unas veces risueños y dulces como los arrumacos de un gato, otros roncos, resonando siniestros en las sombras que se extendían mas allá del resplandor de nuestra hoguera.
   En Colombia, en el 83, había yo preguntado a un antiguo explorador qué se podía hacer si uno se encontraba de frente con un jaguar en plena selva.
   - Pues para eso...-me respondió seriamente luego de sorber su café tinto- ...para eso hay una oración, mi hermano.
   - ¿ Una oración porque seguro que me va a comer?- pregunté chocado.
   - No compadre, no te va a comer si rezas bien, -sonrió el viejo con malicia- El tigre no es tonto, compadre, y si ve que, en lugar de correr de él, te le plantas mirándolo firme a los ojos mientras rezas, cuidará de apartarse rápido de un enemigo tan seguro de sí mismo...
   
   Pero las fieras más peligrosas de la selva eran las más pequeñas o las invisibles: mosquitos que te podían contagiar la malaria, o que clavavan su puesta de huevos en tu piel, bajo la cual se incubarían sus larvas, "bichos de pié" corrosivos; moscas que transmitían elefantiasis o lesmaniosis, y sanguijuelas chupasangres. Se hablaba mucho, aunque yo jamás lo ví, ni a él ni a sus obras, del vampiro de selva, que te inyectaba de noche una sustancia anestésica, para que siguieras durmiendo mientras él te desangraba.
   También se contaban mil historias espeluznantes sobre la Giboia, una serpiente de agua gigante que se tragara, decían, a muchos remeros desprevenidos. En Anhangás me mostraron a unos niños que habían perdido de esa manera a su madre ante sus ojos, cuando ya casi llegaba a la orilla sobre su canoa. Allí mismo, vino una mañana un vecino a exhibir la zarpa, grande como mi mano y muchísimo mas poderosa, de un jaguar que le robaba las gallinas y al que había acechado y cazado de un par de certeros tiros aquella noche.
   Para localizar las Plantas de Poder en medio de la maraña, tan espesa que con frecuencia era necesario penetrarla recortando en ella picadas o casi túneles a machetazos, los guerreros ingerían Daime, entraban en trance y dejaban que la intuición les guiase. Fué así como encontramos un "reinado", o grupo de gruesos Jagubes, enfrente de los cuales habíamos pasado antes varias veces sin percibirlos, tan fundidos estaban con el exuberante entorno. Se diferenciaban de otros cipós por una mota de hojas con nerviaciones doradas que les crecía en el lomo, y porque, una vez cortados a ras del suelo, aparecía algo así como un sol en el tajo, formado por la unión de los seis tubos, mas uno en el centro, que componían por dentro el tallo. Seccionadas sus bases, todo el grupo se colgó de la liana y comenzamos a jalar ritmicamente hacia abajo, con todas nuestras fuerzas.
   Después de muchos tirones, desenredado de la copa del enorme árbol y de las de sus vecinos, por los que se había extendido, ascendiendo durante años, el Jagube, casi tan grueso y duro como un cable de alta tensión y enrollado en espiral como el de un teléfono, se nos vino encima con toda la vida vegetal y animal que residiera en el gigante desde muchísimas generaciones antes: Durante una media hora -no estoy exagerando- mientras desenmarañábamos las lianas y las cortábamos en haces factibles de ser transportados a hombros a través del mato hasta la distante canoa, fué imposible distinguir individualmente a cada uno de nuestros compañeros; ya que los millones de inocentes insectos de todo tipo que habíamos desalojado de una manera apocalíptica, como quien destruye en un momento una megápolis a bombazos nucleares, tapaban por completo nuestras figuras, unos cubriéndonos y otros revoloteando en torno, formando una ingente nube de dolientes refugiados, tal vez preguntándose aún que clase de monstruos seríamos, por qué culpas estaban siendo castigados, y que razones de justicia cósmica tendríamos para haber masacrado su mundo tan brutalmente.
   En la Casa del Feitío, generalmente apartada y rodeada de selva, los hombres seguíamos después, en medio de un respetuoso silencio, atento y profundo, con el troceamiento a machetazos de las lianas, la selección, la limpieza extrema de los trozos a base del raspado de musgos y polvo de las cortezas, alternado con la confección, si no lo había, de un enorme horno de barro con tres o cuatro bocas de fuego; y la tala, transporte a hombros y troceamiento de muchos pesados árboles para obtener leña para el horno... y por fin, el ritual batimiento grupal, o "batición", durante muchos días y noches, de los trozos de durísimo Jagube a mazazos contundentes y certeros, sincronizadamente rítmicos, para crear una vibración de energía colectiva (sinergía) que se sumaba -lo he comprobado bien- a la de cada individuo y aliviaba bastante el peso de las mazas, hasta que la gruesa y compacta liana era reducida a finos haces de fibras que ya se podían cocer.
   Batición: Pocas pruebas de poder más intensas para un guerrero espiritual; machacando lentamente durante horas interminables aquellos troncos rígidos como si fueran las partes más duras y resistentes de nuestro ego, que hay que ablandar en el Buen Combate, mojándolas con nuestro sudor, envolviéndolas con la miración, los descubrimientos intuitivos y las claras lecciones de La Vida Interior, impregnándolas de oraciones, cánticos, sentido del honor, hombría visceral, compenetración con el grupo, perfecta atención, constancia viril... cuando alguien no podía más y se levantaba para retirarse, magicamente aparecía otro voluntario recién llegado para cubrir su puesto.
   Acompañábase el trabajo de himnos, que cualquiera comenzaba a entonar con voz temblorosa por el esfuerzo en cualquier momento, y a los que se sumaban un hombre más, o dos, y a veces todos, con los que se llamaba al ánimo a los guerreros, para superar su cansancio físico y mental y lograr la hazaña de resistir batiendo hasta el amanecer, el cual era saludado por un último cántico triunfal:
"Bendita la estrella que nos guía
Es tan bonito el amanecer del día..."

   Y toda aquella tenaz dedicación concentrada y la perfección en el trabajo se convertía propositadamente en una ofrenda de intenciones positivas a la Vida con la que compensar las proyecciones de negatividad inconsciente que la parte mas sombría de cada uno de nosotros y de la Humanidad individual o colectiva emitía automaticamente, ensuciando el astral del Planeta.
   Jamás conocí otro pueblo de gigantes como aquellos... si se tuviese que cobrar en su justo precio el inmenso esfuerzo y perfecta concentración de la mano de obra empleada, cada litro de aquel elaborado brebaje tendría que costar mucho más caro que el del más prestigioso de los cognacs artesanales europeos; pero en aquel tiempo, el Padrino no permitía que nadie pagase ni recibiese dinero alguno por tomar u ofrecer Daime; como mucho, se cobraba el envase y transporte si se enviaba lejos, y también se aceptaban donaciones y ayudas voluntarias a la Comunidad como hoy se sigue haciendo, además de las contribuciones de los fardados extranjeros, ligados por su compromiso iniciático; pero el Santo Daime no era objeto de comercio, ni su comunión estaba reservada a quien pagase dinero por ella... De hecho, ni se usaba todavía el dinero en Mapiá, sólo el trueque de servicios. Por tanto, todo aquel inmenso trabajo era una desinteresada ofrenda de amor del Pueblo de Juramidán al servicio de la curación de cualquier hermano que llegase hasta ellos en busca de ayuda, tanto como el principal estímulo a su propio desarrollo espiritual y armonización comunitaria.
   Durante el Feitío, quienes en él estaban -todos voluntarios y sintiendo su voluntariado como un alto honor- se abstenían, en lo posible, de atender otros trabajos de la comunidad, que se consideraban secundarios; no debíamos mantener relaciones sexuales, para permanecer en posesión de todas nuestras energías; y nos alimentábamos exclusivamente de mandioca purísima, apenas cocida sin sal.
   Se hacía la "llamada", o invocación al Espíritu de la Selva, que anima en el Astral al elemental de la planta y le da su poder, y se ingería un vasito de Ayahuasca, al menos cada dos horas, para mantener fuerte el cuerpo -algunas de las operaciones requerían gran y constante despliegue de fuerza muscular- y la mente bien concentrada en el respeto a los materiales y la sacralidad del trabajo, comunicándonos telepaticamente o con leves gestos más que con palabras, que eran apenas pronunciadas en un susurro y tan sólo si eran necesarias para la coordinación del trabajo.
   Sin que nadie, sino nuestro interior, nos lo hubiera dicho, acabábamos sabiendo muy bien que la armonía o desarmonía interna de cada uno y de todos impregnaría la mezcla como si fuese una esponja -todas las cosas son contenedores de energía mental-, y que provocarían elevados ascensos al cielo o vertiginosas caídas a los infiernos subconscientes durante las sesiones de ingestión posteriores. Así nos hacíamos intuitivamente conscientes de nuestra gran responsabilidad.
   Los guerreros más expertos, rodeados de espesas humaredas de humo blanquecino que salía de las ollas metálicas -tan grandes que para transportarlas había que cruzar un palo entre sus asas para poder llevarlas al fogón entre dos hombres-, removían constantemente la mezcla para evitar que las hojas se quemaran; mientras tanto, no dejaban de inhalar el aroma cargado de esencia de Ayahuasca que salía directo de las perolas bajo ellos, y se notaba muy bien en la expresión de sus rostros como volaban mentalmente en aquellos limpios fluídos, que se esparcían ampliamente por la jungla, como vaharadas de incienso ofrecido a la Reina de La Floresta y a sus caboclos astrales.
   Otros veteranos -yo vi un día al propio Padrino Sebastián haciéndolo- recogían el Daime ya filtrado en una tutuma (un cuenco hecho con la mitad de una cáscara dura de un gran fruto de la selva), y lo escanciaban repetidamente, alzándolo y vertiéndolo en chorro sobre la perola, para que la Bebida de Poder se aireara y oxigenara antes de ser embotellada en grandes garrafas de cristal verde, esféricas y de cuello largo, como las probetas de los alquimistas medievales que se ven en los pórticos románicos de la vieja Europa. Todas estas manipulaciones del líquido resultante de la cocción se realizaban con la alta atención, solemne calma, delicadeza y respeto con que se estaría sirviendo a un Ser Divino.
   Había momentos, en el silencio majestuoso y vivo de la Casa del Feitío, en que se notaba claramente la superposición del Mundo Astral sobre el Físico, haciendo que cada objeto vibrase a cámara lenta y en una dimensionalidad diferente de la habitual... o tal vez fuese mi consciencia quien estaba observando todo desde otra dimensión.... Aquel recinto era un Laboratorio Mágico que me traía recuerdos de otras vidas ¿...o entrevidas? en las que me veía participando en trabajos semejantes.
   Ya que aquello no era una simple química o cocina, sino una alquimia vibracional; y la buena vibración meditativa y la compenetración camarada del grupo elaborador era tan importante como la perfección del sin fin de cuidadosas operaciones que se realizaban.
   ...Quien desprecia el Chamanismo por considerarlo una forma de espiritualidad propia de pueblos primitivos, centrada predominantemente en el poder operativo sobre los elementos naturales, es porque generalmente no lo conoce sino a través de sus propios prejuicios culturales, o raciales, o de clase cultural ...o, peor aún, de los prejuicios ajenos.
   Por otra parte, la civilización moderna ha penetrado de tal manera en los lugares más remotos con el poder de sus comunicaciones, que hoy en día no debe existir ya un chamanismo predominantemente operativo más que en las muy escasas tribus amazónicas que aún no han sido contactadas; Y casi todos los chamanes actuales son tan eclécticos como la Era, juntando a su saber tradicional algo de gnosticismo y esoterismo occidental más conceptos de espiritualidad oriental que concuerdan perfectamente con las visiones obtenidas por los canalizadores chamánicos en sus trances. Así que al poder de la operatividad han juntado el de un cierto intelecto científico (aplicado al intento de explicación de su manejo de las energías sutiles) y el muy fuerte del corazón intuitivo, complementado con una manera de entender entrañablemente el Mensaje de Cristo que para sí quisieran muchos de los que se dicen cristianos.
   Además de eso, igual que se dan en un mismo contexto religioso Maestros como San Francisco o San Juan de la Cruz o verdaderos padres y doctores de la Iglesia, y, simultaneamente, una multitud de clero fosilizado e inconsciente, creyentes fríos y no practicantes, y hasta cruzados e inquisidores, así mismo se encuentran en el Chamanismo hechiceros, magos negros, embaucadores y farsantes a montones, junto a Maestros de Vida y Realización, con un brillo de amor-sabiduría tan evidente, bajo su sencilla apariencia, como el que se desprende de cualquier verdadero santo occidental o iluminado oriental. Claro que para percibir esa evidencia, hay que tener ojos que vean y sensibilidad espiritual suficientemente evolucionada como para vibrar con lo vibrante; A quien alguna vez conoció una esmeralda, ya no le deslumbran las bisuterías de fábrica.
   
   ... Durante las muchas operaciones de la preparación del Daime, igual que durante las ceremonias, se mantenía una estricta separación de sexos para conjugar luego alquimicamente de la manera más intensificada posible, las puras energías sinérgicas de cada polaridad.
   Las mujeres se encargaban en el Templo de la selección y limpieza, hoja por hoja y entre cánticos, del elemento femenino de la mezcla, las hojas de Rainha (pronúnciese Raíña); y no podían ni acercarse por la Casa del Feitío, donde se machacaba la liana hasta reducirla a fibras que se cocinaban en enormes ollas metálicas, alternándolas en capas con las hojas, que iban siendo recogidas por un hombre, según las guerreras las iban dejando a punto. La mujer que se hallaba menstruando no podía participar en los trabajos, aunque sí ingerir la poción en el himnario, porque se suponía -tal vez por influencia de los indios- que los fluídos etéricos de vida elemental que estaba eliminando con la sangre atraían a muchas entidades de baja vibración que chupaban avidamente aquellas energías para recargarse, así que era preciso mantenerlas apartadas del Daime. Tampoco una mujer menstruada podía manipular o transportar garrafas de la Poción Mágica.
   Aquella explicación de tal tabú no me acabó de convencer, me parecía demasiado simplista... posteriormente, profundizando en los mitos indígenas amazónicos, encontré que hay abundante constancia en ellos de que en tiempos anteriores al patriarcado, todo el conocimiento y práctica de la magia era dominio exclusivo de la mujer y estaba ligado a su capacidad gestativa y procreadora. Sin duda, el concepto más arcaico de Dios (en todas partes del mundo) era femenino: la Gran Madre Creadora.
   Si en el momento de la ovulación, toda la potente y misteriosa energía de la mujer se concentra en la construcción de La Vida, en el momento de la menstruación, por el contrario, la misma energía se vuelve destructiva, y se vuelca a eliminar los elementos vitales que no llegaron a fertilizarse.
   Los hindúes representan este aspecto destructor de La Diosa bajo el temible arquetipo de Kali, la cortadora de cabezas, o Energía de Transformación Universal, que deshace sin piedady disipa las formas caducas que ya no sirven a sus funciones. Para los griegos Hécate era la feroz diosa encargada de barrer de los cauces de La Vida y disolver todo cuanto pudiese bloquear o estorbar su eterno fluir.
   Como además el ciclo eliminador o menstrual suele acompañarse de molestias fisiológicas que producen cierta irritación en el humor femenino, no es de extrañar que, durante su período, se contemplase a la mujer en las tribus como a alguien potencialmente peligroso para la armonía de la comunidad, ya que el incremento involutivo de sus poderes sexuales pasaba por una fase aparentemente negativa, que podía alterar o viciar las cualidades mágicas de preparados que, como las bebidas de poder, son el resultado de una alquimia emocional y mental conjuntada de ambos sexos, y no sólo de una simple química o cocina.
   Así pues, la mayoría de las leyendas amazónicas cuentan, bajo diversas versiones y nombres que, un día, un héroe solar bajó del cielo y luchó contra la jefa de las sacerdotisas lunares, que habían acabado convirtiendo la magia en instrumento de dominación psicológica de las tribus, o sea, en brujería.
   El héroe solar la venció, la violó, y arrebató para siempre a las mujeres el conocimiento mágico, así como los instrumentos musicales sagrados que servían para hacer las invocaciones a los espíritus aliados de las chamanas, y también las plantas de poder que las ayudaban a entrar en trance y comunicarse con las otras dimensiones, normalmente invisibles, de Nuestra Realidad.
   Se instauró desde entonces un patriarcado que ha mantenido hasta hoy relegadas y sometidas a las féminas de la tribu, que tienen que mantenerse alejadas de la Casona Central del poblado donde se guardan, bajo exclusiva vigilancia de los hombres, los Medios Mágicos. En algunas comunidades indígenas la mujer es incluso apartada durante su menstruación y no se le permite que toque nada para que no lo contamine. El conocimiento mágico sólo es revelado a los varones por medio de iniciaciones secretas, y éstos, muchas veces, hasta llegan a aprender una lengua diferente de la general de la tribu, que sirve para hablar de las cosas importantes y transcendentales, y que ni a las mujeres ni a los niños se les enseña.
   Hoy en día, las tribus se encuentran sufriendo un proceso de decadencia y descomposición que parece irreversible, y gran parte de los tabúes ancestrales parece que ya no tengan fuerza para imponerse, mas todavía muchas aldeas continúan celebrando la fiesta de Juruparí, el mentado héroe solar, en la que las mujeres y los niños tienen que encerrarse a cal y canto bajo penas severísimas, mientras los varones se apoderan de la aldea durante un día entero o dos, soplando las flautas mágicas y tomando ritualmente la amarga mezcla cocida de las lianas y las hojas del Poder.
   
   ...Las hojas del pequeño arbusto Chacrona o Rainha (La Reina de la Selva), mucho más fáciles y rápidas de cultivar que la liana Jagube, contienen un alcaloide al que el primer investigador europeo de esta planta, Richard Spruce, botánico inglés, llamó, en 1851, "Telepatina", porque abre nuestros sentidos etéricos a la percepción de la Dimensión Astral, en la cual lo individual y lo colectivo resuenan juntos, y donde habitan el resto de entidades desencarnadas que somos y con las que podemos contactar.
   Pero la potencialidad visionaria de la Rainha sólo actúa después de que el tremendo poder de la energía acumulada, condensada y reduplicada por la resistencia ofrecida por cada una de las curvas espirales en que la liana Jagube se enrollaba desde el humoso suelo de la selva hasta el cielo abierto en sus altas copas, nos da el vigor necesario para vencer la fuerza de gravedad del ego, soportar la explosión de nuestros esquemas mentales y proyectarnos astralmente a la exploración consciente de los abismos subconscientes del vasto, profundo y oscuro océano emocional interior, cuyo fondo es la memoria colectiva arcaica de la Humanidad.
   Esa memoria se contiene en el Inconsciente Astral, en cuyos estratos inferiores más densos se arrastran los espíritus sufridores y formas-pensamiento demoníacas, que conforman nuestras energías más contaminadas, y donde hemos de librar, durante cada sesión, una batalla individual-colectiva en la que, ayudados por las evocaciones positivas y las energías angélicas de las dimensiones más elevadas de nuestra Identidad Esencial, tendremos que limpiar y transmutar nuestra negrura a puros golpes de luz.
 
14- INFORMACIÓN BIOQUÍMICA
   
   Como datos puramente botánicos y químicos diré que, según el Profesor Antonio Escohotado -entre otras cosas, uno de los grandes expertos mundiales en psicodelia-, en su estupendo libro "Aprendiendo de las drogas"  , la Ayahuasca, también llamada Hoasca, Yajé, Caapi, Marirí, Dap'a, Mihi, Kahi, Natema, Kamarampi, Pildé o Pindé y otros muchos nombres... es una mezcla bien cocida de una gran liana de la selva -tan gruesa y larga como aquellas que Tarzán usaba para desplazarse en las películas- y algún otro aditivo vegetal. La liana o cipó, que entre el pueblo del Santo Daime se llama Jagube y en latín científico "Banisteriopsis Caapi", contiene -como la Yohimbina, la Rauwolfia y la Peganum Harmala mediterránea-, IMAOS, o sea, alcaloides beta-carbonílicos inhibidores de la monoamino-oxidasa naturales y antagonistas de la serotonina o 5-hidroxitriptamina, tales como harmina, tetrahidro-harmina o harmalina, y una serie de bases relacionadas, estimulantes antidepresivos del tono vital, que la sabiduría ancestral indígena supo complementar y potenciar con extractos de otras plantas de la selva.
   El aditivo usado por los daimistas es conocido con los nombres de Rainha (Reina), Chacrona, o "Psychotria Viridis", mas se sabe que los indios y otros ayahuasqueros llegan a mezclar con la liana Banisteriosis Caapi hasta casi un centenar de plantas pertenecientes a 38 familias vegetales diferentes, que fueron catalogadas por diversos investigadores como contenedoras de Dimetiltriptamina (DMT), una sustancia altamente visionaria, pero que unicamente puede inyectarse o fumarse, y cuyos efectos sólo durarían un máximo de diez minutos, si no fuese por su combinación con los IMAOS del Jagube.
   ¿De qué manera llegarían los indios a descubrirlo? ¿mediante una arriesgada experimentación colectiva de siglos, o por revelaciones de sus guías astrales? ...ésta acertada combinación no solamente le permite ser bebida, sino además, prolongar bastante tiempo su efecto y reducir mucho la brusquedad de su impacto psíquico, con una toxicidad mínima y una eficacia máxima, por lo que la Administración Brasileira no ha encontrado justificaciones suficientes hasta ahora -aunque no dejó de hacer sus intentos-, para hacerla figurar en la lista de drogas controladas o prohibidas; prohibición que solamente serviría para facilitar el enriquecimiento de las mafias que explotan la fascinación del ser humano por todo aquello a lo que no tiene fácil acceso.
   Los Daimistas decían que el Jagube da la fuerza y la Chacrona la luz, y los consideraban respectivamente como elementos masculino y femenino de una alquimia que tenía que ser elaborada separadamente por hombres y mujeres hasta su síntesis en la cocción del Feitío. Una mezcla habitual viene a contener 40 miligramos de IMAO por 25 miligramos de DMT.
   Para comparar, 200 o 300 miligramos de IMAOS artificiales (o sea, unas siete veces más, y muy tóxicos), son las dosis habituales que los psiquiatras occidentales suelen administrar diariamente a sus pacientes depresivos para mantenerlos más o menos inconscientes de sus angustias existenciales -que, por cierto, no son otra cosa que llamadas apremiantes de su cuerpomente y de su espíritu para que el paciente se ponga a examinar qué es lo que precisa cambiarse en su vida-. La mayoría de estos psiquiatras consideran un mal inevitable la somnolencia letárgica, fatiga permanente, bajada de defensas, acumulación de desechos no asimilados en el organismo, incompatibilidad con gran numero de alimentos y muchos otros costosísimos efectos secundarios derivados de su gran toxicidad, a cambio de aliviar los síntomas externos de la angustia que aqueja a sus pacientes... y muy pocos abordan seriamente el duro trabajo de bucear al fondo del subsconsciente del deprimido, en busca del reconocimiento y remoción consciente de las causas de su depresión crónica (la basura psíquica acumulada), como obliga a hacer el Daime a sus ingestores desde las primeras tomas... En lugar de combatir el mal en su raiz, se dedican a ir podando, simplemente, sus hojas exteriores, con lo que tienen paciente para rato.
   En cuanto a la sustancia visionaria contenida en la Chacrona, dice el Profesor Escohotado que alcanza un margen de seguridad tan alto que los científicos ni conocen siquiera dosis letal para los seres humanos. Tampoco puede producir dependencia física, ni los "monos" que generan los síndromes abstinenciales de muchas drogas estimulantes o sedantes.
   La mayoría del peso de una planta de poder está formado por pura agua, celulosa, hidratos de carbono, proteínas, grasas, sales minerales, pigmentos... tan sólo un uno por mil de ella son principios psicoactivos. Por esa razón los químicos aislan esta parte mínima y la hacen cristalizar. Una vez cristalizados los elementos puros que interesan, se hace posible reproducirlos en laboratorio, es decir, sintetizarlos. Es así como Albert Hofmann obtuvo el alucinógeno de diseño más potente que existe: el LSD, o dietilamida del ácido lisérgico, que es el principio psicoactivo del hongo llamado Ergot o Cornezuelo del Centeno, planta de poder que sin duda tenía un papel muy importante en los Misterios Iniciáticos que los antiguos griegos celebraban en el templo de Eleusis dedicado a Démeter, patrona de los cereales.
   La ventaja de un preparado sintético es que no sabe tan mal como la mayoría de las plantas y que no hay peligro de introducir nada que cause efectos no deseados, además de que se puede medir la dosis exacta que se ingiere, única manera de experimentar cientificamente con ella. Una dosis mínima de concentrado puro en polvo o pastillita puede producir el doble del efecto que produce algo que va mezclado con muchos elementos diferentes, los cuales el cuerpo ha de ponerse a separar y metabolizar con considerable gasto de energía.
   Quedaría por ver si nos estamos perdiendo algo verdaderamente importante cuando desechamos el resto de la planta porque los analistas no le encontraron utilidad visionaria; una pincelada naranja aparece más intensa ante nuestras percepciones si se la rodea de azules o verdes que si se la aísla de otros colores, aunque no tengan parentesco con su tono. Los químicos no han hallado principios psicoactivos en los helechos ni en el muérdago, pero uno de los aditivos que algunos indios amazónicos añaden siempre, no sabemos por qué, a la Banisteriopsis Caapi al hacer su bebida de poder, son los helechos Lygodium Tenustum y Lomariopsis Japurensis, así como Prhygylanthus Eugenioides, que pertenece a la familia del muérdago, aquella planta que los druidas celtas cortaban con hoz de oro y con toda ceremonia, tras subirse a las encinas sagradas.
   ¿Qué es lo que hace que los productos metabólicos nitrogenados de estas plantas que tienen propiedades alcalinas (alcaloides) ejerzan una acción tan poderosa sobre nuestra consciencia habitual que, practicamente, mudan o transmutan su vibración? ...Pues parece ser que la estructura química de los alcaloides vegetales es muy semejante, o idéntica, a nivel molecular y atómico, a la de las hormonas que segrega nuestro cuerpo para que hagan el papel de inhibidores o transmisores de impulsos y códigos de información entre las neuronas de nuestro cerebro.
   Para explicarlo de una manera muy sencilla, parcial y simplista: imagínate que te encuentras en una situación no habitual que te obliga a hacer un esfuerzo para despertarte más: alguien te ataca, o tu coche se queda de repente sin frenos, o te enamoras... inmediatamente el cuerpo reacciona poniéndose a lanzar al torrente sanguíneo (sin pararse siquiera un segundo a consultar cual es la voluntad del ego que oficialmente gobierna en ese momento sobre el conjunto de tu organismo), cantidades extras de hormonas cerebrales, serotonina y adrenalina, por ejemplo, que faciliten una comunicación más rápida, coordinada y eficiente de las neuronas encargadas de enfrentarse con la situación nueva que se está produciendo, dando preferencia a la acción de las áreas más intuitivas y lúcidas y cerrando las compuertas de aquellas otras que precisan de mucho gasto de energía y tiempo y cálculo intelectual para tomar decisiones que, sin duda, estarían viciadas por los prejuicios del ego pensante, sus dudas, sus miedos y sus vacilaciones.
   Bueno, pues resulta que cuando te tomas un alcaloide que contiene unas substancias que, a nivel estructural, son practicamente idénticas a la serotonina y adrenalina de tu organismo, estos psicoactivadores actúan igual que ellos: encierran al ego racional controlador y dejan salir al Yo Intuitivo con toda su lucidez holística y purificadora; con el ego controlador neutralizado, la sensibilidad general se agudiza y el Supraconsciente, el Consciente y el Subconsciente de nuestro Ser se hacen uno, el Uno Multidimensional que siempre fueron y que, simplemente, no podía expresarse con fluidez porque el ego se empeñaba en adaptarlo todo a sus esquemas prefabricados, aquellos que él podía controlar sin demasiado esfuerzo dentro de una visión del mundo muy limitada por el encadenamiento a sus hábitos mentales archiconocidos.
   Naturalmente, lo que ocurre es algo mucho más amplio, y en nuestro estado de "consciencia contraída" habitual, casi no tenemos perspectiva para comprenderlo: las ondas cerebrales predominantes en nuestro estado "normal" de consciencia "despierta" pasan a ser sustituídas por otras que normalmente sólo usamos en los momentos en los que soñamos, en los que estamos creando o en los que estamos amando con todo nuestro ser: estados de alta atención no contraída ni dispersa, sino expandida y concentrada.
   Eso significa que está funcionando libremente el Ser a través de un espíritu creativo e incontrolable que puede canalizar sin trabas aquí y ahora, tras haber limpiado y purificado sus canales, los cuales pueden entonces percibir el mundo como si el mundo fuera nuevo para nuestras percepciones. Conseguir mantenerse en este estado de manera permanente es la meta de toda espiritualidad. Las plantas de poder sólo permiten visiones
   y sensaciones temporales de esa altísima frecuencia, pero no asentamientos definitivos en ella.
   Hay quien encuentra que no es válido un atajo hacia la espiritualidad en el que se usan plantas de poder. A mí me parece, fraternalmente, que quien opina así está en su derecho de buscarse otros caminos que personalmente le parezcan más puros o meritorios ...o pesados, o difíciles, o (hagan como que no dije nada), inalcanzables para la inmensa mayoría; pero que no por ello debería descalificar a nadie. Quien está obsesionado por las aparentes terribles limitaciones que rodean la condición humana, cree que todas las cosas importantes han de ser obtenidas tan sólo a través de un enorme y sufrido esfuerzo.
   Como tu pensamiento, aquello en lo que crees, crea tu mundo, si tú lo crees así, tendrás que hacer realmente grandes sacrificios para llegar a lo alto de tí mismo. Cuando lo consigas, después de haber escalado el pico por la parte vertical, colgado del precipicio, te encontrarás en la cima con aquellos que han llegado allá subiendo por el cómodo sendero que había por el otro lado, los cuales tal vez te felicitarán por tu hazaña deportiva, pero sin duda han llegado antes que tú a donde querían, y lo están disfrutando igual, aunque no piensen quedarse a vivir en la cima.
   Dice Thaddeus Golas: "A la iluminación no le importa de qué manera llegaste a ella". Y también dice: "Iluminación es toda experiencia de ampliación de la consciencia más allá de sus actuales límites" .
   ...Aunque los Maestros realizados de Oriente insisten en que una verdadera iluminación es constante y definitiva, y no una corta y brusca fluctuación desde las ondas más bajas de nuestra energía-consciencia a las más altas, para, en menos de tres o cuatro horas, ir volviendo abajo lleno de nostalgia.
   La ingestión de psicoactivos dentro de un contexto sagrado ha sido una vía utilizada por la Humanidad desde la Prehistoria para que cualquiera pueda comprobar que nuestras energías sutiles son una realidad, que expandiendo la frecuencia vibratoria de nuestras energías éstas se vuelven enormemente más conscientes, y que de lo que una consciencia expandida nos habla es, esencialmente, acerca del Amor de todos por todos y de la inmensa lucidez y sabiduría y bienestar que tal tipo de amor produce en quien lo vive.
   Nuestra mente está conformada por un enorme número de consciencias elementales que se pasan el tiempo peleando entre sí, contradiciéndose, tratando cada uno de ellos de hacerse con el poder de dirigir el conjunto. Esa anarquía interior es un buen reflejo de la desarmonía desconjuntada en la que se encuentra nuestro mundo exterior, la sociedad humana, con sus continuas luchas entre individuos, facciones y países, y viciversa.
   Los psicoactivos, siempre que debidamente ingeridos en un contexto sagrado, logran que todos esos egos subconscientes se acepten, se pongan a dialogar entre sí de una manera que el consciente capta como clara reflexión intuitiva, pulan sus diferencias, consigan ponerse de acuerdo y adelanten a quien los toma, en menos de dos horas y en virtud de su armonía, la experiencia entrañable y sensible de Unidad, de Totalidad y de Integración con todo, la cual es demasiado intensa para que nadie la olvide.
   Bien es verdad que no ha sido más que un atisbo efímero de Unificación, bien es verdad que no fue posible mantenerse en ella más que un rato, pero, en adelante, aunque retorne a frecuencias cotidianas más bajas, uno tenderá a volver a vivir estados de vibración expandida, y acaba descubriendo, si es inteligente, que la manera mejor de propiciarlos, mejor, desde luego, que volver a tomar una y otra vez psicoactivos de acción efímera, es... ENTREGARSE APASIONADAMENTE AL AMOR UNIVERSAL, la vía que se experimentó como más cierta, segura y directa durante el trance.
   ¿Cual es la otra alternativa? pues la de creer a los que dicen que han logrado llegar a la misma experiencia empleando ascetismo, oración, aislamiento, silencio, mortificación, penitencia, yoga, ayuno o meditación durante años. Creerlo y, mientras tanto, imitar con fe y perseverancia a los que te dijeron que por métodos tan complicados y difíciles se puede llevar a tu mente más allá de los esquemas habituales del ego rutinario.
   Yo ya he invertido algo de energía en todos esos métodos, y, aunque jamás dudé de que, muy a la larga, pueden liberar sustancias potenciadoras de los neurotransmisores cerebrales y conseguir estados modificados de alta consciencia, sobre un cuerpo y una mente suficientemente entrenados y fortalecidos para mantener esa vibración un buen tiempo... bien es verdad que no cuadraban con mi carácter, que quiere siempre ver y hacer las cosas ya; y las plantas de poder me dieron esa inmediatez que yo pedía.
   No fue una iluminación integral, ni profunda, ni constante, pero, por lo menos, ahora ya se lo que significa iluminarse: dejó de ser una entelequia para convertirse en un objetivo que me interesa. Ese es el sentido de la etapa de la Escala Iniciática Humana donde las plantas de poder te instruyen: hacerte sentir, con evidencia sensible, qué es lo que venimos a alcanzar en esta Escuela de la Vida. Luego, repotenciados por ese estímulo, tenemos que ser guerreros bastante para proponernos acceder a escalones superiores sin más muletas.
   Los animales y la Humanidad vienen usando estimulantes psicoactivos enteógenos (enteógeno significa "vivir la experiencia de sentir a Dios dentro de uno") desde que el mundo es mundo para purificarse, curarse, vigorizarse, inspirarse o tener un atisbo del tipo de la alta vibración de consciencia expandida hacia la que tienden naturalmente ; A nadie le parece mal que un yogui realice un ayuno prolongado que producirá, junto con ejercicios respiratorios de aumento de su oxigenación cerebral, una alteración psicoquímica en su metabolismo que no se diferenciaría mucho del efecto que causa la ingestión de drogas semejantes a los inhibidores o estimuladores naturales del cerebro.
   De forma semejante actúan algunas fiebres, por ejemplo la malaria, en la que se tienen fuertes alucinaciones. Pero ni el yogui va a iluminarse sólo por comer vegetales o ayunar o enfebrecer, ni el daimista va a conseguir la Seidad que conquistó el Padrino con sólo beber Ayahuasca cada día; hace falta, además, un consciente trabajo cotidiano con la consciencia, que no necesita ser un sacrificio; una continua auto-corrección y conexión, cuanto más serenas y desdramatizadas mejor; y un amor universal en constante acción desapegada... y dentro del desapego, se incluye el desapegarse también del orgullo del "elegido" que escoge realizarse de una manera más meritoria, extraña y difícil que la de los demás.
   Todos llegaremos allá arriba, hermanos y hermanas, la iluminación no es sólo cosa de Cristos y Budas, nadie va a quedarse sin su éxtasis, porque la tendencia a unificarse con Todo está contenida en nuestro programa evolutivo eterno, de una forma tan natural como la tendencia a crecer después de la infancia, aunque algunos estimulen un crecimiento mayor jugando al baloncesto... Vaya cada uno a su ritmo y a su manera, y que todos lo disfruten.
   Pero ojo: el que cree que tiene miles de encarnaciones por delante para conseguirlo, y que, por tanto, puede dedicarse a, simplemente, rascarse el ombligo en ésta, podría encontrarse, en su próxima reencarnación, que su consciencia eterna no siga caminando a partir de las facilidades evolutivas con que terminó la actual, sino que su entorno de aprendizaje retrocedió muchísimos pasos hacia atrás en calidad.
   La Naturaleza es nuestra gran profesora; observa un frutal: miles de flores, pero sólo unos cientos consiguen desarrollar frutos. Al cabo, viene un viento y arroja al suelo flores y frutos. Hay muchas flores que portan en sí la semilla de su transformación en un futuro árbol, pero es claro que ni ellas ni los frutos que cayeron al suelo demasiado verdes tendrán las posibilidades que tiene aquel fruto que cae lo suficiente maduro para que su pulpa nutra a la semilla durante el delicado período de su germinación, arraigo y primer crecimiento.
   Bueno, pues, es no olvidarse de madurar el propio fruto... de lo contrario, la semilla puede pudrirse sin germinar ...y tendría que recomenzar otra enorme evolución desde el principio: desde el Reino Mineral... o tal vez consiga germinar, pero para desarrollarse raquítica y débil, en su nueva vida, por falta de nutrientes.
   En todas las tradiciones tribales, abuelas de lo que hoy son las orgullosas sociedades civilizadas, se ha iniciado a los aspirantes a guerreros, luego que han demostrado sus valores adultos, en el contacto con los aliados astrales de la tribu y en el autodescubrimiento energético del joven iniciado, abriendo sus percepciones interdimensionales por medio de alcaloides sagrados u otras sustancias enteógenas.
   No existe una sóla cultura importante en el planeta que no haya conformado las raíces de sus cosmogonías ancestrales en un período tribal de gran integración con la naturaleza, hace más de cinco mil años, en el que se usaban plantas de poder para entrar en contacto mental con los arquetipos divinales que existen en el subconsciente colectivo de toda la Humanidad; los arquetipos siempre han sido los mismos, pero cada grupo humano los traía a una forma material venerable revistiéndolos de sus propias concepciones éticas y estèticas: Siempre el hombre creó a sus dioses a su imagen y semejanza.
   Y no sólo eso: una vez creados sus mitos específicos, cada sociedad humana construía toda su organización cultural en torno a ellos, así como sus valores esenciales, religiones, leyes y costumbres. Todo el mundo que hemos construído, incluída la sociedad tecnológica actual, es producto de las visiones de nuestros ancestros, tras la ingestión ritual de alguna planta o fruta, hongo, cactus, infusión o vino mágico.
   Busquemos pistas en la propia mitología sumerio-judeo-cristiana: ¿Que clase de fruta sería la que señaló el Gran Tentador (con una maliciosa prohibición) a nuestros más remotos ancestros en el paraíso de la Naturaleza Virgen, para que se animasen a comenzar el Gran Juego de la Involución-Evolución, cambiando su consciencia de pura unificación por una consciencia dual y un sentimiento de separación y culpa? ¿Somos la consecuencia de la embriaguez de Noé tras su entusiasta celebración por haber sobrevivido al Diluvio? ¿Por qué la ingestión de un pedacito de pan y un poco de vino es el sacramento más importante del Cristianismo?
   Remito a quien tenga interés al libro de Antonio Escohotado antes citado, y a otro suyo en tres volúmenes titulado "Historia de las Drogas" ; también al de Josep María Fericgla "Al trasluz de la Ayahuasca" , en el que se esboza una interesante hipótesis sobre como las sustancias enteógenas están en la base de toda formación de culturas. Por mi parte, no tengo prejuicios contra las Plantas de Poder, si se usan de forma sensata y positiva, esto es, para ayudar a despertarnos del sueño profundo en el que casi siempre nos mantienen sumergidos la legión de elementales que conforman nuestro ego, y para Auto-religarnos con nuestro Yo Auténtico dentro de un respetuoso ritual.
   En mi generación ha habido mucha gente que sólo actúa siguiendo criterios externos impuestos por la moda; así, cuando se pusieron de moda el naturismo, las medicinas alternativas y el ecologismo, hubo muchas mentes fanáticas y elitistas a las que les parecía un pecado social o, cuanto menos, una horterada, tratar una infección con antibióticos o usar un tractor en una comunidad alternativa en lugar de carros de bueyes, como nuestros abuelos. Sin embargo, cuando todos los remedios tradicionales fallaron, los antibióticos salvaron sus vidas; y seguro que si necesitaron viajar a otro continente, utilizaron un avión, y no una carabela. Las plantas de poder, acompañadas por su cuerpo filosófico y vital, son una medicina y una terapia equilibradora, didáctica y orientativa, encaminada a re-dirigirnos a nuestro objetivo fundamental cuando estamos muy enfermos y perdidos, no son un objetivo ni un fin en sí mismas.
   Yo no tengo antipatías preconcebidas contra las plantas psicoactivas, ni contra los antibióticos ni contra la tecnología moderna; y no los tengo porque los conozco, y sé que son tan neutros, naturales y útiles como lo es el fuego, cuando usados por una mano prudente. Igual que el fuego, también pueden servir para destruir o autodestruirse, pero eso ya no depende del método, sino de la actitud y la inteligencia del que los usa.
   Quien tiene amor, moderación, fuerza de voluntad y consciencia, tiene libertad real, porque sabe como usarla; todo cuanto fué creado es bueno y está a nuestra disposición; sólo de nuestra actitud y de nuestro grado de responsabilidad, correcta intención y prudencia al usarlo, depende si hacemos con ello magia blanca o negra.
   Soy consciente de los tremendos prejuicios que desata una postura favorable hacia el libre albedrío en el uso o no de plantas de poder y, muy a menudo, las personas a las que confié sinceramente mi postura, dejaron de verme como me veían antes, para proyectar a partir de entonces sobre mi persona la imagen popular estereotipada del drogadicto arrastrado e insalvable.
   De poco sirvió que yo diese todo ese tiempo ejemplo de comportamiento moderado y de mente clara y consciente, trabajadora y cabal; la etiqueta de "mariguanero" o de vicioso era más fácil o divertida de considerar que, simplemente, observar a la persona; con lo cual, incluso individuos bien degradados por el abuso del alcohol se sentían más virtuosos que yo, y hasta con derecho a condenarme como delincuente, por el simple hecho de que el alcohol es una droga oficialmente tolerada, mientras que algunas de las plantas psicoactivas de las que hablo en este libro todavía no han sido socialmente aceptadas, y ni siquiera estudiadas de manera profunda, experiencial e imparcial por los investigadores.
   Estaría muy bien que los Estados formasen, considerasen y tratasen a los ciudadanos verdaderamente adultos como adultos, al igual que los Consejos Tribales hacen; y no que continúen manteniéndonos en una eterna minoría de edad, entregada a la tutela y al arbitrio de los "expertos" oficializados, que generalmente tienen sobre estos asuntos un conocimiento más teórico que práctico, cuando no se limitan a servir descaradamente, sin la menor oposición, las directrices emanadas de aquellos que prefieren tratar a sus administrados como un rebaño estúpido de consumidores aletargados, superficialmente masificados y dóciles a su influencia; esto es, como seres infra-evolucionados en su potencial humano, pero facilmente gobernables y manipulables...
   ... Y con respecto a las drogas visionarias, no hay magia negra peor ni más hipócrita que prohibirlas oficialmente en nombre de la sanidad pública, para poder enriquecerse vendiéndolas clandestinamente y adulteradas, por veinte, treinta, cuarenta veces su valor en el mercado negro. Demasiado a menudo, quien hace la ley, hace la trampa.
 
15- PARA PREVENIR:
   
   Aparte de los típicos riesgos de adicción o dependencia psicosomática, o de envenenarse por sobredosis (lo que convierte a los estimulantes en depresores o en verdaderos venenos), o por juntarles alcohol (eso sí que puede ser mortal), u otros estimulantes, o por consumirlo demasiado a menudo... consecuencias de la inmoderación y los excesos de quien experimenta sin un mínimo de madurez emocional o de un guía experto, dos son los principales peligros de las drogas especificamente visionarias:
   -El primero lo conlleva el hundimiento de los esquemas prefabricados de falsas suposiciones y juicios sobre los que se asienta nuestra estabilidad psíquica, es decir, la personalidad, la máscara, el ego, la "Buena Imagen" que pacientemente hemos fabricado a base de auto-ocultarnos lo que menos nos gusta de nosotros mismos y de presumir continua y exageradamente de aquello que nos gusta.
   El Daime, como también los hongos Psilocibes, la Mescalina del Peyote y el cactus Sampedro y (dicen, yo no los he probado) la Amanita Muscaria, el Ergot o Cornezuelo, y otras plantas visionarias tradicionalmente usadas como sagradas por muchas culturas, (además del sintético, aunque excelente LSD), desmontan de un tirón, en cuanto hacen efecto, si convenientemente acompañados de un ritual de seria y sentida invocación a la Luz Divina, todo lo que no tiene base en tu mente; y te sumergen en la locura más lúcida -un remolino mental vertiginosamente caótico, sin ninguna referencia estable- hasta que encuentras en tus profundidades una roca segura a la que asirte, la cual no puede ser otra, no hay otra, que tu Identidad Real, el Ser Auténtico Espiritual y Cósmico que eternamente has sido.
   Este Ser es tan real que nadie debería dejar de sentirlo, pero desde tu adolescencia -como todos nosotros- te has esmerado en enterrarlo bajo toneladas de máscaras huecas con las que preferiste identificarte, fuertemente influenciado por una programación social que ha establecido como paradigma de "normalidad" la más fácil, baja y común de las alienaciones psíquicas: el Materialismo, aunque tratando de moderar su voracidad autodestructiva, al facilitar al pueblo llano ciertas dosis de moral religiosa o ética ciudadana, encaminadas a mantenerlo tranquilo, consolado, moderado en sus ambiciones y, sobre todo, conformista con las directrices de los miembros de la minoría dominante, para quienes todo está permitido, mientras sepan guardar las apariencias elegantemente.
   MUCHO OJO: Las plantas sagradas de poder visionario, enteógenos, en las que nunca se pierde la consciencia despierta, sino que se intensifica, no se deben confundir, ni de lejos, con los alucinógenos de la familia de las solanáceas psicoactivas, como las daturas, la mandrágora, el beleño, la lechuga silvestre y la belladona, así como las brugmansias andinas, que, además de ser muy tóxicas, te sumergen en un viaje tan inconsciente que muy facilmente olvidas que has tomado un alterador psíquico; Un amigo mío tomó hace muchos años en la isla de Tenerife un té de Datura Extramonio, y sus acompañantes hubimos de recurrir a todas nuestras dotes de convencimiento para disuadirle de que cogiera su coche y se lanzara a las carreteras camino de su casa, lo cual habría podido ser mortal para él y para otros; nuestro amigo estaba seguro de que aquel té no le había hecho el menor efecto y estaba aburrido, pero se había pasado toda la media hora anterior intentando colocar una cinta cassette en el plato del tocadiscos.
   En Colombia, la escopolamina contenida en una solanácea arbórea de la familia de las daturas, llamada borrachero, ha sido empleada por algunos delincuentes para doblegar las voluntades de sus víctimas, hasta el punto de que las llegaban a acompañar a su banco, donde les hacían firmar cheques a través de los cuales les desvalijaban del contenido de toda su cuenta impunemente, ya que después, la persona drogada por un simple bombón o caramelo de concentrado, o por el contenido de un spray fumigado ante su nariz, ya no se acordaba de nada de lo ocurrido.
   El Tabaco Rústico usado por los chamanes amerindios en sus ritos nada tiene que ver con el tabaco que se comercializa en Occidente en forma de cigarrillos; es un verdadero modificador del estado de la consciencia: no cualquier sustancia tiene poder para hacer que los espíritus de antiguos enemigos mortales se sientan de nuevo hermanados tras fumar juntos la Pipa de la Paz.
   Las plantas visionarias sagradas, enteógenos, bien diferentes de los alucinógenos, producen, además de un cambio de la frecuencia cerebral predominante y de una hiperactivación de los neurotransmisores, un gran aumento de la oxigenación del cerebro (como persiguen, también, las prácticas profundas del Kundalini Yoga y de la Meditación Dinámica, mediante inspiraciones o ejercicios acelerados), lo cual activa el despertar, la expansión emocional y vibracional, la lucidez múltiple y el afloramiento a la consciencia de todos los contenidos de la mente, en una zarabanda de inconexas imágenes nuevas, apareciendo y desapareciendo a toda velocidad ante un ojo interno que se quedó sin marcos reconocibles de orden y medida, ya que todos estaban monopolizados por el ego lógico, que fué lo primero en desintegrarse al comenzar la aceleración.
   Si en ese momento no tienes un mínimo desarrollo espiritual que te permita invocar a tu Núcleo Sólido Eterno, bien puedes perderte en la locura y cuando, por fin, la droga remita en sus efectos, y la memoria de tu ego vuelva a montar el edificio de tus esquemas rutinarios habituales, no sería extraño que te quedaras sufriendo el temor subsconsciente de estar viviendo apoyado en una idea del mundo absolutamente frágil, que cualquier viento emocional puede echar de nuevo por tierra en el momento menos oportuno, e instalándose en tí la paranoia o la angustia existencial, hasta que te vuelvas realmente loco en tu confusión, sin asidero posible, o hasta que comiences, por pura necesidad, a buscar lo Auténtico de tí mismo.
   Por lo contrario, si ha habido un desarrollo espiritual en tí, pero no lo suficientemente abierto e infinito, profundo y holístico, sino encajonado y limitado por la fijación fanática y supersticiosa a una visión religiosa muy parcial, a su estilo, su lenguaje y sus símbolos -lo de fuera-, es posible que te quedes más prendido todavía al símbolo envolvente y a tu secta, haciéndote, tras tu experiencia, más fanático y más supersticioso aún.
   Ya que, al no estar tú vislumbrando realmente la Esencia Invisible que subyace tras los símbolos de estabilidad a los que te agarraste para ordenar tu caos, sino que estás tan sólo mirando la cáscara que la envuelve y le dá forma mental, -en este caso las imágenes o símbolos con los que tu creencia escogida representa a esa Esencia (Que es universal y no sectaria)- puede ser que interpretes falsamente la solidez de la Esencia, la cual intuyes pero no ves, como prueba subjetiva, pero evidente, de la autenticidad del símbolo sectario que la revestía en tu mente, y que sí ves.
   No pocos furibundos profetas han nacido de experiencias semejantes, que luego han dedicado el resto de su vida a imponer su "Verdad Unica" al mundo, con absoluta intolerancia hacia quien cultúa la misma Esencia, pero usando diferentes imágenes, nombres, descripciones o símbolos.
   -El segundo peligro de las drogas visionarias no reside tanto en la sustancia misma, sino en el ambiente en el que habitualmente se toman: Quien lo hace tan sólo dentro del espacio ceremonial y doctrinal de una secta exclusivista, acaba por volverse facilmente manipulable por sus dirigentes o por el "que dirán" de sus correligionarios.
   El Daime, por ejemplo, nos hacía muy sensibles emocionalmente y muy impresionables, lo cual provocaba que los guerreros o guerreras de nivel cultural y crítico bajo, que podían confundir a cualquier jerarca simplemente político del Pueblo de Juramidán con un Maestro de Sabiduría, acusasen cualquier llamada superficial al orden o cualquier sermón de un dirigente por motivos puramente reglamentarios -y los había muy poco delicados en sus expresiones- como si el mismo Dios de los Ejércitos hubiese bajado furioso a reprenderles.
   Esto facilitaba los comportamientos borreguiles, los cuales, a su vez, propiciaban el encumbramiento de egos dictatoriales ávidos de poder sobre el sometimiento masoquista de los asustados, quienes tenían que echar mano, para mantener tan espúreo tipo de autoridad, a inyectar mayor miedo por sugestión, mayor superstición y mayor censura, en nombre, además, del Cielo; todo lo cual mataba de dolor al Padrino en aquella época y envenenaba gradualmente el ambiente social de la comunidad, la cual en mi propio viaje -otros visitantes, tal vez más puros que yo, sólo veían maravillas- se iba sintiendo más y más inquisitorial y sectaria; desfigurándoseme incluso la sacralidad de algunas sesiones de Daime, que no pocas veces se convertían en un castigo psicológico colectivo para purgar una falta contra la autoridad temporal, a causa de la mala vibración introducida en las mentes de los participantes por el rapapolvo culpabilizador del dirigente, desencadenado justo cuando comenzaba la Fuerza a elevarse.
   Tales comportamientos desconsiderados y egocéntricos -afortunadamente, propios de una minoría de pequeños jerarcas todavía poco pulidos- me parecían pura magia negra, pero fué, en verdad, fuera del Pueblo de Juramidán, en Rio Branco, donde asistí a los mayores abusos y juegos brujiles de intento de dominio psicológico sobre las mentes hipersensibilizadas de los ayahuasqueros; habiendo tenido, incluso, que defenderme, con todas mis fuerzas psíquicas, durante dos horas, del ataque telepático de alguien que me había invitado a una ingestión en su casa, y que, aunque externamente no paraba de hablar, exponiendo vagas elucubraciones filosóficas, me estaba dirigiendo, subliminarmente, una retahíla rítmica de mensajes hipnóticos impositivos que yo capté enseguida, y que eran tan poderosos que sólo me pude desligar de ellos concentrando toda mi atención en dibujar en la pared con un lápiz, mientras él seguía hablándome, una imagen sagrada a cuya Esencia (para mi sentimiento, benéfica y protectora) pudiese mi mente prenderse. Con todo, pasé los dos días siguientes con la sensación de que había agotado la mitad de mi energía en el combate psíquico no declarado contra el incógnito vampiro.
   Creo que ha quedado claro, por lo expuesto hasta ahora, que el mayor potencial de una planta de poder, un enteógeno visionario, consiste en desmontar de un tirón todos los esquemas mentales, positivos o negativos, que la específica cultura en la que nacimos nos metió en la cabeza durante nuestra crianza y educación (a fin de que nuestras aspiraciones y nuestro comportamiento en la vida se correspondiesen con aquello que constituye el canon o modelo de "normalidad" aceptable como conveniente por esa cultura)... y colocarnos, de repente, ante un vacío creador en el cual podemos dialogar directamente, más allá de la dualidad y de las imperfectas categorías del pensamiento lógico, con la Fuente Primordial de todas las culturas.
   Esta Fuente de Luz que aparece en nuestro interior cuando se diluye todo lo que no era sino pensamiento programado (y ajeno, por no intimamente comprendido en sus causas)... no es otra cosa que el Ser Humanidad mismo, el Genio Subconsciente Colectivo, el Espíritu de la Especie Humana, que reside en el fondo del subconsciente individual de cada ser humano.
   A partir del silencioso diálogo interno con Su arquetípico lenguaje de imágenes míticas, himnos e intuiciones, intensamente sentidas por nosotros como evidentes y confiables (ya que nos sentimos revelados, purificados, instruídos, aconsejados y confortados por algo que el corazón CONOCE como El Amor Mismo), podemos estructurar de nuevo todas nuestras concepciones mentales de una forma más lúcida y auténtica.
   Lo cual, aunque no podremos evitar re-traducir esos descubrimientos subconscientes a términos explicativos extraídos de nuestro antiguo condicionamiento cultural, sin duda supondrá un activo y personal avance de nuestra consciencia (aunque relativo), en relación con su pasivo y alienado estado anterior.
   Nuestra Identidad Mayor, el Ser Humanidad, es una altísima consciencia intimamente conectada a su propia Identidad Mayor, el Ser Planetario regente de La Tierra, y éste, a su vez, al Regente del Sistema Solar, y éste al regente de varios sistemas, y éste al de la Galaxia que llamamos Vía Láctea; y así sucesivamente, en una Jerarquía Universal de la Consciencia que podemos tan sólo imaginar en unos pocos eslabones de una cadena espiral infinita, formada por todos los seres del Cosmos, siendo cada uno de ellos una consciencia más o menos autónoma (según el alcance de sus percepciones y capacidad de libre acción) que se ocupa de animar y hacer evolucionar su propia parcela de influencia vibratoria.
   El conjunto de todas las consciencias del Universo funcionando interconectadas conforma la Consciencia Cósmica, lo que es lo mismo que decir que Dios es la inter-relación dinámica y viva de todos los Seres Divinos, ya que habita, al mismo tiempo, en el núcleo sutil de cada uno de ellos y en el conjunto, que Su Voluntad mantiene coherente, a pesar de su impensable diversidad.
   Como es en el Macrocosmos, es en el Microcosmos, y si nos fijamos en lo que tenemos más cerca, nuestro propio cuerpomente, tras ingerir un enteógeno, descubriremos facilmente como nuestra "personalidad individual" es también un pequeño universo de consciencias elementales más o menos autónomas y a menudo conflictantes entre sí, mas concatenadas en jerarquías y mantenidas cohesas por una invisible voluntad de evolución positiva que rige el nucleo de cada una de ellas y el conjunto.
   Esto es, por la Chispa Divina que anima cada ser denso o sutil, desde la Célula hasta la Galaxia, desde el más ínfimo elemental hasta el Arcángel, pasando por lo que llamamos el Hombre, que es un buen ejemplo de como todo el Universo está contenido en potencia en cada una de sus partes, como en una semilla se contiene el bosque.
   La semilla de lo que hoy es la orgullosa Civilización Occidental, que tiene firme vocación de convertirse en modelo aglutinador de la Civilización Terrestre en breve tiempo, fué seguramente esbozada en algún remoto pasado por las visiones de algún recolector de alimentos tribal, tal vez una mujer, y probablemente después de haber ingerido, "por casualidad" algún psicotrópico natural que puso a su mente primitiva (acostumbrada a tan sólo reaccionar instintiva y pasivamente a los condicionamientos del entorno), en disposición de recibir conscientemente revelaciones de su Divinidad Interna, con lo cual pasó a convertirse en un canal original de producción activa de cultura, sobre todo desde el momento en que pasó a beneficiar a su comunidad con los descubrimientos derivados de su reciente lucidez.
   Durante muchos siglos, mientras aún vivían en pequeños grupos independientes en un ambiente bien natural que abastecía a todos por igual, el conocimiento mágico así descubierto fué patrimonio de todos, y cualquiera podía entrar en contacto directo con la Fuente Reveladora de su interior sin intermediarios ni intérpretes, tan sólo ingiriendo la Planta de Poder. Así ha sido hasta hoy entre los pueblos selváticos, aunque todos los amazónicos recuerdan un tiempo mítico en que las mujeres quisieron monopolizar el uso de los enteógenos, lo que acabó dando pretexto para que, en la mayoría de las tribus, los hombres se rebelasen, sometiesen a la mujer y, por contra, estableciesen el monopolio exclusivo del patriarcado sobre el uso de los medios para entrar en trance.
   En el momento en que surgió cualquier clase de exclusivismo en relación al control de los medios para entrar en contacto con Uno Mismo, surgió la Magia Negra. Mago Negro es cualquier mujer u hombre que trata de utilizar el mayor poder del que disponemos, que es el de conexión con la Divinidad, en beneficio exclusivo, o en el de la propia familia, clan, partido o clase social, y como instrumento de manipulación y dominación del resto de las personas circundantes.
   De ese exclusivismo egoísta surgieron todas las teocracias regidas por una restringida clase sacerdotal, aliada a los jefes guerreros más poderosos, que crearon las grandes civilizaciones colectivas en los diversos lugares del mundo donde las condiciones ambientales eran tan duras que los hombres no tuvieron más remedio, para sobrevivir, que agruparse en organizaciones numerosas, complejas y jerarquizadas.
   Naturalmente, los sacerdotes y guerreros ocupaban los grados jerárquicos más altos y señalaban al resto de la comunidad, en nombre de Dios, el canon de "normalidad" y los objetivos que más convenían a su bienestar y a la perpetuación de su poder como clase dominante.
   Para defender su monopolio, la clase sacerdotal acabó por declarar ilegal y nocivo el uso de enteógenos (salvo secretamente entre sus grados jerárquicos más altos, en el seno de exclusivos Colegios Mistéricos e Iniciáticos), así como por asimilar o eliminar a los ancianos que aún sabían reconocerlos y usarlos, y por acusar de brujería y perseguir a aquellos ciudadanos de a pié que lograban encontrarlos, consumirlos, curarse de la alienación general y tratar de curar a otros.
   Y fueron apedreados o quemados, también, como herejes, todos aquellos que llegaban a elaborar en su mente un modelo evolutivo que no se correspondiese con el de la jerarquía dominante y que se atrevían a intentar comunicárselo a los demás.
   Sin embargo, como los modelos de "normalidad" dominantes estaban viciados en su base, tarde o temprano acababan por arrastrar a toda la comunidad al conflicto permanente, interno y externo, y a la infelicidad. Pero como el Espíritu de la Humanidad no admite estancamientos en su dinámica evolución, siempre acababa por inspirar a un pastor de ovejas o cabras o camellos de alma honesta y pura y de corazón lleno de firmeza, para que, en lo alto de una montaña o en el desierto, abriese de nuevo sus percepciones a La Fuente Interna.
   Esto ocurría, ya por medio de un psicoactivo que aparecía "casualmente" como alimento, o mediante sueños visionarios que, tras desmontar toda la estructuración manipulada en la que fué criado el sujeto, la reestructuraban ajustándola a las verdades Universales reveladas por las entidades divinales de su Plano Arquetípico subconsciente.
   Así surgieron los grandes profetas reformadores de las antiguas religiones, que, por muy puros que fuesen, nunca pudieron evitar que sus revelaciones fuesen, incluso antes de ellos morir, manipuladas por sus seguidores y adaptadas, como ideales y valores culturales, a los intereses de una nueva jerarquía sacerdotal y aristocrática dominante.
   Estúdiese, por ejemplo, en lo que se convirtió el mensaje de Cristo y de los mártires en tiempos de Constantino, Justiniano y de los primeros papas romanos. La Humanidad avanza incontenible hacia su realización, pero siempre entre mares de lodo.
   Tal vez el Espíritu consiente el predominio de los corruptos y de los magos negros porque, cuanto mayores son los obstáculos que ellos colocan, mayor es el salto hacia adelante de la especie toda cuando sus pioneros consiguen superarlos.
   Cualquier persona inteligente puede aplicar este desarrollo hasta el día de hoy, y entender como siguen siendo los intereses de control de las clases dominantes en nuestra "democrática" Sociedad Occidental los que siguen señalando (con pretextos arbitrarios y sin estudios imparciales que respalden sus anatemas), como malditos y espúreos... o viciosos y delincuentes, a todos los que se atreven a buscar vías eficientes, inmediatas y accesibles a cualquiera, de conexión personal y directa con la Fuente Interna a través de Plantas Sagradas; aunque toleren sistemas místicos y yóguicos porque saben que sólo unos pocos lograrán, con muchísimo tiempo y esfuerzo, obtener resultados de esa manera, y que esos pocos son bien más fáciles de controlar que las multitudes.
   Todos estos argumentos en favor de la libertad autoexploratoria, no dejan de considerar que los enteógenos son instrumentos poderosísimos de cognición que, irresponsablemente utilizados, pueden desestructurar los viejos esquemas de muchos y dejarlos colgados en la inseguridad total sobre sí mismos por falta de una base sólida sobre la que reestructurarse. Este suele ser el caso de aquellos que se lanzan a un viaje psicodélico sin preparar su psique ni el ambiente, y sin otro objetivo que curiosear y divertirse con nuevas sensaciones.
   Peor todavía es encontrarse con una secta de magos negros que manipulan tu reestructuración sobre cauces que se dirigen a crearte un compromiso de obediencia ciega a sus postulados y a sus jerarcas. Recuerda siempre que uno toma una planta de poder para consultar con su propio Maestro Interno, y que nadie tiene el derecho de convertirse en su infalible intérprete.
   Así, es recomendable salir corriendo de todos aquellos círculos donde tu corazón y tu cabeza intuyan excesivo paternalismo, o sacralización del dirigente, falta de transparencia entre las cabezas y la base, exclusivismo o irrespeto a otras vías de conocimiento, dogmatismo, fanatismo, intentos de control sobre la ideología y la vida privada de sus miembros, interés económico, político o sexual.
   La mejor de las doctrinas puede fallar, a la hora de aplicarse, por carencias de los seres humanos que la aplican, y convertirse en un sistema opresivo; así que hay que mirar muy bien las personas con las que uno juega juegos tan íntimos como el de desnudar la propia mente; por sus obras los conoceréis, pero no demoreis mucho tiempo en usar vuestra discriminación.
   También son un peligro los elementos negligentes o torpes que existen hasta en la mejor de las comunidades de crecimiento interno: En Mapiá, durante la alquimia del Feitío, los guerreros veteranos estaban continuamente vigilando que los novatos no fueran a cometer el menor error de ritual y a veces eran excesivamente duros en sus reconvenciones... Pero tiempo después, ya de vuelta a Rio Branco, donde existen muchas Iglesias en las que se sincretizan cristianismo y enteógenos, tuve ocasión de comprender y aprobar su marcial nivel de exigencia, al experimentar un "viaje" horrible, producido por la ingestión de ayahuasca en el templo de otra Iglesia que no cuidaba ni la disciplina, ni la perfección ritual, ni la limpieza, tan puntillosamente como los seguidores del Padrino Sebastián.
   Ya que el Daime era una especie de catalizador mental, una película fotográfica en blanco, donde se imprimirían todos los pensamientos y sentimientos de los dos equipos participantes en su elaboración. Si lograban mantener una buena armonía durante el feitío, esa armonía impregnaría posteriormente las sesiones de ingestión del brebaje; pero, si se creaban conflictos y tensiones entre los participantes -abundaban los carácteres primitivamente soberbios, machistas y competitivos- y éstos, en lugar de vibraciones de amor y de contacto espiritual, impregnaban la neutra Ayahuasca con sus odios, rencores, envidias y luchas de poder, tendríamos luego tormentosas sesiones, en las cuales, el Maestro Juramidán colocaría ante nuestro ojo astral un espejo donde se reflejara crudamente el horror de nuestros demonios interiores, los mismos que se correspondieran con las malas energías que los elaboradores habían dejado, negligentemente, que contaminaran la mezcla.
   Tomábamos un vasito de Daime, santiguándonos previamente, una vez cada dos horas durante el Feitío. Aquello hacía que uno estuviera proyectándose astralmente casi todo el tiempo, con miraciones fortísimas que a veces desdoblaban nuestra consciencia y llevaban nuestro cuerpo etérico muy lejos del físico; a pesar de ésto, allí, más que en cualquier otro sitio, se te exigía un "ora et labora" en el que debías ser capaz de mantenerte muy atento al trabajo y con los pies bien puestos sobre la tierra, para librarte del acoso inquisidor de algunos veteranos que eran verdaderos "pinches tiranos", especialmente aquellos que sentían la necesidad de crecerse por encima de las personas más cultas que ellos y que volcaban un alud de acres críticas sobre los "urbanitas atontados" que cometían el menor descuido, lo que podía culminar hasta con una grosera expulsión del iniciante que, por mirar demasiado para adentro, cometía fallos en el trabajo externo. Pocos de los novatos eran firmes bastante para aguantar -con su emocionalidad hipersensibilizada- aquel duro trabajo y estricta disciplina; y muchos abandonaban con cualquier pretexto el Feitío en el segundo o el tercer día, por lo que su estancia en Mapiá se abreviaba forzosamente.
   Pero los que conseguíamos superar la vagancia y blandura física del hombre urbano y reencontrar -en la obediencia dignamente aceptada y la esforzada cooperación- nuestra hombría arcaica, llegábamos a sorprendernos del extraordinario caudal de poder energético del que normalmente no tenemos consciencia, por causa de nuestro alejamiento de la naturaleza; y acabábamos adaptándonos, por pura constancia movida por la verguenza.
   Así, cuando lográbamos salir de la flaqueza y arrimar el hombro al ritmo general, dejando de hablar tonterías, de quejarnos o de presumir de lo que creíamos que sabíamos, y demostrando al tiempo alegre disposición, espíritu de servicio sin babosería ni sumisión, colaboradora entrega, ganas de aprender practicando y respeto a la veteranía de aquellos ásperos gigantes, éstos nos aceptaban por fin y nos hacían descubrir toda la nobleza cordial de sus corazones de guerreros.
 
16- LA SANTA MARÍA
   
"Santa María é a nossa Mae
Nossas filhas e nossas mulheres
Mas é preciso muito amor
De todas elas se consagrar."

(Fragmento de un himno del Santo Daime)
   
   El Padrino Sebastián, además del Daime, había recibido del YO SOY la autorización para utilizar sacralmente otra planta de psicoactividad infinitamente más leve, y muy conocida hoy en día, cosa, sin embargo, que fué muy criticada por sus antiguos condiscípulos del Alto Santo, la Iglesia del Maestro Irineu en Rio Branco... pero ellos no tenían que mantener unido a un pueblo de guerreros en medio de la jungla: Estoy hablando de la Cannabis Sativa o Marihuana.
   Se usaba, sobre todo, como forma de propiciar distensión, armonía e introspección antes de las asambleas comunitarias o de las "concentraciones", que eran reuniones para el debate o el estudio grupal de temas específicos; También durante o tras alguna intensa sesión con Daime en la Casa de la Estrella, para acalmar las emociones que se hubiesen desbordado demasiado. No se cultivaba en Mapiá y se llevaba un férreo control de su distribución, de manera que, oficialmente, sólo podía ser usada en las ocasiones adecuadas, siempre sagradas.
   Se contaba que allá por los setenta, cuando aún vivía el Padrino en la Colonia 5000 de Rio Branco, tuvo una visión en la que un guerrero le ofreció una nueva planta curativa de las dolencias del alma. Poco tiempo después llegaron por allí los primeros hippies: dos "malucos" mineiros y un argentino, gentes del "Pueblo del Camino" que vivían vagando de un lado para otro con sus artesanías. Sebastián Mota simpatizó muchísimo con ellos, que fliparon desde el primer momento con el Daime y pasaron enseguida a formar parte del Pueblo de Juramidán, enseñando a los caboclos a comer hortalizas, que ellos mismos plantaban y cocinaban.
   También plantaban otras cosas, y un día hubo un escándalo porque uno de ellos confesó en pleno trance de Daime que se había "enmacoñado" antes del himnario y que ahora lo estaba pasando mal por causa del sentimiento de culpa. "Macoña" es el nombre que en las calles de Brasil se le da a la marihuana, y todo el mundo se espantó, ya que tan sólo conocían aquella "droga de vagos y delincuentes" por referencias cargadas de prejuicios.
   Pero el Padrino jamás emitia un juicio vano, y les pidió algunas hojas de Cannabis para hacer un estudio fino y disciplinado ante El Poder, igual que anteriormente había estudiado los hongos Psilocybes y que después siguió estudiando todo cuanto psicotrópico le traían. En muy poco tiempo entabló perfecta comunicación con el deva de la planta, y la presentó a su pueblo como aquella que le había sido anunciada en la miración. Dijo que en ella estaban contenidas las más altas cualidades femeninas (así como las más bajas, si se usaba mal), y la llamó "Santa María". Don Manoel Correntes, que era la mano derecha del Padrino, recibió del Arcángel Miguel el ritual adecuado para consagrarla y el consejo de comenzar no usándola más que una vez cada quince días.
   La Cannabis o Cáñamo es un psicoactivo de reciente uso en el Nuevo Mundo, ya que no existía en él antes de que españoles, portugueses y británicos la introdujeran en sus colonias para poder fabricar cordajes y velas de navíos con sus fibras. Sin embargo, se adaptó maravillosamente a diversos climas americanos, y ya ha habido tiempo para que muchos chamanes nativos conocieran sus virtudes y la incorporaran a sus ceremonias sagradas de contacto con el Padre Cielo y la Madre Tierra, que conforman los aspectos locales más elevados de nuestro Yo Superior.
   Se sabe que hace más de diez mil años que se usa la Cannabis en el Viejo Mundo para producir estados alterados de consciencia. Probablemente nómadas y caravaneros la llevaron a Oriente y Occidente desde el Asia Central; los hindúes la veneraron en los Vedas, la cultivaron con sacralidad y la consagraron a Shiva, el Dios de la Transformación, y a Indra, señor del Firmamento Astral (y, por tanto, de los viajes interdimensionales sobre alfombra mágica conducidos por un genio).
   En el Budismo Mahayana tibetano se la considera también una planta sagrada y se cuenta que, durante los seis pasos de la vía ascética que conducen a la iluminación, Gautama, el futuro Buda, se sostenía con el gran poder nutritivo y meditativo de una semilla de cáñamo al día. Asimismo, es muy empleada la Cannabis sacralizada, tanto hoy como ayer, en los rituales tántricos  .
   Cinco siglos antes de Cristo, el historiador helénico Herodoto contó algo sobre "La Sauna Escita": Los escitas, tribus de jinetes nómadas que vivían al noreste del Mar Negro, y a quienes los urbanizados griegos consideraban como bárbaros salvajes, hacían una especie de tienda de sudación bastante parecida a los Inipis de los Pieles Rojas o a los Temazcallis Mexicas, sólo que sobre las piedras al rojo vivo situadas en el centro de la sauna, se arrojaban, junto con algo de agua, semillas y hojas de Cannabis, las cuales producían de inmediato una humareda húmeda que, al ser inhalada por los participantes, en el interior de la cabaña hermeticamente cerrada por mantas de pieles, los colocaba en un intenso trance colectivo, tan purificatorio como eufórico, que ellos celebraban con sueltas exclamaciones de gozo ...Parece ser que los escitas estaban "escitadísimos" allá adentro.
   Hoy en día es la planta psicoactiva más difundida en el mundo, pero esta gran difusión ha contribuído, también, a su uso automático, profano y vulgar, o sea, desacralizado. Yo doy fe, porque lo conozco muy bien, de la enorme diferencia que hay entre fumarla sacralmente o de una manera habitual e inconsciente. Y como ésto, todo. La vida es mágica, pero sólo se deben contar como vividos los pocos momentos en que nos enfrentamos despiertos y conectados a las maravillas de la creación; el resto del tiempo es letargo vegetativo o infra-animaloide (porque los animales son mucho más sensibles), pilotaje robótico... "zombiedad", si me toleras la horrible palabreja.
   A diferencia del resto de las plantas de poder, el principio psicoactivo de la Cannabis no es un alcaloide, o sea un compuesto nitrogenado, sino un aceite resinoso llamado THC o Tetrahidrocannabinol, que se concentra mucho más en las flores aún no fertilizadas que en las hojas, aunque se han encontrado en la planta otras 460 sustancias psicotrópicas en menor concentración, entre ellos 60 cannabinoides de estructura química parecida a la del THC.
   Hay muchas maneras de ingerirla, pero la más común es fumar la resina concentrada de las flores, sola o mezclada con las hojitas más finas picadas; o picar simplemente las hojas y fumarlas. En general, quien usa la Santa María como un mago guerrero, acaba por cultivar con el mayor cariño artesanal sus propias plantas de cáñamo, haciéndose uno con el deva de la planta, con el elemento espiritual que estructura sus elementos químicos, antes de incorporarlo definitivamente a nuestra propia aura en la pitada o fumada.
   
   El THC actúa sobre el hipotálamo, que es el centro neurálgico que, en la base del cerebro, segrega hormonas para la hipófisis o controla el apetito. En el cerebro, activa neuroreceptores del tipo de la dopamina, que ponen en marcha en el sistema límbico respuestas cerebrales de las consideradas "de recompensa": pérdida parcial de la sensación del tiempo y disminución de la ansiedad producida por la preocupación y la prisa; relax y tranquilidad, aumento leve de la líbido, que propicia la sociabilidad y la expresión de afecto, y alegre desinhibición. Al mismo tiempo, se potencia la parte intuitiva y, por lo mismo, surge una cierta desgana de seguir realizando operaciones lógicas y calculadas. Hay un aumento de la sensibilidad, una disminución de reflejos, los ojos se irritan, la boca se seca y aumenta algo la tensión y la taquicardia, por eso es bueno canalizarla en el ritmo del canto y de la danza después. Se le atribuyen, desde la antiguedad, numerosos efectos terapéuticos, aunque éstos, debido al prejuicio y los intereses creados de los gobiernos, jamás han sido adecuadamente investigados por un equipo imparcial.
   La mayor parte de la Cannabis que se fuma en Europa procede de Marruecos (la principal área productora es la región de Ketama, en las montañas del Rif) y consiste en resina apretada en pastillas compactas y desecada, o sea, el famoso "Hachís". Los traficantes suelen añadirle toda clase de sustancias espesantes que hagan un kilo de unos cuantos gramos de resina, siendo verdaderas basuras alguno de los adulteradores. Luego, el consumidor ablanda la pastilla, quemándola un poco, y se la fuma mezclada con tabaco, en general procedente de cigarrillos rubios, el cual sí es adictivo y muy nocivo para la salud, aunque perfectamente legal, ya que los estados obtienen una cantidad enorme de impuestos del envenenamiento de sus ciudadanos con una droga que aumenta el automatismo y el letargo, sin riesgo de producir ningún peligroso (para ellos) aumento de la consciencia.
   Cuando se ve la diferencia entre una plantita cultivada con sagrado amor y algo ...más o menos parecido por fuera, aumentado con vete a saber que clase de porquerías, y cambalacheado de Africa a Europa por vete a saber que clase de vibraciones, uno acaba por abandonar un día definitivamente tanto los manoseados y adulterados productos que los narcotraficantes venden por los rincones oscuros, como el tabaco manufacturado de forma industrial y ampliamente comercializado por las mismas grandes multinacionales mafiosas que se enriquecen con las guerras o con las prohibiciones, y con la explotación de la debilidad y la sordidez humana.
   Muchas personas, en su mayoría ciudadanos de países con amplia libertad democrática duramente conseguida, han formado movimientos que exigen la investigación imparcial y la legalización de la Cannabis. Los norteamericanos, que viven en uno de los países donde la represión es mayor y más interesada, ya no necesitan recurrir a los carteles colombianos del narcotráfico para importar marihuana, ya que han conseguido adaptar a sus propios jardines y patios interiores una especie de excelente psicoactividad.
   En Europa, Holanda tiene la dignidad, gracias a la lucha de sus ciudadanos por conseguir y mantener sus libertades cívicas frente a la creciente ansia de los estados modernos por controlar al máximo la vida de sus miembros, de ser uno de los países más tolerantes y permisivos, y cada año se celebra en Amsterdam un concurso internacional que premia la Cannabis casera de mayor calidad, aunque casi siempre los suelen ganar los mismos holandeses, tradicionalmente óptimos jardineros, que han llegado a producir variedades magníficas.
   La legislación española, sin embargo, parece ser la más avanzada -dicen algunos estudiosos del tema- en cuestión de tolerancia: aunque está prohibido el narcotráfico, no está penalizado el consumo ni, oficialmente, te pueden quitar una plantita o dos que cultives para tu uso, aunque no conviene que las tengas en el balcón, a la vista de tus vecinos, ya que te podrían denunciar, y si viene la policía y se las lleva, mucho papeleo has de mover después para conseguir que te las devuelvan. El clima español es muy apropiado para el cultivo si se riega y se cuida bien, y no hay María mejor que la de cosecha propia.
   
   Supongo que la marihuana amazónica, como la famosísima colombiana, es de las mejores del mundo, aunque allí, en Mapiá, tratando como tratábamos con la poderosa Ayahuasca, en la atmósfera de alta vibración que la selva es, nos parecía algo flojito, "apenas pra relaxar" como dicen los brasileiros, que de relajar entienden mucho. Ahora bien, el Padrino se tomaba la Santa María muy en serio, y lanzaba indignadas diatribas contra los que se atrevían a consumirla sin consciencia, fuera de las horas de ocio, o como un simple hábito automático.
   Como el Universo es mental y todo en esta vida es cuestión de actitud, según la actitud con que la fumásemos, el deva contenido en la planta nos influiría de una o de otra manera, positiva o negativa; Así pues, estaba prohibido el uso de "macoña" en la comunidad, lo cual coincidía con la Ley Federal Brasileña, pero estaba permitido (y bendecido) utilizar oportuna y sacralmente la Santa María, que no era otra cosa que la pícara brujita Mari-Juana cuando elevada a nivel trascendente; lo que sólo se conseguía cultivándola y cuidándola con sacralidad y tan sólo fumándola después de que cambiabámos nuestra actitud y nos sumergíamos en "Estado Interior de Templo". Entonces la consagrábamos, haciendo la Señal de la Cruz con el canuto antes de encenderlo, lo que equivalía a invocar la inspiración de la Reina de la Selva y de sus ángeles sobre nuestra psique a través del poder de la hierba y a sincronizar su más alta vibración con la vibración más alta de nuestro espíritu.
   Después había que "pitarla" (fumarla) con consciencia, con respeto y compartiéndola fraternalmente: tomarla con delicadeza, ponerla en los labios, aspirar mientras uno invocaba mentalmente: "Sol, Lua , Estrela", y pasarla a otro. Y nada de perder la pitada hablando de tonterías ni reteniéndola mientras se habla... Tras un tiempo de concentración silenciosa, en el que el éter retenido de la planta se dirigía, inspirando por la nariz, de chakra en chakra, columna arriba hasta el tercer ojo, antes de expulsarse el residuo, las personas canalizaban la vibración obtenida hacia lo alto, y agradecían, luego de un rato de meditación, por medio de canciones, tal como hace el canario después que se alimenta con cañamones o semillas de Cannabis, que, por cierto, le hacen cantar mucho mejor.
   Las mejores fumadas que yo he tenido han sido siempre en un escenario consagrado, ante un respetuoso colectivo que se pasaba el canuto en completo silencio. Cuando se acaban los cigarrillos, el comandante de la sesión dice: -"Concentración"- y todos cierran sus ojos físicos y se concentran en el ojo interno, elevando su atención hacia las más altas emisoras que puedan captar. Si uno de los miembros de la mesa consigue sintonizar con una de ellas, es fácil que los demás resuenen telepaticamente con él, y que durante un rato todos comulguen intensamente de un momento mágico de conexión sinérgica con un espíritu que es mucho mayor, en su calidad de amor y de sabiduría reveladora, que la suma de las potencias espirituales de los participantes. Algunas de estas experiencias son inolvidables y no tienen nada que envidiar a otras emocionantes comuniones conseguidas en trance de Ayahuasca.
   La planta de Cannabis puede llegar a medir hasta dos metros de altura y más; cuando están todas juntas en una plantación aquello parece una selva. Astralmente, la energía que producen es tan potente que, cuando están en flor, algunas personas poco afirmadas hasta se sienten desmayar entre ellas. Las plantas piden mucho sol y mucha agua, y cuidarlas y regarlas es una labor meditativa que requiere dedicación concentrada y muy fino amor; es bueno que no ande demasiada gente entre ellas, sino tengan uno o dos cuidadores fijos, preferiblemente varones, que las amen y las mimen, y mucho agradecen que se les hable y se les canten himnos mientras se las riega. Lo más refinado de la planta es la resina y la flor, que contiene la mayor concentración de THC y una energía de una femininad maravillosa.
   En Mapiá, las muchachas jóvenes, perfumadas de esa "hembría" silvestre, brava, felinamente natural y, al mismo tiempo, modosa, de las hijas de la Floresta, siempre preguntaban -"¿es flor?"- cuando se las invitaba a pitar, ya que sólo esta parte de la planta es digno ofrecimiento a una doncella. Sus enamorados procuraban recoger las mejores flores con delicadeza, secarlas, colgándolas del techo de su casa, liar después un canuto con perfección y, en sus ratos libres, confeccionar unas cajitas decoradas que pudiesen ser adecuado envoltorio de su regalo y en las que pudiesen expresar todo lo mucho que habían pensado en el objeto de su amor durante el "feitío" o la confección meditativa. Luego, en cualquier momento, generalmente en la iglesia, donde todos coincidían, las depositaban con discreción en la mano de su amada. Ella no decía nada, mas, en la intimidad o en el bosque, abría con deleite la cajita y se fumaba el presente, en cuya vibración se comunicaba telepaticamente con el presenteador. Todo era así de mágico en Mapiá, y uno iba de sorpresa en sorpresa si prestaba un mínimo de atención.
   Como ocurre con todos los psicoactivos y medicinas, lo ideal es dejar que transcurra un tiempo prudencial entre toma y toma; de esa forma su efecto será pleno e incidirá sobre el aspecto de tu vida que está demandando una reflexión intuitiva. La Cannabis no es adictiva, de manera que quien la usa de continuo no es un prisionero de ella, sino de su propio automatismo rutinario (dependencia psicológica) si la consume profana y automaticamente. Cuando pruebas un pastel de vez en cuando es sano y sabe de maravilla, pero si tomas pasteles en el desayuno, el postre, la merienda y la cena, te empalagas, ya no te enteras del dulce... y engordas, y te embotas.
   Había himnos que avisaban sobre la degradación de su consciencia y del mundo de ilusión que provocaba quien fumaba Santa María todo el día: se consideraba, y no sin razón, que se volvía vago, pasivo e indolente en el trabajo, desorganizado, glotón, inconstante, fantasioso, superficial, disperso, indisciplinado e insolidario... y hasta circulaba entre muchos daimistas la superstición de que también habia peligro, si uno hacía el amor después de fumar, de ir adquiriendo impotencia sexual.
   La realidad es que la Cannabis Sativa es más bien un afrodisíaco que lo contrario, ya que, al producir una disminución de velocidad en el ritmo habitual del individuo, permite un disfrute mayor del instante, aumentando la finura de percepción de los sentidos, además de la cariñosa cordialidad y de una tendencia a ir hasta el fondo de los sentimientos. En un pueblo de durísimos guerreros como el de Juramidán, la Santa María brindaba la oportunidad de dar un necesario reposo a la tensión luchadora y constructiva y de hacer aflorar el ánima femenina de los iniciados, junto con todo su potencial de creatividad blanda, suavidad y ternura, sin la cual es imposible el amor.
 
17- SEXUALIDAD MÁGICA Y TABÚ
   
"La salamandra tiene el control sobre el fuego sexual...
...no hay fuego superior al fuego del deseo sensual.
Si tienes dominio sobre ésto serás señor de la salamandra"

Carlos Pacini, "El Sol", Goiania 1988.
   
   Ahora bien, durante el juego sexual, la Cannabis excita más bien la mente que el cuerpo, y los machos rudos que están acostumbrados a una relación puramente animal, esto es, excitarse rapidamente hasta el clímax y desahogarse derramándose, sin preocuparse demasiado por la preparación previa o la satisfacción final de la compañera, o el intercambio afectivo de energías eterizadas, se quedaban aterrados al comprobar que el orgasmo se retardaba y que a veces hasta la excitación se perdía. Ahí, algunos pensaban que se estaban volviendo impotentes.
   Los amantes más refinados, sin embargo, que saben muy bien que la mujer demora mucho más que el hombre en excitarse a tope y en llegar al clímax, aún sin necesidad de ser altos iniciados en el Tantra, disfrutan a fondo de esa disminución de la imperativa excitación masculina, jugando con ella sin llegar a perderla totalmente, dando lugar a un imaginativo y cariñoso prólogo de caricias que dure todo lo que haga falta, hasta que la propia mujer se ablande y pida ser penetrada; jugando después, con el movimiento y la respiración controlada, a llegar y retornar del borde de los límites, en conscientes ascensiones y descensos, distribuyendo a lo largo de todo el juego y todo el cuerpo el placer, que en la relación ruda sólo se concentra en el último espasmo vaciador; y educando, al tiempo, a la parte más instintiva de nuestro vehículo material, para que se ponga en todo a las órdenes de la voluntad rectora, haciendo del potro salvaje sobre el que cabalgamos en este plano, y que tiende a desbocarse totalmente, un obediente Pegaso alado que nos lleve volando hasta la Altura...
   Cuando por fin su compañera se disuelve en el puro placer y en el vacío del éxtasis, el hombre puede optar por disolverse también, derramándose simultaneamente y transmutando su densidad, junto con la de la mujer, en sutil espacio donde ambos se hacen uno... o coagularse, canalizando conscientemente la energía generada de chacra en chacra hasta la cabeza, donde servirá de sutil combustible altamente refinado a su creatividad artística, construcciones mentales, meditación, decretación magística o comunicación espiritual... quedándose además, si la canalización estuvo bien hecha, con una cierta excitación agradable y jovial y constructiva durante todo el día, hasta el próximo juego de amor.
   Esta era una de las instrucciones de Carlos Pacini para mantenerse canal del Espíritu : La mujer -la tierra, el agua- se disuelve, sutilizándose; el hombre -el fuego, el aire- se coagula para realizarse... la Alquimia se produce: Todo cuanto se visualice en el momento de esta transformación es transformable; lo que se construye y se mantiene entonces en la mente con clara consciencia, intenso sentimiento y voluntarioso deseo, se manifestará magicamente en el astral y luego en el físico, combinándose los éteres cósmicos, estructurándose y vehiculándose sobre la poderosa energía generatriz que la alquimia sexual condensó. Por eso hay que tener infinito cuidado con lo que se pone en mente y con qué entidades se liga uno durante el acto amoroso, que es un acto generador, no sólo de cuerpos físicos, sino de toda clase de envolturas mentales, astrales, etéricas y físicas para manifestar encarnadas sobre el mundo las formas que se mantengan en el pensamiento y en la emoción en ese momento, en el cual se abren las puertas interdimensionales y se comunican entre sí todas las dimensiones de potencialidad del Ser Integral que Somos.
   ...Claro está que Carlos Pacini jamás recomendó otro estimulante psicoactivo que mantenerse conectado y rendido todo el tiempo, con el Hijo en el corazón y con el Padre en el tercer ojo.
   Esta necesidad de transmutación de bruta energía generatriz animal en elevada energía generatriz mental y espiritual, es la razón de la exigencia del celibato a los sacerdotes de muchas religiones, de las recomendaciones de control a los sanadores chamánicos antes de transmitir la energía curadora al paciente, o la de la prohibición a los daimistas de mantener relaciones sexuales desde poco antes del inicio del Feitío o durante las ingestiones sacramentales de Daime (lo cual brindaba otro pretexto a ciertos egos inquisidores para meter la nariz en la vida íntima del vecino y chismorrear abundantemente)...
   Conectar con la altísima Energía Divina depende, fundamentalmente, de convertir en altísima la propia energía básica que nos conforma. En el proceso de intercomunicar y avivar con energía vital purificada y transmutada cada uno de nuestros siete chakras de abajo a arriba, conseguimos, por resonancia, que se intercomuniquen y se unifiquen también todas y cada una de nuestras siete esferas dimensionales de Realidad, y que el poder de las más altas se transmita a las más bajas si la consciente y sentida voluntad conjuntada lo decreta y facilita.
   ...Lo que, desde luego, entre el Pueblo de Juramidán -que era suficientemente liberal como para consentir que alguien pudiese tener más de una pareja si de sus corazones salía-, sí consistía un verdadero tabú, era mezclar ingestión de Daime y sexo. Se contaban casos espeluznantes de personas que lo habían transgredido, consiguiendo morir o enloquecer. No sé si ésto sería verdad porque, por puro respeto a la sacralidad evidente del Daime, nunca se me ocurrió ultrapasar aquella ley no escrita, pero lo que pienso, es que en el trance de Ayahuasca se está tan desdoblado del cuerpo que poco me podría concentrar en el disfrute de los sentidos táctiles; de hecho, durante las primeras ingestiones, apenas se entera uno del sabor de la comida que se toma comunitariamente tras el descenso de la Fuerza y el acabamiento de la sesión, aunque la sensibilidad física retorna con la veteranía.
   Por otra parte, es la mente la que estimula al cuerpo durante la sexualidad, para lo cual tiene que entrar en una cierta onda de concentración imaginativa en la pura sensualidad material y animal; Esto es imposible de mantener cuando uno está en plena miración, disuelto totalmente en la Unicidad Cósmica, en la que todos nuestros seres amados son Uno con Uno sin diferencia, o girando vertiginosamente en el Caleidoscopio de las Geometrías Etéricas, o enfrentado a sus ángeles o a sus demonios. Visto desde allá arriba, el sexo, la gran motivación humana en esta dimensión, pierde tanto su posible interés como lo pueden perder sus aviones de juguete para un muchacho crecido que ya cabriolea sobre las nubes junto al instructor de vuelo, pilotando una avioneta de verdad.
   Así es la vivencia del Mundo Espiritual con relación a la del Mundo Físico, y por eso es por lo que, tras la experiencia con la Ayahuasca, los verdaderos iniciados e iniciadas dejan de temer la muerte física, y sólo se preocupan, durante todo el resto de su vida, de no volver jamás a dejarse morir espiritualmente.
   Sin embargo, existe una dimensión trascendente y sutil de la sexualidad, y, dejándose llevar por su onda con impecable consciencia, uno puede ser transportado sobre ella a las dimensiones más elevadas de la unificación de los espíritus. Cuando por fin, horas después de haberse acabado la sesión, y aunque la mente sigue flotando en tal luz que se niega a dormirse, uno entrega su cuerpo al reposo junto al del ser amado, basta con abrazarse, vestidos o desnudos, para sentirse telepaticamente conectados hasta lo más hondo. La conexión convierte a ambos amantes en un solo ser divino; y para un ser divino no hay tabúes, ni leyes ni reglas, sino tan sólo aquella clara evidencia interna de lo que es oportuno, armónico y sano hacer en cada momento, lo cual surge de su segura intuición con tanta espontaneidad como surge el perfume de un capullo abierto al sol de la mañana.
 
18- MAGIA TERAPÉUTICA
   
   Si entendemos como Magia Terapéutica LA ACCION INTENCIONADA DE LA MENTE SOBRE EL ESTADO DE CONSCIENCIA DE UNO O VARIOS INDIVIDUOS PARA PROVOCAR UNA EXPANSION FLUIDA DE SU FRECUENCIA VIBRATORIA, y teniendo en cuenta que nuestro estado sano significa que continuamos fluyendo evolutivamente hacia más y más altos niveles de consciencia, y que estar insano no es otra cosa que padecer uno o varios bloqueos que producen una contracción en los aspectos más limitados del ego y un estancamiento en nuestra evolución... conocí, en Perú y Brasil, tres tipos de magia que casi siempre, en mayor o menor grado, eran usados CONJUNTAMENTE por el mago, chamán, alquimista, terapeuta, sacerdote o cualquier término con el que queramos designar al discípulo adelantado del Sendero que hemos tenido la suerte (o el merecimiento) de encontrar para que haga para nosotros, en Nombre de La Vida, el papel de maestro, instructor, iniciador o probador en cada etapa de nuestro peregrinar por Ella:
   1º- Magia de ación removedora de nuestras corazas mentales.
   2º- Magia de acción removedora de nuestras corazas emocionales o astrales
   3º- Magia de acción desbloqueadora de nuestros nudos etéricos.
   Alguien podría sugerirme que incluyera la Magia de acción transformadora sobre las causas de los trastornos especificamente físicos del individuo, pero prefiero darle su verdadero nombre de Medicina, aunque aquellos que creen que el don y la licencia para curar sólo se obtiene junto a un diploma académico, la denominen despectivamente Curanderismo. Los curanderos geniales -o médicos que curan actuando como canales del Genio Interno que nos anima-, resuelven, con frecuencia, los casos que la medicina académica deshaucia.
   Además, la Medicina es, desde sus comienzos históricos, una práctica derivada del tercer tipo de Magia, ya que, dejando a un lado los traumatismos, la mayor parte de las enfermedades y trastornos somáticos tienen como causa una insuficiencia energética en el cuerpo etérico del paciente, que es su armadura de protección electro-magnética contra las vibraciones negativas, virus y microbios que en todo momento nos rodean, vayamos donde vayamos. Cuando algún bloqueo impide la libre circulación de la energía vital por él, todo comienza a fallar en el individuo: su sistema inmunológico, su estabilidad emocional y su claridad e independencia mental; y estas tres cosas son las columnas sobre las que se apoya el edificio todo de nuestra salud, corporal e integral.
   Observé que los terapeutas occidentalizados que se dirigen a discípulos o pacientes occidentalizados, emplean más las Magias Mental y Emocional, mientras que los ligados a la tradición chamánica de las razas negra y roja usan, preferentemente, las Magias Emocional y Etérica, que causan inmediato y palpable efecto sobre pacientes y discípulos que pertenezcan a esas razas, y ligeramente retardado en los mestizos.
   Personalmente, opino que la raza de origen europeo, aunque cada individuo es un mundo, es la que más resistencia ofrece a la mudanza de sus esquemas mentales rutinarios y al cambio interior en general, debido, sobre todo, a nuestro mayor apartamiento del contacto directo con la sutilidad etérica de la naturaleza pura, lo cual desenergetiza los cuerpos y disminuye la sensibilidad de sus percepciones; y también al desarraigo de los arquetipos y valores de nuestras propias culturas y tradiciones vernáculas, lo cual empobrece de la misma manera la imaginación... y para que cualquier Magia pueda hacer efecto, es preciso que funcionen dos agentes receptores básicos en el paciente o discípulo: sensibilidad abierta y ágil imaginación.
   Por causa de la subcultura televisiva, nuestra imaginación va siendo cada vez más pasiva y menos activa, es decir: Estamos llenos de imágenes, pero no las hemos creado nosotros, como haríamos si leyéramos, escribiéramos o pintarámos: nos hemos atiborrado de formas mentales ideadas por otros; y lo peor, junto a ellas, nuestro subconsciente se ha dejado impregnar y programar, casi sin selección posible, por toda la filosofía subliminal, la violencia morbosa y la vulgaridad mezquina de la Sociedad de Consumo.
   En un nivel ligeramente más alto, hemos sido programados por la pesada cuadriculación intelectual que denominamos Cultura Científica, la cual, por mucho que desconfiemos de que no se trata sino de un dogmatismo más, claramente clasista y limitadoramente materialista, nos hace, en el fondo, contemplar todas las formas de cultura no académicas, sobre todo las propias de otras razas de piel menos rosada que la europea, con un imperialista prejuicio de superioridad y desconfianza. Muy especialmente cuando captamos que el fundamento de esas otras culturas es una concepción religiosa y, a veces, basado en planteamientos aparentemente simplones, legendarios, mitológicos o ligados a la repetición multisecular y acrítica de leyendas tradicionales.
   La Magia Emocional o Astral es usada por todos los terapeutas, ya que son nuestras emociones, especialmente las más sombrías, la piedra que hay que pulir, el dragón que hay que someter sin matarlo, para que la serpiente rastrera de nuestra energía vital inconsciente se transforme en el águila ígnea de nuestra Consciencia Cósmica y nos eleve.
   Carlos Pacini, por ejemplo, que era un alquimista bien occidental, un mago de guitarra eléctrica, moto y pantalón vaquero, un mensajero de Aquarius, comenzaba por positivizar tu emocional proponiéndote que te rindieras a tu Maestro Interior Personal y transmitiéndote, en el momento en que aceptabas autorendirte sinceramente, la vibración de su propio amor inconfundible a la Vida con un abrazo. Nada más simple. Luego, sus tres instrucciones básicas:
   - Mantenerse centrado y conectado con el Padre en el tercer ojo;
   - Obedecer rendidamente las instrucciones emanadas continuamente del Hijo desde el corazón;
   - Y canalizar hacia lo alto la energía generatriz del Espíritu Santo (la Madre Tierra-Agua convertida en Madre de la Luz), sin desperdiciarla derramándola vanamente.
   Si las seguías, la semilla de pura pasión por la Vida, transmitida con su abrazo y por su ejemplo, comenzaba a desarrollarse. Tu astral se abría a escuchar al Maestro Interno que siempre habitó en tí y a sus inspiraciones, el cual hacía muchos años que dejaste de oir, por causa de estar tu atención completamente concentrada en la palabrería superficial de tu ego y también por falta de acumulación de energía vital suficiente.
   A partir de entonces y hasta hoy, jamás dejé de distinguir claramente la diferencia entre las palabras internas del ego y del Yo. Mi consciencia se volvió mi Musa, mi Profesora, y La Luz que daba sentido o corregía los anhelos confusos de mi corazón en cada momento.
   Pacini daba luego unas pocas instrucciones dirigidas al Mental, para ordenar lo comprendido y mantener armonicamente ligados la cabeza y el corazón. Por último, te animaba a seguir tu propio camino, sin depender de nada ni de nadie, atento a no interrumpir jamás el diálogo interno con tu Intimo... y luego se apartaba de tí amorosamente: -"Adios, mi Amigo, mi Hermano, mucha felicidad, transmite aquel Abrazo".- Hace siete años que ya no sé nada de él, del hombre, pero su vibración en mí es cada día más viva y más grande, tan grande como mi agradecimiento hacia él, Dios le mantenga tan feliz o más... Esto es un Maestro Moderno.
   El Padrino Sebastián Mota, sin embargo, era un profeta antiguo de una raza y una cultura mestiza. Se dirigía preferentemente a hombres emocionales e instintivos inmersos en la naturaleza. Se reía de la prepotencia vana del hombre urbano; utilizaba con maestría el inmenso poder purgante, desbloqueador y purificador del Daime para curar al físico y al astral, y no trataba con el mental sino para reventarlo con miraciones, sabiendo que sólo se puede descubrir algo nuevo tras las ruinas de los castillos de preconceptos obsoletos anteriormente fabricados.
   Conocía, apreciaba y usaba con valor y respeto el inmenso poder del mundo vegetal y la energía etérica de las consciencias elementales de la jungla, el Corazón del Mundo. Se aliaba con ellas y con los regentes planetarios para dar la batalla a los magos negros, los demonios y vampiros del astral; y vivía la vida como un reto, intentando preservar un modelo de sociedad alternativa ligada a la naturaleza y al sentimiento de dignidad y hombría del antiguo hombre libre de la selva.
   Aconsejaba sustituir los placeres engañosos y las satisfacciones mediocres y mezquinas por el Placer de los Placeres: SER LA VERDAD.
   Para ello había que renunciar, lo primero, a toda crítica malévola y maledicencia escandalosa contra los hermanos; atendiendo, como valor superior, a mantener la sincera armonía comunitaria; aprender también el silencio iniciático, refrenando y controlando el pensamiento y la lengua; y a pulirse, corrigiendo los vicios y transmutando los hábitos negativos en positivos, para lo cual, la mejor indicación era terapia de trabajo duro autodisciplinador y fortalecedor (Karma Yoga a la Amazónica); Esto desarrollaba una gran firmeza en los guerreros y guerreras, que tenía que equilibrarse en la fraternidad amorosa, valoradora y servicial, y con el cuidado de mantenerse integralmente limpios, sin obsesión ni complacencia.
   Decía Sebastián Mota que era, como Juan el Bautista (y antes, como el profeta Elías), una voz que clamaba en el desierto, llamando a los pecadores a arrepentirse y purificarse. El agua del Jordán con que bautizaba era el amargo Daime, que te confrontaba con tu suciedad interna y te ayudaba a cambiar con un tratamiento de choque. Como el Bautista, el Padrino anunciaba una Nueva Era y un nuevo Cristo que nacería en los corazones de todos los que trabajaran, tenaz y profundamente, en su autoexamen y propia transformación.
   Su Escuela era ideal para las cabezas más inquietas y los corazones más duros. Tal vez por eso me tocó continuar mi aprendizaje en ella.
   Su método comenzaba por el desbloqueo y la limpieza de tu energía etérica mediante la bebida de poder, que al tiempo que echaba por tierra todos tus esquemas mentales, dejaba de pronto al descubierto todos aquellos monstruos emocionales que te habías pasado la vida tratando de olvidar o disfrazar.
   Además te obligaba a reintegrarte a la naturaleza, a sujetar tu individualismo inútil y errante con las reglas de una colectividad estricta, a recuperar tus energías primarias a base de trabajo físico duro y a vivir marcialmente con austeridad y disciplina, sin concesiones al relajo ni a que los vuelos psíquicos te arrancaran los pies de tus responsabilidades en la tierra y de tu sensatez, manteniéndote conectado con tu Fuente al tiempo que atento y útil a la cooperación comunitaria cotidiana: la pura vía del guerrero.
   El Padrino era un Bautista disciplinador que se dedicaba, fundamentalmente, a llamar a las almas rudas al arrepentimiento, la purificación y la limpieza, para que pudiésemos recibir dignamente al Yo Soy en nuestro templo interno.
   Carlos Pacini, por lo contrario, parecía hablar para personas que ya hubiesen superado el primitivismo emocional y los traumas de autoculpabilidad: nos trataba como a hombres y mujeres libres y autosuficientes, y nos instaba a confiar en la Divinidad Interna que eternamente mora en cada hombre o mujer. Jamás se le ocurrió imponernos nada, construir iglesias o instituciones, crear dependencias individuales o grupales.
   A menudo, nos mostraba el equilibrio entre los polos: En un extremo, el vagabundo, el disperso; En el otro extremo, el prisionero de la disciplina, el esclavo de su propia rigidez. En el medio, el alquimista, el ser libre, el conciliador de sus contrarios merced a la magia del Amor y la confianza en la Vida. En la Vida que Somos.
   -"...Porque vosotros no querréis ser guerreros, ¿no es así? - nos dijo un día en medio de una charla.
   Yo me quedé mirándolo y no supe responder. Algo dentro de mí, seguramente el transfondo fascista de mi educación en la España de después de la Guerra Civil, o su otro extremo, el anarquismo rebelde de mi juventud, se complacía en imaginarse con el ropaje heróico del guerrero.
   Pacini penetró en mi mirada y me lanzó otra, profundamente significativa, en la que leí: Lo que uno quiere, lo acaba consiguiendo.
   Ahora, en Mapiá, yo recordaba aquella mirada. Y se me ponía la carne de gallina al percibir que por fin había llegado a una auténtica escuela de guerreros.
 
19- AUTOEXAMEN INTERNO
   
   La Bebida de Poder tenía un sabor tan horriblemente desagradable que no había ningún miedo de que fuese a causar adicción. Muchas veces sentí náuseas sólo de pensar que la iba a ingerir dentro de poco. Uno la tomaba, no por gusto, sino reconociendo la necesidad de una purga médica. Muchas personas vomitaban justo después de beber, incluso los veteranos; y, desde luego, la mayoría de los novatos, antes de que hubiese transcurrido una hora, a menos que tuvieran un ego tan hipócrita, pétreo y resistente que necesitase una larga crisis de despiadada y confusa lucidez para ablandarse y desprenderse.
   Porque aquello era como un ácido disolvente de los venenos del cuerpo y del alma, que desgajaba de sus escondidas bases y colocaba ante el ojo de la consciencia todos nuestros defectos, miedos, insuficiencias, carencias, deudas, recuerdos de errores y delitos, odios, rencores, cobardías, desconsideraciones, promesas incumplidas, desamores, resentimientos, farisaicas autojustificaciones, abusos de poder, gulas, perezas, vilezas, obscenidad... mostrándolos de una manera perfectamente reconocible, a pesar de enmascararlos, a veces, ante la miración, con imágenes de nuestra simbología subconsciente personal, tales como demonios y monstruos para los cristianos, o fieras terribles y duendes encantados de la selva para los indios amazónicos.
   Ya que el Daime había mandado a dormir al cancerbero guardián de los infiernos mentales: el ego lógico-crítico, Príncipe del Autoengaño, Maestro de las Ilusiones, quien, incapaz de vivir soportando el recuerdo de sus cobardías y canalladas, pero al mismo tiempo demasiado egoísta, inconstante y perezoso como para corregir inmediatamente cada error reconocido, prefiere arrojarlos al olvido del pozo subconsciente, cerrarlos con los siete candados de la autojustificación, borrar la verdadera historia de su memoria inmediata y sustituirla por una versión acomodada a no dañar su cuidada imagen de si mismo, tan noble y honorable.
   Sin embargo, el subconsciente no fué creado para albergar basura psíquica, sino para que fuese Templo Sagrado de nuestra Identidad Real, eso que los cristianos llaman el Cristo Interno, el Yo con mayúscula; y para residencia de los Arquetipos, o modelos originales de evolución armónica, nuestros guías subconscientes, o las diferentes opciones o cánones de manifestación y desarrollo de nuestra Identidad Real en cada encarnación.
   Y como la Identidad Real, el Yo, es omnipotente y el ego apenas un mayordomo hecho de conceptos, una representación virtual Suya creada apenas para cuidar de nuestra casa corporal, que tiende a olvidar al dueño y trata, sin clase, de fingirse el amo... tarde o temprano el Yo, desde su trono multidimensional, acaba esbozando la jugada maestra que haga resbalar en su propia trampa al ego, sufrir el peso de sus contradicciones, corregirse... y continuar su evolución monádica, más atento y mas honrado, hasta su transmutación y fusión definitiva con la Identidad Real Regente que vehicula en este Plano.
   En el caso de los espíritus sufridores que allí nos encontrábamos, la jugada de nuestro Yo había consistido en hacer que nuestra búsqueda diletante de sensaciones fuertes con que evadirnos del recuerdo de nuestra inconstancia para profundizar en nosotros mismos, nos hubiera empujado al fin del mundo, encerrado en la Amazonia y colocado, de una manera imposible de eludir, ante las realidades que uno se había negado siempre a ver.
   Porque no estamos solos: todos venimos con una misión importante al mundo, como parte mínima, pero fundamental, del engranaje cósmico (¿qué es mas importante en un barco: la llave del motor o cualquiera de los tornillos que sujetan la hélice?), así que nuestros espíritus guías, la parte mas sutil de nosotros, que se ha quedado fuera de esta dimensión al encarnar, se las arreglarán para protegernos, encauzarnos -respetando, sin embargo, nuestro libre albedrío, sin el cual no podríamos "ganar" consciencia-, y combinando las "casualidades" cósmicas (magia) para que, por muy dormidos que estemos, la misión acabe envolviéndonos, despertándonos con placer o con dolor, -que para el Yo Espiritual y Eterno no son más que estimulantes psicoquímicos que sirven para espolear sus vehículos materiales continuamente reciclables-, y, aunque transcurran muchas encarnaciones -para el Yo no existe el tiempo-, nos llevará por fin a completarnos como instrumento útil y a cumplir el destino universal para el que fuimos emanados del Uno y que nosotros mismos antes, como pura consciencia del Uno, nos habíamos trazado por objetivo.
   Cumplida la misión, nuestra individualidad virtual se diluye y retornamos a la fusión con la Unidad, como retorna a la mente un pensamiento, luego de acabado el razonamiento que lo generó, cargado con el conocimiento de su experiencia, que deposita en la memoria hasta que tenga que salir con él como bagaje a una nueva misión conscienciadora de la Mente Cósmica que Somos.
   Siete años después, yo reflexiono sobre todo aquello, ato los cabos, tejo el tapiz y descubro un cuadro que me da una idea aproximada de la realidad que viví; pero en aquel momento, en Mapiá, cada vez que me enfrentaba al Daime cargado de mi bagaje de negrura acumulada, iba como a una batalla a vida o muerte, y la propia cotidianeidad allí, en contacto preferencial con los espíritus poco pulidos de mi propio nivel, era toda una aventura llena de riesgos, de los cuales el peor era bajar demasiado la guardia de la discriminación y quedarse aletargado y fanatizado en las propias fantasías espiritualistas, como ocurrió con tantos iniciados.
   En todos los sentidos, fué una experiencia durísima para mí, a causa, sobre todo, de lo endurecidos que estaban mi propia rebeldía, individualismo y desconfianza hacia los demás.
 
20- HACERSE HOMBRE
   
   La Terapéutica del Daime consistía en la catarsis y eso era una maravillosa manera de liberarse para aquellos que eran capaces de perdonarse a sí mismos, recomenzar de una manera más armónica y quedarse o salir de allí, para vivir en adelante de una manera impecable, afirmados en su propia confianza en su identidad esencial de Ser Divino, de Hijo de Dios redescubierta, y muy alertas a no dejar que se fueran acumulando de nuevo errores sin corregir.
   Sin embargo, aquel sistema todavía portaba en sus estratos inferiores, por sincretismo y mezcla no depurada de culturas, aún a pesar de la visión cósmica del Padrino y de las consciencias de élite que le seguían de cerca, la parte más reaccionaria del catolicismo conservador: la idea de un Dios externo, juez y dictador inflexible, que te disciplinaba durante la sesión del Daime; y la de este mundo como un valle de lágrimas donde venimos a purgar nuestras culpas.
   Mi hipercrítica y violenta incapacidad para seguir soportando este reaccionarismo después de haber tenido que tragarlo a la fuerza durante los primeros 23 años de mi vida, en la España Negra del general Franco, hizo que la parte más rebelde y juzgona de mí forzara a la que quería profundizar a pesar de todo, a acabar marchándome de Mapiá.
   Porque me parecía que esa visión del mundo conduce casi siempre a la formación de una mentalidad continuamente dependiente, sadomasoquista y débil, bajo una apariencia de fortaleza rígida y disciplina heróica: el virus del fascismo. Y con el fascismo, el sometimiento ciego de la mayoría a las arbitrariedades dogmáticas y a la inquisición de aquellos que se convierten (aprovechándose de un grado de autoridad que les fué concedido sólo para servir), en intérpretes jerárquicos de la voluntad divina: La prepotente academia de sacerdotes y escribas, encumbrados sobre la letra muerta de la ley, y los hipócritas sectarios de siempre, dominando politicamente las comunidades y, a pesar de la prédica continua del amor, del igualitarismo, de la valoración y de la confianza en el hermano por el Padrino, locos por encontrar la paja en el ojo ajeno.
   Ya que el Daime daba conocimiento súbito sobre la propia realidad, pero "saber y no poner en práctica lo aprendido es no saber aún". El esfuerzo constructivo de la propia HOMBRIA o FEMINIDAD ESPIRITUAL viene marcado por el acorte de distancias entre la teoría y su realización efectiva. Tan sólo convertir la luz del conocimiento recibido en llama de amor, en acción realizadora en el Plano Físico, justifica nuestra conquista e ilumina nuestro entorno; lo demás sólo sirve para reforzar la soberbia intelectual del ego. Mucha firmeza guerrera, sí, por puro convencimiento mental a base de miraciones, pero poco amor, que es el llevar la fe a la práctica; Firmeza y Amor son los dos pilares del Arbol de la Vida, pero tiene que haber un pilar central, el del equilibrio entre ambos, para que todas las esferas de poder del Ser se comuniquen, unificándose, y el Macrocosmos pueda derramar sus bendiciones sobre el microcosmos.
   La Ayahuasca es una poción con un poder increíble para el autoexamen interno, pero todavía nadie me ha hablado de que en algún lugar exista una planta sagrada que provoque por su pura ingestión nuestra realización práctica; ésta sólo la produce nuestro esfuerzo de entrega humilde, amorosa y constructiva al trabajo cotidiano en perfecta armonía al servicio de nuestros hermanos, viendo a Dios hasta en el más aparentemente perdido de ellos.
   Ese era el verdadero mensaje vital del Padrino, su ejemplo, apoyado por un ritual de gran poder que servía para conectarnos con todas nuestras relaciones espirituales; es decir, con la parte más voluminosa del iceberg de nuestra identidad sumergida en el subconsciente colectivo y compuesta por miles de entidades; y el uso del Daime no era más que la medicina que usaba para recuperar a los más enfermos y descarriados... y el dedo que le servía para apuntar al Amor; aunque muchos se quedaban prendidos al dedo y no a lo que apuntaba.
   Una medicina es una cosa muy benéfica cuando se usa para rebajar la gravedad de una infección mientras se corrigen las causas que motivaron la enfermedad, que es lo único que la elimina de raiz.
   Pero la misma medicina puede convertirse en una droga nefasta cuando el paciente vive acallando sus dolores con ella sin corregir la causa de la dolencia, que continúa desarrollándose enmascarada y convirtiendo al paciente en un dependiente continuo del médico y del farmacéutico, que se enriquecen a su costa.
   Así sucedía en aquella comunidad con un buen número de personas, que por causa de la noción católica de eternos culpables que portaban, y por la propia facilidad comunitaria de tomar Daime continuamente -aunque oficialmente se aconsejaba, salvo caso de enfermedad, no comulgarlo más de una vez cada quince días- no tenían tiempo ni perspectiva para reflexionar sobre los horrores descubiertos en su subconsciente, corregir sus causas y re-armonizarse consigo mismas, sino que acababan acomodándose a la idea de que aquellos monstruos constituían su verdadera personalidad y a asistir a cada nueva sesión para pedir perdón a un Dios castigador y lejano y para recibir su castigo en forma de un agitado balanceo del ánimo o "mal viaje" -al que llamaban "pea"-, del que salían doloridos, pero en el fondo aliviados, porque lo veían como una especie de pago o multa, que les permitía seguir viviendo igual, sin corregir las causas, hasta la próxima paliza.
   A veces es posible compensar los errores cometidos, a veces ya no, pero siempre es posible corregir las causas, que se encuentran en nuestras malas tendencias y hábitos negativos, nuestros demonios personales, que no son otra cosa que nuestras energías angélicas sucias y descuidadas. Una buena limpieza es capaz de transmutarlas positivamente, siempre que uno quede luego atento y vigilante para no volver a chocar, maquinalmente, con la misma piedra, ya que el desatento automatismo, y no la maldad consciente y premeditada, es el motivo principal de nuestra repetición de errores.
   Aunque la mayoría de los hombres y mujeres de selva que crearan la comunidad con el Padrino eran probados guerreros impecables, algunos de ellos hasta verdaderos Maestros, toda una aristocracia del espíritu con la que conectaban enseguida los más conscientes y pulidos de los que llegaban, la difusión del Daime fuera de la Amazonia había ido haciendo que también arribaran a Mapíá, en los últimos años, cantidades cada vez mayores de gentes ciudadanas, procedentes, sobre todo, de Rio de Janeiro, donde se construyera una iglesia daimista -O Ceu do Mar- dirigida por un yerno de Sebastián Mota; y no sólo ellos, sino hasta muchos extranjeros que, como vislumbraran el Maestro Irineu y el Padrino en sus miraciones, habrían de sucumbir a la atracción sobre los espíritus aventureros del misterio y el encanto natural de la ruta que bordea la selva hasta Macchu-Pijchu y hasta mas allá, hasta el corazón de la Amazonia, ruta que yo llamaba el Camino de Aquaria...
   Algunos brasileiros procedentes de las enormes urbes del Sur, antiguos militantes izquierdistas, se sorprendieron de encontrar, aislada del resto del Brasil, una comunidad comunista por naturaleza, que casi se correspondía con su largamente soñado modelo utópico de sociedad... si no fuera porque aquél era un comunismo fraternal, de primitivos cristianos, sin otra estructuración política que el liderazgo en el trabajo, tipicamente amazónico, de los guerreros más capaces de prestar esforzados e inteligentes servicios a la comunidad, y de la atención respetuosa a los consejos de los más ancianos en las reuniones comunitarias; es decir, el viejo sistema tribal.
   Uno de aquellos miembros del "Pueblo Venido de Afuera", que hasta había sido guerrillero y escritor durante los siniestros años de la dictadura, Alex Polari de Alverga, se integró tan bien a través de su amor al Padrino, que no sólo fundó un importante centro daimista en Mauá, en las montañas al norte del estado de Rio de Janeiro, sino que se convirtió en el mayor propagandista del Daime por medio de sus escritos.
   Polari entendía, superando su visión revolucionaria anterior, que la nueva fuerza motriz de la Historia en esta etapa ya no sería, como había escrito Carlos Marx, la lucha de las masas ciegas e inconscientes de desheredados materiales, que realmente no podían aspirar a renovar el mundo más que superficialmente, sustituyendo, si podían, a las clases que ocupaban el poder para teñirse con su misma mentalidad en cuanto la recaudación pública comenzase a corromper de ambición a sus manos repartidoras... como los gobiernos socialistas acabaron demostrando en la práctica histórica, especialmente aquellos que llegaron al poder por la fuerza, y que sólo se pudieron mantener convirtiendo en opresivas prisiones a los países que anteriormente habían jurado liberar.
   En lugar de ellos. el cambio real vendría de pequeños grupos de gente sensible que despertarían aquí y allá al desarrollar una antena mental suficientemente potente como para que pudiesen sintonizar las instrucciones actuales que el Programa Evolutivo de la Humanidad depositó en la atmósfera que nos circunda. Cada receptor, individuo o grupo, filtraría el Mensaje Renovador a través de su propio condicionamiento cultural y lo teñiría de sus propias insuficiencias, querencias y prejuicios personales o tribales; pero, andando el tiempo, se vería que, por debajo de la paja egoica o local, el contenido esencial de lo recibido por cada grupo era similar y común y válido para todos los seres humanos, sin exclusivismos.
   ... Eso me hizo pensar que en este momento en que el mundo todo se convierte en una aldea, donde los mass-media acabaron con las mentalidades contrapuestas de las clases sociales, uniformizándonos a todos en una subcultura vulgar, superficial, morbosa, pesimista, masificada, blanda, mezquinamente pequeño-burguesa en su visión de La Vida, controlada, manipulada y consumista-consumida, donde se hacen uno el materialismo capitalista con el socialista... la alternativa liberadora sólo puede venir del eclectismo profundo, re-descubridor de la esencia fundamental común, el Tesoro de Sabiduría que los verdaderos Maestros e Iniciados de todas las culturas y etnias de la Historia han llegado a descubrir, cada una por debajo del colorido formal, ritual o folklórico, de su estilo propio y su frecuencia energética, esto es, de su Rayo específico del Iris, a base de Vivir con mayúscula.
"Cuando la tierra esté enferma y los animales desapareciendo, llegará una tribu de gente de todos los credos, colores y naciones. Gente que creerá en los hechos y no en las palabras; Serán llamados los Guerreros y Amazonas del Arco Iris, y restaurarán la antigua belleza de la Tierra".

-Profecía de los indígenas norteamericanos-

   Este Tesoro oculto en nosotros mismos y desvelado será la semilla actual y eterna transmisora del más importante contenido de la experiencia humana; y las personas que la plantarán en la tierra fértil de las jóvenes generaciones mundiales, para que de ella crezca el Arbol Multicolor de la Vida del Tercer Milenio serán, logicamente, las más sensibles y profundas de aquellas etnias que menos se han comprometido en el proceso masificador y superficial que produce la decadencia por sequedad -al haber perdido el contacto con sus raíces-, del que antes fuera orgulloso Arbol de la Civilización Occidental... aliadas y hermanadas con los espíritus geniales, rebeldes y adelantados que, habiendo nacido y habiéndose desarrollado en el Sistema Imperante en decadencia, lo viven al máximo, mueren en él antes que él y resucitan, vivencialmente vacunados contra los virus que lo envejecieron y llenos de fuerza; Siendo ya, en sí mismos, la Nueva Era que crece; convirtiéndose en las potentes semillas de regeneración que lanza el propio árbol moribundo del ciclo ido.
   Como siempre, los últimos serán los primeros, y a los más humildes se les revelan cosas que no tuvieron ojos para ver los cultos y poderosos.
 
21- LA LUCHA POR EL PODER
   
   ..Así pues, decíamos que en el antiguo esquema comunitario, el liderazgo pertenecía naturalmente a los más entregadamente eficaces de los antiguos pioneros y sus hijos, aconsejados por los ancianos en quienes más se confiaba... Por encima de todo ésto, en los asuntos rituales y fundamentales, era indiscutible la autoridad del Padrino Sebastián y de su compadre, el Padrino Correntes, otro druida del mato, padre de mi iniciador, el maestro de guerreros Chico Correntes. Había madrinas, y padrinos, tanto ancianos como jóvenes, que eran verdaderas hadas y ángeles encarnados; mujeres tan firmemente femeninas, niños tan despiertos y guerreros de tal talla, que le dejaban a uno inevitablemente consciente, con su ejemplo, de la diferencia que hay entre un Hombre y una idea de hombre. Podría dar muchos nombres, pero sólo destacaré a Odemir, el apaciguador de rebeldes, a quien iban a parar los más duros toxicómanos llegados de las grandes urbes, a quienes él sabía devolver su propia dignidad como nadie. También me encantaba Regina, cuyos himnos, vibrantes y marchosos, me parecían los más alegres de todo el Santo Daime.
   En la generación joven, el hijo del Padrino, Alfredo -un total artista de la vida con un aura de cálida simpatía que se sentía a varios metros de distancia-, parecía claramente bien dotado para ser su sucesor a título de Rey Salomón, o sino su otro hijo, Waldete, con vocación de sumo sacerdote disciplinador, de quien decían que canalizaba la energía del arcángel San Miguel; y también Alex Polari, el más prestigioso de los hombres venidos del Sur, trabajando, tal vez, en la proyección de la Doctrina hacia el mundo. Y tras ellos había una brillante y creciente formación de impecables comandantes y comandantas natos de aquel vigoroso pueblo de Dios en marcha.
   En un nivel bastante por abajo de estas figuras, que lucían con indudable luz propia, comenzaron a formarse grupos de aspirantes a la estructuración política de la comunidad, alrededor de aquellos miembros más manipulables de ella que, por su parentesco con los antiguos pioneros de mayor relevancia, tuviesen posibilidades de heredar algún mando... y se establecieron bastantes alianzas y enlaces matrimoniales con ellos.
   Resultaron ser éstos, algunos de los jóvenes nacidos en Mapiá que no habían seguido por propia elección consciente al Padrino selva adentro en busca de independencia y aislamiento, como hicieron sus mayores, para jugar el juego de la transformación, sino que se encontraron, por nacimiento y sin conocer más vida que aquélla, siendo los principitos y princesas de la nación esforzadamente levantada por sus padres. Una nación que además era muy primitiva y muy precaria, pero que aquellos interesantes jóvenes venidos de la ciudad estaban dispuestos a modernizar... con la condición de intercambiar con la civilización la más refinada producción de la comunidad, el Daime, a cambio de bienes de consumo.
   Toda esta lucha por el poder temporal, aquella desafiante probación continua del respeto a Dios en el respeto al hermano que la escuela comunitaria era, estaba en pleno auge cuando yo llegué a Mapiá y producía fatigosas tensiones, que repercutían forzosamente en el estado de salud del Padrino, que se agravaría definitivamente poco después... Siempre los reyes mueren víctimas de sus súbditos.
   Cada uno ve en un lugar aquello que se corresponde con el nivel en el que se encuentra su consciencia; en el estado en que se encontraba la mía, yo fluctuaba como un delfín arriba y abajo; por arriba trataba con parte de aquella aristocracia del espíritu hacia cuya sana emulación lo mejor de mí aspiraba, y me quedaba fascinado por tales muestras de firmeza humana y de amorosa luz interna... vuelto abajo, tendía a empantanar mi atención morbosamente en el lado más oscuro de Mapiá, y a buscar la paja en el ojo de aquellos espíritus con los que convivía más de cerca, y que estaban tan sufrientes y divididos por el conflicto de sus egos como yo mismo: odiaba a los fiscales indelicados porque también era inconscientemente un fiscal de lo más inquisidor, sin compasión ni mesura.
   En el fondo de todo anarquista libertario hay siempre un intolerante dictador. Por todas partes buscaba una secta. Estaba convencido que a estos grupos enfrentados de caciquillos intermedios les convenía mantener al pueblo productor ignorante y sometido a su dirección, y para ello, como escribió Hitler, nada mejor que la censura y el miedo, que hacen a los gobernados facilmente manejables... y el pasarse la vida en continua "fofoca", o sea, metiendo la nariz en lo que hacían o decían, o dejaban de hacer o decir los demás.
   Además a mí me parecía que, en nombre de la superioridad del conocimiento interno experiencial que se extraía del Daime, se despreciaba demasiado la cultura externa de la escuela pública, base, sin embargo, de la independencia individual y la democracia; y los maestros apenas podían enseñar otra cosa que los himnos; eso, cuando había escuela, porque las familias tenían en aquel tiempo verdadera necesidad de mano de obra y ni alumnos ni maestros comían si no salían a cosechar sus propias habichuelas los días de recolección.
   Por otra parte , me resultaba insufrible que aquellos fiscales y sargentillos -que eran los que más en contacto estaban con la masa del pueblo y de los visitantes- abundaran en el inquisitorialismo y cargaran las tintas sobre el sentimiento de culpa de los eternos pecadores, para mantener a las personas humilladas y sometidas, respetuosas de las jerarquías de los fariseos. En fin ¿para que seguir?... mi ojo más crítico trataba de ver allí reflejada la vieja historia de cualquier religión fundada por un iluminado, a la que después, a menos que surjan líderes de su altura que mantengan la conexión directa con La Fuente, los más mediocres de sus seguidores intentarán institucionalizar, fosilizarla y convertirla en instrumento de dominio social.
 
22- ¡RENACED!
   
   Ante todo ésto, el Padrino se indignaba a veces y nos fustigaba: -Vuestras madres sólo han parido vuestra parte animal, el Hombre es algo que ha de ser construído sobre ella por vosotros mismos... ¡Hay que renacer! ¿o quereis quedaros en abortos? El Hombre se distingue del animal porque supo cultivar su espíritu, renunciando al egoísmo soberbio, a sus irrespetuosos juegos de poder y a la maledicencia, y descubriendo a Dios en el amor que se solidariza, comprende y da valor hasta al más pequeño de los hermanos. ¡No hay otro camino! ¡Dios es la unión amorosa de todos nosotros! ¡Satanás es el espíritu de división y de fofoca y de intriga!... el que todavía sea un aborto de Hombre cuando llegue su muerte, conseguirá que muera con él su potencialidad espiritual individual; se encontrará en el Astral con el verdadero infierno que su negatividad proyectó sobre él durante su inútil vida ¡y tendrá que vagar con dolor por él hasta encontrar quien le haga una caridad!
   Se refería el Padrino a que el aborto de Hombre (con mayúscula) se convertiría en un anónimo espíritu sufridor del Bajo Astral, forzado, por su falta de luz propia, a arrastrarse por la suprema tiniebla, acosado por las formas-pensamiento diabólicas por él mismo generadas y las oscuras formas energéticas afines añadidas a ellas; hasta que un día, por fin, lograse percibir la luz interdimensional de la vela consagrada de una mesa espírita, consiguiese conectar, solicitar auxilio, y expresarse a través de un medium, o sea, un espíritu ayudador encarnado en proceso de autorenacimiento, que le hiciera la caridad de permitirle agregarse a su aura, que lo adoctrinase, valorase y le diese una oportunidad de hacer, desde el Astral, el trabajo de ayuda y consuelo a otros hermanos necesitados que no fué capaz de hacer mientras estuvo en el Plano Físico. Tan sólo así conseguiría reunir el mínimo de energía espiritual con el que salir de los niveles mas tétricos del Bajo Astral y ascender a otros donde ya pudiese recibir algo más de apoyo de los Guías (o Virtudes Puras del Ser) correspondientes a su falange vibratoria... hasta que se le concediese de nuevo el privilegio... ¡pero quién sabe cuando! de encarnar de nuevo en un cuerpo humano y repetir curso.
   - No sabeis que lotería os ha tocado -decía el Padrino- de poder evolucionar con todas las posibilidades de ganar consciencia a través de la acción amorosa, que disponer de un cuerpo tiene... si lo supiéseis no desperdiciaríais de esa mala manera vuestro precioso tiempo de encarnación.
   Sebastián Mota hablaba de como, cada vez que se encendía la vela consagrada de la mesa espírita, se formaba una cola enorme de espíritus sufridores, todos llenos de ansia por aliviar su angustiosa soledad y hambre de Luz, expresándose por turnos de incorporación a través de un medium, para reciclarse minimamente recogiendo algo de la energía-atención de los asistentes, o la más elevada de sus compasivas oraciones por él.
   Al terminarse el trabajo, muchos no habrían tenido aún la oportunidad de ser atendidos, y tendrían que ponerse a la cola, una tras otra sesión, hasta conseguirlo... o desesperarse -cada vez mas agotadas sus reservas de vital energía-consciencia-, y, llenos de resentimiento contra todo, convertirse en exús, o sea en espíritus malignos totalmente inconscientes, verdaderos diablejos-tiburones de los niveles más bajos de los Planos Astral y Físico, que harían todo lo posible por arrancar una porción de energía allá donde se les pusiera a tiro, volviéndose, a causa de su hambre atroz de vitalidad consciente, rabiosos obsesores de cualquier desgraciado que tuviese sus defensas psíquicas tan abiertas por el vicio que les permitiese instalarse en su aura, pegados a ella como una lapa, para vampirizarlo, encadenándolo con su influencia, y precipitando aún mas su progresiva decadencia.
   Pero aquellos espíritus que habían logrado recibir algo de Luz, cuidaban, por la cuenta que les tenía, de no desperdiciar la oportunidad; volvían una y otra vez, atentos a hacer méritos siendo útiles, y se convertían en los colaboradores y aliados fijos de la mesa espírita, ayudando a curar enfermedades astrales, separar obsesores de las auras de los pacientes o deshacer trabajos de magia negra.
   Un día, sin embargo, se presentarían para agradecer toda la caridad recibida y despedirse, pues ya tenían, por fin, vía libre para ascender a niveles más altos del Astral... lo que llenaba de satisfacción redentora a todos los mediums que habían trabajado con ellos, ayudándoles a elevar su propia energía cada vez que transmutaban en positiva, dentro de su emocionalidad personal, una energía negativa afín a la del espíritu acogido...
   Sebastián Mota mismo había conseguido elevar, en su propio trabajo de pulimiento espiritual, a muchos sufridores que venían de niveles ínfimos de degradación como, por ejemplo, un endemoniado Exú de la línea llamada Tranca-Rúa, famoso por su inteligente perversidad, al que acogió en su corazón sin límites, luego que el espíritu obsesor soltó al hechicero al que estaba poseyendo, quien así pudo morir liberado de aquella terrible carga, tras acceder a tomarla sobre sí el Padrino.
   Con muestras tales de verdadero amor redentor, yo no tenía que haberme sentido molesto por las provocaciones de aquellos que necesitaban chupar energía-atención de los demás tratando de imponérseles, sino comprenderles, como hacía el Padrino, acogerles en mi amor y, creyendo sin la menor duda en sus potencialidades divinas internas, sostenerlas confiada y pacientemente en mi visualización mental, como quien cultiva una planta o un hijo con todo cariño y comprensión, hasta que esas virtudes divinas se manifestasen en mis aparentes enemigos... Ese era el cristianismo de Sebastián Mota y su principal enseñanza viva. Pero yo estaba muy bruto aún, no tenía tanto amor ni tanta paciencia, y mi emocionalidad estaba todavía muy lejos de la comprensión del mensaje de Cristo... a pesar de que la memoria recordaba casi todas las palabras y ejemplos atribuídos a él en los Evangelios.
   Sin embargo, antes de que mi soberbio ego (que continuaba oponiendo una inmensa resistencia a todo lo que fuese aceptar normas, dirección de nadie, rituales, disciplinas grupales, fiscalización) ...chocara con los egos de algunos caciquillos intermedios, lo que me decidió a no continuar en Mapiá, por causa de aquella misma rebeldía hipercrítica con la que me autoexcluí de tantos grupos de crecimiento y realización a lo largo de mi vida o vidas (ya que me negaba porfiadamente a aceptar arbitrarias y destemperadas autoridades jerárquicas, salvo unicamente las que emanaban de una nobleza y sabiduria evidentes, como la del Padrino)... Antes de autoexcluirme una vez más, decía, aún tuve tiempo para hacer algunas observaciones astrales y para recibir mis propios regalos-lecciones del Padre Juramidán, lo que voy a relatar algo más adelante.
 
23- LA UMBANDA ESOTÉRICA
   
   En Mapiá, además de la tradición chamánica indígena de la Ayahuasca, más un cierto esoterismo masónico aportado por los Viejos Maestros, se practicaba también el gran legado mágico de la raza negra a la cultura ecléctica brasileira: el espiritismo africano, muy mezclado ya con cultos cristianos, conocido por Umbanda. En los últimos tiempos se había establecido en la aldea una escuela de mediums que estaba muy concurrida por todo tipo de alumnas y alumnos. El propio Padrino Sebastián había sido medium sanador desde su juventud, o sea, que incorporaba -hacía de canal de manifestación en este Plano- a dos espíritus de médicos que, aunque ya habían desencarnado, seguían prestando sus servicios desde el Astral.
   El Espiritismo es una de las cosas que más llaman la atención a los europeos que llegamos al Brasil: también es uno de los temas mas difíciles de observar y comentar objetivamente por personas de otra raza o país, por lo que prevengo al lector anticipadamente de que todo lo que cuento puede estar equivocado por mal comprendido.
   Cuando, en las sesiones de limpieza y cura, el Daime comenzaba a producir desdoblamientos astrales, las personas que tienen facultades mediúnicas -y rara es la familia brasileira donde no hay alguna- entraban de repente en trance, contorsionándose sus cuerpos como si estuviesen siendo penetrados por otro invisible, y saliendo finalmente de sus bocas una voz inusual, cantando un himno identificador -el "punto de caboclo"- con la que un espíritu del astral, que se incorporara en el cuerpo prestado (o que, tal vez, fundiera o simplemente hiciera resonar su energía astral o etérica con la del medium), pedía permiso a los jefes de la sesión para manifestarse.
   Una vez autorizado por el comandante, exponía su parlamento. Ahí, nos enterábamos si se trataba de un espíritu sufridor, un desencarnado que, por apegos o remordimientos terrenos o por falta de luz, no había conseguido remontarse a planos más altos a seguir su evolución como espíritu y se encontraba padeciendo de desesperadas carencias energéticas en las tinieblas del bajo astral... o si era un espíritu ya más adelantado, que se dedicaba a cooperar con las mesas espíritas en trabajos de limpieza y cura de los cuerpos etérico y astral, trabajos que ellos podían desempeñar perfectamente por encontrarse en la misma frecuencia de onda que estos cuerpos.
   Me fijé que la mayoría de aquellos espíritus ya no se autodenominaban más con el nombre que habían usado en su última encarnación (tal vez porque eso ya era pasado semiolvidado y poco importante en su nueva vida astral), sino con nombres genéricos que se correspondían con cada una de las diversas líneas vibracionales presididas por las entidades-guías más conocidas del espiritismo afrobrasileiro, las cuales podían manifestarse como indios salvajes, o como viejos esclavos negros, o juguetones y traviesos niños. Se presentaban también en forma de elementales de la selva y del mar (sirenas, princesas, cobras y demás "encantados"), así como "exús" de bajísima vibración, o cascarones astrales o elementales malignos, algunos de los cuales daban bastante guerra hasta que se les obligaba a dejar en paz a la persona a la que estaban obsesionando...
   Entrar en el tema de las entidades que incorporan en los mediums, es entrar en un campo vastísimo y confuso: llegué a contabilizar hasta 150 "guías" diferentes, cuyos nombres se repetían, no sólo en Mapiá, sino en toda parte del Brasil donde estudié las incorporaciones espíritas. Era claro que algunos de estos nombres designaban a una misma entidad, que respondía a un carácter específico.
   Poco a poco, fuí llegando a las fronteras de la Umbanda Esotérica, y entonces me dí cuenta de que los espíritus del Plano Astral que bajaban a incorporarse en los mediums pertenecían a una o a otra de siete falanges, o coros, o líneas, o familias, presididas, cada una, por un arquetipo del Plano Mental que les daba su carácter, los cuales eran entidades tan altas que nunca descendían a tomar cuerpo en el plano denso.
   La manifestación de "guías" pertenecientes a ésta o aquella falange acontecía mas favorablemente en días y horas específicas, que coincidían con el ciclo astrológico clásico de la influencia predominante de la energía de cada planeta sagrado sobre cada día de la semana y sobre cada hora del día.
   Se distinguían en el ritual, no sólo por sus nombres, sino también por colores diferentes para cada falange, atributos y distintas grafías en la escritura sagrada, llamada de Pemba, o tambien Adámica, Wattan, Vatánica o Devanagárica, en círculos de iniciados, los cuales consideran que procede de la antiquísima y mítica civilización Lemuriana, que la transmitió a los maestros de la Raza Negra Drávida de la India, quienes, en sucesivas migraciones, la llevaron al Egipto Interior y a la espiritualizada civilización Yoruba del Centro-Oeste de Africa, de donde pasò a la fuerza al Brasil durante el trágico período de las travesías negreras en busca de mano de obra esclava para las plantaciones del Nuevo Mundo.
   Alguien me confidenció que estas grafías trazadas a tiza eran acúmulos sagrados de formas-pensamiento dotadas de brillo y sonido interdimensional, y también de poder para invocar o evocar energías aliadas de los otros planos, y que habían sido enseñadas en el albor de los tiempos a las hijas de los hombres por el arcángel Gabarael y otros Hijos de Dios que encontraron agradable fundirse con sus auras, y que, compadecidos, como el Prometeo griego, por su falta de luz, también las habían iniciado en la agricultura, el conocimiento de las plantas mágicas y medicinales, y todas las artes y técnicas con las que la especie humana pudo comenzar a civilizarse.
   Las esquinas de todos los terreiros, o centros ceremoniales de Umbanda y Candomblé, estaban siempre protegidas por aquellos mandalas hechos de inscripciones vibrátiles, y lo primero que hacía el espíritu guía protector de un templo cuando incorporaba en el medium-sacerdote encargado ("pae de santo"), era dar una ronda por las grafías, para comprobar si estaban correctamente activadas.
   En todos los terreiros había también un recinto astral delimitado por grafías de Pemba, donde se depositaban ofrendas de colores, esencias, alimentos, especies o tabaco intencionadamente consagrados para que los espíritus del Bajo Astral o de la Naturaleza pudiesen alimentarse de sus energías etéricas, ya que más valía tenerlos como aliados que como enemigos.
   Como todo es dual en el mundo manifestado, los Exús vienen a ser las sombras de la luz, el polo negativo de las energías sutiles positivas de la Naturaleza, con ellas y con el poder agregador obtenido de la substancia astral de las ofrendas materiales que se les ofrecen, crean vehículos formales para sí mismos, convirtiéndose en elementales inferiores, inconscientes, amorales y traviesos... o verdaderamente malvados, como los llamados "Kimbas", que se ponen al servicio del mago que les alimenta, si los sabe controlar y dirigir con firme voluntad, según su grado de consciencia, hacia los campos magnéticos del aura de las personas que desee, ya sea para protegerlas o para atacarlas.
   Generalmente eran empleados para deshacer trabajos sucios, ya que "Lo semejante cura a lo semejante", o para retornar a los magos negros (practicantes de Kimbanda) sus propias radiaciones de ataque psíquico. Algunos paes o maes de santo los empleaban para devolver mal por mal; cosa que siempre me chocó, e influía mucho sobre mi valoración posterior del mago en cuestión. No me podía imaginar a un verdadero maestro espiritual en semejantes actitudes.
 
24- LOS SIETE ORIXÁS
   
   En Umbanda, las falanges de "guías" de distinto color, temperamento y momento de incorporación, están presididas por siete FORMAS MENTALES o entidades muy elevadas, altísimos ángeles, por decirlo de una manera familiar, casi dioses, aunque todos ellos por debajo de la Divinidad Suprema (Olorún), que es incognoscible, abstracta e inasible (inasible en el sentido de que, aunque siempre se tenga en cuenta que Todo es Uno, a la hora de operar magística o energeticamente, hay que invocar el Poder o Virtud Divina específicos para lo que se pretende realizar, o sea, echar mano de los apropiados Guías subsconscientes arcangélicos o angélicos y no de otros que no sirven a la oportunidad).
   
   Estas siete entidades se denominan "ORIXÁS" (Orixás casi suena, en portugués, como Orígenes), y entendí que conforman la Hierarquía de Emanaciones Divinas que extienden, como los rayos de luz de una estrella, las diferentes cualidades esenciales de Dios por todo Su Cosmos. Existe una Hierarquía Divina de Siete Orixás Ancestrales (Los Siete Arcángeles ante El Trono), que es la primera transformadora de la pura Voluntad del UNO en las Leyes que rigen Su manifestación en la Creación Toda.
   Estos emanan de sí a los Siete Orixás Intermediarios, que constituyen la Hierarquía Cósmica; Y éstos emanan de sí a los siete Orixás que rigen cada Sistema Estelar o Solar del Físico o del Astral como espejos que reflejan la luz que viene de la Jerarquía Sagrada (Hieros= Sagrado) que está sobre ellos; y éstos, a su vez, transmiten la Voluntad Divina o Plan Cósmico Evolutivo a los Siete que rigen cada planeta del sistema, a los que llamamos la Hierarquía Planetaria.
   Los Orixás de la Hierarquía Terrestre son, pues, los Señores de las Vibraciones Originales que conforman y que controlan las fuerzas sutiles que generan las fuerzas elementales de la Naturaleza terrestre, tanto dentro como fuera de nosotros: representan a los siete arquetipos o moldes psicólogicos básicos de la evolución del espíritu humano en este planeta, las siete caras de nuestro Ser; Las Potencias del Ser; Los mismos Alhim, Alahim o Elhoim de los hebreos: el nombre (o potencia verbal) del que se reviste Dios en el Génesis para crear el mundo, que es el mismo de Los Ángeles o Dioses Del Verbo. Los siete colores o notas musicales que resultan de la manifestación o éxpresión (multiplicidad, emanación, universalidad) de la Luz Blanca o el Sonido del Silencio del Uno.
   Son, también, los Devas védicos, los Guardianes de las Funciones universales; los señores, jueces y guardianes funcionales de las condicionalidades divinas; la suma de las 7 letras evolutivas del Wattan (469) que se corresponden con los 7 planetas sagrados que nos rigen astrologicamente (4,6,9, en sánscrito da DEVATA, las Leyes de Dios); Las Letras Funcionales, equivalentes armónicos y orgánicos de la potencia creadora de la Palabra del Verbo. Los siete tipos, en suma, de posibilidades evolutivas latentes en la semilla de cada humano.
   Son, pues, los siete Maestros de evolución, Modelos Canónicos de la mayor perfección que puede ser alcanzada por el hombre, los cuales vemos representados tanto en la simbología de todas las antiguas religiones místicas como en los panteones de las mitologías animistas y paganas, donde se les conoce como los SIETE REGENTES O DIOSES PLANETARIOS:
7- OXALÁ: Refleja, a escala planetaria, y en el chakra Coronario de cada hombre, la Consciencia Pura del ARCÁNGEL GABRIEL, que personifica el Principio Activo Increado del Logos Padre Cósmico, o polaridad masculina del Dios Uno (Olorún), llamada Obatalá en Africa o Brahma en el Hinduísmo, o JURA, en el Daime: La Primera Persona de la Trinidad Logoica indisoluble con la Unidad Divina: El Padre, en el Cristianismo. El IHOH, o YO REAL, YO SUPERIOR de cada ser humano. La Esencia, el Sujeto, el Pensamiento, el Absoluto, La Unidad, el Centro, el Universo Invisible.
El Espacio Cósmico, inmutable, neutro y vacío, donde se juega eternamente el juego vital y cíclico de las relaciones entre el Espíritu y la Energía. Su Voluntad de Ser, desplegando Sus infinitas potencias en lo que llamamos manifestación, le lleva, por un lado, a proyectarse en la creación, resultado de la estructuración de la Energía Eterna en un universo de formas diferenciadas; Por otra, a vehicularse en ellas, impregnándolas con la consciencia de Sí, auto-conscienciándose dentro de su creación; esto es, enviando a la Tercera Persona de Su Trinidad, El Hijo, El Espíritu, a encarnarse en los cuerpos evolutivos generados por la Segunda Persona, la Madre Cósmica. Como orixá rige a los más elevados caboclos y al Sol. Es el Señor de la Vibración Original Espiritual que actúa en la Humanidad.
6- YEMANJÁ: Refleja, a escala planetaria, y en el chakra Frontal o Tercer Ojo de cada humano,la Consciencia Pura del ARCÁNGEL RAFAEL, que personifica el Principio Pasivo Generador del Logos MADRE COSMICA, o polaridad femenina que emana del Dios Uno al manifestarse en el mundo dual, llamada Espíritu Santo por las religiones patriarcalistas, Odudua en Africa, Shiva-Shakti en la India: La eterna Energía en continua transformación.
La Substancia, El Objeto, El Cumplimiento, el Cambio. El Infinito, La Universalidad, la Circunferencia, El Universo Visible... EVA (565), la Vida, la suma de las 12 letras involutivas del Wattan (565) que forman los signos zodiacales; La Matriz y Madre de toda forma etérica de los Planos Físico y Astral; AVE: la Virgen, la Reina de la Floresta en el Santo Daime y la del Mar (La Sirena) en la Umbanda Popular... Rige la línea de espíritus femeninos del Astral que incorporan como Caboclas del Mar y Sirenas; También a LA LUNA, y es la Señora de la Vibración Original MENTAL que actúa en la Humanidad.
5- YORI: Refleja, a escala planetaria, y en el chakra laríngeo o cervical del hombre la Consciencia, pura percepción eterna de Sí Misma, no importa en que vehículo, del ARCÁNGEL YORIEL (¿URIEL?) que representa La Esencia revestida de Substancia: El Producto Generado por la unión del Padre Espacio y la Madre Energía: La Existencia, El Verbo, La Palabra, la Relación, la Correspondencia, El Diámetro, La Humanidad, El Espíritu Encarnado, la Consciencia Viva del Creador dentro de Su Creación; La Persona de la Trinidad llamada EL HIJO; Ad-Am (Unidad-Universalidad); IHOH, la esencia de Agni, el Fuego Espiritual del Padre, el Amor Divino Creador, (el YHOH Superior), reflejado y proyectado en su Hijo, Y-PhO, DIOS VERBO (IPh, en hebreo y árabe = manifestación de la Perfección; Phi: la Palabra, la Boca de Dios,) Pho, Phos, Phoné en griego, el aliento, la luz, la voz. El Verbo o Voluntad Creadora de Dios hecho carne; MIDAN en el Santo Daime, El Intimo, el Maestro Interno, La Voz de la Conciencia. Ph (D'Alveydre) es la letra planetaria de la zodiacal wattan Sh: Y-ShO = Jesús.
El Cristo; ViShnú en la India, el Avatar Redentor, amoroso Guía de la Evolución en cada ciclo. También representado en la Umbanda Popular como El Niño Interno, el Alma Pura; O como IBEJI, los gemelos alquímicos, (las energías de los nadis, que se han de juntar en el canal interno o Sushumma para producir la ascensión de la Kundalini y la iluminación...) Es el Señor de la Vibración Original ETERICA, que actúa tanto en la Humanidad como en el resto de los seres de la Naturaleza. Es obedecido por las simpáticas entidades del Astral llamadas Los Niños (En Brasil, Crianças). Rige al planeta MERCURIO.
   Estos tres arquetipos espejean la vibración de LA TRINIDAD DIVINA en el planeta Tierra, la jerarquía espiritual mas elevada; por debajo de ellos están LOS SEÑORES DE LOS CUATRO ELEMENTOS DENSOS:
   
4- XANGÓ: Refleja, a escala planetaria, y en el chakra Cardíaco de los hombres, la Consciencia Pura del ARCÁNGEL MIGUEL, Vibración Original o Virtud de Dios quien refleja el Principio o Cualidad de Justicia y Equilibrio Divinos sobre todos sus elementos y Gran Jefe de los Ángeles. Señor del Fuego y de las Rocas, de la Vibración Original IGNEA en la Humanidad y en la Naturaleza; Fe (confianza en uno mismo y en la Vida, Valor, Firmeza, Serenidad e Impecable Ecuanimidad
Complementado por su contraparte femenina, YANSÁ, Señora de la Tempestad.. y obedecidos por Caboclos de las Rocas y por los elementales del Fuego o Salamandras. Rigen al planeta JUPITER y representan en Aumbhandan la Dirección Sur.
3- OXOSSI: Refleja, a escala planetaria, y en el chakra Esplénico, la Consciencia Pura del ARCÁNGEL ISMAEL, Virtud Divina que refleja el Principio de la Acción Envolvente de la Ley Karmica de la Causa y del Efecto o el Principio Hermético de Causalidad. Señor del Bosque y del Aire y de la Vibración Original EOLICA en la Humanidad y en el resto de la Naturaleza. Su contraparte femenina es OXUM, la bella Señora de las Cascadas y Aguas Dulces. Son obedecidos por las entidades astrales del Aire y de la Selva llamados en Umbanda Caboclos Flecheros, y por los elementales Silfos o Sílfides; Rigen a VENUS. Dirección Este.
2- OGÚM: Refleja, a escala planetaria, y en el chakra y plexo Solar, la Consciencia Pura del ARCÁNGEL SAMAEL, que espejea, a su vez, el principio de la Lucha Sagrada entre la Consciencia Encarnada y sus limitaciones perceptivas durante la Evolución, que es argumento, guión y base del eterno Juego Divino... Es el Señor del Agua, de la Playa y de la Vibración Original Hídrica en la Humanidad y la naturaleza, reina sobre los poderosos caboclos del mar y sobre los gráciles elementales acuáticos llamados Ondinas y Tritones. Planeta MARTE; en el Aumbhandan se le sitúa al Oeste.
1- YORIMÁ: (También llamado OMULÚ o OBALUAIÉ)... Refleja, a escala planetaria, y en el chakra Sacro, la Consciencia Pura del ARCÁNGEL YRAMAEL, reflectora del Principio Divino de la Palabra de la Ley o del Verbo, la Imaginación Decretante, que crea, mantiene, deshace y renueva o transforma las formas materiales del mundo que sirven temporalmente de vehículo a las energías sutiles. Es el Señor de la Vibración Original Telúrica, o sea, de la Tierra,y el misterioso Orixá de la Curación o de la Muerte... Le obedecen las entidades del Astral que en Umbanda son llamadas Viejos Negros porque incorporan como sabios ex-esclavos africanos, que saben dar buenos consejos y curan con remedios naturales. Rige tambien a los Gnomos, o elementales de la Tierra; Personifica perfectamente al viejo SATURNO y también se parece al ángel caldeo-hebreo del tránsito entre la vida y la muerte, AZRAEL. En Umbanda guarda la Dirección Norte.
   
   ¡...De repente, el sentido práctico de la vieja Astrología Occidental cobró sentido para mí! ¡Por comparación con aquella cultura exótica, pero bien viva, percibí, por primera vez, que lo que hasta ahora sólo me había parecido puro simbolismo erudito y arqueológico de mi propia cultura vernácula, tenía posibilidades de ser usado como poderosa herramienta mágica en el eterno juego humano de transformación psicológica!
   Los arquetipos planetarios del subconsciente podían, pues, invocarse e incorporarse en el trabajo mágico; No sólo pidiéndoles consejo como guías, sino también sirviendo mediunicamente como canal a la manifestación de sus poderes.
   ¿Por qué? ... porque los arquetipos son yo mismo, como los dioses, los ángeles y los demonios, y toda la legión de entidades elementales, astrales, físicas y mentales que me conforman. Todos ellos estan en mí, más allá de los conceptos duales de interior o exterior, personal o ajeno, ya que yo soy la Vida, el Universo, o la Mente Universal, vibrando simultaneamente en todas las dimensiones del Ser en el Cosmos. Cada pedazo del espejo refleja holograficamente la misma imagen que el Espejo Entero.
   Siempre en mi opinión (que es la de un extranjero, recuerden), cuando en el Espiritismo se invoca a un determinado guía para que se incorpore a trabajar en el cuerpo de un medium, no se hace otra cosa sino permitir a uno de los egos arquetípicos que conforman nuestra personalidad individual y colectiva que se manifieste tal como es, y sin trabas ni influencias, ni interferencias de los demás egos. Así, él puede actuar con todas sus cualidades y potencias particulares y específicas; si el espacio donde actúa ha sido previamente consagrado como es debido, el aspecto sombra de ese ego estará controlado por el poder luminoso del Intimo, nuestro Yo Mayor Divinal. Si no ha sido consagrado o si no existe suficiente impecabilidad, seriedad y firmeza en el jefe de sesión y en los participantes, el Yo Mayor Colectivo no controla, y la sesión puede convertirse en una zarabanda de demonios sueltos divirtiéndose a sus anchas.
   Todo esto, así leído, suena muy bonito y muy teórico, pero imagínalo cuando tú lo estás viendo claramente en trance de Ayahuasca, en la miración, geometrizado en el astral y sintiendo su evidencia hasta en la médula de los huesos.
 
25- EL GRAN JUEGO
   
"Si el Espíritu Universal Todo estuviese
conformado por células, cada una de ellas
contendría al Espíritu Universal Todo".
   
   EL SER ES; y eso es todo lo que puede decirse de El, de la Realidad, de Nuestra Realidad, de Dios y de Su Esencia, que es Nuestra Esencia, porque no hay otra. La existencia de LO QUE ES sostiene la existencia de los universos que en El son, el llamado Mundo de Manifestación (Porque es la manera en que la Esencia pasa de la posibilidad al acto, de existir en potencia, en el Vacío Primordial, a existir realizando sus potencialidades, es decir, a manifestarse como Vida Cósmica en continua transformación... hasta que, cumplido el ciclo, se reabsorbe de nuevo en Su Vacío.)
   De la misma manera que la Manifestación y la No-Manifestación son sólo dos caras o fases simultáneas de la eterna existencia del Ser, los infinitos mundos y entidades vivas en que se manifiesta, por individualizadas y personalizadas que parezcan, tampoco dejan de ser otra cosa que las infinitas caras o fases de la Unica Entidad que Es, que Somos y que Vive:
   La propia Vida Cósmica del Ser: Un único actor que representa todos los papeles del universo, que juega el eterno juego al escondite consigo mismo, desdoblándose, extendiéndose, separándose y diversificándose en múltiples formas, cada una de las cuales, como su Esencia, es una paradoja total: una, dual, trina y múltiple al tiempo... y que existe simultaneamente en todas los planos y dimensiones de Aquel Que Es, incluída la del Vacío.
   Alguien podría denominar la Nada, o la No-Existencia, al Vacío del Ser; pero la Nada es sólo una palabra hueca, ya que el paso del Ser por el Vacío de Manifestación no es más que una de las fases por las que transcurre en Su vivencia, fase contenida en la propia vivencia, y que, invariablemente, va seguida de una nueva fase de manifestación, ya que Ser es lo mismo que vivir, y vivir es transformarse, moverse de forma en forma y de fase en fase, a través del Juego del Amor, o sea de las infinitas posibilidades de combinación de Lo que Es... Consigo Mismo, a lo largo de su Eternidad, disgregándose, buscándose, encontrándose, haciéndose otra vez Uno y otra vez separándose para jugar una nueva etapa del Gran Juego; el único, por otra parte, que la Esencia Cósmica juega, pero que es el padre y la madre de todos los juegos posibles.
   El Juego Divino de la Involución-Evolución, de la Transformación, de la Alquimia, del Amor, de las infinitas combinaciones ENTRE SUS ARQUETIPOS BASICOS DE REALIZACION, O MODELOS EVOLUTIVOS DE MANIFESTACION, que las viejas culturas de la Tierra han sintetizado simbolicamente en los Siete Planetas Sagrados evolutivos o en los Siete Chakras o en las etapas de la Iniciación... o en los doce signos involutivos del Zodíaco, las doce hebras del ADN, o en los 72 Nombres de Dios, o en las letras de los alfabetos sagrados, los Sephirot de la Cábala, las Ordenes Celestiales de ángeles y arcángeles de la Magia y de la Astrología caldea... o en las 22 Letras de todos los Alfabetos Sagrados; las mismas de los 22 Arcanos Mayores y 56 Menores del Tarot... o las Cuatro Direcciones Sagradas de los indios americanos, que es lo mismo que las cuatro puertas de un mandala tibetano, las cuatro letras del Nombre del Dios Hebreo, los cuatro elementos alquímicos, las cuatro estaciones o edades, etc...
   Y de este eterno juego El Actor Unico, el Ser, extrae, como cualquier niño que juega en soledad -siendo ahora el policía y, en el minuto siguiente, animando al bandido contra él-, el placer de jugar y la consciencia de Si Mismo en la acción, en la experiencia, en la vivencia, en el vivir...
   Una noche, ya mucho tiempo después de haber vivido mis más fuertes experiencias en Mapiá y Anhangás, le participaba yo mis descubrimientos a Chico Correntes en la Colonia Cinco Mil de Rio Branco y le decía, refiriéndome al juego que ejecuta el chamán sobre la mente individual y colectiva, para transmutar nuestros estados de consciencia:
   - Pero Chico... todo ésto no es más que un teatro.
   - Claro que es un teatro... -me respondió sonriendo muy serio al tiempo que levantaba la ceja y me guiñaba un ojo- ...pero no es un teatro cualquiera, sino El Teatro Divino, mi hermano.
 
26- EL ARCÁNGEL
   
   Recuerdo una tarde en que nos vestimos de blanco y azul y fuimos caminando por entre las lindas cabañas de madera de Mapiá, hasta reunirnos ante la Casa de la Estrella. Un laboratorio exagonal especialmente construído y astralmente acorazado para la práctica del trabajo mágico.
   Entramos ordenadamente y cada uno fué colocado, por el jefe de sesión y sus fiscales, en su lugar de poder en la apretada cadena humana de energía que se estaba formando.
   Guerreros a un lado, guerreras al otro, como siempre, para jugar con las energías complementarias de los sexos; en el centro, junto a cada vértice de la mesa de ceremonias, que tenía forma de estrella de seis puntas, se sentó uno de los seis mediums o canalizadores mas sensitivos de la Comunidad. Después de una ingestión ritual de Daime, todos nos recogimos en nuestro espirítu para invocar las potencias de nuestro Genio Planetario Director particular y demás Guías.
   Cada participante prestaba conscientemente su energía al esfuerzo común de crear una egrégora, esto es, una forma-pensamiento colectiva de energía espiritual colectiva acumulada y condensada en forma de punta de flecha o puente hacia Lo Divino; una esfera sutil de comunicación interdimensional en la que la elevación de la sinergía -el conjunto sincronizado de nuestras invocaciones y deseo de conectar- propiciara que pudiera manifestarse una poderosa Entidad, suma amplificada de las potencias del mismo signo que se contenían en el microcosmos individual de cada uno de nosotros, y en el Macrocosmos que también éramos en grupo y en Esencia, y que nos completaba.
   Los seis mediums incorporaron, cada uno, a un guía perteneciente a la falange comandada por su regente planetario.
   Entre los seis, pidieron luego al Yo Soy la manifestación de uno de los más poderosos arquetipos de nuestro subsconsciente sobre la mente del colectivo: Júpiter, Señor del Fuego.
   Y lo pidieron, invocando, con su "llamada" específica, el descenso sobre nosotros de la energía espiritual del Arcángel Miguel.
   No olvidaré, mientras viva, la sensación que me posesionó en aquella sesión, la más fuerte que sentí de entre todos los trabajos colectivos desarrollados en Mapiá; mis visiones y sentimientos, referidos a aquella sesión, son absolutamente indescriptibles.
   Sólo decir que mi fascinación, sorpresa, asombro, respetuoso temor, ante las más poderosas manifestaciones de la Naturaleza, cuando ella desata en pleno sus potencias -una tempestad en el mar, una erupción volcánica, un terremoto, un tifón- son poco para esbozar siquiera una idea sobre mi sentir cuando aquella cálida ola de inmenso poder espiritual nos inundó de repente, nos separó de lo habitual, nos envolvió hasta fundirnos con ella y, arrebatándonos en trance, nos elevó a una dimensión donde Nuestro Ser se contemplaba a Si Mismo, en absoluta paz, calma, armonía y abundancia.
   Horas pasaron ¿o minutos? en aquel estado, en el que el ser era pleno, en que nada faltaba, como nada puede faltar a uno de los cuatro arcángeles que se postran ante el trono de Dios.
   ¿Que qué se veía? ¿Que qué se entendía? No había nada para ver ni para entender, sólo había el ser. El ser siendo el Ser. LA SEIDAD. Y eso contenía en sí mismo todas las visiones, todas las comprensiones y todas las sensaciones. Y al mismo tiempo era algo entrañable, vacío, sencillo, conocido desde siempre. Nada del otro mundo, algo que está en todos nosotros cuando estamos en paz.
   Si alguien me pregunta algún día:- "¿Para qué te sirvió tu experiencia en el Daime?" -Yo podría responder muchas cosas, soltar todo el contenido de éste libro... pero, realmente, lo más importante de todo fué que el Daime me hizo saborear, aunque sólo hubiera sido por un momento, ese estado de plenitud en el que yo era yo y todo estaba claro y armónico.
   Una cosa es oir o leer acerca de ello o traducir a sueños de realización los anhelos más profundos de tu corazón, y otra, llegar a catarlo experiencialmente, vivirlo, sentirlo con todo tu cuerpo, emoción, intelecto y espíritu juntos.
   Ahora tengo un norte en mi vida. Hasta en los períodos en que el torrente de la vida me arroja a sus rincones más tenebrosos, donde habitan la duda y la confusión, yo sé a dónde re-dirigirme en cuanto puedo levantar cabeza un moomento: sé lo que quiero y lo que busco en mi cotidiano y sé lo que, tarde o temprano, encontraré: recuperar y hacer mía para siempre aquella específica frecuencia vibratoria de mi energía, aquel estado expandido e intensísimo de emotiva y lúcida consciencia de Ser, de perfecta integración y unificación exaltada con todo.
   - Pero... ¿y si no fué más que una ilusión virtual de los sentidos, una fantasía vana provocada por la droga? -arguye el abogado del Diablo.
   - Las imágenes míticas que afloran del subconsciente en estado de trance, no son meras fantasías sin sentido, la psicología clásica de Jung y sus discípulos ya las reconoció como símbolos constantes de realidades arquetípicas que se contienen en el inconsciente individual de cada persona tanto como en el Subconsciente colectivo de toda la Humanidad; aunque sus formas externas cambien en cada cultura, su esencia común es reconocible; a través de un lenguaje no racional de imágenes, el Genio Subconsciente avisa y aconseja al consciente para que se limpie de lo que no le conviene y adapte sus esquemas emocionales y mentales a las nuevas situaciones por las que atraviesa, de la manera en que más correctamente puede el individuo fluir a favor de la Corriente Cósmica en ese ciclo.
   Ninguna droga puede proporcionarte experiencias que no se hallen contenidas en las potencialidades de tu ser: si una planta de poder no consigue sino darte un atisbo pasajero de ese estado de consciencia, de éste elevado nivel en que puede vibrar tu energía, que no es más que un grado más alto que aquel en el que vibras normalmente, imagínate a que niveles puede ascender la calidad de ese estado cuando logras centrar tu vida en él, ya no con sustancias psicoactivas, sino llenándote de amor a todos los seres y de unicidad... y vivenciándolo de una manera al menos tan continua, como vivenciamos nuestras limitaciones, cuando nuestra consciencia está centrada en el plano material convencional.
   Ahora sé que existen universos paralelos que conviven en el mismo espacio y tiempo, pero en distinta dimensión de consciencia. Vivir en uno o en otro sólo depende de dónde sintonices (en qué canal fijes) el dial de tu atención principal.
   
   Cuando acabó la sesión era de noche. Ya estabámos fuera de la Casa de la Estrella sin que me acuerde muy bien como salimos. En cada grupo, algún fiscal consagró y puso a rondar un pito de Santa María... Cuando aspiré, sentí como si mis labios estuviesen cuatro metros abajo de mí y el humo me llegara, sin casi sabor, por un largo tubo invisible y transparente que hubiera en el aire, entre mi vehículo carnal y mi consciencia. Así, pude darme cuenta de que mi cuerpo etérico estaba aspirando los éteres de la hierba y que todavía me hallaba fuera del físico, desdoblado, flotando bastante por encima de él, aunque conectado a él por un hilo sutil.
 
27- EL MALIGNO
   
"Sólo existe un nivel de consciencia por debajo del humano: El plano llamado "Infernus", donde habitan las naturalezas irreversibles. Aquellas incapaces de asimilar el único sentimiento que sustenta el mundo: el amor."

Carlos Pacini, Entrevista en Jun.1988
   
   Recuerdo otra noche en que nos hallábamos reunidos en el Templo en una sesión de limpieza y cura. Esta vez no era en Mapiá, sino en otra comunidad del Santo Daime cercana a la villa amazónica de Boca de Acre, llamada Anhangás (pronunciar Añangás), sobre el gran rio Purús, barroso afluente de la Cobra Grande, donde hice muy buenos amigos.
   Varios mediums novatos estaban prestando sus auras y sus cuerpos a la incorporación de espíritus sufridores ansiosos por expresarse para pedir ayuda. Lo normal era que se tratase de espíritus de desencarnados que precisasen confesar alguna cosa que corroía sus conciencias, entrar en contacto con algun familiar para pedir o dar perdón, resolver cualquier cuenta que dejaron pendiente al abandonar este mundo o, simplemente, recibir consuelo y energetización espiritual, a base de comunicación fraterna y oraciones, que les permitiesen aumentar su tasa vibracional lo suficiente como para salir de las tinieblas angustiosas del Bajo Astral donde se hallaban y ascender a planos más altos en los que pudiesen ser acogidos por espíritus de mayor nivel.
   No era raro encontrarse con espíritus que, por causa de una muerte súbita o accidental, todavía no estaban convencidos de que habían desencarnado (tan real se siente nuestro cuerpo etérico, el verdadero vehículo multidimensional de nuestra consciencia), y que tenían que desapegarse definitivamente del plano material; la mesa espírita cumplía así una función de orientación, humanitario consuelo y ayuda energética muy importante, además de servir para recibir a espíritus colaboradores de mayor luz que trabajaban en aconsejar o curar a los encarnados que lo solicitaran, lo cual contribuía a su progreso vibracional tanto como al de los ayudados.
   Desde que yo llegara al Brasil, hacía ya cinco años, estaba fascinado por el espiritismo, verdadera religión práctica del país, aunque oficialmente la mayoría eran católicos o protestantes; y no había perdido ocasión de infiltrarme, haciendo de ayudante de muchos brujos, tratando de descubrirles el truco; porque en el fondo, mi soberbio racionalismo europeo no podía aceptar que todo aquello fuese otra cosa que pura autosugestión manipuladora actuando sobre un pueblo ignorante, supersticioso y mucho más emocional que crítico.
   Sin embargo, junto a mucho que se sentía como impostura o ilusión, yo había presenciado también cosas inexplicables, que abrían una brecha en mis esquemas racionales, y ahora, desde que el Daime me proyectaba astralmente, entendía muy bien que la vida racional no es más que un 10% de nuestra vivencia integral; Y en un ambiente como el de la Selva Amazónica, que es el principal vórtice astral del Ser Tierra, el porcentaje era aún menor.
   De repente, todas las energías de los participantes en la sesión se pusieron tensas; el cuerpo de uno de los mediums fué incorporado de una manera más violenta que lo habitual y el espíritu visitante se negaba a identificarse.
   Las repetidas demandas del comandante o jefe de sesión, un guerrero rubio de bigote y muy joven, hijo de los primeros colonos del lugar, no obtuvieron resultado; así, nos dimos cuenta enseguida de que aquella entidad no estaba allí para pedir luz, sino tratando de posesionarse del cuerpo del medium, de sus fuerzas y percepciones.
   - ¡Suéltalo! ¡Sube! -ordenaba el jefe de sesión, comenzando a ponerse nervioso.
   - ¡No lo suelto! ¡Este caballo es mío! - Respondía el exú con una voz horrorosa, demoníaca, mientras el pobre cuerpo invadido se doblaba como bajo un gran peso, contorsionándose igual que si una marioneta de tela fuese.-
   - ¡Que lo sueltes! -insistió el comandante- ¡Suéltalo o vas a llevar pea!-
   Justo entonces, el obsesor trató de sacar a sacudidas el cuerpo del medium mas allá de las defensas psíquicas del templo. El jefe de sesión lo agarró de un brazo y hubo un tremendo forcejeo; los otros participantes estábamos asustados y no sabíamos que hacer. Algunos dejamos nuestros puestos y corrimos a reforzarlo. Pero nuestro comandante acusó inmediatamente el debilitamiento de la sinergía del grupo y el conato de pánico y se volvió a nosotros sin soltar el brazo, bramando con imperiosa rabia: -¡Vuelvan a la mesa! ¡Sigan cantando! ¡Firmeza!-
   Regresamos avergonzados a nuestros puestos y reentonamos los himnos en tanto que aquel bravo guerrero se debatía solo contra el pertinaz exú. De pronto, nos encontramos cantando un himno enormemente elevador de la energía anímica grupal:
"He entrado en la batalla al ver mi pueblo decaer
¡Hemos de vencer, hemos de vencer,
hemos de vencer si a Dios pedimos el poder!
¡Oh querida Virgen Madre, que poder que tú me das!
¡Con tu fuerza y con tu luz no me pueden derribar!"
   
   En medio del himno, en cuanto la sinergía mental del conjunto se elevó lo suficiente, otro medium empezó a ser incorporado: era una mujer mulata muy flaquita, pero por el himno saludatorio que los participantes entonaron enseguida, cantando con los ojos cerrados, como si lo que se estaba desarrollando en el salón no tuviese importancia comparado con lo que estaban viendo en la miración, percibí que el espíritu que acababa de encarnarse era un poderoso guía del Subconsciente Colectivo, el caboclo Tupinambá, flechero indígena de la falange de Oxossi, el aspecto masculino de Venus, Señor del Bosque (el Inconsciente profundo), del Aire (El Mental) y de los silfos (las inspiraciones intuitivas).
   Inmediatamente se lanzó al combate contra el exú, separando a nuestro comandante, quien regresó sudoroso y reasumió su puesto a la cabecera de la mesa, exhortándonos de nuevo a mantener la firmeza en el poder del Yo que Eramos y la conjuntada conexión que conformábamos. Sumóse, con voz cansada pero marcial, al himno general, muy estimulante, que nos seguía animando a todos a enfrentarnos a lo que fuera, y a confiar en la pura energía de limpieza transmutadora de la Madre Divina, que la concentrada cohesión del grupo canalizaba sobre sus aliados astrales y el medium, tras haberla invocado antes con nuestras oraciones cantadas.
   Incorporado en la frágil mulatita, el tremendo flechero del astral ya estaba librando feroz pelea con el exú. Yo me hallaba tan pendiente de lo que ocurría en el plano físico, que perdí por completo la miración; desde mi visión ocular habitual sólo daba para observar a ambos mediums contorsionándose de un lado para otro, en un extremo de la mesa, dirigiéndose golpes parecidos a los de la lucha popular brasileira llamada Capoeira, con el puño cerrado o con la mano abierta, conformando extraños mudras; pero con golpes que jamás llegaban a la piel, como si sólo fueran dirigidos al aura envolvente del cuerpo.
   El resto de la gente a mi alrededor seguía cantando con los ojos cerrados, sin perder detalle de la lucha real que se estaba desarrollando en el plano astral, en el espacio de la mente colectiva. Por dos veces, el exú trató de sacar el cuerpo del medium fuera de las protecciones del templo, y las dos veces el flechero le tapó enconadamente la salida.
   Durante la pelea energética, el obsesor lanzaba rugidos entrecortados, en tanto que el guía lo instaba a rendirse y a soltar al "caballo" en una extraña jerga gutural, mitad portugués y mitad tupí-guaraní macarrónico. Por fin, el exú fué tocado por un golpe fluídico en alguno de sus centros etéricos fundamentales y se desplomó.
   En ese momento, el cansado guía subió al astral y una nueva entidad de ayuda incorporó seguido en la mulatita. Por el canto o punto saludatorio, entendí que se trataba de otro flechero de la misma falange, el caboclo Arariboia, quien inmediatamente se lanzó a la lucha.
   Pero esta vez ya no hubo forcejeo; tras unas puñadas y algunos pases magnéticos, el guía ascendió al astral después de decir:
   -Este ya está arreglado.-
   Dicen los brasileiros: "Sube el Santo, baja el Santo"... así, todavía incorporó en la mulata un guía más de la misma falange; la popular cabocla Jurema, una especie de Diana Cazadora Lunar de la mitología subconsciente indígena, que además es el espíritu de una planta de poder, tipo acacia o mimosa, cuya raiz contiene dimetiltriptamina, el mismo alcaloide visionario que metaboliza la Rainha o Chacrona. La cabocla fué saludada por todos con un alegre cántico:
"Jurema, su hoja cura, Jurema, su flecha mata,
quien es hijo de Jurema, jamás se pierde en las matas".

   Moviendo el cuerpo de la medium con una soltura graciosa que ésta, por sí misma, jamás tuvo y devolviendo el saludo a la concurrencia como si de una cantora de samba se tratase, simplemente se certificó del K.O. astral del obsesor, es decir, de que ya estaba totalmente fuera de combate, y lo hizo regresar, sometido, a la dimensión de los espíritus, donde había, sin duda, una guardia astral esperándolo; dedicándose luego a dar pases al cuerpo del medium liberado, para limpiarlo de todo resto de malas energías y realimentarlo etericamente.
   Después, lo dejó reposar reciclándose, mientras ella daba consejos médicos a algunos pacientes de la sala, ya completamente relajada; consejos en los que abundaban baños descontaminadores de malos fluídos y defumaciones con hierbas, hojas y cortezas de la selva... Finalmente, pasó un rato departiendo alegremente con una vieja conocida, ahijada suya, como dos comadres en el mercado, casi olvidadas del resto del personal, que seguía cantando seriamente himno tras himno.
   Cuando la simpatiquísima cabocla regresó al Astral y hubo un descanso en la sesión, yo me acerqué a ambos mediums. Ni la mulata ni el casi posesionado tenían la menor conciencia ni recuerdo de todo lo que había sucedido en sus cuerpos diez minutos antes. Me dijeron que habían estado viajando por una aldea de indios del Astral, donde los trataron con mucho cariño, asistiendo como convidados a bellos cánticos y danzas indígenas; El cuerpo del segundo medium se veía algo fatigado, pero su voz sonaba tan tranquila como si hubiese acabado de despertar de una siesta plácida.
 
28- SINCRETISMO
   
   Además de los Siete Grandes Orixás, Primeros espejos reflectores de la Voluntad Divina, o Regentes Planetarios, o Espíritus Puros Arcangélicos, o Hierarquía intermediaria de un Dios Uno y Trino tan Alto, tan Pura Consciencia y tan innombrable que ni se le representa ni se le ofrece culto, la Umbanda Afrobrasileira cultúa, o por lo menos respeta, a una octava supra-entidad que se reconoce como El Príncipe de Este Mundo: Exú, el Ego Dualista, sumergido todavía en el conflicto mental interno entre el bien y el mal, el guardián del Umbral que separa la dimensión física de las otras más sutiles y a quien, necesariamente, hay que pedir permiso, contentar, convencer, sobornar, engañar o embriagar, para que abra la guardia y permita la exteriorización de los arquetipos planetarios del subconsciente profundo en su espacio mental semi-lógico, reservado normalmente para la actuación exclusiva de nuestra personalidad, con todas sus máscaras habituales.
   Las fuerzas sutiles que componen la entidad llamada Ser Humano, sean espirituales, mentales o astrales, necesitan siempre un "substratum" material (conformado por substancias de los cuatro elementos) que haga de medium o vehículo sensible para su manifestación en el plano físico; este substratum es su polo negativo, está dedicado enteramente a satisfacer las necesidades materiales del Ser, y lo comanda una parte de Su Consciencia que en psicología se llama la Personalidad y en Aumbhandan el Exú-Guardián.
   El Exú Arquetípico es una energía tan abstracta que, al igual que los Orixás, jamás incorpora personalmente. En su lugar lo hacen su corte de exús sub-arquetípicos, entre los cuales hay, igual que entre los guías, entidades femeninas que son representadas en la estatuaria de culto como una especie de guapas diablesas llamadas Pomba-giras. El propio Exú se representa bajo la figura clásica del Diablo, en el que los cristianos convirtieron al viejo dios Pan, su competidor más resistente en el campo, el "pagus" latino, donde demoró muchos años en dejar de ser cultuado por los "paganos" o campesinos... con sus cuernos, patas y cola de fauno, representaba para ellos el poder espontáneo y vital de la Naturaleza, la energía física pura, el poder del sexo y la fecunda generación sobre la materia; mas tarde le fueron añadidos capa roja y tridente neptuniano.
   Pero eso sólo acontece por causa del sincretismo: la confusa sustitución de sus símbolos ancestrales por símbolos católicos que los esclavos africanos se vieron obligados a hacer durante el período colonial, para poder seguir cultuando a sus espíritus aliados bajo formas permitidas por los opresores.
   Así, convirtieron a su Diosa de la Luna en la Inmaculada Concepción, al Dios de la Guerra en San Jorge y al de la Caza, un flechero, naturalmente, en el asaetado San Sebastián. San Sebastián era la figura cristiana trás la que los esclavos negros de la colonia habían cultuado a su viejo Orixá, el flechero Oxossi, Señor de la Selva y de los silfos astrales, que son las consciencias que animan al más puro de los cuatro elementos materiales, el aire, y lo comunican con el quinto sutil: el elemento Eter, donde la energía pura del Verbo comienza a moldearse en forma.
   
   En realidad, el concepto africano de Príncipe de la Tierra dista bastante del concepto católico del diablo:
   El sector más conservador y reaccionario del catolicismo institucional se fué convirtiendo, después de crearse la Inquisición en 1231 en Alemania para combatir la herejía maniquea, quemar en Verona en 1278 a doscientos Cátaros y ahogar en sangre el Sur de Francia en la Cruzada contra los Albigenses... en una religión maniquea. Es una ley: Cuando una idea se combate por la fuerza, ambos contendientes acaban por sintetizarse, los extremos se tocan.
   El Maniqueísmo divide al mundo en dos extremos opuestos irreconciliables, Dios y el Diablo, en perpetuo conflicto... el dualismo convertido en religión.
   El maniqueísmo de las religiones del Libro, tanto el de los musulmanes Hausas que los capturaban en Africa para vendérselos a los negreros portugueses o británicos, como el de aquellos supuestos cristianos blancos que también les negaban el alma y los trataban como bestias de carga, acabó contagiando a los pobres esclavos, que, conservando sus magias como única arma contra sus explotadores, convirtieron al Exú Protector en Exú Vengador y todo su resentimiento ante aquel inexplicable genocidio en formas-pensamiento de odio y de rencor llamadas Kimbas, que eran los agentes astrales encargados de canalizar la Magia Negra o Kimbanda hacia el tiránico amo.
   Fué tan grande y tan traumático el conflicto de las razas en el Nuevo Mundo, tales sus secuelas de negatividad astral y magia negra, que desde poco antes del principio del siglo XX, los Ascendidos Gúias Astrales de cada raza (Los Payés indios, los Babaliawó negros y los Maestros blancos), tuvieron que unir sus fuerzas para elaborar un sistema magístico que contuviera elementos de cada tradición iniciática, para que ayudase a despejar el ambiente y recondujese a la reconciliación, por medio de adoctrinación, purificación, curación, consuelo, comprensión, solidaridad y perdón, a los antiguos espíritus enemigos, enfrentados de nuevo en reencarnaciones actuales, y que les brindasen oportunidad de resolver sus ligaciones y deudas kármicas y unificarse.
   Así nació la ecléctica Umbanda... De la misma manera, fíjate lo que te digo, se está ancorando ahora mismo en la egrégora de Acuarius a través de sus servidores más sensibles, un sistema magístico global que será capaz de conciliar y aunar en un objetivo de elevación multidimensional común a todas las razas y culturas del Planeta.
   El dualismo extremista es una mentalidad extraña al buen espíritu africano, tan lleno de ritmo que su vaivén risueño, danzando cadenciosamente de uno a otro extremo, parece justo lo contrario de la rígida polarización inmovilizada en un extremo, desde donde se niega y combate al otro, que acabó con el equilibrio helénico cuando el maniqueismo zoroástrico-judío-cristiano sustituyó, por decreto de Constantino, a los viejos dioses olímpicos de la Civilización Grecolatina.
   El símbolo de la Umbanda Esotérica es una ese acostada cuyos extremos se unen por una línea horizontal Una de las curvas de la ese se comba por encima de la línea horizontal, la otra por debajo  . Es un signo dinámico, vivamente unicista, alquímico, conciliador y sintetizador de los extremos, como el Yin-Yang taoísta. No es de extrañar que el arquitecto Oscar Niemeyer lo escogiera como modelo estructural de su diseño del espléndido Edificio del Congreso, en Brasilia; una cúpula abierta, acogedora, receptiva, junto a otra cerrada, intimamente recogida en meditación; Entre ambas, un plano horizontal bien pegado a tierra que las comunica; Excelente forma simbólica para expresar la armonía convivencial y el talante conciliador del crisol de razas y culturas que va siendo, cada vez más, el Brasil, Gran Madre Continental, el país con mayores potencias acuarianas que conozco, tan amoroso, tan amado... ¡Saravá Brasil!
 
29- ENCUENTRO CON EL PADRINO
   
   El Padrino Sebastián Mota era un puro hombre de selva, y tal líder nato que su rostro podía asumir, sin casi cambiar de expresión, un aspecto tan majestuoso y lleno de autoridad natural que nadie se atrevería a discutir ni por un momento una orden suya, como también podía parecer de repente un niño pequeño, tan lleno de alegría y felicidad que los corazones mas duros se ablandaban y dulcificaban, queriendo agradarle y amarle. Doy gracias a la Vida por haberme llevado a conocer a tal ser de luz.
   La Luz lo impregnaba todo, por dentro y por fuera, a pesar de que, cuando yo lo conocí, ya estaba muy enfermo. Tan luminoso y puro me pareció que casi lo veía transparente; tan simple, que su simplicidad me hizo confundirla, al principio, con ingenuidad; pero enseguida se me reveló, -dandome una lección interna-, como la síntesis alquímica de toda una vida de exploraciones de la complejidad profundísima del alma humana.
   Había visto antes fotografías de Sebastián Mota, pero lo que se encontraba ahora ante mí era un delgado anciano de manos sarmentosas, larga barba blanca y tan frágil como una construcción de paja roída por las termitas; parecía estar ya con un pié en la vida y el otro en la muerte; no quedaban en él restos aparentes del hombre legendario, del gigante que fuera capaz de edificar, sin más medios que sus manos, su coraje y el de los hombres y mujeres que le siguieron, una pequeña nación casi independiente en el corazón de la selva más salvaje del mundo.
   Asomado a la ventana de su cuarto, en aquella casa abarandada que era el puente de mando desde donde dirigía la nave del Pueblo de Juramidán, rumbo a la Tierra Prometida en las visiones, el Padrino me miraba con gravedad, como preguntándome quien era yo y a qué había venido. Algo violento, porque me faltaron las palabras adecuadas para interesarme convencionalmente por la salud de un ser que se veía claramente que ya no tenía ninguna, preferí pasar enseguida a presentarme a mí mismo.
   Así, comencé a explicar al Padrino que consideraba mi paso por Mapiá como una etapa más de una larga peregrinación en busca del conocimiento de la vida y de mí mismo que empezara hacía bastantes años en mi patria, al otro lado del océano... miraba a aquel anciano hombre del mato, analfabeto, que me escuchaba atentamente y de vez en cuando fruncía el ceño, como estremecido por un dolor sordo que venía de muy adentro, y me preguntaba si tendría alguna idea de donde estaba España, Europa, o siquiera el Océano Atlántico; traté de seleccionar las palabras más sencillas posibles para hablarle de mi caminar y de mis búsquedas, de mis inquietudes, de los libros que leyera, de mis viajes por el mundo, de los Maestros que había encontrado, de las ocasiones en que fuera iniciado y del gran caudal de conocimiento ecléctico que había ido acumulando en mis archivos mentales, a pesar de ser aún tan joven; Hablé de mi encuentro con la Magia en el Brasil y de lo que pensaba sobre el carácter interno o externo de las energías que realmente se incorporaban en el Espiritismo; Luego expliqué como había sentido mi primera ingestión de Ayahuasca un mes antes en la Colonia Cinco Mil de Rio Branco y acerca de las intensísimas experiencias internas que provocara en mí la bebida de poder en Boca de Acre, Anhangás y ahora en Mapiá... hablaba y hablaba y mis palabras eran recogidas por el anciano como por un pozo insondable.
   Una parte de mí estaba muy contenta, porque jamás había hallado a una persona que escuchara tan bien, tal como si se hubiera vuelto la pura atención; otra parte de mí me decía que aquel rudo canoero amazónico sólo me escuchaba por cortesía y que no estaba entendiendo ni la mitad de mis palabras. Finalmente, mi segunda parte se impuso y fuí sintiéndome desalentado, aburrido y hasta asqueado de tanto hablar de mí mismo; y al fin, me enfrié y callé, casi cortando en seco.
   En ese momento, el anciano dió la impresión de crecer y crecer y fortalecerse; su aparente fragilidad desapareció y el gesto de dolor que fruncía su ceño se convirtió en pura determinación. Su mirada parecía contener todo el espacio y su voz sonó calma, pero sorprendentemente firme, cuando dijo:
   -Todo eso yo lo sé, porque yo sé.
   Y entonces yo me desinflé de una, como un inmenso globo tan sólo de vanidad lleno que de repente se pinchase... y supe que era evidente que él sabía y que su saber brillaba tanto y con tal luz propia, que en un instante barrió todas mis arrogantes ínfulas y suposiciones, mi bobo juego de ego y toda la inmadura presunción con que había estado tratando de impresionarle. Volaron todas mis máscaras como arrastradas por un tornado y me encontré en pelota psíquica ante el Padrino, que de pronto parecía un tremendo dios antiguo, un Jehová o un Saturno lleno de poder, dolor y sabiduría; y me ví a mí mismo reflejado en el espejo de sus ojos como un enfermo crónico de ansia divina, loco por la Luz y temeroso, al tiempo, de consumirse en la Llama; un desgraciado estúpido agarrado como una lapa a su intelecto que, a pesar de haber tenido la suerte de vivenciar tantas experiencias, no había sido capaz de aprovechar ni una hasta el fondo, y aún seguía picoteando y buscando; un adicto a la exploración, pero sólo para confirmar lo ya conocido; un espíritu vagabundo más fascinado por la propia búsqueda mental y por sus variados métodos, formas, técnicas y definiciones conceptuales... que por el Objetivo Real Unico y Definitivo entrevisto, en cuyo desconocido Reino no parecía tener mi corazón verdadero deseo, prisa, voluntad y pasión de desembarcar y adentrarse, para fundirme y perderme en El, tras atreverme a quemar de una vez las herrumbrosas naves en las que hacía años que erraba por sus orillas...
   Me encontré de nuevo caminando por la aldea, de regreso a mi alojamiento, la cabeza gacha, confundido, sin recordar claramente como acabara la entrevista con el Padrino, ni siquiera si me despedí de él. Mapiá me habia dado su primera gran lección. Aquel día me avergoncé, en el espejo de su transparencia, de la enorme distancia en años-luz que él me hiciera vislumbrar entre lo que yo creía que sabía y lo que era...
 
30- ENSEÑANZAS RECOGIDAS
   
   Las veces siguientes que me lo encontré, algunas acompañado por su esposa, la firme y bondadosa Madrina Rita, ya era como si nos conociéramos de toda la vida: yo permanecía muy calladito, sin destacarme para nada ni escribir, y sorbía cada una de sus palabras, que, aunque dichas para todos los presentes, parecía que contestaban exactamente a todas las preguntas que yo hubiera podido hacerle e incluso a algunas que, a pesar de interesarme, ni siquiera estaban aún claramente enunciadas en mi mente.
   Lamento que, al recordar sus enseñanzas, las que más asimilé, o las reflexiones que suscitaron en mí, tenga que hacerlo con mi propio estilo, comprensión y exposición y no con sus exactas palabras, como si le hubiera grabado, ya que la simple y alegre forma de expresarse del Padrino, metiendo de vez en cuando por el medio profundos trozos de su propia vivencia o fragmentos de himnos, o de historias de la Biblia contadas de una manera personalísima, adornadas por una rica gesticulación y sonidos onomatopéyicos bien amazónicos, era de lo más sabrosa... Escritores como Alex Polari o como Francisco de La Cal, que, aunque nacido español, lleva muchos años viviendo allí, han sabido registrarla, y a ellos os remito.
   De todas maneras, lo que decía era mucho menos inspirador que el tono y el brillo de sus ojos o de su sonrisa cuando lo decía. Eso es intranscribible, mas daba valor total a sus palabras; el valor de aquello que es claro que se sabe porque se ha vivido en todos los niveles del vivir; el valor de lo que en un Maestro es evidente y que, en su esencia, aunque su forma pareciera distinta, coincidía con lo mejor que yo había asimilado de mis otros Maestros y experiencias.
   Decía que el gran reto del hombre no es encontrar conocimientos, que eso viene por sí solo si uno se mueve minimamente por su propio camino-corazón, y que cada uno acaba siempre sabiendo perfectamente lo que le conviene; El gran reto es poner en práctica lo que ya sabe, o por lo menos intentarlo. El que lo logre o no, también viene solo, y en general depende de la ayuda que el Cosmos se digne prestar a su merecimiento. Pero en hacer todo lo posible por merecerlo y en hacer todo lo posible para lograrlo, se halla toda la dignidad y toda la grandeza humana, y lo único que es verdaderamente importante de nuestra experiencia de vida, y lo que nos hace renacer al Espíritu.
   Para hacer merecimiento, es necesario lograr purificar al máximo nuestra emoción y nuestro intelecto, y esforzarnos en ser lo más perfectos posibles en nuestras realizaciones, para que el Pensamiento Puro de Dios y su Pura Energía puedan resonar a través de nuestro rendido canal como una fuente que canaliza riego fértil para el mundo.
   Antes de intentarlo, hay que examinar a fondo nuestra intención: si humea en ella un mínimo de apego, ansia de protagonismo, de influencia, de lucro, nuestra intención está viciada de egocentrismo y el intento no podrá salir bien o, aunque salga, más será una fuente de problemas que de satisfacciones para nosotros.
   Tenemos que ser, ante todo, bien conscientes de la relación amorosa con nuestra familia y nuestro entorno, y pensar que todo relacionamiento es una oportunidad que ofrece el Cosmos para que alguna de sus partes se armonice con otra que anteriormente estaba en desequilibrio respecto a ella.
   Cuando chocamos con alguien, es que nuestros demonios interiores se han visto en el espejo de los demonios similares de un hermano, a cuyo divino espíritu interno debemos agradecerle la oportunidad de que nos permita auto-examinarnos en su fatua personalidad externa. Nuestro diablo es, sobre todo, un constante opositor, un soberbio crítico demoledor que siempre quiere ser el que diga la última palabra; pero lo que más rabia le da es encontrarse enfrente de otro diablo como él o algo peor que él. Ahí, le buscará pelea como hacen los perros, salvo que lo vea tan inferior a él que pueda despreciarlo; o tan superior, que prefiera pasar prudentemente desapercibido.
   Satanás en nosotros, eso que los doctos llaman el ego, la máscara, es solamente la sombra inevitable de la luz que proyecta Dios en nosotros, el Yo, que se convierte en el YO SOY cuando uno llega a hacerse verdaderamente consciente de Lo Que Es hasta el tuétano. Incluso en ese momento, continuará existiendo sombra, es una ley física ineludible mientras vivamos en esta dimension dual, pero la luz será tanta, tan esplendorosa, que lo que quede de sombra apenas servirá para realzarla.
   En el momento en que nos hacemos conscientes de nuestra Identidad Esencial con Dios, todo nos está permitido, salvo recaer en la duda o en el temor -la inconsciencia- o en comportamientos indignos de lo que afirmamos que Somos. Si YO SOY, todo se puede explorar, cualquier camino es mío, mientras lo cruce con consciencia y coherencia conmigo mismo... todo lo que llamamos virtud o pecado, bien o mal, depende tan sólo de nuestra intención y actitud ante las cosas. Para mantenerse Siendo es, pues, necesario, examinar continuamente nuestra intención.
   Si YO SOY, todo está en mí y si yo soy todo y todos, ¿qué enemigos puedo tener?... si hasta el diablo se halla contenido en Dios, es una emanación Suya, como mi sombra lo es de mi cuerpo... y cumple una misión al servicio del Orden Divino, él y sus oscuros, no lo dudéis; ellos están ahí como están en el estadio las obstáculos para el atleta; no para detener su carrera, sino para permitirle mostrar su capacidad de superarlos, para volverse un campeón; ya que no se puede ascender al Cielo, con toda la sabiduría que te exigen a la entrada, sin antes haber conocido las tentaciones, pruebas y caídas de los infiernos y el dolor de la elección incorrecta, así como a levantarte de nuevo y buscar lo mejor sin volver a equivocarte. Para subir al Cielo hay que aprender antes a amar al mismo Infierno.
   Realizar el Amor en uno mismo es trabajar en un cultivo que comienza por la autoestima. Sólo amándose uno a sí mismo se puede amar a los demás y a Dios; pero hay que amarse a uno mismo no por nuestras circunstancias materiales, que nos fueron dadas por la Vida, ni por lo que hemos conseguido aprender, o acumular o destacar... que lo mismo que se gana, se vuelve a perder y jamás llega a satisfacernos totalmente. Debemos amarnos por la confianza y la consciencia de que es Dios, nuestro Yo Superior, quien está animando nuestro cuerpo y dirigiendo nuestros pasos; y debemos amar a los demás y a todo, porque la misma Presencia los anima y nos conecta.
   Vivir en el YO SOY significa ser Uno con todo, ser tan amigo de todo y de todos como de uno mismo, pues no hay diferencia... hay que ser amigo hasta del diablo, comenzando por los que llevamos dentro, nuestros defectos; pues tu amistad ya los está transformado en ángeles... pero si se pasan mucho, apartadlos de vosotros como hizo Jesús, simplemente en nombre de vuestra propia consciencia de YO SOY: "No tentarás al Señor tu Dios..." ¡No hay diablo que se resista a eso! pero es necesario tener mucha autoconfianza, o sea mucha fe, para decirlo convencido... No se ha aportado nada nuevo en espiritualidad desde el tiempo de Jesús que lo supere; ¡Si el Cristianismo fuese comprender y practicar lo que Jesús mostró y dijo, este mundo sería un Paraíso!... pero el Cristianismo casi ni ha empezado todavía.
   A quien tiene consciencia del YO SOY no se le ocurre desconfiar, ni mucho menos, hablar mal de ningún ser. ¿ Cómo va a hacerlo si sabe que los otros son uno mismo? ¿Y cómo va a ser orgulloso ni envidioso? ...para eso hace falta que exista algo fuera de uno a lo que compararse. El sentimiento de separatividad con respecto a cualquier otro ser es el síntoma mas claro de que uno se ha encerrado en la trampa de la ilusión. Si algo nos parece opuesto a nosotros, es que sólo está ahí para que intentemos unificarlo... unificar, sintetizar, conciliar, ese es el trabajo del Hombre sobre este mundo.
   La primera desconfianza demoníaca, la peor de todas, es la duda acerca de la propia identidad y potencialidad divinal... Nos vemos a nosotros mismos tan insignificantes y llenos de pobredumbre que nos parece irrisoria la idea de que sea Dios nuestra verdadera Identidad... entonces preferimos situarlo, como una vaga abstracción, en un Cielo mítico, y justificar nuestra negligencia en ponernos al trabajo de Ser, llamándonos pobres hombres mortales pecadores, y arrojando la toalla antes de comenzar el inevitable combate que hay que librar para que se desarrolle nuestra semilla. Pero yo os digo que no os podreís llamar hombres, ni siquiera pobres hombres, si no creéis en las potencialidades de vuestra semilla divinal y si ni siquiera realizáis el intento del desarrollo, pues ese intento por llegar a realizarse en el espíritu es lo que diferencia al hombre de la bestia, y no esa razón cobarde, que sólo os sirve para minusvaloraros y dudar.
   Los que reprochan al Espiritismo que sus mediums se abran a la manifestación de cualquier espíritu, y no sólo al Yo Superior y a la guía de los grandes Maestros Ascendidos, son tan soberbios como aquellos que reprochaban a Jesús que se dejase acompañar por las prostitutas, los publicanos, los pecadores, la canalla... para dar ayuda, valorar y confiar en la transformación de nuestros espíritus propios y espíritus hermanos más descarriados, o sea de más baja vibración, tengan o no un cuerpo de carne, es para lo que grandes espíritus de vibración altísima como el de Jesús han venido a este mundo... El Yo Soy recargando las baterías del Yo Inconsciente, porque el que Es, sabe que ambos son El Mismo.... Quien teme contaminarse por el contacto con un espíritu vagabundo, es que no está demasiado seguro de la protección de su propia pureza... ¡Pero tampoco podemos dejarles que sean ellos quienes impongan las reglas! la incorporación no es para jugar, sino para trabajar, curando, consolando, adoctrinando; cuando un espíritu se pone a perder el tiempo de la sesión con travesuras o charla intrascendente, ¡Firmeza!, hay que mandarle que suba y darle turno al siguiente...
   Todo el mundo es medium, todo el mundo es canal, estos cuerpos de carne y estas mentes inteligentes no fueron creadas para otra cosa sino para que hicieran de tronos y herramientas del Espíritu de Dios sobre el Plano Físico... ¿que por qué hay mas mediums entre la gente ignorante que entre la culta? Pues, simplemente, porque cuanto más se intelectualiza el ser humano, más orgulloso está del conocimiento adquirido, más importante y único y elegido y diferente se siente, y ésto, claro, lo separa de los demás, del Todo, y al sentirse separado, al perder la conexión visceral con el resto del Ser que somos, o sea, al perder el amor, ya no puede sentirse Uno con Dios, que es el Todo, y sin ese sentimiento, no hay canal. Pues ¿cómo va a manifestarse en mí algo diferente de mi mismo?... Pero si eres humilde y pequeño, dentro de tí cabe la infinitud del Universo...
   ...¿Que cómo diferenciar en la miración entre las visiones del Yo y las fantasías del ego? El corazón lo sabe, pero si tú no te has acostumbrado antes a escuchar la voz pura de tu corazón...¡pues es muy fácil que lo confundas con los delirios de grandeza y de trascendencia de la personalidad!... pero mira una cosa que los diferencia: El ego siempre presume de haber alcanzado, ganado, conseguido algo... eso es lo que le hace sentirse tan importante; tiene tal complejo de estar vacío que se pasa la vida trepando, pero hasta en sus cantos triunfales se nota el ansia, y el temor escondido a que su castillo de naipes se derrumbe de repente. El Yo, por lo contrario, es sereno, sereno... y jamás duda ni teme. no necesita presumir de nada ni conseguir nada... Él sabe Quien Es desde siempre, y que lo seguirá siendo aúnque le desnuden, le escupan, lo insulten, le den de latigazos como a un ladrón y maten su cuerpo físico en una cruz, en medio de terribles sufrimientos realmente sentidos. El ego siempre necesita audiencia para sentir su existencia, y para eso está siempre hinchando imagen... el Yo, aunque ni su propio canal perciba toda su grandeza, no tiene que hacer propaganda; a poco sensible que uno sea, la Verdad de su humilde vocecilla lo llena todo...
   El sufrimiento es una prueba obligada en la Escuela de la Vida; como cuando se poda un frutal, o como en un parto, sirve para provocar una valiosa cosecha, tras darnos enormes lecciones intensamente sentidas, acelerar nuestro proceso de comprensión, provocar un estirón, un renacimiento. ¡Cuando el propio Jesús pasó por él fué para darnos un ejemplo de como sobrellevarlo dignamente, igual que el envejecimiento, la decadencia de la materia y la muerte, que es la última gran prueba del guerrero espiritual...! ¡Pero líbrenos Nuestra Señora de acostumbrarnos a sufrir, estancarnos en el sufrimiento y perder la visión de la cara más bella de Dios sobre la Vida! el pesimismo, la desesperación y el morbo son demoníacos; quien deja de creer en la salida a una luz mayor que hay al final de cada túnel, quien se deja derribar, saldrá por fin y seguirá viendo negro túnel durante muchísimo tiempo después y sufriendo por sugestión, aunque brille el sol...
   Hay que parar de una vez de quejarse de todo y de todos, de temer, de dudar...¡Hay que aprender a ser Dioses, que para eso es que hemos venido a esta materia! Antes que patrón hay que ser marinero, y antes que regir una estrella, un espíritu ha de revestirse de los cuatro elementos para conocerlos a fondo... ¡benditos nuestros errores, que son nuestros maestros! ¡Benditas las personas con las que tenemos problemas, pues son nuestros propios problemas los que se ven en su espejo, para que los corrijamos tolerando, superando los roces, perdonando, valorizando a los demás, haciéndonos pequeños y sirviendo!
   ¡Todo lo que hay sobre la Tierra, todo lo que ocurre, está muy bien hecho! ¡Quien lo diseñó lo hizo así para nuestro progreso! Más que orar para pedir, ya que nuestro Yo Superior sabe perfectamente lo que necesitamos de verdad y jamás deja de proveerlo, oremos para dar gracias por la Vida y su perfección. ¡Quejarse, dudar, desconfiar de los demás y de uno mismo, es como orar, pero al revés: Sirve para provocar que caiga la desgracia sobre nuestras cabezas!
   El trabajo fundamental de un Servidor de La Vida es AMAR Y REZAR; por eso no puede tener dudas en cuanto a lo que significa rezar correctamente: Rezar no es dirigirse a un Padre lejano y externo a nosotros para soltar encima de él los lloriqueos de nuestra inseguridad o las quejas y los caprichos ilusorios de nuestro ego; ni mucho menos tratar de adular a Dios o de comprar sus favores a cambio de forzadas promesas... todo eso no son sino actitudes infantiles, indignas de un Guerrero. Rezar, para éste, debe ser no más vaciarse de Ego, ponerse en el recuerdo de Quien Es en Esencia, dejar que su antena mental se centre en el YO SOY que anima su espíritu, y pasar un rato conectado y completamente a disposición, ofrecido a Lo Más Alto de Si Mismo, a las Más Altas Ideas Propias, como limpio y hueco canal, por si Dios desea enviar algo de su Consciencia a la dimensión inconsciente de Su manifestación en la que vivimos, a través nuestro. Eso es rezar: servir de transmisor entre la Tierra y el Cielo; y no andar mendigando bobadas ni quejándose de bobadas .
   Perdidos en el medio de la selva se nos hace evidente nuestra insignificancia: la pequeñez, fragilidad y limitación de la condición humana. Es para derrumbarse a llorar lo inseguro, mudable y efímero de nuestro estado, preñado de ignorancia, de imperfección, de error, de decadencia y de muerte... Lo único que mantiene firme la autoestima del hombre y le da ánimos para seguir viviendo y trabajando para mantener la vida de su entorno, es su DIGNIDAD. ¿Y que es la dignidad? pues no más el recuerdo subconsciente, o la intuición, o el anhelo, o la esperanza o la creencia, de que somos algo más que estos cuerpos de materia cambiante, estas emociones débiles o alocadas y esta razón ansiosa que sólo nos sirve para descubrir nuestras barreras e ilusiones y dudar de todo.
   Nosotros tenemos una ventaja: El Daime nos muestra con absoluta claridad que todo el mundo material en nuestro entorno, igual que nuestros cuerpos, es sólo una construcción mental nuestra. También nos hace percibir que la mente que los construyó es Una y Eterna, y que si algo somos nosotros, somos una consciencia, es decir, uno de los ojos inmateriales de esa Mente Eterna que construye los Universos y juega en ellos. Así que el Daime nos da evidencia de que Somos con Lo Unico que de Verdad Es; el Daime me confirma que Yo Soy, más allá de todos mis juegos en la limitación. Con una evidencia como ésta, la firmeza de mi dignidad no debería flaquear ni ante las mayores pruebas del juego del vivir, como no flaqueó la firmeza de Jesús, ni la fé en su Identidad Mayor, ante la pasión, a pesar de su humana angustia y sufrimiento.
   ¿Que significa tener firmeza, la cualidad imprescindible del guerrero o de la guerrera espiritual? Pues sobre todo, ser comprensivo, compasivo y amoroso sin tener lástima, ni de los otros ni de uno mismo. Compadecer es comulgar con el sufrimiento y limitación de nuestro hermano sin dejar de tener en mente y en lengua que sólo se trata de un ciclo del aprendizaje de un espíritu tan indestructible y eterno como el nuestro; y comulgamos con su pasión hasta ayudarle a superarla, porque Somos Uno y la pasión de ambos y la de todos los seres es la misma. Tener lástima, sin embargo, es dejar de centrarse en el Yo Soy, la Realidad Esencial de cada uno y de todos nosotros, para aceptar y difundir la imagen cargada de imperfecciones y limitaciones del ego quejica y pesimista con que nos enmascaramos o nos enmascaran los que no nos valoran. El valor del amor de una madre por su hijo, o de una amante por su amado, radica en que, centrándose en su mejor visión de él, abona y riega su crecimiento en la dirección correcta. La verdadera compasión es estar con tu hermano cuando te necesita, mas no con sus fantasmas.
   Firmeza es sujetar atenta, firme y disciplinadamente el tronco de nuestra evolución, para que no se entuerte; ¿Y sobre qué podemos sujetarlo? pues sobre su raiz, que es nuestro sentimiento de dignidad, es decir, de hacernos dignos de Aquella Realidad Mayor que sabemos que Somos. Este saberlo, no sólo el creerlo, es lo que es FE; y la firmeza de la fe que nos guía se demuestra no quejándose jamás: ni de los otros, ni de nosotros mismos, ni mucho menos de la vida. Así como uno ve el mundo, el mundo se conforma alrededor; por eso todos somos responsables de que el mundo en que vivimos sea como es.
   Esta es la cuestión clave del destino y de la potencialidad del hombre: Si todas nuestras esperanzas y los sueños que impulsan nuestra lucha están dirigidos a la creación de un mundo mejor y a colmarnos con algo Más Grande... ¿No va a ser nuestra Creatividad Divina, la misma que colocó en nosotros ese anhelo, suficientemente misericordiosa como para ayudarnos a manifestarlo?
   ¡Hay que mostrar que uno es un guerrero siendo constante! ¡Jamás desistir del intento de poner en práctica aquello que queremos ser! ¡Sin rendirse, ni derrumbarse, ni dudar de la victoria aquí, ahora y ya! Seguros, como ángeles encarnados, de que la Realidad en la que vivimos es sólo el fruto de nuestros sentimientos y pensamientos actuales y previos... ¡Sin vagancia, sin autocomplacencia, sin autojustificación, ni desánimo, ni lloriqueos, ni cinismo, ni comparación! ¡Con lo único que podemos compararnos es con lo que éramos antes de que el intento nos dignificase! Comenzamos a hacernos verdaderamente hombres, no cuando conseguimos nuestra autorealización, sino cuando logramos superar la inercia y pereza mental, emocional y física de nuestra visión rutinaria, la cual, aunque le parezca muy hermoso el ideal de unificarse con Dios, en el fondo lo sigue considerando un sueño tan inalcanzable como poético.
   No se pueden aceptar las resistencias del ego a entrar en una real disciplina para ser transmutado, ni sus muchos trucos... él intentará por todos los medios desviar y proyectar su porquería sobre otros hermanos, dividir el grupo, dejarlo para mañana, sembrar confusión o desánimo o ridículo en el método elegido para transformarte; o disfrazarse de santo, fugarse, marcharse, separarse o interesarte por objetivos diferentes... La dispersión es el estilo del ego; Satanás, como Caín, su primer medium, es el eterno vagabundo; pero la constancia en la Unificación, aunque el mundo parezca destruirse alrededor, es el estilo del Yo Divino. Por cualquier camino que uno escoja encontrará a Dios, pero sólo si lo recorre disciplinadamente hasta el fondo.
   Si lográsemos mantenernos limpios como un niño, veríamos a Dios en la selva como los niños lo ven con su corazón... Dios es el misterio de la Vida, que te hace guiños desde cualquier lugar al que mires, o desde los ojos de un hermano... pero estamos tan obsesionados por las cuatro mezquindades que nos preocupan todo el día, que no prestamos atención... Ahí, el Daime sirve para eso, lo tomas, te limpias, e inmediatamente percibes que las preocupaciones que ocupaban toda tu atención no valían la pena, y cuando se esfuman, lo que queda ante tí es la grandeza sin límites de la verdadera Vida, que es la del Espíritu que somos... hay que prestarle más atención, asegurar nuestro tiempo de vida real, no perderlo en fantasías, que la mayor parte de las veces ni siquiera son fantasías agradables, sino puro maltrato mental que nos damos... quien vive conectado, vive feliz.
   Lo que de verdad somos es un canal, una antena; igual que la liana del Jagube sube, enroscándose a los árboles mas altos, desde las hojas podridas que forman el suelo oscuro de la selva hasta el cielo abierto y luminoso, así nosotros somos un medium, un canal ondulante de limpia energía espiritual, por el que la dimensión espiritual se comunica con el plano
   físico y lo alimenta y eleva con su Luz. Pero si nuestra atención está sólo colocada en mezquindades materiales, la materia se acumula, tupe el canal y lo cierra, y la Luz ya no puede pasar, ni para el mundo ni para nosotros, y la vida se convierte en un infierno, que es eso lo que significa la falta de luz. ¡Hay que prestar atención y permanecer enfocados a lo alto! ¿Imagináis una planta que creciera hacia abajo, que es por donde llegan a ella el agua y los minerales? pues así vive mucha gente, sólo atenta al suelo de la Vida.
   La Libertad es el disfraz favorito del egoísmo vagabundo: Es bastante fácil reconocer en nosotros al demonio de la sensualidad por su aspecto vicioso y al demonio del miedo, por su continua desconfianza agresiva y malhumorada; pero nuestro mayor trabajo de examen intencional consiste en desenmascarar al Maestro del Engaño, el demonio de la autojustificación, que siempre trata de fingirse el Yo Real, la dignidad virtuosa, la honorabilidad invendible, la firmeza de la justicia, la luz de la sensatez y... el guardián celoso del libre albedrío humano. ¡Hay que poner a ese diablo hipócrita en su lugar! ¡La única verdadera libertad consiste en liberarse de él para siempre, quemándolo en el fuego de la discriminación y transmutándolo en el Ángel de la Sencilla Transparencia, ese con cara de niño, que en una mano sostiene su espada flamígera y en la otra las llaves del Paraíso de los Puros, los que no se preocupan más de la libertad porque ya saben Quien Son y ya escogieron Lo Mejor!
   El mundo de ilusión no solamente está ahí afuera; todo cuanto captan nuestros sentidos, todo cuanto percibe nuestra mente, es ilusión también; las miraciones son sólo imágenes símbolicas a través de las cuales el Yo Soy nos habla de lo que nos conviene saber, pero todavía no son la Realidad. Ni siquiera alcanzar la sensación permanente de lúcido vacío profundo es tocar La Verdad ni la Realización, aunque se está cerca de sus puertas; El vacío es la última de las ilusiones, cuando consigues eliminar por fin al ego que todavía percibe al vacío como algo distinto de sí mismo, habrá un salto de la consciencia, un ajuste, y tu verdadera naturaleza se revelará en tí mismo como se revela en tí tu ego cuando despiertas cada mañana. Por ahí empezarás a libertarte de la ilusión, pero todavía no es eso la iluminación perfecta, ella irá manifestándose poco a poco, a medida que se amplía tu visión interior y que tu aspecto externo se va haciendo un reflejo transparente del Yo Total que sientes dentro.
   Jesús nos prometió que, después de Él, vendría el Espíritu Santo a iluminarnos. ¿Y que creéis que es eso del Espíritu Santo? ¿Dios que vuelve al mundo en forma de palomita blanca, a ver si así nos convence mejor que encarnándose en un cuerpo humano, o el espíritu de cada hombre o mujer que comprendió a Jesús haciendo el esfuerzo de santificarse para canalizar en sí a Dios e iluminándose al conseguirlo?... Nosotros tenemos una gran misión por delante: conseguir que todo un pueblo realice en sí al Espíritu Santo y se ilumine... si una cantidad suficiente grande de seres humanos lo logran, no dudéis que transformarán al resto de la Humanidad que a su Luz se acerque, por puro contagio, igual que un poquito de levadura transforma a una gran masa en pan bendito...
   ¿Y que significa santificarnos y realizarnos?... Pues no es otra cosa que dar pruebas, dar testimonio, de la santa realidad de aquello que creemos, en la santa realidad de nuestro propio vivir cotidiano: Si creemos que Dios es Amor, Armonía, Verdad, Libertad y Justicia y si creemos que somos los Hijos, la Iglesia, el Trono de Dios sobre este mundo físico, si creemos todo aquello que Jesús y todos los grandes Maestros nos dijeron que éramos, y si creemos en lo que dice la parte más pura de nuestro corazón... entonces, realizarnos es hacer real sobre el mundo a Dios, de tal manera que el mundo pueda ver en nuestro pensamiento, palabras y acciones las virtudes de Dios que canalizamos Siéndolo; y no, simplemente, representándolo, fingiéndolo o hablando de Él como algo lejano que está allá arriba en Su Cielo... Y nada a lo que pueda aspirar un hombre o una mujer es más santo y más grande que ésto.
   Esto es lo que yo quiero: que lo que ha sido la felicidad de las felicidades para mí, que es tener el conocimiento espiritual dentro, sea también la felicidad de mis hermanos, mi familia, mi pueblo. Cuando este pueblo, que todavía se está haciendo, que aún es niño, tenga firmemente anclado a Dios en su mente, sepa que Dios es su saber, cambiará totalmente sus antiguos conceptos limitantes, mezquinos... o soberbios, y se hará tan fuerte y tan dueño de sí mismo -apoyado en la mayor Fortaleza del Universo- que podrá contribuir con su verdad, su amor, su justicia, su abundancia, su prosperidad y su caridad al cambio del mundo entero, ese cambio imparable y natural hacia la unidad y la igualdad fraternal de todos los humanos, al que contribuirá tanto con su ejemplo como con su acción impecables. Y entonces este pueblo se habrá realizado, igual que yo me he realizado haciendo caso a lo que Mi Ser me decía, sirviendo de base, humillándome, haciéndome suelo, y desde el suelo agradecer a Dios a cada momento, para que todo el que la buscara, encontrara una firmeza humilde pero segura sobre la que elevarse.
 
31- LAS TRES ESMERALDAS
   
   El Padrino Sebastián tenía clarísimo, y no se cortaba en afirmarlo, que había realizado en sí mismo el Yo Soy; que porque Era sabía, y que opinaba sobre lo que conocía, y no por especulación ni por haberlo oído de otros.
   Con la mayor naturalidad y seguridad, decía que por haberse realizado como Hombre y haber realizado sus sueños, era un Dios Encarnado, y que todos podíamos llegar a serlo también si creíamos lo suficiente en nosotros mismos y en todos nuestros hermanos; y al decirlo, no dejaba de parecer lúcido ni modesto, y palabras tan fuertes, que podrían sonar como una irreverencia soberbia y necia en cualquier otra persona, sobrecogían a quienes lo escuchábamos con el sentimiento de que la evidencia de lo que decía se transparentaba a través de él y del debilitado aspecto de su materia, que, sin embargo, brillaba de Autenticidad, con aquel mismo brillo que yo había entrevisto antes en la materia joven y serena de Carlos Pacini.
   A lo largo de nuestro camino vital pasamos por numerosos maestrillos y maestros, a los que sólo podemos comprender si su comprensión de La Vida no se encuentra en un nivel demasiado por encima del nuestro: ellos nos invitan, a veces con un cortísimo contacto o con una breve sugerencia, a explorar nuevos espacios de nuestro inmenso campo evolutivo. A medida que vamos ascendiendo, tambien nosotros, a pesar de nuestra gigantesca ignorancia, podemos hacer de vez en cuando el papel de maestros ante aquellos hermanos que vienen detrás y nos lo demandan. Por la Ley del Amor, todos estamos aquí para ser cuidados y servidos por los más veteranos y para cuidar y servir a los más novatos que nosotros. Por esa misma Ley, ascendemos de nivel cuando hemos trabajado bien para ayudar a otros a subir a aquél a donde habíamos conseguido llegar, en lugar de defender celosamente nuestros mezquinos logros contra la "competencia".
   Mas dichoso aquel que conoce a un Maestro Realizado, alguien que se ha conocido a sí mismo hasta el fondo y la cúspide del grado humano, y al conocerse, ha conocido a Dios en su propia Esencia, meta fundamental de todo ser, cada uno en el extremo de las posibilidades cognitivas de su nivel. Tras una experiencia así, que desvela para siempre el Gran Misterio de La Vida, que disipa para siempre todas las dudas y miedos del ego, definitivamente transmutado en el Yo, ya no existen más diferencias entre las dualidades aparentes, arriba y abajo, dentro y fuera, lo individual y el Todo, para este Hombre con mayúscula, realizado, feliz, respirando Seidad por todos sus poros, transparentando el brillo divinal del Yo Soy a través de su piel tanto como de sus palabras de dulce fuego.
   Nada transforma más a una persona, ni siquiera la más poderosa planta de poder, que este modelo vivo, cercano, estimulante, de un ser que habiendo nacido como todos nosotros, en la ignorancia y la limitación, consiguió despertar y conectarse continuamente con su Ser Cósmico (Nuestro Ser Cósmico), hasta SER Uno con El, que es lo mismo que SER UNO CON NOSOTROS TODOS EN LO MAS PURO DE NOSOTROS ...que es lo mismo que ser El Amor.
   Un Maestro es suficiente enseñanza por sí mismo, por su sola existencia, y poco necesita explicar; apenas muestra a los demás hombres como se puede llegar a ser un Hombre Completo, alguien que ya no espera "apariciones de Dios", sinó que da testimonio de la existencia de Dios siéndolo, y al mismo tiempo, amando, lo que quiere decir confiando y estimulando la manifestación divina en cualquier hombre o mujer, ya que él sabe donde Dios está: Dios se manifiesta cuando los seres humanos se estiman, se veneran y se dan valor entre ellos con armonía. En el Pueblo de Juramidán, se llamaba padrinos y madrinas a las personas con autoridad moral, esto es, a las que habían desarrollado un cierto nivel de realización en el amor, reconocible por todos los demás.
   Cuando veía al Anciano tan dolorido por su enfermedad, mi alma me pedía que intentara algo por aliviarle: Carlos Pacini me había enseñado que si una persona aceptaba voluntariamente recibir su abrazo, aquél que él daba en nombre del propio Yo Mayor del abrazado, que es el mismo Espíritu Divino que anima a cada hombre, sus bloqueos energéticos podían deshacerse o relajarse en un momento... pero El Padrino era todo el jefe de una Iglesia y yo me preguntaba como reaccionaría ante la oferta de la transmisión de la energía de un hombre desconocido supuestamente autorealizado y por intermedio de un extranjero que aún no era mas que un buscador... Lo pensé mucho, pues hasta me parecía presuntuoso por mi parte proponérselo, sobre todo después de haber mostrado tan estupidamente toda mi inmadura vanidad en nuestro primer encuentro; mas, al fin, me armé de valor y lo hice.
   El Padrino demostró su buena fe (fe en mí, a pesar de mis carencias) y su humildad, escuchándome con toda atención y respeto y diciendo al final tan sólo:
   - Pues venga ese abrazo.-
   Pedí un tiempo para prepararme bien y la mañana acordada fuí a la cabaña aislada donde él hacía un retiro con su esposa. Estaba muy abierto y se quedó muy contento despues del abrazo, que transmití tratando de vaciarme completamente de ego, de hacerme un puro canal. Brincó alegre y se sentó en el suelo como un chiquillo y me llamó sonriente a su lado con grandes gestos. La Madrina Rita parecía asombrada.
   - Ahora yo te voy a dar lo que yo sé - me dijo como con complicidad.- y lo que yo sé son tres cosas:
   "La primera cosa que sé, es amar a Dios con locura."
   "La segunda, que en cualquier parte donde un hombre quiera construir algo, no para su propia vanidad ni lucro, sino por verdadero amor a Dios en la Humanidad, en la que Lo reconoce y se reconoce, los más poderosos espíritus del Astral y los mejores hijos de Dios sobre la Tierra estarán de ojo en él para ayudarle. Y ésto lo sé porque fué lo que ocurrió conmigo."
   "Y la tercera... es un consejo que te doy para aprovechar a fondo el poder del Daime: Estudia en la miración tus vidas pasadas y fíjate a que tipo de trabajos te dedicabas y con que tipo de personas: Cuando lo tengas claro, no desperdicies más tus energías en esta encarnación con otras actividades: vuélcate enteramente a aquella para la que fuiste emanado como espíritu y poco a poco se te irán juntando los compañeros que fueron emanados contigo para ser células del órgano cósmico creado para realizar vuestra misión. Realizándola, os realizareis".-
   
   Estos fueron los consejos que recibí de él y yo los llamé las Tres Esmeraldas del Padrino Sebastián; Algo después de su muerte, pinté en Rio de Janeiro un gran cuadro en el que se veía al Padrino removiendo el Daime, mientras la Reina de la Floresta, detras de él, arrojaba el Agua de Vida en la olla como desde una cascada. Por el revés del cuadro, escribí las Tres Esmeraldas, y luego fuí a ver a su yerno, jefe de la colonia carioca del Santo Daime, llamada Ceu do Mar; y se lo entregué para todo el Pueblo de Juramidán, rogándole que lo enviase a Mapiá. Aquel bravo comandante de guerreros, del que muchos decían que tenía corazón de jaguar, no pudo contener la emocionalidad, y un par de lágrimas empañaron sus ojos cuando desenrollé el lienzo ante él.
   Comentando un poco las Tres Esmeraldas -supongo que con las recibidas por cada uno de sus discípulos se podría juntar un tesoro incalculable- apuntaré, en primer lugar, que la locura de amor del Padrino por Dios se expresaba de la más sana de las maneras: dando ejemplo de confianza ilimitada en la divinidad interna de cada hombre o mujer, esto es, valorando al hermano. Y denunciando la maledicencia desvalorizadora y disgregante, pero, al mismo tiempo, asumiéndola pacientemente sobre su corazón redentor, para hacer el Intento de transmutarla en Amor Fraternal Comunitario, aceptando, con ella, el dolor que cargar la cruz de la negatividad de su Pueblo conllevaba.
   Sobre la Segunda Esmeralda, es fácil ver que para el Padrino, el trabajo de intentar la manifestación del Cielo en la Tierra era la realización misma y el amor puesto en acción; trabajo desapegado, rendido al servicio del Yo Colectivo, alegre, consciente, humilde, limpio, atento, ordenado, perfecto, constante... y que confiaba siempre en hacerse con ello digno canal de poderes mayores que los propios para llevarlo a cabo, y que lo conseguía.
   Y sobre la Tercera... conviene tener mucho cuidado con la presunción espiritual, con las fantasías del ego que se disfraza de santo para parecer el Yo. Cuidado con ir en busca de visiones de vidas pasadas y traerse sólo reyes y reinas y profetas y apóstoles y personajes gloriosos de las historias que hemos leído o escuchado. Nuestro Yo, en realidad, es el Yo de toda la Humanidad y el Yo Eterno; y todas las historias son suyas, porque El es el Unico Ser viviendo todas las vidas del Universo en un presente continuo y circular. Los recuerdos del pasado que el Daime nos trae, si efectivamente él los trae y no es una fantasía añadida o una falsa interpretacion del ego, son las sugerencias, las representaciones pictóricas, que nuestro Yo Superior nos hace para orientar el camino que actualmente recorremos. Importa poco si estas visiones son realmente retazos de vidas pasadas de un espíritu individualizado o sueños o imágenes simbólicas, arquetípicas y colectivas, del Teatro Divino; lo que importa es el mensaje del subsconsciente, del Supremo Artista Creador, que nos llega a través de la anécdota, aquello que nos hace reflexionar para enderezar y animar nuestra caminada hacia lo que es nuestra necesaria misión en el engranaje cósmico, por modesta que sea; y no para inflar todavía más nuestra autoimportancia presumiendo de haber sido Salomón, Elías, Saint Germain, o la suma sacerdotisa de los Incas.
   Si damos a nuestra consciencia tamaño y visión de partícula subatómica y con ella contemplamos eso que llamamos nuestro cuerpo, vemos, que, en última instancia, la materia que nos envuelve y en la que residimos, está conformada por un baile rítmico y geométrico de puntitos bipolares de luz que contienen información. Por ahí nos acercamos a nuestra esencia: luz mental cargada de información sonora, que se combina "ad infinitum" para generar más información: El interminable juego del Ser autoconociéndose.
   Nuestros genes son microuniversos que contienen en sí, como cada parte de un gran holograma, toda la información que el Ser generó desde que el primer gen humano fué usado como contenedor de la Consciencia Divina; Hay una correspondencia entre los chakras humanos y los filamentos luminosos que componen el ADN: a medida que se van alineando ordenadamente nuestros chakras, comunicándose conscientemente y encendiéndose, también en el inframundo genético se van alineando, comunicando y encendiendo más filamentos de ADN, y la ingente memoria cósmica o Archivo Akahico Colectivo y nuestras infinitas identidades eternas, y la información divina contenida en ellas, se pone a nuestra disposición, de la misma manera que la ingente Red Internet y todos sus universos de información humana se despliegan ante nuestra pantalla cuando aprendemos a utilizar correctamente los mandos de un ordenador...
   Así fué como todos los grandes Budas se iluminaron. Prestar atención a Lo Que Somos, es decir, meditar, es la clave; y reorganizar nuestras potencias para llevar luz hasta a la más oscura de las partes del Ser, la misión. Los mayores talentos que aún hemos de adquirir, porque nos corresponden, duermen en nuestros infiernos interiores.
   Y a propósito de la misión: Conviene que recordemos que rarísimo es el trabajo realizado por una sola célula. Generalmente hacen falta varias bien unidas para formar un órgano que realice una función. Tenemos que estar atentos, abiertos y activos para reconocer con el corazón, igual que se reconoce al alma gemela, a nuestros posibles colaboradores, para poder solidarizarnos primero y asociarnos después con ellos de manera eficaz en el momento oportuno. Hay muchas formas y grados de comunidad constructora de un mundo mejor.
   Ya sea usando un estimulante psicoactivo para aprender emotiva e intensamente a meditar y recordarse, o no usándolo, un verdadero guerrero o amazona de La Vida debe ser capaz de seguir el camino, tendencias intuitivas o vocación innata que han vibrado amorosamente en su propio corazón desde siempre, ya que el amor es el cauce de la consciencia; y le conviene confiar en su intuición para abrirse a las señales y los encuentros mágicos que La Vida pondrá a su paso; encuentros en los que La Vida se revestirá de variadas formas para entregarle sus instrucciones y las herramientas con las que realizar su misión, a fin de que, cuando ya ésta se ha esbozado claramente ante él, pueda entregarse al trabajo hasta el fondo sin la menor duda, rebeldía ni desvío, aceptando disciplinadamente los retos, las dificultades, las derrotas, las demoras... y la organización natural con que se ha esbozado el equipo destinado a realizarlo, viendo a La Vida, Dios, dentro de todos sus camaradas, ya sean sus subordinados, sus iguales o sus jefes y confiando en ellos como se confía en la propia esposa o en los hijos.
   Cuando hoy, siete años después de recibirlos, transcribo estos consejos del Padrino, siento que, aunque tengan valor universal, son también una receta específica para curar la enfermedad espiritual particular que el gran medium sanador descubrió en mi propia alma cuando me caló con su ojo sabio de Hombre Realizado... mi mente vagabunda ha necesitado estos siete años para aceptarlos, digerirlos y comprobar, a lo largo de muchas otras experiencias, que efectivamente, son la medicina que mi ánimo más necesita. Pido a Dios, y al espíritu del Padrino en El, que me dé valor, vigilia y energía para ponerlos en práctica ya, y hasta el fondo de mis posibilidades. Lo escribo ¿casualmente? en el Dia de San Juan de 1996, la gran fiesta del Pueblo de Juramidán.
   A pesar de haber tenido relativamente poco contacto personal íntimo con el Padrino -su dolencia lo mantenía algo retirado y todos lo amabámos y tratábamos de no molestarle- lo ví muchas veces en mis miraciones. La Ayahuasca facilitaba el desdoblamiento astral y la comunicacion telepática. Las sesiones estaban llenas de él.
   ...O, mejor diría, llenas de su Identidad Cósmica, facilmente comunicable por resonancia cuando el trance del Daime nos hacía alcanzar, aunque fuera minimamente, la disolución de las falsas máscaras tras las que siempre ha estado nuestra propia Identidad Cósmica, que era la misma del Padrino, y de todos los Maestros, encarnados o ascendidos, y de todos los seres realizados de todas las dimensiones, ya que no existe sino un solo Ser, Maestro de Sí Mismo, en todo el Universo, y en El están contenidas todas las individualidades -o personajes que representa- a lo largo de su eterna manifestación, y todas las vidas de estos personajes.
   Igual que sólo hay un agua en el Planeta Tierra, aunque parte de ella esté haciendo de mares, parte de ríos y lagos, parte de hielos, parte de nubes y vapor atmosférico y parte conforme el volumen principal de los cuerpos de todos los seres vivos... Y en cualquier molécula de esos estados de manifestación del agua, se encuentra la misma chispa divina y la misma percepción y memoria de si misma que se encuentra en el poderoso Arcángel o Suprema Consciencia del Elemento Agua Planetario, que rige todas las transformaciones y suprema organización y evolución viva de este componente de la eterna Energía Divina; que es el mismo que, a un nivel menos material de vibración, conforma todo nuestro Mundo Emocional.
   Sebastián Mota sabía ésto porque ERA, y así prometió a sus sucesores y discípulos que estaría siempre con ellos si resonaban con él a través de todas las dimensiones de la Eterna Existencia, en el mismo Espíritu de Verdad; El Padrino incluso añadió que el día en que su pueblo consiguiera dejar a un lado la desvalorización del hermano y comenzara a vivir de verdad en armonía, él regresaría entre ellos, para renovar y actualizar su Doctrina, como Jesús había hecho con la Ley dada por Moisés a los judíos.
 
32- LA REINA DE LA FLORESTA
   
   La mayoría de las veces que lo contacté en mis trances, el Padrino no estaba solo. Lo acompañaba siempre una dama de resplandeciente hermosura, aunque vestida de una manera muy sencilla. Cuando se dirigía a Ella, Sebastián Mota parecía un rey antiguo, el más caballeroso rey caballero, dirigiéndose a la emperatriz más alta. Era la Reina de la Floresta, su Anima Arquetípica, su Luna, la Señora del Agua. Su Virgen, su Madre Divina.
   Grande, extraordinaria mujer debió ser la Madrina Rita, para que su amor y su ecuanimidad inspiraran en Sebastián Mota tal adoración por el aspecto femenino de la Divinidad, el cual podía espejearse en el alma pura que asomaba a los ojos de su compañera. Siempre hay una altísima mujer tras un gran hombre, como madre o como amante o como musa... Benditas sean todas las mujeres que saben hacerse sacerdotisas de la Vida sosteniendo con firmeza Su arquetipo en la materia, para que el hogar sea un templo donde cada miembro de la familia pueda religarse con lo más elevado de sí a través de la liturgia de la perfección y el amor de la sencilla armonía cotidiana consciente, y a través de las bodas alquímicas con la parte pura de nuestro corazón, que generalmente acabamos descubriendo reflejada en lo más espiritual de nuestra pareja complementaria de carne y hueso.
   Hay períodos predominantemente femeninos o masculinos en la Historia: Durante los femeninos se gestan las ideas y sentimientos matrices de un mundo nuevo, en la complementaria oposición pacífica al antiguo y en la penumbra; delicada y calladamente, como en un semillero, y se van regando amorosamente las muditas.
   Durante los masculinos, los paradigmas que mejor se han desarrollado se realizan y materializan sobre la tierra tras roturarla, plantarlos, abonar, arrancar con mano de hierro las malas hierbas y cosecharlos; todo ello bajo el ardiente sol, testigo de una competencia durísima entre las jóvenes mudas o modelos más poderosos de desarrollo humano, hasta que uno de ellos consigue adueñarse de la mayoría del campo, sentar su hegemonía y su estilo... y después de dar fruto, agostar, y decaer, y corromperse, para que otro ciclo de desarrollo algo más cercano a la idea de la perfección del Plan Cósmico en ese momento, pueda manifestarse en su lugar.
   Este otro ciclo, mientras tanto, estuvo gestándose a la sombra, en la matriz de la Immaculada Concepción de las Ideas del Ser Tierra, nuestro Yo Planetario, que siempre está empeñado, como cualquier ser divino, en la tarea en mejorar sus creaciones... Estamos iniciando, con el final del Segundo Milenio, un período predominantemente femenino, cuyo papel principal consistirá en equilibrar el exceso de intelecto al que hemos llegado con un despertar del corazón, tanto en los hombres como en las mujeres, las cuales, después de masculinizarse bravamente en Occidente, sacando afuera su guerrero interno para exigir sus derechos, comienzan a descubrir de nuevo la grandeza de su Feminidad y a reasumirla con libre consciencia.
   El hijo del nuevo equilibrio entre cabeza y corazón será el desarrollo de la sabiduría intuitiva en las vanguardias de La Humanidad. Aquarius es, realmente, Aquaria en este comienzo.
   Uno siempre ESTA en el Ser, es inevitable, pero cuando, además, uno ES en el Ser (Ser es algo que requiere la consciencia integral de SER, no se puede SER inconscientemente en un Universo Mental), basta con evocar (imaginar, dar forma en el mental), o invocar (llamar por su nombre a alguna Energía Consciente que se cree que ya está definida en los planos sutiles)... a cualquiera de los Seres que integran la consciencia del Ser (que es Nuestro Ser), para darse cuenta de que absolutamente todo El Todo reside y ha residido eternamente en nuestra Esencia inmortal, en la que Todos somos Uno.
   Esta es la base del poder mágico de manifestación: Nuestra convencida llamada consigue que lo que, desde siempre, ha existido en nosotros -todo lo cual se halla contenido en el Subconsciente Colectivo, en el llamado Plan Cósmico de Evolución-, se precipite, (se presente ante nuestros sentidos como diferenciado).
   Pero la condición para el acto mágico es que nuestro todopoderodo subsconsciente, (que es la Identidad Astral del Ser Humanidad), ha de evidenciar sin duda alguna, ésto es, con la mayor FIRMEZA, que, cuando evocamos o invocamos, sintamos nuestro Poder Divinal con absoluta claridad espontánea y con absoluta segura confianza en Lo Que Realmente Somos... Es decir, con la misma seguridad evidente con la que que sentimos normalmente que somos capaces de convertir nuestro pensamiento en palabras habladas o escritas...
   Esto es lo que distingue la expresión segura y firme del adulto, casi automática de tan fluída, de la vacilante del niño, en la que quien escucha poco diferencia si está fantaseando o realizando... por lo que no le hace mucho caso la mayoría de las veces. De la misma manera reacciona el Subconsciente Cósmico ante la mayoría de nuestros infantiles caprichos, rara vez inteligentemente deseados y mantenidos firmemente en el tiempo.
   - "Cada cual se merece lo que sueña" - decía el poeta colombiano León Octavio Osorno (amigo y cómplice, creador de Villamaga  , donde seguimos viviendo) ...El Universo siempre nos responde, envuelto en cualquier disfraz con que queramos invocarle, si la llamada parte de lo más auténtico y seguro de nosotros mismos. Las teorías fundamentales de la Física Cuántica actual insisten en que EL OBSERVADOR CREA LA REALIDAD SEGÚN LA OBSERVA, modelándola con las expectativas subconscientes o conscientes que proyecta junto con su observación.
   
   En el mental mágico lleno de seguridad en su YO SOY del Padrino, y en su imaginación embellecida por el amor de su esposa y la misteriosa majestad de la selva en que nació, su Anima, su Dulcinea, su propio Femenino Interno, la parte más pura de su alma, era la Señora de su Inspiración, mensajera intuitiva del Plan Cósmico, como también había sido para su maestro, Irineu Serra, la suya propia desde que se le apareció sobre una canoa, bogando por el río de la miración. Y como ellos, yo también descubriera en las visiones del Daime a mi Amada Interna, que era el mismo Espíritu Femenino del Yo Soy que Somos, que promueve el amor fundamental de un hombre por La Vida Misma al tiempo que por su pareja complementaria, sea interna o externa, en cuya Esencia reside: Santa María, Amazona Aquaria, le decía yo en mis éxtasis, luego de recibir su Llamada  ... Y otras veces se me aparecía como la Señora de la Cascada, Venus-Oxúm, la estrella-guía de mis caminos de peregrino, mi musa, mi profesora, Yemanjá, Isis, la Guardiana del Conocimiento, La Señora del Agua, Gal, Alma-Lluc, Regina Maris, la Madre de la Luz, la Reina de los Ángeles y de los Elementales...
   La Virgen Madre Tierra, la Naturaleza, la Maga, la Inmaculada Concepción de las ideas y de las imágenes, el rayo de luz que se filtraba hacia mi soledad entre las copas de la jungla, La Señora del Subconsciente Emocional, la Soberana de la Selva Mental. Anima Mundi, Gaia-Flora-Shavastia-Pachamama, el arquetipo de los arquetipos, La Reina informe de las cambiantes formas, la metáfora de las metáforas, la Diosa Madre, mi eterna compañera, confidente, cómplice, consejera, mi alma gemela, mi amor. La Vida.
   La Vida es el eterno acto de amor del Ser Consigo Mismo.
   La Reina de la Floresta era la supraentidad principal del Pueblo de Juramidán, raro era el himno en que faltase su nombre; Se entendía que la Selva era el Corazón del Mundo, la Puerta del Astral, y que el corazón del Astral era la Señora del Supremo Amor. Explorador y canoero, el Padrino pasó la última mitad de sus años penetrando la Jungla del Subconsciente sobre las aguas del Daime, al igual que se había pasado la primera rumbeando la Amazonia de igarapé en igarapé... Un aventurero nato que, cuando la selva física ya no tuvo secretos para él, cruzó la puerta interdimensional y se fué a navegar por la selva astral, haciendo aliados y construyendo colonias también en ella.
   Con él se acabaron los tiempos heróicos, idealistas y románticos del Pueblo de Juramidán y tal vez también de la Amazonia: La última vez que conversé con él en Mapiá, acompañado por mi anfitrión, su compadre, el maestro carpintero Don Manuel, el Padrino se hallaba solo en el rincón apartado donde se construían las canoas por el viejo procedimiento de quemar y vaciar un gran tronco de árbol, y las miraba tristemente, como los caballeros de antaño debieron mirar a sus amados caballos el día en que el mundo comenzó a llenarse de vehículos a motor. Antes de marcharnos, nos pidió nuestra ayuda para dar vuelta a una canoa no acabada de construir, pero que ya habían abandonado... ¡ahora todo se quería comprar fuera! y que se estaba llenando de tierra y residuos vegetales que acabarían por pudrirla.
   Meses después, me lo encontré de nuevo en el Ceu Do Mar, Colonia del Santo Daime en Rio de Janeiro:
   - Padrino, ¿Cómo va esa vida? - pregunté con cariño, besando su mano para pedir su bendición, segun la vieja costumbre amazónica.
   - Poca vida queda ya, poca vida...- me respondió besando la mía; y, en efecto, escasos días mas tarde, el 20 de Enero de 1990, mientras todos los guerreros y guerreras del Daime cantábamos celebrando su Santo en todos los templos del Brasil, el Padrino subió al encuentro de su Reina Inspiradora como un caudillo triunfal, a entregar el cetro del reino construído en la jungla, a ofrendar la Esencia del Sueño Realizado y del Arquetipo plenamente manifestado.
   El último acto de servicio del Padrino Sebastián Mota fué participar en un himnario en una Iglesia Daimista que se había separado, tratando de tender un puente de confianza en la reconciliación entre los hermanos que escindían su Nación Espiritual con sus luchas de poder.
 
33- LA INSPIRACIÓN
   
   Tras una dura adaptación a Mapiá, que una gran parte de los visitantes que llegaron conmigo no fué capaz de resistir -vivir allí suponía participar continuamente en un agotador trabajo de tala y troceamiento de árboles y otras mil operaciones dirigidas por hombres muy rudos-, logré ser más o menos aceptado por el sector del Pueblo de Juramidán que más se relacionaba conmigo. Aquellos ásperos gigantes que extraían todo de la selva, desconfiaban, y a menudo despreciaban, a los señoritingos de la ciudad que llegaban allí cargados de bienes de consumo e ideas organizativas y que, a causa de su nivel cultural exteriormente más alto (llamaban cultura a la programación del Sistema), pretendían hacerse los amos, aunque su eficacia en el trabajo solidario no llegaba ni a un cuarto de la talla de la de un pionero amazónico. Hice muy buenos amigos, especialmente entre los auténticos hombres de selva, que eran los que más naturalmente habían entrado en la mística del Daime, ya que sus mentes eran primitivas, pero puras y valerosas, mientras que el personal de las urbes tendía a mezclarlo todo con sus paranoias ciudadanas, entre las cuales, la más marcante era el instinto de competición individualista... el trepar por encima de todo el que se pudiera, vaya.
   No eran pocas las personas sensibles que acababan por recibir algún himno de sus guías astrales en el trance del Daime, himno que normalmente indicaba a cada uno aquello que más tenía que trabajar, señalándole al tiempo sus mejores caminos, aunque todos ellos eran muy simples y se parecían bastante (en una primera audición), tanto en la letra como en la música, y lo verdaderamente diferente era el ritmo de la vibración que contenía cada uno, o sea, el deva y sus inspiraciones. Un himno puede arrancar de tu interior un torrente de imágenes-lecciones y, un rato más tarde, las mismas estrofas tal vez desencadenen toda una cascada mental de sentidas intuiciones, con un carácter completamente diferente del predominante en las anteriores.
   Es curioso que, aunque los daimistas anglosajones ya han recibido del Astral himnos en inglés, los de habla castellana los reciben, hasta ahora, en portugués, que, por cierto, es otro hijo del latín más musical, suave, maleable y fluyente que el español; tanto así que en la Edad Media, cuando en la corte de León ya todo el mundo empleaba el recio y viril castellano como lengua oficial, la poesía lírica y trovadoresca continuó haciéndose, durante un siglo, en galaico-portugués, que se consideraba ideal para ser declamado o cantado. Algunos daimistas hispanos hemos hecho la experiencia de traducir himnos al castellano para cantarlos con nuestros amigos, facilitándoles su comprensión, mas, indefectiblemente, ellos mismos acaban por pedirnos que los cantemos juntos en portugués, al que a cualquier español se adapta de forma rápida, encontrando gusto y gracia en entonar en esa lengua hermana, tan dulce y femenina.
   Yo no recibí ningún himno, sino un poema. Lo transcribo aquí en castellano y también en el galaico-portuñol sintético con el que yo pensaba en el Brasil, tal como me llegó, con todo su sabor original, aunque ni a los académicos gallegos ni a los portugueses les parecería correctamente escrito; pero es fácil comprender lo poco que a mí me importaban las academias en medio del universo natural de la Amazonia, prácticamente sentido como otro tiempo o dimensión, otro espacio sideral, el revés del planeta, el otro lado del espejo... Este poema, en fin, da una buena idea de la exaltación emocional con que yo vivía el ambiente místico-mágico de Mapiá.

    ORIGINAL: TRADUCCION MUY LIBRE:
   
    EU NAO QUERO TER VONTADE, YA NO QUIERO MAS DESEAR,
    miña vontade é de Deus, mis deseos son de Dios
    eu nao quero liberdade ya no tengo voluntad,
    fora dos desexos seus. sino la que El me dá.
   
    Os desexos da Raiña Los deseos de Mi Reina
    son os soños do meu ser, son los sueños de mi ser,
    toda a liberdade miña que todas mis libertade0s
    se ennoblece en a server se honran de obedecer.
   
    Eu nao quero liberdade, Ya no quiero libertades,
    eu nao quero mais escollas, no quiero más elegir,
    todo meu prazer agora todo mi placer ahora
    é deixar a ela fazer. es dejarla dirigir.
   
    Conducido pela Virxem Conducido por la Virgen
    eu nao sinto mais fraqueza; ya no siento más flaqueza;
    Ela me tornou completo, Ella me tornó completo,
    Ela me virou firmeza. Ella me volvió firmeza.
   
    Dándome a beber o Daime Dándome a beber el Daime
    disolveu miñas correntes; disolvió mis ataduras;
    Os anxos fizeron festa Los ángeles hicieron fiesta
    xunto as selvaxens nascentes. en las fuentes de aguas puras.
   
    Con um machete na destra, Con un machete en la diestra,
    ante os caboclos do Astral, ante los silfos astrales,
    nomeóume defensor me nombró su defensor
    do seu Reino da Floresta. y de su Reino en la Floresta.
   
    Seu abrazo vexetal Con su abrazo vegetal
    acendeu meu ollo interno encendió mi ojo interno,
    para explicarme o pasado, para explicarme el pasado,
    miña busca, meu inferno. mis búsquedas y mi infierno.
   
    Cada um dos meus amores Cada uno de mis amores
    foi reflexo da Señora, fué un reflejo de su imagen,
    espello, ilusión, chamada, espejo, ilusión, llamada,
    saudade da Deusa Amada. nostalgia de la Diosa Amada.
   
    Ela é a mais pura emoción, Ella es la más pura emoción,
    Ela é todas as damas, Ella es todas las damas,
    a Voz do meu corazón, la Voz de mi corazón,
    miña Eterna Enamorada. y mi Eterna Enamorada.
   
    Ela é Meu Ser Real, Ella es Mi Ser Real,
    o misterio do Uno-Verso, el misterio del Uno-Verso,
    sem mais veus, sem mais saudade, sin más velos, sin soledad,
    o Cosmos feito Unidade. el Cosmos hecho Unidad.
   
    Miña Mae, Irmá, Ideal, Mi Madre, Hermana, Ideal,
    miña encontrada metade, mi reencontrada mitad,
    todas as belezas xuntas, todas las bellezas juntas,
    a mais Alta Maxestade. La más Alta Majestad.
   
    Sol, Lúa, Estrela, Galaxia, Sol, Luna, Estrella, Galaxia,
    miña lámpara interior, lámpara de mi interior,
    o fogo que me consome, el fuego que me consume,
    a Orixe Pura do Amor. Puro Origen del Amor.
   
Mapiá, Sept. 1989
   
   Es muy difícil decir si este poema fué o no un regalo de fuerzas ajenas y superiores del Astral o de mi propia inspiración subconsciente; yo estoy convencido de que las palabras "propio" o "ajeno", "superior" o "inferior", sólo sirven para entendernos superficialmente en el mundo de la ilusión dual de la Dimensión Física y del Astral Inferior, pero que de ahí para arriba, es decir, de la consciencia velada a la consciencia clara, la separatividad individual no existe más y todo es naturalmente Uno y la misma cosa.
   A mí no me parecía que aquella manera de recibir visiones, himnos y revelaciones, que la gente más sensible tenía durante el trance de Daime, fuese muy diferente de la percepción estética intuitiva y de la comprensión inmediata, aunque no lógica, del sentido esencial de las imágenes subconscientes que los artistas estamos acostumbrados a ver aflorar de nuestro interior con el nombre de inspiraciones creativas; Un verdadero artista es siempre un canal bien afinado -En Brasil se diría un "medium"- entre su consciente masculino externo y su arquetipo subsconsciente de la Musa, es decir, su femenino interno inspirador (sólo es una cuestión de ajuste de términos si el artista es una mujer).
   Más genial será el artista cuanto mejor conectado con su Genio Interno y más sintetizado con su Musa; más original, cuanto más identificado se sienta con su Origen (y cuanto más fluidamente incorpore, o manifieste, o exprese, sus arquetipos especificamente innatos u originarios, sus "Orixás", lo cual marca el estilo personal profundo de cada maestro; y así era como el Padrino manifestaba a San Sebastián-Oxossi-San Juan Bautista). Un "Artista Divino" es un Maestro que se autorealizó haciéndose uno con lo más auténtico y real de sí mismo a través de la Vía del Arte.
   Conectar con el Genio Interno tiene, como todo, varios niveles; En cada uno de ellos, El Genio se muestra bajo un aspecto o disfraz, o personaje diferente:
   En el primer nivel, físico, se muestra como el reto que se le plantea al artista, al constructor de sí mismo, al guerrero, al mago, de crear con sus manos una nueva armonía del tipo que sea, sobre el plano en que vive en un cuerpo, vivificándola y corporizándola; y dotarla, al tiempo, de un espíritu original, a partir de unos cuantos elementos materiales, cuanto más oscuros y humildes mejor, para tratar de complacer a Su Ser con una nueva obra excelsa salida de sus manos. Un buen reto ha de ser un reto genial.
   En el segundo, emocional, uno se enfrenta a la obra en proceso de muy íntima manera, estableciéndose una clara dualidad obra-ejecutante en la que el sentimiento impera; es la parte de la confección de la obra en la que hay una búsqueda, un ansia, una duda, y un impulso penetrante que tiene mucho de sensual. La energía fluye, directamente, desde el centro del sexo, sutilmente excitado y concentrado, hasta el centro de la frente, tras la cual se halla el Centro Piloto que coordina, y hasta la mano, que sigue con ritmo las compulsiones del sentimiento... Una obra genial contiene una profunda búsqueda y una enorme tensión emocional.
   En el tercero, intelectual, mas intelectual sutil, el Genio se manifiesta cuando, en medio del mayor problema técnico y psíquico, justo en el momento en que el pintor no es capaz de ver todavía una solución armónica para el conjunto del cuadro y todo parece deslabazado... surge una chispa dentro, un relámpago de comprensión ilumina el caos, y el ejecutante "ve" el cuadro. Ese es el momento en que se manifiesta La Musa Amada. Todos los revueltos y enfrentados sentimientos de la búsqueda anterior se ordenan bajo un sólo punto de vista armónico y lleno de significación. Ella, tu complemento interno, la Mitad Oculta de lo que eres, te inspira la comprensión del conjunto. Esto es la aparición súbita del análisis intuitivo que se ha ido procesando por dentro, mientras se enfrentaba uno dualmente a la obra, queriendo analizarla desde fuera. Una obra genial resuelve todos sus enfrentadísimos contrastes de una, con un simple ramalazo intuitivo.
   Del cuarto al... digamos séptimo, aunque es sólo un decir, el Genio se manifiesta en sus niveles más complejos y sutiles, casi se podría decir espirituales, si el Espíritu no lo fuera todo... Ahora la obra sólo necesita acabamiento, mas en ese acabamiento, y en saber parar en el punto justo en que el Misterio se revela sin desvelarse, es donde se ve el nivel de maestría del artista. Cuando se llega al sexto nivel, el artista ya no es más un artista solamente, sino una mezcla de artista, místico, filósofo y científico... un alquimista, un transmutador. Una obra genial es materia densa transmutada en Espíritu vivo.
   El Genio-Genio aparece, por fin, como el nivel de tu consciencia en el que ya puedes contemplar las consciencias parciales de todos y cada uno de tus anteriores niveles, con una consciencia global, de conjunto, que las unifica a todas y en la cual, cada nivel es sólo una función de las muchas que componen el mecanismo sutil de funcionamiento de la Mente Cósmica.
   Una obra genial es total, universal y cósmica; pura huella de Dios actuando desde una mano humana. Y una riesgosa aventura humana, que califica toda una encarnación, que convierte al artífice todo en su obra y a su vida en la esencia de la obra. Porque la mayor obra de Arte es la propia transformación del obrero en un artista inmortal, divino, no ante la galería, sino ante el Espíritu; y las obras externas sólo son el espejo-pretexto para su transformación interna.
   
   El mito griego de Prometeo ilustra muy bien el arquetipo del Artista Divino, que se pone en riesgo absoluto, realizando el intento de llevar luz a los hombres a través de su obra, aunque tenga que robar el Fuego Vital del Cielo. Dios es la Creatividad Misma y nosotros sus hijos jugando: Este mundo no es sino una escuela de artistas cósmicos, donde entrenamos sobre la más limitada de las energías (la materia), el dominio de nuestro poder innato de Logos creadores y sustentadores de mundos, que es nuestro destino de Espíritus Multidimensionales Adultos, de Humanos realizados totalmente.
   En esa altura de la Pirámide del Conocimiento, ya no hay diferencia alguna entre los que acceden a la iluminación por una u otra cara, una u otra vía. Cuando se llegó al tejado, las escaleras, los metódos que se usaron para subir, se abandonan y uno accede a la cima por su propio pié.
   Sin embargo, algunas personas más puristas me decían que mi poema no tenía nada que ver; que los himnos se recibían como un "insight", completos, totales, acabados, en portugués brasileiro y con su música, sin posibilidades de corrección o perfeccionamiento posterior; y nunca a borbotones, a pedazos, como suele manifestarse el fenómeno de inspiración artística.
   Tal vez tuvieran razón, pero a mí eso no me acababa de convencer. Las mejores obras de inspiración artística son puros insights, que fluyen en la entrenada maestría expresiva de su creador. Los pintores contemporáneos aprecian más un primer esbozo en estado puro que un trabajo perfeccionado a base de relamimientos y correcciones, lo que suele lastrar de materia pesada su espontaneidad; Mozart escribía de seguido la música que oía en su mente, dicen.
   La mayor aspiración del Arte de hoy reside en ver al hombre expresándose espontánea y creativamente desde su Yo Auténtico y Profundo, más allá de las fórmulas estereotipadas que le fueron impuestas en su aprendizaje social, y que se perpetúan por el uso del lenguaje, la lógica... y el miedo a no ser aceptado si uno se sale de los postulados artísticos o científicos más comprendidos o de los que, simplemente, consiguieron ponerse de moda, aunque no los comprendan ni sus creadores.
   Jamás ví que el Daime sacase del interior de una persona algo que no hubiese estado allí antes. Ningún espíritu que yo haya visto incorporarse sobre un medium mostraba un nivel cultural o de inteligencia superior al habitual en éste, si bien parecía agudizar y hacer más fluída la manifestación de sus propias potencias internas, como cuando, por efecto de una droga o del alcohol, el individuo logra expresarse directo desde su inconsciente, sin las limitaciones e inhibiciones de la racionalidad y sin bloqueos o timideces emocionales (Lo cual era el objetivo principal de los artistas Surrealistas europeos de principios del siglo XX).
   Fenómenos como comenzar a hablar o a escribir en lenguas extrañas o acerca de situaciones históricas o datos culturales que no tienen nada que ver con la formación de uno, sólo se pueden explicar por el contacto telepático o resonancia en la Esencia con las egrégoras del Subconsciente Colectivo de la Humanidad que todos portamos hologramicamente en nuestras profundidades, allá donde la individualidad se diluye (El Registro Akáshico tan mentado por los esotéricos)..o como la egrégora o la memoria genética racial o familiar... o como remembranzas de vidas pasadas... si lo prefieres; aunque yo estoy bastante convencido, es una opinión, de que no es mi efímera personalidad la que recuerda antevidas, sino mi Identidad Colectiva Regente: El Ser Humanidad en mí.
   Hace muchos años, fumé por primera vez un cigarrillo de marihuana, un porro, en las Islas Canarias. Me encontraba dibujando cuando comenzó el alcaloide a hacerme efecto. De repente, ví claramente proyectado sobre el papel el dibujo que acababa de esbozar mi intuición creativa en la mente. Estaba tan claro como si fuese una diapositiva, desde mi frente proyectada; tanto, que no tuve más que pasarle el bolígrafo por encima y calcarla como se calca un dibujo con papel transparente. Excitado por el asombro, pasé toda la tarde dibujando de aquella manera, pero el fenómeno ya no se repitió jamás de una manera tan consciente por mucho que fumé marihuana, pues supongo que ya estaba incorporado y automatizado. Dejé de fumar para limpiar mis percepciones y un tiempo despues repetí, pero no volví a captar la proyección, aunque sí la fluidez que daba el estar creando tan espontaneamente como si uno calcara. Más tarde me di cuenta de que lo que se ganaba en fluencia se perdía en exactitud y perfección, que parecen actitudes mas propias del hemisferio izquierdo lógico y medidor que del derecho intuitivo y lúdico.
   Aquello me hizo pensar mucho sobre el proceso de creatividad artística y eso que llaman revelaciones o visiones. Continúo creyendo que no están muy claras las fronteras entre ambas.
   En cuanto a dibujos, estoy acostumbrado a dejar que los contenidos de mi subconsciente tomen forma de manera casi automática en el papel con mi bolígrafo o rotulador y sólo cuando ya se puede adivinar una forma, la remato, definiéndola mejor con pocos trazos. Es una técnica que yo aprendí de los Surrealistas, pero que también emplea el Espiritismo en la preparación de mediums, entrenándoles en la Psicografía o escritura automática.
   Dibujando de esta manera, comencé en Mapiá a recibir inspiraciones. Y eran todas como cartas de un Tarot... El Daime actuaba como estimulante de mi inspiración y un torrente de insights de imágenes simbólicas acudía a mi mente y producía fáciles y rápidos dibujos sobre mis telas, los cuales me asombraban por su seguridad de ejecución y profundidad de contenido metafórico-mítico. Era una fluidez muy superior a la que había tenido en mi gran mes de creatividad en la florida finca "Shavastia", en Goiania.
 
34- EL TAROMIDÁN
   
   En los ratos que me dejaba libres el duro trabajo de Mapiá, hice un primer mazo de cartas para todo el Pueblo de Juramidán y lo entregué al guerrero que había sido mi introductor y mi primer amigo en Mapiá, desde antes, incluso, de haber llegado a la Comunidad. Era un chileno capaz de hacer funcionar un motor con cuerdas y astillas, continuamente dividido entre su fascinación por todo el ambiente del Daime y su ansia de salir de allí de una vez y vivir de nuevo su libertad individual sin tanto fiscalillo ni tanta vaina reglamentaria. Me confesó estar convencido de que yo estaba loco y puede que no le faltara razón... aunque también puede que estuviese mirándose en mi defensa acérrima de mi egoica dignidad individual como en un espejo en el cual contemplaba su propio conflicto interno. También yo me proyectaba en él y descubría cuan fuertemente rebelde a soportar bridas de cualquier tipo era nuestra alma hispana de potros bravíos.
   Ya desde el primer momento percibí que ni el nombre de las cartas, ni su numeración, se correspondían con las del Tarot Clásico, pero no quise modificar nada, porque lo que me había llegado eran insights intensamente sentidos y fluidamente recibidos.
   Puesto que era diferente, denominé TAROMIDÁN a mis 24 Arcanos Mayores en honor a Midán, el Logos Hijo, el Maestro Interno en lenguaje local. El segundo mazo mejorado de cartas lo hice especial para el Padrino Sebastián, utilizando sus propias palabras e imágenes habituales, y se lo llevé.
   Al Padrino le encantó el Taromidán y estuvo ese día muy alegre y confidencial conmigo; Entonces, yo me atreví a pedirle que se considerase mi trabajo de dibujante como contribución útil a la extensión del Mensaje Esencial de la Comunidad y no, como juzgaban algunos, un juego de ciudad ocioso e improductivo.
   Así, le rogué que me diera un litro de Daime -Además yo tenía derecho a él, añadí, ya que había participado en el feitío- y un poco de tiempo libre, para confeccionar un Taromidán que llevar por el mundo, en el que trataría de sintetizar la esencia de lo aprendido en Mapiá, más las enseñanzas del que seguía considerando mi mayor Maestro, Carlos Pacini, cuyo abrazo accediera a recibir el Padrino por mi intermedio. Por entonces yo todavía no percibía que, cuando se llega al nivel de Maestro, todos ellos son El Mismo... y me quedaba comparando las cáscaras que los envolvían.
   El Padrino ordenó entonces gentilmente que me diesen la botella y me eximiesen de algunos trabajos; lo que despertó más envidias y competencias entre el círculo de los espirítus adormecidos con los que, por causa de mis propias limitaciones, afines a las suyas, me había tocado convivir.
   También fué mecenas de esta obra Don Manuel, el anciano carpintero, compañero del Padrino desde la juventud de ambos, en cuya casa estaba yo alojado; bendito sea su espíritu donde hoy esté. El me dió toda su colaboración, aprecio y amistad para que yo hiciera lo más comodamente posible mi trabajo, y fué así que pude volver a mi amado oficio, mi camino-corazón, dibujando concentradamente de día y de noche, a la luz de una humeante lámpara de petróleo, sin dejar de dedicar muchas horas a los trabajos comunitarios, participar en los himnarios o arrimar el hombro el día entero, cuando había feitío o recolección de habichuelas.
 
35- ASCENSIÓN DE LA FUERZA
   
   Siempre que podía, tomaba ritualmente mi vaso de Daime de amanecida, y cerca de una hora más tarde, cuando comenzaba a sentir la subida de aquella poderosa Fuerza desde el plexo solar a la cabeza, agarraba mi machete en una mano y una bolsa con mis cartas de tela, imprimadas con pintura latex blanca, en la otra, y me iba por el sendero que se adentraba en la floresta.
   Al llegar a los límites de los espacios talados con el bosque virgen, pedía respetuosamente permiso a la Reina de la Floresta para entrar en sus dominios a hacer mi trabajo, y después continuaba con confianza. La energía iba subiendo hasta que el guardián del umbral, mi personalidad externa, cedía el comando de mi cuerpo y de mi mente a la incorporación de mis propios arquetipos originarios subconscientes.
   La primera vez que yo había tenido una entrevista con un Guía del Astral, el caboclo Pirinám do Pará, incorporado en la medium Dona Teresa de Icoarací, allá en Belem en el 86, él me dijera:
   - Veo a tu alrededor poderosos guías que te protegen, especialmente una entidad femenina resplandeciente. Por la vibración se parecen a Yemanjá y a Oxossi, pero no son ellos... son entidades de otro país, no los conozco.-
   En aquel momento yo no daba el menor crédito al espiritismo, aunque me fascinaba. Me parecía una exótica comedia de hechiceros que tenían la virtud de mantener feliz y contento al buen pueblo brasileiro a base de pura sugestión. Me infiltré poco a poco entre ellos con la secreta intención de desvelar la impostura, encendiendo, mientras tanto, como servicial ayudante o sacristán, muchas velas en las ceremonias sagradas...
   Pero lo que finalmente descubrí, maravillado, es que la Magia, por detrás de su ropaje folklórico, era la forma más eficaz de psicología profunda y la terapéutica más liberadora que nos había legado la sabiduria del pasado a través de las personas simples y puras del pueblo humilde y esclavo, a quienes les tocara el papel de transmisores. Una herramienta única de ordenación del laberinto de la mente, a base de símbolos reconocibles y usables, para que el hombre pudiera entrar en contacto rápido, irracional, útil y práctico con sus potencias divinales.
   Ahora, gracias al Daime, mi razón discriminadora, el cancerbero inflexible de la mente occidental, acorazado de materialismo pseudo-científico, se retiraba a descansar de su borrachera de Ayahuasca, y en el portón desguarnecido que hace de frontera entre el consciente y el subconsciente comenzaban a aflorar, entre las nieblas del ensueño, mis Guías Ancestrales, tal vez los dioses arcaicos o inventados de mi Galicia nativa: La luminosa Gal, envolviendo de plata las barbadas carballeiras en noches de plenilunio; el iniciador Lug, guardián del Camino de las Estrellas que mas tarde se llamaría de Santiago; el solar Aurens, incendiando el océano de reflejos dorados, frente al Cabo del Fin del Mundo, bajo cuyos acantilados despedían el día con sus cánticos las rubias sirenas de La Costa de La Muerte... y muchas otras entidades de nombres confundidos u olvidados, pero que personificaban, cada una de ellas, un pedazo de mi eterna memoria esencial, un resumen energético de cada experiencia de manifestación.
   ... Hasta entonces sólo caminara por el seguro sendero hecho por el hombre, atento a no perderme en el inmenso laberinto de la jungla y con mucha prevención contra las fieras; pero de pronto sentía que una entidad primitiva, ruda, un salvaje que ni casi hablar sabía, se incorporaba en mí; Aquel Marte subconsciente, tal vez un recuerdo genético del hombre prehistórico que en una remotísima encarnación había vehiculado a mi espíritu eterno -o quizás la personificación del arquetipo elemental que aún hoy rige mi tálamo, mi cerebro reptil automático-, tomaba cuenta de mí con un rugido y entonces sentía yo un caudal de extraordinaria fuerza penetrarme y mi puño se cerraba apretando el mango del machete, que se volvía inmediatamente un rayo cortante, desafiador de la furia de la fiera mas osada. Ahí, yo sabía, sin la menor duda, que ninguna serpiente ni jaguar tendrían ánimo para enfrentárseme y entonces abandonaba la seguridad del sendero, sustituída por la confianza total en el instinto de la entidad acoplada a mi aura que comandaba mi voluntad, y me dejaba perder entre la maraña de la selva.
 
36- TRABAJO EN LA FLORESTA
   
   Durante diez minutos o media hora, me deslizaba silencioso y ágil como un animal entre lianas y matas exhuberantes, sin precisar siquiera abrirme camino a machetazos. Me introducía en la catedral vegetal donde los troncos proyectaban hasta el cielo sus nervaduras en colosales bóvedas de crucería que apenas dejaban filtrar rayos de luz en la penumbra... hasta que por fin encontraba, con absoluta evidencia, mi lugar, el lugar de poder, que cada vez era distinto. Y yo sabía internamente que ese y no otro, era mi lugar; y que era tan seguro como si una muralla invisible y circular me protegiera.
   En aquel momento dejaba el machete a un lado y me sentaba en el suelo, piernas y brazos cruzados, vegetalmente relajado, fundido y enraizado en el seno cálido y húmedo de la Tierra, prendido al tiempo del Cielo, mucho mas allá del azul imaginable, por un hilo de poder que antenaba mi frente... y ya por fin acomodado, la penumbra parecía iluminarse por fluídos de luz que me llegaran de los árboles, como si me hubiesen estado esperando hasta entonces.
   En ese instante, mi salvaje regresaba al Astral y otro de mis yos me incorporaba: el monje adolescente. Con el mayor fervor, calma y devoción, absolutamente centrado en el tercer ojo y sintiéndome tan leve y vacío como si mi materia se estuviese desintegrando en una pura danza remolineante de electrones, puesto todo yo en mi Verbo, sintiendo el fuego que se generaba en cada palabra, ofrecía una viva oración a la Virgen Madre Tierra cuyos brazos vestidos de hojarasca sedosa me envolvían, rogando a la Reina de la Floresta que se dignara enviarme material para mi trabajo. Y me lo enviaba.
   Venían entonces sobre mí miraciones tan intensas y luminosas que me sentía casi levitar en el aire, sentado como estaba, leve y hueco y traspasado por El Poder, sin dejar de musitar las entrañables oraciones que aprendiera de niño, como una letanía interminable que me conectaba intensamente con el Origen de todas las energías. Mis oraciones se habían vuelto mi respirar, y mi centro respiratorio ya no estaba en los pulmones, sino en la base de la nariz: Todo mi ser individual se fusionaba ahora con mi Ser Cósmico en una inspiración-expiración que, cuanto más profunda, lenta, sentida y disfrutada mi oración, más clara y sensible la miración se hacía.
   Sentíame rodeado de luz, envuelto en luz, penetrado de luz y todo yo era una hoguera cálida de luz; deleitándome por una parte en el placer de ser tomado hasta mi último átomo por el amor de La Vida, y soportando, por otra, una elevación tan intensa y acelerada de mi energía, que me parecía que podría estallar en cualquier momento. Luminosas geometrías coloridas danzaban dentro de mi mente al ritmo de mis oraciones, girando y girando y convirtiéndose en formas reconocibles, hasta conformar una carta completa del Taromidán que quedaba grabada en mi cerebro. A veces otra más y hasta tres cartas... que luego permanecían repitiéndose ante mi visión astral, mientras yo agradecía una y otra vez, con las manos abiertas y los ojos cerrados, sintiendo a todos los elementales de la selva danzar alegremente compenetrados con todos mis elementales internos alrededor del hilo luminoso y ondulado de mi agradecimiento incesante que me conectaba al Cielo, al tiempo que La Tierra latía bajo mi cuerpo como la piel tibia, turgente y sudorosa de una amante; respiraba en cortos y profundos intervalos por la nariz el fuego rosavioláceo del aire, pero sabiendo que era el aire quien me respiraba a mí.
   Me veía desde dentro y desde fuera, penetrado por todo y penetrándolo todo, mi cabeza abierta como un cáliz, gozando hasta el no-límite del amor con El Misterio, que me inundaba de muchísimo más Conocimiento que el que podía asimilar, desbordándome orgasmicamente, atravesándome. En la miración, la bella Musa Amada, hecha pura llamarada luminosa prendida en mis entrañas, abrazaba mi cerebro desnudo contra su pecho y también el corazón y el cerebro y el corazón de cada una de mis células, consumiendo su materia y transmutándola... y toda la Creación me hablaba intimamente al cerebro y al corazón y todo lo que me hablaba era yo mismo.
   Al cabo, tomaba consciencia de que el mensaje ya estaba perfectamente grabado en su totalidad y que no haría más que repetirse; y entonces lanzaba fluidamente mi primer esbozo sobre las telas como quien pare, dejando para más tarde el acabamiento.
   Me levantaba luego y me despedía agradecido de los espíritus sabios de los árboles y de la tierra que me habían acogido y envuelto en su amorosa red de influencias energéticas... una de las veces me dí cuenta que mi guía subconsciente me llevara a escoger un lugar de poder justo al pié de una gruesa liana de Jagube, escasísimas ya en los alrededores de Mapiá, hasta el máximo rastreados... y yo había estado, sin saberlo, sentado todo el tiempo y apoyado de espaldas en su ancho y retorcido tallo, de musgos y líquenes barbado, como un anciano duende del bosque. Cuando lo descubrí al levantarme, todavía en trance, vibraba transmitiendo toda la sabiduría de la selva por medio de luminosas ondas espirales de colores, que ascendían y descendían desde sus raíces en tierra hasta las altas copas al cielo libre asomadas y viciversa, impregnando de dorada claridad todo el ambiente en torno con su aura, como si fuera la antena de un emisor telefónico telúrico-cósmico.
   Una vez levantado, volvía a incorporar en mí el salvaje, que me hacía deslizarme sin ruido ni vacilación por los intrincados vericuetos del laberinto vegetal hasta reencontrar el sendero humano, guiándome con absoluta seguridad.
   Regresando alegremente a la aldea, percibí en varias ocasiones que me desdoblaba, no ya en un arquetipo, sino en dos o tres: Una vez sentí al salvaje guerrero a mi derecha, sujetando el machete con firmeza, mientras a mi izquierda, caminando etérea como si flotara, iba la Venus de las Cascadas, bella y delicada como un ángel, portando al brazo mi bolsa cargada de telas, instrumentos de dibujo e ideas acuarianas. Amazona Aquaria, la estrella-guía de mis caminos de peregrino. En el medio, yo me sentía al mismo tiempo dividido en ellos y como incorporando un tercer personaje: un adolescente mensajero llevando sus cartas de amor a la Vida para quien las quisiera recibir, escoltado por un ángel de hierro y otro de luz.
   Por fin llegaba al límite del bosque y allí me despedía de la Reina de la Floresta lleno de agradecimiento, retornando a mi personalidad externa.
   Vuelto de mis trabajos en la selva a Mapiá y a la casa del caballeroso Don Manuel, me sentaba a la mesa y pasaba una hora rematando los dibujos recibidos, mientras el efecto del Daime iba bajando. Nunca como entonces bendije el alto don que suponía haber nacido con vocación de pintor, de desvelador del Misterio invisible en la forma, y de haber desarrollado aquella habilidad mágica, a pesar de encontrarme en un lugar donde no era tal vez especialmente apreciada... Don Manuel me decía que podría serlo, si aprendía a tallar objetos y muebles de culto en las maderas preciosas de la selva, ya que el arte de utilidad litúrgica es el único lujo bien mirado en una sociedad que todavía se encuentra en su fase épica.
   Había en el Templo y en la Casa de la Estrella dos fastuosos cruceiros de dos brazos, tallados en las maderas más nobles por un artista genial de cuyo nombre no logro acordarme; cuando los miraba durante los trabajos, bellamente ornados con círculos y estrellas, me recordaban las arcaicas cruces ceremoniales que los celtas esculpieron en piedra irlandesa y bretona para resumir en ese símbolo el equilibrio cósmico.
   Ante eso, yo reflexionaba sobre como la sofisticada y decadente sociedad de la que yo venía había ido transformando aquel primer concepto de Arte, que surge en una comunidad austera y natural como una cara ofrenda a la Divinidad dentro y fuera del hombre, y como una herramienta ritual, simbólica y útil de identificación con lo Inasible, de elevación emocional y ordenación mental del colectivo a través de la sugerencia de la forma... en algo que algunos críticos definen como "Aquello que no sirve absolutamente para nada"... salvo para epatar, o sea provocar descaradamente un instante de leve escándalo a la soberbia encastillada en la rutinaria ignorancia conocida; para especular en la bolsa de la irrealidad con precios infladísimos por estrategias de marketing; y para expresar la vaciedad de las almas abortadas de la mayoría, entre ellas las de esos mismos críticos.
   ...El resto de la mañana lo pasaba haciendo "cosas serias": es decir, lavando cacharros y ropa en el río, o cocinando para Don Manuel y para mí lo único que se comía en la Amazonia: "farofa", un rehogado de harina de mandioca, más "feijón" (habichuelas), acompañado de espetos de pescado a la brasa, si hubo suerte en la pesca, o arroz, macarrón y un poco de tomate, cebolla o delicias exóticas semejantes, si algún visitante las había traído del Mundo Exterior, ya que cualquier hortaliza tierna que se intentaba plantar era picada rapidamente y transportada en pedacitos al hormiguero de las hormigas arrieras. Transformar tu pedazo de selva en un jardín, como decían los himnos, refiriéndose a la transmutación de nuestras energías brutas en sutiles, no era tarea fácil, se necesitaba enorme paciencia y constancia.
   Había, eso sí, fruta suficiente, variada y con sabor de paraíso; sólo buscarla y recogerla; y algunas vacas Brahma, tipo cebú, que daban leche para los niños... las gallinas no duraban mucho en Mapiá: de repente se precipitaba sobre alguna de ellas un águila del alto bosque y se la llevaba a la vista de todos. Los animales domésticos, en aquel medio, tenían que redespertar sus instintos salvajes para sobrevivir. Que yo sepa, salvo en los primeros tiempos del asentamiento de los daimistas en Mapiá, en los cuales no había otra cosa que comer, no se cazaban los de la selva, por prohibición expresa del Padrino.
   La humildad de nuestra alimentación se compensaba ampliamente con la generosidad con que todo cuanto se conseguía se repartía entre los hermanos: Uno podía ir a comer a cualquier casa, seguro de que cuando entrase, todos harían un nuevo plato, restando partes a la ración que les tocaba, lo cual no era una nobleza exclusiva de los Hijos de Juramidán, sino típica de todo el buen Pueblo Brasileiro.
   Por la tarde preguntaba qué había para hacer y colaboraba en los trabajos de la Comunidad, que se hacían con perfección, pero sin ansia ni apuro, para que fuese un placer trabajar, y siempre cantando con pura alegría.
   Al dorado atardecer ¡que atardeceres y amaneceres los de la selva! ¡que belleza la del baño en el río al fin del día!... entregaba mansamente mis energías diurnas al agua, memoria del planeta, mientras se bañaba el cielo en colorido sobre el bosque infinito, al mismo tiempo en que todas las aves e insectos interrumpían sus actividades y se ponían a dar gracias a La Vida cantando en la enramada... Luego del baño, aseado, yo subía a la aldea y entraba en cualquier casa de familia donde se oyera una guitarra o una maraca, o palmas batiendo, sumándome al grupo que, alrededor de la mesa, presidida por una vela encendida en su centro, entonaba los bellos himnos de Oración con fervor. Aquel pueblo no tenía televisión, más tenía canal, y sintonizándolo, se pasaba el tiempo mirando a Dios en su primera cara, tanto la de sí mismos -la vida interior, familiar, comunitaria- como la de la pura naturaleza envolvente: la Creación. Aquellas gentes estaban aisladas del resto del planeta por el océano de la jungla, mas se pasaban el tiempo viajando por todos los mundos posibles a su infinita creatividad sobre la alfombra mágica de la miración.
   Me fascinaban los niños que poblaban aquellas sencillas casitas de madera y tejado de uralita, que, cuando llovía, resonaba como mil tambores: niños rubios, morenos, negros, indios, orientales, niños resultado del cruce de todas las razas en el fondo de la olla del Gran Alquimista, en el Corazón del Mundo, la generación de la Unidad Planetaria, los auténticos nativos del Pueblo de Juramidán. Niños sanísimos de ojos puros y vivaces, ojos de noche Luna Llena, desbordantes de alegría y de inteligencia natural, que nadaban como peces desde bebés, que aprendían solos a tocar cuanto instrumento musical podían agarrar, comenzando por las maracas, niños que evolucionaban en la Rueda de Energía del Templo en perfecta formación, orgullosos de sus fardas... pequeños guerreros y amazonas; niños fuertes y responsables que trabajaban eficazmente desde muy pequeños colaborando con su familia y con toda la Comunidad, y que siempre, siempre, siempre, estaban riendo.
   Niños amados como sólo en Brasil son amados y mimados los niños por sus familias; niños expresivos, cariñosos, profundamente observadores, valientes y discretos, acostumbrados a mirar directamente y con simpatía a los ojos de cualquiera; niños que se habían bañado en Ayahuasca desde el momento de su concepción, que habían recibido la Bebida de Poder a través de su madre durante la gestación y la lactancia, y que eran bautizados con Santo Daime al nacer, poniéndoles sus padres una gota en la boca con el dedo.
   Al anochecer, bajo la gran luna mora tropical y el infinito concierto de los grillos y las ranas, iba por la Casa de la Estrella, a asistir a limpiezas etéricas o curaciones, que se hacían más dramáticas a causa del fuerte contraste de luz y sombra que producía la luz de las velas en los rostros; o bien al Templo, a cantar y danzar en el himnario hasta el alba... Un joven del Sur me dijo un día: - Yo estoy aquí porque ésta es una religión de alegría; no veo mejor manera de sentir a Dios y al Amor que cantando y bailando toda la noche junto a mis hermanos, frente a mis hermanas, con luz en la frente y con el corazón abierto.
   Cuando había feitío, jamás dejaba de acudir, a menudo junto a mi anfitrión; y hacía cuestión de honor el no dejar de batir Jagube hasta que se disipaban las últimas sombras de la noche. Ya no me acuerdo a que horas dormía y sin embargo, jamás estuve tan fuerte ni realicé ejercicios físicos tan intensos.
   Cuanto más escribo, más dudo que alguien que no haya estado allí lo pueda entender. En estos escritos he usado muchas veces la palabra magia, sin embargo casi nunca la usábamos en Mapiá, como tantos otros términos de mi propia formación que apunto para dar una explicación subjetiva de los fenómenos que experimenté. En Mapiá no teníamos consciencia de estar haciendo magia ni hablábamos de ella. Simplemente vivíamos en la magia y nos parecía increíble que alguna vez en nuestras vidas hubiéramos perdido tanto tiempo y energías devotándonos a la adquisición de las vanidades del Mundo de Ilusión, en lugar de emplearlas, antes de nada, en reconstruir, afirmar o fortalecer nuestra religazón interna.
   
   
   
ESTELAS DEL PEREGRINO
   
   
   
   
   
   En los dos años siguientes, ya casi saliendo del Brasil, elaboré 86 cartas más, los Arcanos Menores, que juntadas a los 24 Arcanos Mayores, el Taromidán recibido en Mapiá, conformaron las 110 Cartas o Estelas del Peregrino.
   Los 86 Arcanos Menores son algo ya completamente diferente de los 24 Mayores: un juego de Arte y Psicología. Constituyen mi reflexión posterior sobre lo que aprendí de mi experiencia por los caminos de Peregrinación de Santiago y de Aquaria, bajo la luz arrojada en mi espíritu por mi experiencia con Carlos Pacini, con el Daime y con el Taromidán.
 
37- EL EDÉN
   
   Caminando por Mapiá, me dolían en el alma los muñones de árboles talados que se veían aquí y allá. El pueblo de Juramidán se decía defensor de la floresta, pero jamás les ví replantar un árbol de los muchísimos que cortaban continuamente para construir cultivos o casas o alimentar el fuego en el feitío. Confío en que la joven generación de jefes descendientes del Padrino haya podido cambiar las costumbres de su gente, de lo contrario, la bella Nueva Jerusalén podría parecer hoy un poblachón vulgar como tantos, ya que en el corto tiempo que viví en la comunidad, ví desaparecer los altos árboles que aún ornaban el centro de la aldea, en torno al templo, a un ritmo mucho más acelerado de destrucción que el que degradaba y envilecía las contaminadas ciudades del Sureste del Brasil.
   En ese mismo año, la suma de las áreas que fueron quemadas en toda la Amazonia conformó una extensión calcinada que, sumada, daba el tamaño de Francia; los satélites artificiales lo registraron y hubo alerta mundial y un coro internacional de hipócritas protestas de los habitantes de los países industrializados, que habían sido los primeros en promocionar un modelo de civilización en el que el lucro inmediato y desconsiderado primaba sobre todos los demás valores, y también los primeros que habían comenzado a asesinar su propio ecosistema y que continuaban asesinándolo, mientras criticaban a los brasileiros más pobres y valientes, que trataban de salir de la miseria haciéndose propietarios de un pedazo de selva ...sólo que en el marco de una política estatal de colonización nefasta, que les asignaba los títulos de propiedad, no cuando habían conseguido transformar el mato salvaje en un jardín habitable y abastecedor de alimentos y bienes, sino, simplemente, cuando lo habían quemado todo para crear un precario pasto para unas pocas vacas famélicas.
   Tiempo más tarde vino la Conferencia Mundial para el Medio Ambiente en Rio y se vió en ella que la hipocresía era, con todo, menor que la irresponsabilidad cínica de los que tenían intereses tan grandes en que las cosas sigan como hasta ahora, que ni les importaba, no ya el futuro de todos, sino ni siquiera su propio futuro. En 1997 hubo nueva conferencia en Kioto, y su protagonista principal volvió a ser el egoismo ciego y suicida de los gobiernos de los países más industrializados.
   
   Un hombre, o una mujer, es la conjuntada síntesis de millones de vidas minerales, vegetales, animales, astrales, espirituales, micro y macroscópicas, multidimensionales, es decir, de Seres Divinos, emanados del Uno Unico a Su imagen y semejanza, iguales en esencia y potencialidades, creadores de su propio destino y libres (cuando expandidos a su nivel más amplio de de frecuencias), mas cada uno situado en su propio grado de consciencia y nivel vibratorio, y todos evolucionando en su proceso; los cuales forman una comunidad biológica de células vivas y especializadas, suficientemente compleja como para poder servir de canal autoconsciente de manifestación a la Consciencia Cósmica.
   Salvando las diferencias, el equivalente al hombre en el mundo vegetal son los árboles, esos acúmulos ingentes de vida natural, eternos meditadores y transmutadores de energía telúrica en cósmica; me lo dijo en Anhangás a su manera un viejo siringueiro, que había pasado casi todas las mañanas de su vida recorriendo el largo y sinuoso sendero selvático que enlazaba los treinta o cuarenta árboles de caucho a los que extraía su preciada savia y a los que conocía tan bien como un lechero a sus vacas, ya que eran su medio de vida y, como suele ser el medio de vida de cada hombre, su escuela principal de Conocimiento de la Vida.
   El anciano me hizo el honor de llevarme a recorrer con él su laberinto, describiéndome las cosas asombrosas que los profanos ni vislumbran por falta de raíces en la jungla, nombrándome cada árbol, cada insecto, las propiedades asombrosas de cada hoja de la selva, contándome, al tiempo, aventuras de la época de su juventud, de las veces en que tuvo que luchar contra fieras o indios bravos que lo acechaban para convertirlo en su cena, o de aquellas otras en las que se le aparecieron, a él o a sus vecinos, los espíritus encantados y duendes del Pueblo Invisible -el terrible Curupira, una especie de ogro o cíclope peludo; las Señoras de las Aguas, que raptan niños para convertirlos en payés curadores; El Boto, o delfín rosado de los ríos amazónicos, que se disfraza de hombre para bailar forró en las fiestas de los poblados y huir, después de dejar preñada a alguna moza entre los matorrales de la orilla; o el Sací Pereré, un enanito desnudo que sólo tiene un pié y que anda hacia atrás y en círculos, para desorientar a los cazadores abusones y hacer que se pierdan en el mato-... y, en medio de aquellas historias tan sabrosas como alucinadas, el viejo iba brindándome de paso unas gotas de su sabiduría.
   Me dijo, con su simplísimo lenguaje de caboclo, que cuantos menos árboles haya en el planeta, más embrutecido, desconectado e infeliz será el hombre; que la misión del hombre sobre la Tierra no es convertir la naturaleza bruta en insensible artificio, sino en un jardín vivo, ordenado y agradable para todos los seres. Que algun día las naciones se disputarán la energía sutil de la poca belleza natural que quedará en el planeta como hoy se disputan los yacimientos de petróleo y de minerales preciosos... que andar por y entre los árboles, fué la escuela de habilidad y equilibrio que los antropoides tuvieron justo antes de convertirse en humanos; que fué ahí donde desarrollaron las manos multiútiles que nos permitieron luego crear civilizaciones, y también el sentido tridimensional, de donde luego salió nuestra razón medidora.
   Entre las copas de la selva, el mayor enemigo de nuestro abuelo fué la serpiente y es por eso que, todavía hoy, sólo pensar en ella nos escalofría.
   - Si en la Biblia se dice que el paraíso primigenio, el Edén, era un bosque y que la serpiente mostró a nuestros antepasados el fruto del Arbol del Bien y del Mal, lo que significa ese símbolo -me confidenciaba el viejo druida amazónico con su rústico portugués arcaico, hecho de intraducibles conceptos en que los se fundían el sueño mítico y el de la vida cotidiana-, es que los antropoides más evolucionados de la selva se volvieron hombres el día en que se atrevieron a probar por primera vez la Ayahuasca, siendo que la liana de donde procede tiene la forma de una larga serpiente y se enrosca en un árbol.
   El poder y la sabiduría de la Serpiente Vegetal elevó de forma gigantesca la vibración de sus chakras, abriendo sus mentes instintivas de animales a la autoconsciencia y con ella al libre albedrío y a la responsabilidad por sí mismos, que llevaba aparejada el sentido intuitivo de lo correcto y lo incorrecto y, con él, la pérdida de la inocencia y de la impecabilidad, junto con la de la segura, pero automática, guía del instinto.-
   Quedé impresionado por esta nueva versión acerca del mito del Arbol del Bien y del Mal del Edén, que, desde luego, coincidía con todas mis experiencias del re-despertar de la consciencia ética y estética natural y profunda como primera reacción del subconsciente para purificarse, una vez desbloqueado por la Bebida Sagrada.
   Le pregunté después por otras plantas de poder, como los hongos; y me respondió:
   - Si, conozco muchos, pero el poder y la sabiduría de las consciencias encantadas que contienen, que son elementales de tierra y agua, y responden tan sólo a nuestros estímulos astrales, no tiene ni comparación con los que viven en el Jagube, que son altos silfos del aire, que resuenan muy bien con los del fuego eléctrico de la atmósfera, y que están acostumbrados a transmitir directamente a nuestra mente, y no sólo a nuestra emocionalidad, a poco que nos abramos a la contemplación de la belleza de la Naturaleza, los más elevados pensamientos del Ser Planetario, del cual los árboles son sus antenas.
   - ...Por eso, en la Biblia, Dios siempre llama al desierto a Sus mediums, sean poetas, artistas o profetas, o niños puros o gente enamorada, para hablarles a través de los Silfos del bosque o las Salamandras de las altas montañas, los cuales resuenan en las consciencias elementales que conforman nuestro propio cuerpo. Si la consciencia del canal ya está bien despierta, lo hace, de manera más directa y con muchísima más potencia, a través de Sus Ángeles o Virtudes Divinas, que resuenan con las propias virtudes que los Hombres o Mujeres con mayúscula desarrollaron en su autocultivo interno.
   - Todo en el Universo está Vivo y es Consciencia; cualquier forma, una planta, una piedra, no es sino el cascarón denso que las energías dinámicas de Dios, Arcángeles, Ángeles, Espíritus Humanos y Devas, moldean sobre Sus propias energías estáticas, lo que llamamos los Elementales de la Tierra, el Agua, el Fuego, el Aire y el Eter, para construir distintos vehículos materiales o personajes, más o menos sensibles, como estos mismos cuerpos nuestros o el de éste árbol, con los que manifestarse y poder jugar Consigo Mismo su Juego de Amor y Evolución, y Conocimiento de Sí Mismo y combinación y despliegue de sus infinitas posibilidades sobre el Plano Denso, y sobre todos Sus Planos.
   - Sin embargo -, me advirtió el anciano en un tono de voz más bajo, volviéndose a mí de repente, y acercando su rostro a mi oído como para contarme un secreto- hay que saber tratar con los elementales. igual que hay que saber tratar con los espíritus sufridores del Astral: siempre la disciplina del ritual por delante, siempre el protocolo sagrado para tratar con ellos con todo amor, mas con una cierta formalidad, autoridad, orden y distancia... de lo contrario, les das un dedo y pueden querer quedarse con el brazo todo... ellos no tienen tan claro como nosotros el sentido de lo que es correcto y de lo que no lo es, son como niños traviesos, y, a veces, hasta como verdaderos animales... o diablillos; y, si pueden, se aprovechan. Por eso nunca se debe tomar, simplemente Ayahuasca; yo tomo, unicamente, Santo Daime, lo que significa Ayahuasca consagrada por un ritual... lo que quiere decir que, pase lo que pase, Dios y todos los Altos Seres Divinos estarán controlando la sesión.
   Cuando, a la vuelta de nuestra excursión, después de cruzar el río Purús, acabábamos de amarrar la canoa y nos disponíamos a subir la ribera hacia su casa, el anciano aún añadió:- Escucha la selva de noche, cuando estés en trance de Daime, y oirás, a través de ella, los discursos de amor que se intercambian el Cielo y la Tierra y todos los proyectos de Dios en los que trabajan.-
   Seguí su sugerencia: y puedo asegurar que no hay canto gregoriano más sagrado que el que en la noche se eleva desde la jungla al cielo estrellado, procedente de todos los seres de todos los reinos naturales, transmitiendo el amoroso agradecimiento y las alabanzas de La Tierra a la Vida Cósmica de una manera no demasiado diferente, sin embargo, a como hacían los templarios del Daime en los himnarios. En mi miración, las voces de todas las criaturas de la selva se conjuntaban en una extraordinaria sinfonía de ondas vibrantes que ascendían hacia el espacio conformando geometrías luminosas en construcciones indescriptibles, cruzándolo en todas direcciones, entrelazándose con las influencias energéticas provenientes de las estrellas y combinándose y modificándose con ellas, hasta crear en la maleable substancia etérica neutra del mental cósmico un tapiz de mutantes formas que se encajaban unas en otras, configurando organicamente un nuevo paradigma planetario con los deseos de todos los seres.
   Los elementales del aire y del fuego se estructuraban por semejanzas vibratorias en redes energéticas que formaban verdaderos campos de fuerza sobre la imagen mental conjunta, y el nuevo proyecto del mundo iba edificándose y superponiéndose al antiguo, como un gigantesco holograma luminoso tridimensional en el plano subconsciente colectivo, o astral, del Ser Planetario que somos, mientras los elementales del agua y de la tierra se preparaban para acabar de materializarlo en el plano físico.
   Como cada una de las ondas, procedentes de insectos, pájaros, animales, hombres, árboles, el cuerpo mineral y acuático del planeta y las vibraciones procedentes de cada estrella, tenían su propio movimiento colorido en brillantes destellos puntillistas y danzarines, así como su sonido específico ante mi ojo astral, concluí intuitivamente en que aquel concierto mántrico colosal hecho de tan diversos como bien compenetrados instrumentistas, debía ser lo que los sabios llamaban La Música de Las Esferas.
   Poniéndome más en ella, lo que significa atenderla participando, y no sólo como observador, me dí cuenta de que su base melódica era un compas dual, en el que cada ser individual emitía una llamada, una petición o un requerimiento; conformando la suma sinérgica de las infinitas preguntas entrelazadas y repotenciadas, en si misma, la respuesta del Ser Total, que todo lo llenaba en contrapunto.
   El conjunto constituía una escala caleidoscópica de graves y agudos infinitos, entrecruzados en un mandala sideral que abarcaba toda la bóveda nocturna, expandiéndose y contrayéndose en luminosas ondas espiraladas compuestas por billones de puntos luminosos, cuyo movimiento centrífugo o centrípeto se alternaba al ritmo de mi respiración (o mi respiración al suyo), lo que me hizo pensar que no respiramos, sinó que somos respirados por el propio movimiento rítmico de la vida, y que nuestra armonía individual consiste, simplemente, en no ofrecer resistencia al flujo y reflujo natural de todo y en acompasarnos lo más consciente y afinadamente posible con él; con lo cual mi energía se elevaba a la paz y al éxtasis y a las más luminosas visiones, a través de las que la Sabiduría inherente a la Armonía se manifestaba en el marco natural de mi mente armonizada.
   A partir de aquella noche en Anhangás quedo claro para mí el poder inmenso del pensamiento holístico y de la oración grupal y la responsabilidad que conlleva cada movimiento energético nuestro, hasta el del más vano pensamiento. El mundo y nuestra vida son como son porque así lo construyen nuestros deseos. Si supiéramos ponernos de acuerdo para pensar juntos un modelo ideal de mundo, habríamos construido el Cielo que anhelamos sobre la Tierra hace muchos siglos. El mito de la Torre de Babel expresa muy bien como la ignorancia fanática y la ambición sectaria egoísta, separatista y competitiva desconcierta, destruye y dispersa la empresa elevadora conjunta y nos hace desplomarnos en la confusión general y en el caótico "¡Sálvese quien pueda!" individual.
 
38- GUERRA Y PAZ
   
   Luego de salir de Mapiá, pasé una temporada entre Boca de Acre y Anhangás en medio de gente simple de corazón hospitalario, ricos en esa nobleza que todo lo da, y más si hubiese, que es natural a los habitantes de la selva y el desierto... Anhangás fué como un segundo curso de la Universidad del Daime, que pude aprovechar muy bien porque ya estaba más preparado para lidar con aquel poder y aquel conocimiento. Tuve allí hermosas amistades con la gente del lugar, que regentaba un Centro Daimista, pero también experiencias de confronto con un grupo de guerreros originarios de las urbes del Sur, que habían venido desde Mapiá a organizar un feitío al cual me uní.
   Para entonces, se había hecho ya casi insoportable para mí el conflicto entre el concepto de un Dios distante, juez y castigador, que nos tenía en este mundo-infierno para pagar nuestras culpas, humillarnos y hacernos arrepentir, que era la visión general predominante entre las gentes que estaban en la base, bien católica y bien convencional, de la pirámide de la consciencia del Daime (y en el propio programa que me había sido impuesto desde niño y que alimentaba mi parte más sombría)... y el otro concepto, más caro a mi personalidad, de un Dios interno, cercano, animando con su espíritu su propia materia, que conducía evolutivamente al mundo hacia la iluminación y la feliz autorealización.
   Me parecía que sólo había dos verdaderas religiones en el mundo: La del Dios del Temor y la del Dios del Amor, y que las sociedades y las personas se conformaban como reaccionarias y fascistas, pesimistas, apocalípticas, inquisitoriales y reprimidas o bien como progresistas, liberales, optimistas, tolerantes... según el concepto básico de su visión de Dios y de la vida... ambos conceptos acabaron por conformar ante mí la cara y la cruz, el aspecto luminoso y la sombra de mi propia experiencia; y acabé polarizándome en uno de los extremos y proyectando en otros aquello que no podía soportar ni dentro ni fuera de mí mismo.
   El conflicto, que había comenzado a formarse dentro de mí en Mapiá pero que no había llegado a desbordarse allí, siguiera aumentando de presión y estaba ya a punto de hacer explotar mi ánimo. Contra los que se creían en posesión de la verdad, opuse mi protesta, en el fondo igual de convencida de estar en posesión de la verdad. Así, me dejé cegar por la dualidad y estaba excesivamente crítico y con ganas de desahogarme.
   Uno siempre acaba convirtiéndose en aquello que no ama, sobre todo si compromete su energía y sus emociones en la acción de criticarlo, que es una autoidentificación negativa, ya que sólo criticamos a los demás porque nos sentimos unificados con sus aparentes defectos, y negamos, odiamos y combatimos a nuestra propia sombra en ellos; de lo contrario, nos resultaría mucho más indiferente la vida de los otros y el rumbo que le quieran dar.
   En un momento de indiscreción y de necia generalización, mi temperamental impulsividad española, ya hirviente, soltó al vuelo un par de cornadas, comentando ante mis compañeros de feitío que había visto entre la mayoría de los guerreros de Mapiá más rigor que amor, más culto al poder que a la misericordia y más orgulloso fanatismo que comprensión equilibrada de la Doctrina; estos juicios prepotentes, viniendo de un gringo -en Brasil se llama gringo a todo extranjero-, que además no paraba de afirmar su libertad de pensamiento y de sostener conceptos unicistas más teóricos que asumidos (que a los guerreros más católicos, dogmáticos y que menos habían comprendido el YO SOY del Padrino, podían parecer blasfemos o heréticos), me valió la animadversión del capitán del equipo del feítio, tocada la dignidad de su ego por aquella ofensa a su autoimagen de firmísimo Iniciado perteneciente a un "Pueblo Elegido".
   Este era precisamente el compañero que yo más apreciaba por su dedicación atenta y firmeza impecable en el trabajo, todo un joven aspirante a comandante; y además le apoyaron varios de sus camaradas, los cuales comenzaron a cruzar sardónicas apuestas sobre cuanto tardaría el Señor Juramidán en ajustarme las cuentas por mi soberbia y mi rebeldía, mandándome una buena "pea" durante el trance del Daime.
   Se desató así una vibración de batalla psíquica -de la que todo el mundo estaba pendiente, formándose un coro de azuzadores alrededor de ambos bandos, como siempre que estalla una pelea- en el lugar menos adecuado para ello: la elaboración de la Poción Mágica, lo que provocó que, más tarde, aquella mala vibración diese lugar a tormentosos viajes durante los himnarios, en los que corrieron energías muy pesadas entre nosotros (Me parecía estar captando, con claridad telepática, como mis oponentes proyectaban sobre mí con su deseo de castigarme, una forma-pensamiento astral que era su propia imagen del Dios Castigador, para que viniera a quebrar mi estabilidad emocional durante la aceleración de la energía; aunque también es posible que, en parte, no estuviese percibiendo sino mi propia paranoia subconsciente por la hostilidad que imprudentemente habia desatado -seguramente mayor que mi arrepentimiento por haber sido tan bocazas-, y mis esfuerzos mentales para crear protecciones psíquicas a mi alrededor y afirmar mi equilibrio interno no me dejaban atender a la mejor parte de la sesión, con lo que la defensa de mi estabilidad se convertía en la propia inestabilidad).
   Nuestra desarmonía llegó a afectar incluso al astral de los otros participantes que no tenían nada que ver, hasta que el anciano siringueiro, jefe del templo, nos llamó firmemente al orden y a la reconciliación, que fué muy reticente por la otra parte... Como resultado de aquella lucha, vine a comprender que nunca se puede salir completamente indemne de una confrontación energética, ya que estamos inmersos en una atmósfera emocional común; y que la victoria mayor de un guerrero es, simplemente, ser capaz de andar por cualquier parte sin tener que sacar jamás su espada de la vaina ni para defenderse; esto es, por haberse hecho absolutamente humilde e inofensivo a pesar de seguir siendo poderoso (eso era el "humillarse" del Padrino Sebastián); e inofendible, al haber aprendido tanto a no provocar a nadie, como a no aceptar provocaciones o retos, situando nuestra autoidentificación más arriba del ego, que es el único que puede calentarse por un insulto a su falsa autoimportancia.- "El que se enoja, pierde"-, decía bastantes años después Teuctlí, el chamán chichimeca.
   Asumí así un poco más mi propia sombra, es decir, mi propia intolerancia contra la intolerancia, lo que acabó por hacerme evidente que la personalidad (la máscara que fabricamos con las virtudes que seleccionamos como propias) y la sombra (el aspecto negativo de esas mismas energías seleccionadas, que, al negarnos a ver como nuestras, acabamos proyectando sobre los demás) eran inseparables... Esto me ayudó a conceptualizar un ego algo más sano, a fuer de humilde ante el reconocimiento de que todo lo que me molestaba en los demás era sólo el reflejo de lo que más me molestaba de mí mismo.
   A raiz de aquella aceptación, conciencié y valoricé enormemente el poder del perdón, incluído el perdonar también mis propios errores, y verlos como duras lecciones, escalones del aprendizaje; y seguidamente pasé un tiempo pintando un gran cuadro en el que se veía a Jesucristo derramando toda su amorosa energía de misericordia en una cascada de ondas sesgadas de luz purificadora sobre María Magdalena, representada como una sensual mulata provocativamente vestida, que al perdonarse a si misma, luego de aceptar las contradiciones extremistas de su incendiario temperamento, asciende a la liberación y al éxtasis. Regalé aquel cuadro (que desató algunas polémicas puritanas a causa de la sensualidad desbordada de la Magdalena en su luminosa fusión con su Maestro y la sonrisa de absoluta comprensión, casi cómplice, con que Jesús la disculpa y la acoge), a la iglesia de Anhangás; y lamento no conservar ninguna fotografía, pues la recuerdo como una de mis obras más sentidas.
   De ahí en adelante, en casi todas las sesiones espíritas en que participé se me fué haciendo cada vez más evidente que, igual que existe a nivel multinacional una conspiración de desalmados intereses que presiona incluso a los más poderosos gobernantes y manipula la influencia de los medios creadores de opinión pública, arreglándoselas para que en unos cuantos lugares del mundo arda siempre una guerra en cuyo río revuelto puedan ellos realizar rápidos y fabulosos negocios, cambalacheando armas, mercenarios, alimentos, medicinas, materiales imprescindibles... y consiguiendo impresionantes contratas para reconstruir el país tras la contienda, haciéndole contraer deudas impagables que lo ponen economicamente en sus manos... de manera semejante, existe también en el Astral una conspiración de oscuros intereses que chupa grandes cantidades de energía etérica del conflicto permanente de nuestros egos.
   Las guerras colectivas exteriores que asolan tragicamente nuestro planeta son sólo la exteriorización de las guerras interiores que constituyen el estado emocional normal de nuestra consciencia individual, cuando aún se encuentra ciegamente sumergida en el pantano de la dualidad, rebosante de sanguijuelas astrales.
   ¿Son las sanguijuelas astrales que azuzan a la violencia a nuestro ánimo fuerzas internas o externas a nosotros? ¿existen seres extra o intraterrestres que se alimentan de la baja vibración producida por nuestro miedo, nuestra arrogancia, nuestro resentimiento? Sin duda que existen, y en el trance del Daime las he visto a veces reptando por el suelo, con aspecto de oscuros monstruos transparentes, o morbosos diablejos que acechan cualquier mínima apertura de las defensas psíquicas, cualquier bajada de la positividad, para prenderse a nuestra aura y vampirizar todo lo posible nuestras reservas de luz vital.
   Pero no hay ninguna fuerza en el universo ajena o externa a nosotros, si lo contemplamos desde la suficiente altura; absolutamente todos los seres astrales que afectan a nuestro mundo personal, para bien o para mal, son creaciones nuestras, permanecen ligadas a nuestro campo de frecuencia para siempre desde que nuestras emociones, palabras pensamientos y acciones las emanaron (son "nuestras relaciones"), y se consideran con todo derecho a seguir alimentándose, mientras puedan, de las energías oscuras que las conformaron.
   Todas esas larvas astrales que continuamente nos influencian, pidiéndonos acciones, sentimientos o pensamientos afines a su propia baja vibración, para que generemos energías que puedan absorber, porque son de su mismo tipo de frecuencia, todos esos hijos mentales demoníacos que nuestra ignorancia o negligencia ha engendrado, mantienen un estado continuo de guerra en nuestro interior con todas las potencias luminosas de signo contrario, igualmente generadas por nosotros, y que se alimentan del extracto etérico de lo más elevado que producimos.
   La impresionante miración del evangelista Juan en El Apocalipsis, en la cual el trigo es finalmente separado de la cizaña, ilustra esta guerra interna entre los extremos de nuestra dualidad, que a todos nos divide y nos llena de ansiedad, ansiedad que consume una enorme cantidad de nuestras reservas vitales, que se vuelcan allí donde ponemos nuestra atención en cada momento; Ansiedad continua que no nos deja disfrutar en paz de la vida, y que se proyecta a otros cada vez que puede, porque es menos sangrante pelearnos con otros que con nosotros mismos.
   Mucho más antiguo, también habla de lo mismo el mito sumerio-hebreo de la lucha entre ángeles y demonios, seguida de la expulsión de Lucifer y sus legiones del Cielo por Miguel y la Hueste de Luz. Pero, además, ilustra la Segunda Ley de Manifestación... (la Primera dice que "acabamos siempre manifestando en nosotros mismos y realizando en el nivel material y concreto aquello que más hemos deseado y a lo que hemos concedido mayor atención interna y externa")... La leyenda dice que la Consciencia Suprema pidió a algunos de los Espíritus Divinales más cercanos a ella,que concibieran y crearan en sí mismos la dimensión más densa de aquellas en las que El Ser deseaba manifestarse al principio de este ciclo.
   Pero aquellos espíritus omniscientes se quedaron aterrados ante la visión de lo que se les pedía: Tenían que hacer el papel del malvado del Juego: crear, encarnándola en sí mismos, la Sombra Absoluta, la limitación, la enfermedad, el miedo y la inconsciencia, tenían que servir de obstáculo y de reto a los espíritus que iban a jugar el Juego Evolutivo... Lucifer, el altísimo ángel rector de Venus, el bellísimo Lucero del Alba, desdeñó aquel papel tan ingrato como importante del Teatro Divino (porque no hay el Bueno sin el Malo, en una representación), así que se rebeló con sus compañeros de misión, negándose a manifestar el extremo opuesto al de La Luz.
   Más aquella rebelión de una Unidad de Consciencia, cuyo papel fundamental es percibirlo todo, concebirlo todo, manifestarlo todo, le valió densificarse de manera automática, caer interdimensionalmente. arrastrado por el peso de su propia negación a los deseos del Supremo Amor, hasta la vibración más baja del Ser... y venir a ser, precisamente, aquello que se negó a concebir, fòrmula que la Justicia Cósmica dispuso para que lograba conocerla intimamente y amarla, y entender que no hay nada más alto o más bajo, ni más bello o más feo, en un universo unicista. Sólo para las ilusiones del Ego contraído lo hay.
   Dice la Segunda Ley de Manifestación: "...Y también acabamos realizando y manifestando en nosotros mismos aquello que nos hemos negado a considerar, a concebir, a comprender o a amar, hasta que, viviéndolo en carne propia, aquello que hemos despreciado, criticado, rechazado u odiado o, simplemente que no hemos considerado con amor, nos llama a la fusión y a la comprensión, ya que en un Universo en que todo es Uno, ninguna parte del todo es despreciable, ni ningún aspecto del Juego Unico de la Consciencia".
   
   ...La falsa paz es un momento de vibración contraída y de tenso reposo entre el último conflicto y el que se prepara. La paz real es un estado en el que se ha superado, aceptándola y amándola, la dualidad conflictiva, con lo cual, automáticamente, la cosciencia se expande y se llega a una consciencia de unidad en La Esencia en la que todas las criaturas son nuestras hermanas, y en la que se aceptan sin resistencia todas las leyes naturales que nos rigen, así como todos los personajes que en el teatro de nuestra mente actúan, héroes o villanos, luces y sombras, ya que somos Nosotros Mismos quienes hemos elaborado las reglas de nuestro juego y sabemos que sin conflicto no hay aventura evolutiva, y sin obstáculos, limitaciones o retos no hay superación ni autoperfeccionamiento.
   Dependiendo que uno acepte y ame a su sombra como complemento de su luz, y a ambas juntas como estructura de su Juego, o no la acepte ...uno puede vivir la vida como un juego monótono, repetitivo, predecible, circunscrito a un mundo asqueantemente archiconocido donde todo es mezquino, en el que continuamente se cae en los mismos errores, en el que las emociones predominantes son la irritabilidad, a agresividad, la frustración. la baja autoestima, el remordimiento y el temor hermanados al sentimiento de culpa, la preocupación, la tacañería, la codicia, la desconfianza, la acuciante soledad, la ansiedad, el stress, el materialismo más aplastante, el aburrimiento, la náusea, y el continuo enfrentamiento bloqueante con el resto del mundo...
   ...O puede, por lo contrario, vivir su juego como una continua excitante aventura, un entusiasta pasar de puerta a puerta, cada una abriéndose a nuevos universos de experimentación de nuestras infinitas posibilidades; una intensa experimentación en ascenso, en la que nuevos y nuevos aprendizajes nos llegan, cada vez más interesantes, y más a menudo traídos por la mano del placer que por la del dolor; sintiendo que la vida es un mágico viaje interminable, que todo está muy bien hecho como está; que el dolor, el riesgo y hasta las circustanciales derrotas, no son más que los elementos que dan mayor intensidad al juego.
   ... que somos indestructibles, que cada ocasión en que caemos es un pretexto para levantarnos en un nivel más elevado inmediatamente después; que la Providencia existe y que es increiblemente generosa con quien confía de verdad en Ella; que cada hombre, mujer o niño que uno conoce es un nuevo compañero de juegos, que llega trayendo en su mano una llave para invitarte a penetrar, en alas del amor y de la amistad, en mundos exóticos y diferentes... y hasta que el aparente enemigo que uno tiene enfrente, es sólo un reto que La Vida nos pone por delante para obligarnos a un esfuerzo mayor, que nos permita acceder a una octava superior del juego, y que el implacable rival, finalmente, se revelará como un camarada de altura, un cómplice, un maestro, y hasta un salvador... ya que, detrás de todas las máscaras del Teatro del Mundo, hay siempre el mismo Actor Unico.
   Es el estado de Paz Real, o de frecuencia vibratoria expandida, lo que trae consigo una clara consciencia que nos permite vivir La Vida en toda su infinita variedad, grandeza y esplendor, manteniéndonos calmos en el ojo del huracán; en él, uno no se siente como un individuo separado en competición con todos los demás, cuya ascensión supondrá forzosamente nuestro descenso; sino que se comprende, con absoluta evidencia, y se experimenta, que hay un sólo propósito y un mismo objetivo esencial en todos los elementos que constituyen nuestro Yo Mayor, inclusive los aparentemente opuestos o indiferentes: la salud y el desarrollo del órgano es la de todas y cada una de sus células y viciversa. La Tierra se siente como nuestro cuerpo físico colectivo. Y, dentro de ella, la Humanidad en bloque, como un órgano mental y funcional con un único propósito evolutivo al servicio del Gran Organismo Cósmico.
   Somos piezas de un puzzle holográfico, es necesaria cada una de las piezas para completar la unidad; además cada pieza, en sí misma, encierra la totalidad de lo que somos. La enfermedad, el cáncer, deviene de la influencia de nuestra mente individual competitiva y separada sobre la inteligencia receptiva de las células que nos conforman; cuando un grupo de ellas decide seguir la tónica marcada por el regente del cuerpo y, en lugar de colaborar con sus hermanas comienzan a competir, el caos y la autodestrucción se instalan en el organismo... y no vale operar y extirpar... hasta que se corrige la manera de pensar, nuevas y nuevas células seguirán contaminándose de separatismo.
   Dice mi amigo, el médico Jose Luis Gil Monteagudo -comprometido luchador por la Paz  -, que cada uno de nosotros somos como un ordenador muy sutil que está equipado con una programación mental producto de su experiencia en el tiempo. Este programa condiciona nuestra percepción de la realidad, y, por lo tanto, nuestras respuestas. Como el programa está contaminado por una especie de virus informático, fruto del miedo transmitido de padres a hijos durante generaciones, nuestra percepción de la realidad es errónea y nuestras respuestas bastante desajustadas.
   Tomar consciencia de que existe un programa erróneo, que nos fué inculcado por la carencia de luz que supuso la materialización de nuestro ser en el denso Plano Físico (y por las entidades de sombra resultantes, que se alimentan de nuestro miedo; de nuestro orgullo, que es el emblema diferenciador con el que dignificamos el escudo del miedo; del interés egoísta que el miedo genera, y de nuestra contemplación fragmentaria y parcial del fenómeno humano, que disminuye nuestra consciencia), es crucial para desactivarlo.
   Pero como la lógica humana -forma de pensar absolutamente relativa y limitada a nuestra identificación con nuestro vehículo físico y el entorno material que percibe- opera a base del mismo programa, todo nos hace pensar que funcionamos normal y correctamente, y que la causa de nuestras desarmonías y conflictos es externa, por lo que nuestra primera reacción es buscar a alguien a quien echarle la culpa. Esto se llama autoengaño, y es una fuerza destructiva y, sobre todo, autodestructiva, muy poderosa.
   El miedo es el resultado de habernos identificado demasiado estrechamente con algo tan frágil y efímero como nuestro vehículo físico, hasta el punto de casi haber olvidado a los más sutiles y próximos a La Esencia. Es como si una célula, obsesionada con los límites de su membrana biológica envolvente, perdiera de vista al Amor, es decir, a la Energía Consciente del conjunto del organismo que equilibradamente la mantiene cohesionada y, por tanto, la anima... y considerara al resto del conjunto como externo y ajeno a sus intereses, y a sus células hermanas como competidores, y hasta como enemigos.
   Este es el típico pensamiento egocéntrico y autolimitado que surge del hecho de contraer nuestra frecuencia vibratoria a causa del temor, y sólo cambia esa miserable mentalidad a un grado de calidad más alto cuando se expande la frecuencia, al elevarse nuestra onda vital sobre un auténtico acto de amor.
   El Amor es una fuerza impersonal e irracional que agrupa a todas las aparentes individualidades, encauzándolas en la evolución progresiva y armónica del conjunto, que siempre apunta hacia la conciliación de aparentes contrarios en una perfección mayor, la reunificación, la confluencia en la Globalidad de la que fuimos emanados.
   Nuestra tarea principal en la vida, nuestro Intento de guerreros espirituales por mantenernos despiertos, consiste en darnos cuenta de que portamos, como la otra cara de nuestra luz, ese programa erróneo temeroso, separatista y necio, y que debemos llegar a conocerlo bien desapasionadamente, a comprender las razones de su existencia, a amar la justicia y la sabiduría que lo puso ahí como contrapunto de nuestra evolución ascendente, y a torearlo con hábil atención de guerreros, para que, luego que conozcamos sus leyes y lo tengamos bien vigilado, podamos utilizar la mayoría de la energía de nuestra atención en conectar con el programa Divinal inserto, también, desde siempre, en nuestro "disco duro", que tiene acceso a La Gran Memoria Universal pero que sólo funciona cuando se tocan las blancas teclas del amor y no las grises del miedo... Una vez controlada la sombra y conectados a la Gran Red Universal, la sabiduría y la paz vuelven a fluir espontaneamente y todo se sintetiza, se expande y mejora.
   El programa mental erróneo genera una especie de "película" que se proyecta en la pantalla de nuestra consciencia. La vemos durante la vigilia y durante casi todos nuestros sueños; está basada en hechos reales, pero tan distorsionados, que el guión que escribimos casi no tiene ya nada que ver con la realidad que lo inspiró.
   En el estado de frecuencia vibracional contraída, y, por consiguiente, de consciencia disminuída, adjudicamos roles a los personajes que aparecen en nuestro escenario vital, y hacemos todo lo posible porque se acoplen a nuestro argumento. Todo debe cuadrar con las expectativas de temor, separatismo y desconfianza que albergamos. Todo lo veremos según el color de las gafas deformadas que nos hemos puesto.
   Esta película parece tan real, nos hipnotiza de tal manera, que es muy difícil recordar que podemos apagar el proyector y salir de nuestro propio cine viciado por el miedo.
   El Buen Combate de guerreros y amazonas espirituales por mantenernos en una visión unificada y pacífica de La Vida, nuestro amoroso esfuerzo cotidiano para aumentar la sana y lúcida capacidad de confiar, perdonar, tolerar y respetar en nosotros mismos y en nuestro entorno, se puede resumir en:
   1B- Saber que, mientras mantengamos nuestra frecuencia vibratoria en niveles densos, existe la dualidad, y, como opuesto complementario de nuestro impulso ascensional, los programas negativos y las películas tendenciosas.
   2B- Conocer la propia película, el propio programa sombrío, y sus tendencias.
   3B- Mantenerlo controlado, dedicándole un mínimo de energía de atenta vigilancia, y reconectar con la Realidad que Somos, elevando nuestra vibración por medio de un entregado acto de amor universal, que englobe , también, la aceptación de la sabiduría y a la justicia de nuestros condicionamientos.
   4B- Gozar de la hermosa visión y experiencia de la Realidad, que supera con creces a cualquier película y las neutraliza, si uno se mantiene en lo Alto de Sí Mismo.
   
   El Amor es la fuerza que genera la vida, la humilde y gozosa utilidad cooperadora, la confiada apertura a lo desconocido que produce la sabiduría y el perfeccionamiento, la tendencia a la unidad, la salud, la valiente y constante búsqueda de la más alta armonía, la alegría compartida, la realización.
   El miedo, por lo contrario, tras su apariencia de escudo protector de nuestra supervivencia, sólo lleva al aislamiento, a la preocupación, la prepotencia fanfarrona y hueca, la ansiedad, la avaricia, la desconfianza, el pensamiento fragmentado, parcial, negativo y mezquino, la separación, el cáncer, la triste y lenta decadencia, la muerte prematura en soledad.
   El miedo es sólo la ausencia del amor. El cobarde ocultamiento individual tras nuestras corazas -que más que para protegernos sólo sirven para asfixiarnos- cuando dejamos de creer que somos Quien Somos. El autoencierro en la oscuridad.
   Esa oscuridad escogida, además, produce dos terribles efectos: deforma nuestra visión de la realidad de una manera grotesca, y propicia que aquello de lo que queremos protegernos se materialice ante nosotros tarde o temprano. Atraemos siempre cualquier cosa en la que fijamos emotivamente nuestra atención, ya sea una atención esperanzada o preocupada.
   Ya que, siendo como somos, unidades perceptivas de la Consciencia Cósmica dentro de Si Misma y de Su Juego de manifestación, cualquiera de Sus contenidos mentales que no somos capaces de concebir, comprender, amar y armonizar, por muy negativo que nos parezca, tendemos naturalmente a encarnarlo, a vivirlo en nosotros mismos, para darnos la oportunidad de conocerlo intimamente y asumirlo. Dios no deja huecos de sombra en su camino.
   Quien padece miedo, desarmonía, enfermedad, soledad, confusión, aburrimiento, irritabilidad, rencor o miseria, es porque no tiene fe suficiente en Sí Mismo, es porque olvidó que nuestra Esencia es la Suprema Fuerza, la Fuente de toda Armonía, Salud, Amor, Sabiduría, Creatividad, Paz, Perdón, Riqueza... que no para de fluir mientras estamos conectados a Ella por el Amor. Y esta conexión se llama Autoidentificación, convicción por evidencia experiencial directa, o sea, fe.
   Todo paso adelante en la evolución depende de la valerosa confianza del yo para abrirse al "no yo aparente" al "otro", lo que le trae re-creación, intensidad de vivencia, conocimiento experiencial e integración en un universo mayor, pero también un cierto conflicto hasta que uno se ajusta, dando y recibiendo, consiguiendo y cediendo, temperando... Por lo contrario, capullo que no se abre para ser fecundado, por miedo a los insectos o a la intemperie, se marchita y se pudre sin llegar a convertirse en fruto.
   Cualquier acontecimiento negativo que nos afecta hasta la ansiedad y el dolor, viene causado por la carencia de fe, de confianza en uno mismo y en los demás que Somos, que es la madre de la positividad conciliadora.
   Cuando alguien ha sentido miedo y nos ha atacado, vista esa agresión desde la visión real del organismo de los organismos que llamamos Dios, significa, sencillamente, que alguien se ha cerrado al amoroso flujo de la vida, y ha dejado de transmitir La Fuerza que a todos nos mantiene. Bloqueo es igual a: angustia, malestar, irritabilidad, resentimiento, ira, agresividad, meterse ciegamente en males peores... lo que es seguido de desastre, dolor,autoexamen, lucidez, reconocimiento, purificación, reconexión, superación, nueva expansión vibracional...y a seguir caminando.
   La sabiduría multiperspectivística y totalmente expandida de Dios percibe siempre, con claridad absoluta, lo que realmente quieren decir todos nuestros pensamientos, sentimientos, palabras y acciones negativas: Ante Su Consciencia Universal se ven como lo que realmente son: rabietas de niño; farsas para absorber la energía de nuestra atención, ansiosas llamadas a una "cura urgente de amor" de un ser que, al estar separado de su Fuente, sufre lo indecible y trata de liberarse, proyectando sobre otros la culpa que siente inconscientemente por su auto-separación.
   ¿Como actuar respecto a ésto? Sabiendo que nuestra atención es creadora... estaremos haciendo magia negra si sólo la concentramos en los juicios de los errores y en la búsqueda de culpables, como es la tendencia más automática de nuestro programa esclavizador. Cuando dirigimos la energía negativa de nuestra atención hacia las carencias de alguien (o hacia nuestras propias carencias), aumentamos la frecuencia de su, y nuestra, negatividad y contribuímos a su, y nuestra, dependencia de aquel vicio.
   Lo sano es actuar conforme a la Ley del Amor: sin dejar de percibir sus aspectos negativos, mantienes tu atención principal abierta a todo caudal al amor, y puesta en lo más alto de cada individuo -su Ser- y confiando en sus infinitas posibilidades de Hijo de Dios, sin juzgar ni criticar... refuerzas sus ángeles interiores, le ayudas y te ayudas a progresar y haces que, tarde o temprano, también tú puedas disfrutar de los beneficios que su progreso trajo para todo el organismo Humanidad que somos. Eso es lo que quería decir El Padrino cuando repetía sin parar: "Valoriza a tu hermano, todos somos Seres Divinos".
   Todo Maestro te aconseja que mires al mundo y a tus hermanos con los ojos de Dios: sólo los momentos de común-unión (los que expresan la Realidad unificada que Somos) merecen ser recordados y contados como experimentación real de la vida; todo lo demás no son sino los disculpables sueños ilusorios del ego densificado, quien mata su aburrido tiempo, montándose películas de héroes y villanos monolíticos con ellos.
   Los sujetos más agresivos tienen una necesidad mayor de paz y de comprensiva atención que aquellos que se hallan cerca del equilibrio. Un sincero gesto de receptividad y simpatía puede hacerles resonar con la vibración de una persona serena, sobre todo si esta persona, a su vez, se afirma con fe en La Suprema Serenidad para hacerse canal de Ella. En eso residía la terapéutica espiritual del sacramento católico de la Confesión.
   Si realmente nos afirmamos en el Ser que Somos, no hay nada que temer de un agresivo, pues desde allí se le ve como una parte carente de nosotros mismos pidiendo consuelo a gritos tras una máscara de rabia que facilmente le resbala de la cara tras permitirle desahogarse, para dejar ver unos ojos llenos de lágrimas de aliviado arrepentimiento; Tampoco hay nada que perdonar, ya que si estamos en el Ser, nada ni nadie nos puede hacer verdadero daño.
   Pero si en lugar de verlo desde la altura adecuada, desde una perspectiva unificada, sólo lo contemplamos desde el pensamiento contraído del ego, nuestro perdón nunca será completamente sincero; ya que, consciente o inconscientemente, alimentamos el resentimiento, al creer en la realidad de nuestra herida o de la supuesta ofensa. Ofenderse, reaccionar a la contra alterándonos emocionalmente, desconectándonos de la Fuente del Amor y levantando el escudo del miedo y la espada del rencor como consecuencia de sentirse uno tocado por una provocación, es un síntoma de debilidad y de que uno se ha identificado con algo muy vulnerable, y no con Su Ser, volviéndose lo mismo que teme y que odia.
   Sólo lograremos liberarnos del fantasma del miedo cuando dejemos de identificarnos con el frágilísimo ego, que no aguanta un soplo, y descansemos en la invulnerabilidad de nuestra Identidad Divinal.
   Los humanos que se habitúan a vivir en niveles de vibración poco conscientes son arrojados continuamente hacia una u otra polaridad extrema por la Ley de la Balanza: o bien están subiendo la Rueda o la están bajando, para enseguida invertir el movimiento: el sabio se apoya en el fiel de la balanza, nuestra Esencia, que está por encima de las Leyes porque fué Ella quien las hizo todas. Identificados con el Ser, nos salimos de la Rueda del Samsara, o de la eterna repetición de programas duales opuestos, y permanecemos en la eterna serenidad que es propia del que inventa, dirige y goza del juego sin olvidarse de Sí, y que puede, en todo momento, salir a jugar despreocupadamente mientras desea jugar, sin identificarse con los personajes de su juego más allá de lo necesario.
   
   Como broche final de aquella lección de la Vida, cuando justo terminé el cuadro de la Misericordia, del Perdón y de la Reconciliación, llegaron unos visitantes procedentes del mundo exterior, que me dieron la noticia del siglo: El Muro de Berlín había sido derribado...
   El Muro que separaba la antigua capital alemana en dos mundos incompatibles, muy cerca del cual había vivido yo durante mi estancia en Berlín, simbolizaba tragicamente la mayor confrontación de aparentes opuestos que marcara a toda mi generación y a las dos anteriores: la del malvado patrón chupasangres y el pobrecito explotado obrero, la del bloque occidental capitalista y el bloque oriental comunista... el fantasma de la Guerra Fría, la dualista espada de Damocles que amenazara al mundo con la destrucción atómica global desde antes de yo nacer, se había disuelto; ¿Y cómo? pues simplemente por corrupción del lado que más acusaba de corrupción y decadencia a su adversario... algo que parecía que iba a durar hasta el Apocalipsis final, se había volatilizado como un mal sueño de la noche a la mañana... Si verdaderamente se enseñasen los ciclos anímicos de la Historia en las escuelas, y no sólo los hechos y sus anécdotas, la gente desarrollaría un mayor sentido del humor y tomaría mucho menos en serio a los fanáticos.
   Salí a la huerta que rodeaba mi cabaña y recogí toda cuanta piña tropical en su punto encontré, para dar un humilde banquete de agradecimiento y celebración a los mensajeros de tan gran noticia, la única verdaderamente importante que había llegado a mí desde mi aterrizaje en América del Sur seis años antes.
 
39- LAS REDES DE LA ILUSIÓN
   
   Aquello me hizo meditar mucho sobre las redes de ilusión que influencian nuestra visión de la vida; no se hablaba de mi país en la prensa o la tele brasileira como no fuese para comentar las bombas que habían puesto los terroristas etarras en el País Vasco o en Madrid, de tal manera que para cualquier desconocedor de la situación real, sonaba como si España estuviese casi al borde la guerra civil y en una situación de orden y seguridad pública totalmente caótica; cuando, en realidad en aquel momento se estaba convirtiendo en el país más libre, democrático y moderno de Europa y donde con mayor calidad real de vida y más en paz se vivía, a pesar del progresivo desgaste y corrupción del gobierno reelegido imperante, del desempleo oficial y del desencanto del pueblo frente a las expectativas con que confiaron en los socialistas, como si hoy en día un gobierno pudiese hacer su propia política sin contar con la comunidad internacional que le rodea.
   Algo semejante ocurría en la prensa o tele española con respecto al Brasil; el "correo de las malas noticias" fomentaba, en primer lugar, la desconfianza del ser humano en sí mismo, luego en los demás y, por fin, en el mundo entero... morbo ante la paja en el ojo ajeno, adicción al escándalo, expectación ante lo negativo, cinismo, prensa amarilla... los medios de manipulación de masas, que sólo consideraban vendibles las noticias sórdidas, unicamente hablaban del Brasil para ensuciar su imagen con sensacionalistas y asqueantes reportajes sobre la degradación y matanza de los menores abandonados en las calles de las megápolis; lo cual no era mentira, pero tan sólo una ínfima parte de la verdad y la otra cara, la más sombría, de uno de los países del mundo donde los niños son más amados y considerados y donde el pueblo, muchos millones de buenas personas, a pesar de la injustísima distribución de la riqueza, posee por naturaleza la mayor sabiduría social -o Arte de Saber Vivir en alegre, abierta, pacífica y cariñosa armonía interna y externa- de que yo tenga datos en todo el planeta. No hay persona sana que conozca el Brasil y sus gentes y no acabe amándolos.
   Cuando en los himnarios del Santo Daime visualizábamos el cuerpo astral de La Tierra absolutamente contaminado por las más oscuras vibraciones y trabajábamos hasta el amanecer bombardeando aquella ingente humareda de polución psíquica con nuestras mejores vibraciones de Amor solidario y cooperativo, Consciencia de Unidad, Belleza, Paz y Libertad, resumidas en la firmeza guerrera y en el entusiasmo con que sembrábamos la noche de himnos sagrados, estaba claro ante mi miración que la parte más asquerosa del dragón astral que la negatividad de la humanidad doliente emanara durante el día, había sido fundamentalmente generada por las formas-pensamiento procedentes de los mass-media, sumadas al impacto pesimista y resignadamente morboso o ya insensiblemente indiferente que sus imágenes producían en las mentes de sus millones de lectores o telespectadores, las cuales no podían, inconscientemente, hacer otra cosa que juntarse en el astral para elaborar un proyecto mental apocalíptico, que conducía a la Humanidad hacia su autodestrucción por pura Magia Negra de autosugestión negativa.
   ¿Has oído o leído sobre el asesinato Vudú en Haití? Pues parte de las mismas premisas: Cuando un hechicero quiere eliminar a alguien, hace llegar a su casa una serie de signos rituales que le informan -y a todo su vecindario- de que está siendo atacado magicamente. Eso rompe inmediatamente la estabilidad emocional del agredido y abre sus defensas psíquicas; todos sus familiares y vecinos entran en pánico también y le rehúyen, como a alguien sobre quien ha caído la peste de la mala suerte.
   Si el hombre no tiene una gigantesca firmeza interna para proteger su ánimo con buen humor, concentración de su atención en algo constructivo y fe total y comunicante con sus aliados angélicos y divinales, la autosugestión negativa acaba por penetrar en él, amargarle la vida y somatizarse, es decir, convirtiéndose lo que era un virus astral o emocional en una verdadera enfermedad física o en algún tipo de locura paranoica que , finalmente, le puede llegar a causar un daño mortal.
   Se cumple así el objetivo del brujo asesino, quien lo único que hizo, realmente, fué contaminar de información negativa el entorno psíquico de su víctima; que es lo mismo a lo que dedican diariamente todo su esfuerzo y sus poderosos medios humanos y tecnológicos, consciente o inconscientemente, la mayoría de las empresas de información mundiales.
"Quien no ama, contamina el medio ambiente"

-León Octavio Osorno-

   En este final del Segundo Milenio en que, por pura necesidad de supervivencia, se puso de moda la Ecología y las jóvenes generaciones tomaron la bandera de la denuncia de todo aquello que degrada el planeta, nadie parece estar aún suficientemente concienciado de que lo que más lo degrada no son los humos de los motores, los vertidos químicos en ríos y mares, las guerras o los incendios de bosques, que son sólo la hojarasca y las ramas del Arbol de la Corrupción, sino el pensamiento negativo de la Humanidad, que es su tronco; y, en las raíces del tronco, la manipulación de ese pensamiento por los medios de comunicación de masas puestos al servicio del chismorreo degradador y morboso, de la mediocridad, del lucro desconsiderado e irresponsable de unos cuantos grupos de presión que cultivan el envilecimiento de los valores humanos como método para convertir al ciudadano en un consumidor más fácil de dirigir, más embotado, más pasivo y más idiota...
   Transmutemos sus raíces, contengamos los juicios que emitimos sin amor sobre los demás, construyamos al Hombre en nosotros mismos en lugar de vivir quejándonos de lo mal que va el mundo, y el Arbol de la Muerte se convertirá en el Arbol de la Vida y de la feliz autorealización del Planeta. Exijamos la concienciación de las raíces sobre el poder del Verbo y el buen uso de las Leyes de Creación. Y las raíces son LOS PROFESIONALES DE LOS MEDIOS DE INFORMACION Y SU RESPONSABILIDAD hacia todos los demás ciudadanos; porque de nada adelanta andar podando periodicamente las ramas; si las raíces continuan envenenadas, las podas sólo conseguirán producir frutos de degradación más resistentes y poderosos.
   Hace demasiado tiempo que nuestras consciencias son en gran parte controladas por manipuladores sin escrúpulos, tanto del Plano Físico como del Astral, que cimentan su poder en la total descreencia en la potencialidad divinal del hombre, al tiempo que exhaltan las energías de miedo, de desconfianza y de limitación, las cuales hacen tragar a la Humanidad de cuatro a seis veces al día, y de su minusvalía provocada por sugestión se lucran y se alimentan.
   Todo el sistema social "normal" que nos rodea está basado en el miedo, en la desinformación o en la información manipulada; el Estado surgió como un pacto social motivado por el miedo; el miedo hace que nuestros impuestos paguen un funcionariado improductivo cada vez más y más grande que sólo tiene como justificación de su existencia nuestro temor a autogobernarnos, a autoadministrarnos, a aprender y a curarnos por nosotros mismos, a autoprotegernos y cuidarnos; el miedo ha creado las clases sociales, el racismo, las cárceles, los manicomios, las inquisiciones, las ciudades superpobladas, las fronteras, los muros, los partidos, la policía, los ejércitos, las guerras... imagínate todo lo que desaparecerá de nuestra vista cuando vivamos -y no está lejos ese amanecer-, sintiéndonos todos de verdad uno.
   Mientras tanto, mejor que una indeseable censura que pueda servir de pretexto a los manipuladores de consciencias para coartar aún más la mínima libertad de expresión que hemos con mucho esfuerzo conseguido... trabajemos, cada uno a su manera, por formar a todos los niños en general desde las Escuelas, y a los futuros profesionales de la comunicación en sus Facultades, ya sean periodistas, escritores, artistas, músicos, informáticos, científicos, sociólogos, políticos... en la concienciación responsable y cuidadosa del inmenso poder de la Imaginación o Verbo Humano para el bien o para el mal; y de su importantísima influencia específica sobre la construcción del Paradigma Colectivo.
   Creer es crear; no creer, con apasionamiento, es crear en uno mismo, aquello que se niega. Conozcamos las Leyes de Manifestación, y usémoslas para el bien de todos.
   En la miración visualizaba yo a veces al "correo de las malas noticias" como un gigantesco pulpo negro que atenazaba hasta casi el estrangulamiento al Planeta Azul; sólo las energías de sentida autoconfianza positiva en nosotros mismos, en la vida y en la Humanidad y en la propia justicia de aquella sombra, que le lanzábamos toda la noche con nuestros himnos, conseguían disolverlo y difuminarlo temporalmente... ATENCION: Se necesitan voluntarios para unirse al Buen Combate.
   Pero cuidado con caer en tendencias apocalípticas escapistas o reaccionarias: Existen muchas sectas y grupos, de presuntos luchadores por la Nueva Era, que pierden la mayor parte de su energía constructiva en vivir quejándose, denostando o atacando al viejo mundo, con lo cual recaen en las mismas actitudes agresivas, negativas e intransigentes de su enemigo, volviéndose igual que él.
   Peor aún es la postura de aquellos "espiritualistas" que han perdido de tal manera su fe en la capacidad de renovación del espíritu humano, es decir, de Dios en la Humanidad y en el individuo, así como la compasión por sus hermanos y la responsabilidad por el poder de sus proyecciones mentales -que conocen muy bien-, y que viven contaminando el mental y el astral del planeta con un programa igual de morboso que el de los mass-media sensacionalistas, emitiendo continuamente -y hasta de forma sinérgica y ritual- una solución de futuro que pasa por la salvación de unos cuantos elegidos vestidos de blanco, que serán evacuados por la flota de naves extraterrestres o angélicas como en una nueva Arca de Noé, mientras las otras tres cuartas partes de la Humanidad obtienen el castigo a su maldad siendo destruídas por la guerra global, el hambre, las inundaciones y, por fin, el fuego del subsuelo, que se convertirá así en su infierno... Cuando todo eso haya ocurrido, las naves los devolverán a la Tierra silenciosa y desértica, donde por fin podrán ser felices, cultivando lechugas y tomates en el yermo, aún humeante y calcinado, mientras cantan himnos sagrados, satisfechos de no tener ya alrededor a vecinos molestos y profanos que piensen y actúen de manera distinta a la de ellos.
"El estado mental que más necesita de guía, de iluminación y de amor es el de aquellos que ven todo el tiempo a los demás seres humanos como un rebaño de pobres pecadores desorientados, necesitados de guía, de iluminación, de amor, y de perdón."

Thaddeus Golas  

   La realidad material en que vivimos es siempre la cosecha de la imagen del mundo que anteriormente hemos sembrado en el plano mental y regado en el astral con nuestra sentida emocionalidad. Cada quien se merece lo que sueña: Los medios de comunicación y los apocalípticos catastrofistas de cualquier tipo pueden llegar a ser un arma mil veces mas peligrosa que todo el arsenal atómico mundial, sobre todo ahora, que los avances cibernéticos nos acercan a una cada vez más sensitiva Realidad Virtual ...¿Os imaginais a alguien como Adolf Hitler -que también era un apocalíptico- dirigiendo un monopolio televisivo o controlando una red mundial de alta tecnología en realidad virtual servida por Internet?
   ... Y no habrá un mundo descontaminado, lúcido, libre y en progreso real hasta que los hombres y mujeres de buena voluntad de la Tierra exijan y conquisten su derecho y el de sus hijos, tanto a no ser manipulados psicológicamente por los grupos de presión acaparadores de las grandes cadenas informativas, como a un acceso igualitario, responsable y descentralizado a los Mass-Media -los avances técnicos lo están haciendo cada día más factible-, y a su utilización constructiva y consciente como alimento sano, armonizador y elevador de la mente social global, para la evolución positiva integral de la Humanidad.
   Sin embargo, el hombre no será completamente Libre (con mayúscula) mientras su información sólo provenga de afuera, de los parciales intereses de otros, por medio de aparatos y redes de comunicación diseñados por la industria y el comercio con el principal fin de lucrarse, de chupar tu energía emocional o de construir tu opinión a su medida.
   Es necesario que aprendamos a desengancharnos del Correo de Las Malas Noticias para que podamos conectarnos con la única Fuente Veraz de Información Cósmica y permanecer en ella, levantando para ello en nuestra frente la antena capaz de sintonizar con el ilimitado Canal Del Amor, cuyo director es nuestro Maestro Interno.
   
   NO (con todo amor) A LA MASIFICACION PLANETARIA, DENTRO DEL PROGRAMA DE LA UNIFORMIDAD FORMAL MAS SIMPLONA Y VULGAR Y DE LA SENSACIONALISTA NEGATIVIDAD INFORMATIVA.
   SI AL MESTIZAJE ENRIQUECEDOR QUE HAGA LA SINTESIS COMUN Y CONSTRUCTIVA DE lOS VALORES QUE CONSTITUYEN EL FONDO ESENCIAL MAS VALIOSO Y PROFUNDO DE CADA CULTURA, AL TIEMPO QUE EXPONE LA RIQUEZA Y DIVERSIDAD DE FORMAS CON QUE LO ESENCIAL SE REPRESENTA.
 
40- EFECTO SELVA
   
   Cuando hoy describo todo aquello con un estado de consciencia completamente racional y urbano, me parece que profano mi experiencia; que no tiene nada que ver. Como casi no tuvo nada que ver tomar Ayahuasca, tiempo después de dejar la jungla, en Rio Branco, Brasilia o Rio de Janeiro, a pesar del sincero entusiasmo de mis compañeros templarios, los guerreros y guerreras, y de la excelente dirección de los comandantes y comandantas de sesión.
   Fuera de su contexto real y del contorno terapéutico adecuado, sin el continuo revigorizamiento físico del trabajo disciplinado y duro en el mato, sin la comunicación etérica íntima y mágica con las poderosísimas energías puras de los espíritus de la floresta en el Corazón del Mundo, sin la inmersión emocional en el sentimiento de un pueblo libre que se desarrollaba espontaneamente en su propio sueño épico en realización; lejos del contacto mental con los auténticos Hombres de la Selva y su cultura, y carente de la comunión espiritual con terapeutas titulados por su propia sabiduría de la talla del Padrino Sebastián... aquello se fué convirtiendo para mí casi como en un ritual escapista cualquiera en medio de la agitada vida laboral y social de la urbe, más próximo cada vez al hábito rutinario.
   Y es que existe algo que sólo puedo denominar "EFECTO SELVA", que eleva al máximo nuestra sensibilidad; salir de la Amazonia produjo en mí una especie de "mono" parecido al famoso "síndrome del astronauta", incapaz de liberarse de su nostalgia del espacio y de adaptarse de nuevo a la prosaica Tierra. Así que acabé por no tomar más y desligarme. Cuando una querida amiga me lo reprochó, después de que el Daime fuera para mí tan gran maestro y medicina, le respondí, con el mayor amor, que un discípulo digno de un gran Maestro tiene que demostrarle que lo es renunciando finalmente a su apoyo y saliendo a practicar los altos vuelos aprendidos con sus propias alas, por su cuenta y riesgo y en solitario; y que la mejor medicina sólo demuestra su eficacia cuando el enfermo que la tomaba deja de tomarla, porque ya se siente sano.
   De todas maneras, para mí, el Santo Daime va mucho más allá del rito de ingestión de la Bebida de Poder, que es sólo la puerta de entrada a una mayor percepción. Las enseñanzas de su Doctrina y el ejemplo de sus guerreros y amazonas, como todos los de mis otros Maestros, viven incorporados en mí y me guían, cuando me dejo guiar, por los más claros rumbos.
   Uno de mis mayores placeres continúa siendo reunirme con varios hermanos y hermanas para cantar himnos a la Vida; de hecho, todo lo mejor que siento, pienso, digo, escribo, pinto, hago, es un continuo himno a la mágica belleza de La Vida, que me mantiene tan pleno como intensamente enamorado de Ella.
   Espero poder regresar a Mapiá algun día, para enterarme de como evolucionó la Comunidad tras la muerte del Padrino, pasar un tiempo con Chico Correntes o con quien aparezca, y tal vez saludar de nuevo, mirándolos de frente desde adentro, a los guardianes astrales de los lugares donde tuve las experiencias más intensas de mi vida; Aunque la mayoría de mis Guías habían estado dentro de mí desde siempre y continúan estando, no cabe duda de que la Amazonia, el Pueblo de Juramidán y la Ayahuasca nos brindaron la mayor oportunidad para conocernos intimamente y compartir extraordinarios ratos juntos.
   
    A morada do meu Pai La morada de mi Padre
    é no Coraçao do Mundo, es el Corazón del Mundo,
    donde existe todo o Amor donde está todo el Amor
    e tem um segredo profundo y hay un secreto profundo
   
    Este segredo profundo Este secreto profundo
    está em toda a Humanidade, está en toda la Humanidad,
    se todos se conheceram si todos se conocieran
    aqui dentro da Verdade... aquí dentro de la Verdad...
   
(Himno del Santo Daime)
   
Que vuestro Femenino Interno, si sois hombres, o vuestro Maestro Interior, si sois mujeres, os guíen también por los caminos de la Síntesis y el autodescubrimiento,
porque la Identidad Real que los estereotipos fantasmales del ego ocultan a nuestra percepción
y que se adivina en la raiz de las potencias de los arquetipos subconscientes de nuestra imaginación, nuestras visiones y nuestros sueños,
es la misma para todos nosotros:
La del Hijo, el Espíritu Consciente de la Humanidad Planetaria, el Verbo Encarnado, el Intimo, el Cristo Cósmico que somos cuando Somos.

Buen viaje, hermano, hermana caminante.
AQUEL ABRAZO.
 
41- MATERIAL GRÁFICO
   
 
42- SIETE AÑOS DESPUÉS
   
   El autor de este libro se volvió a encontrar con la Iglesia del Santo Daime en Enero de 1997, cuando consideraba que estaba a punto de terminar el trabajo de supervisión de sus páginas, y exactamente siete años después de haber dejado el Trópico y la Bebida del Poder.
   Se encontraba residiendo con su familia en España, en la bella isla de Mallorca, en el Mar Mediterráneo, cuando un día, alguien le habló de experiencias astrales extraordinarias, mas que le sonaban bien, bien familiares; intuitivamente, la pregunta vino sola:
   - ¿No habrás probado tú el Daime?
   - Pues sí... -balbució la persona, algo sorprendida.
   - ¿Donde? ¿en el Brasil?
   - Pues no, aquí mismo, en Mallorca... -respondió, no demorándose después en explicar en qué lugar y en qué circunstancias y con quien había participado en un himnario.
   Y así fué como nos enteramos de que había un Punto o Centro Daimista en la isla.
   Movidos por la curiosidad, mi esposa y yo quisimos conocer a los comandantes, y lo hicimos con precaución, para ver de que clase de pasta eran. Nuestra primera impresión fué excelente: se trataba de una brillante pareja española que había estado en Mapiá en 1993, cinco años después que yo, y que habían tenido allí -decían- una experiencia maravillosa, en el transcurso de la cual incluso se habían casado en un himnario y ante todo el Pueblo de Juramidán, siendo apadrinados en la ceremonia por la mismísima Madrina Rita, viúda del Padrino Sebastián Mota, y por su hijo mayor, Alfredo, que ahora regía los rumbos de la comunidad.
   Pocas noches después, el domingo 19 de Enero, participamos con ellos en una ingestión sacramental de Daime en una linda finca rodeada de bosques de pinos, a no demasiada distancia en coche de Palma, la capital de la isla. Lucían los comandantes sus fardas de gala, o uniformes rituales de los comprometidos con la Doctrina, y les acompañaban en la mesa de sesiones, presidida por un gran Cruzeiro rústico, otros cuatro fardados residentes en Mallorca y dos fardadas venidas de la vecina isla de Ibiza, que cantaban con verdadero brío amazónico. También participaban otros tres no-fardados, que, como nosotros, se habían vestido de blanco para la ocasión. En total 13 personas (número de muerte y resurrección): siete damas y seis varones, uno de los cuales interpretaba a la guitarra los himnos con tal concentración, que nos servía de firme puntal a todos.
   El himnario transcurrió, durante toda la primera mitad de la noche, por cauces impecables, y yo me daba cuenta de que, aunque me había introducido en otras Escuelas de Guerreros Espirituales después de la del Santo Daime, ninguna le llegaba a los talones en cuanto a perfecta y armónica disciplina y firmeza, y de que todos aquellos fardados parecían ser de una talla humana que no tenía nada que envidiar a la mayoría de los que yo había conocido en el Brasil.
   La retomada de contacto íntimo con la Bebida del Poder después de siete años, fue, por mi parte, óptima; me sentí todo el rato muy bien, con altas energías de alegría, y con mucho contacto astral con el espíritu del Padrino Sebastián, cuyo santo, que es también el patrono de Palma de Mallorca, se celebraba, precisamente, en aquella fecha.
   También tuve una excelente comunicación telepática, durante el trance, con el comandante y con la mayoría de los fardados, a quienes se les veían muchas horas de disciplinado ensayo de los himnos para conseguir toda la potencia y armonía que llenaba el salón.
   Durante la segunda parte, una vez concluído el trabajo, siguió un compartir más informal, y ahí el grupo mostró su gran simpatía, que fué un fondo bien agradable para el disfrute de la navegación interdimensional libre, a la que ya estábamos todos entregados tras acabarse el ritual; fué una noche memorable.
   Por causa de ella, regresamos muchas otras veces, y también participamos en bastantes ensayos de himnarios en las diversas casas particulares de los fardados o en la nuestra, con lo que nos fuimos haciendo, primero, buenos amigos, y, finalmente, reencontrados camaradas. A lo largo de todas aquellas reuniones y sesiones yo fuí recogiendo mucha información actualizada sobre el Pueblo de Juramidán.
   Así me enteré de que Alfredo Mota, digno sucesor de su padre, ayudado por su hermano Waldette, por Alex Polari y por los más brillantes daimistas de la joven generación, se habían decidido a atender a la demanda de los continuos visitantes que a Mapiá llegaban, procedentes de todas partes del planeta, y a hacer unas cuantas giras internacionales, para llevar por el mundo la Poción Mágica y la Doctrina.
   Lo habían dudado mucho... suponía una fuerte aventura, llena de riesgos y tentaciones, salir de la pureza de la selva y marcharse a apostolar por las grandes ciudades del mundo, donde El Correo de las Malas Noticias era la vibración predominante; pero el viejo Padrino Correntes, lugarteniente de Sebastián, que aún vivía, los animó:- Yo he visto que va a dar cierto, podeis marchar; mucha gente está loca por recibiros.
   Y marcharon. Porque lo único que justifica un retiro espiritual es un retorno posterior al mundo, para ofrecerle a plena luz el fruto, con tanta delicadeza en el aislamiento cultivado. Y comenzaron por España, que es el país de Europa donde mejor se suelen encontrar los brasileiros.
   El primero que vino debió ser por el 91, el enérgico Paulo Roberto, yerno del Padrino Sebastián, que dirige la importante Colonia del Santo Daime en Rio de Janeiro, llamada Ceu do Mar. Presentó la Bebida del Poder en Babia, un lugar apartado de una provincia apartada del Sur, Almería... Es curioso que los españoles llaman "estar en Babia" a estar con la mente en otra dimensión, bien lejos del mundo habitual...
   Por ese mismo año, una japonesa que vive en Rio y que estaba también muy relacionada con Paulo Roberto, llevó el Daime al Japón, en el extremo opuesto del mundo.
   Ya en 1992, y coincidiendo con la gran celebración del Quinto Centenario del Descubrimiento de América, América devolvió la visita invadiendo Europa, entre muchas otras de sus peculiares manifestaciones políticas y culturales, de chamanismo de todo signo. Yo estuve presente en el esperpéntico asalto de la Catedral de Santiago - patrón de caminantes y aventureros, santuario del arquetipo hispano de "El que va más allá"-, por los concheros mexicanos, sus coronelas y generalas y sus portadoras de humeante copal, apoyados por una nutrida expedición de indios celtibéricos de todo tipo.
   Fué ese año que llegó a España, bien más discretamente, el Padrino Alfredo Mota con diez o doce miembros del Pueblo de Juramidán, entre ellos Caparelli, Roberval, varios cantores y cantoras y un montón de espíritus de la floresta. No se si en éste o en cual otro de los posteriores viajes, vino también entre ellos Regina, cuyos himnos recibidos son de lo más vibrante y alegre que hay en el Daime.
   Alfredo dirigió su primer trabajo en el Viejo Continente en una sesión celebrada nada menos que en un antiguo monasterio templario, en las afueras de un pueblito bien rural de la provincia de Guadalajara, al Sur de Madrid.
   Luego vino una gira por toda Europa, y después más: actualmente hay nueve Puntos, o Centros del Santo Daime, en Alemania, cinco en Holanda, dos en Italia, y uno en Portugal, otro en Bélgica y otro en los Alpes Suízos. Parece ser que en Japón hay dos muy disciplinados y que Alfredo y Alex Polari abrieron otros centros en los Estados Unidos, en los estados de Hawai y de California.
   Las giras por los países del Norte, a pesar de la excelente acogida de los daimistas que ya habían estado en Mapiá. siempre las dejaban muy fatigados, por la gran diferencia de temperamento y ritmo, y porque allí tenían que derrochar una cantidad mayor de energía para expandir la vibración de los participantes, menos abierta y comunicativa que la de las gentes del Sur; es por ésto que les gustaba, antes de volver al Brasil, reciclarse en el ambiente más latino de España.
   Fue en una de esas vueltas de reciclaje que descubrieron las Islas Baleares, dorándose bajo el sol sobre las ondas esmeraldinas del mismísimo Mar Latino, tan semejantes a los paraísos litorales de la Costa Azul del Brasil.
   En 1993 se abrieron los puntos de Barcelona y de la isla mediterránea de Ibiza; sus nueve fardados no tenían Daime, pero, aún así, se reunieron con constancia durante un año cada semana para cantar himnos en portugués, hasta que alguien lo trajo.
   En el 93 también, Alfredo envió una nueva expedición a girar por Europa, recomendándoles que comenzasen por Ibiza y Mallorca -"No por la cantidad de fardados, sino por la calidad"-, explicó Caparelli, el comandante, con quien venían Roberval y Teté. Ellos inauguraron oficialmente el Punto Mallorquín el 2-3 de Agosto, con el himnario del Maestro Irineu, apoyados por los grupos catalán y de Ibiza, y luego siguieron a Barcelona, Italia, Holanda y a Marruecos, en el Norte de Africa, volviendo a Madrid antes de saltar a Brasil.
   El 19 de Junio de 1994, los comandantes de Mallorca, que también se habían pasado un año aprendiendo a cantar desde cero y sin músicos, hicieron su primer trabajo público, con el himnario de Alfredo, acompañados de una sóla chica budista...
   
   Entretanto, Alfredo se había dedicado a organizar un programa, titulado "Proyecto Daime Eterno", encaminado a plantar suficiente Jagube y Rainha como para atender una demanda amplísima; y también se ha empezado a censar a los daimistas del mundo, agrupándolos en una asociación, llamada CEFLURIS, que tiene como fin apoyar internacionalmente al Pueblo de la Floresta, a su proyecto ecológico y a su Cultura de las Plantas Sagradas, a fin de que que el personal de Mapiá pueda dedicarse, preferentemente, a confeccionar la Bebida de Poder para todos y distribuirla allá donde sea demandada.
   El Santo Daime continúa siendo legal, ya que ningún análisis oficial estimó que haya razones por las que se le pueda poner en la lista negra de lo prohibido, pero las instrucciones que vienen de Mapiá aconsejan siempre el máximo de discreción y que, de ninguna manera, se haga proselitismo. "El Daime no es para todo el mundo, y quien está preparado para llegar a él, acaba llegando"
   En la misma tónica de discreción, se decidió no ingerir jamás colectiva y sacramentalmente Santa María en sesiones públicas, para no chocar con las legislaciones de los países donde la Cannabis Sativa está prohibida.
   
   En Mayo 1997, Alfredo y su equipo, entre los que estaban la Madrina Cristina, Roberval, Caparelli, Ruti... dieron la vuelta al mundo: De Brasil volaron a Barcelona, Europa, de allí a Japón, Asia, a las islas Hawai, Oceanía, y a California, Norteamérica; y luego volvieron a Madrid, para reciclarse, antes de cruzar de nuevo el Atlántico y el inmenso Brasil, para regresar a Mapiá.
   Y ahora, en el momento en que termino de revisar este libro, en Noviembre de 1976, hace poco tiempo que llegaron directos a Mallorca, para comenzar en ella otra gira europea, el Padrino Nel, viejo compañero de Sebastián Mota, acompañado de su hijo Odemir, el veterano guerrero que se ocupaba de desintoxicar a los drogadictos graves que en Mapiá buscaban una última posibilidad. Para esta ocasión, los fardados del Centro "Rainha do Mar", que finalmente fué el nombre escogido por el grupo mallorquín, además de un emblema con un águila marina, una sirena y un pez espada, consiguieron un lugar bien especial, cargado de significación, donde celebrar los himnarios, y aún hubo tiempo para disfrutar juntos de algunas playas y calas de las más bellas y escondidas de "la Isla de la Calma". Toda la estancia de estos dos tremendos comandantes fué mágica para quienes tuvieron la suerte de compartirla con ellos.
   
   Se están recibiendo himnos en inglés y hasta en japonés, pero parece que a la gente hispana les continúan llegando en portugués: un español de Madrid, llamado Rafael, recibió uno, titulado "A Linha Do Mar", tan bonito y tan alegre que enseguida fue adoptado como himno particular, no se si con su permiso, por el grupo de Mallorca, que lo usa al final de sus sesiones, para transmutar el cansancio en alegría y hacer levantarse a los enfermos, a fin de rematar dignamente los himnarios o las curas, con todo el mundo bailando y celebrando la purificación, la expansión, la belleza, la conexión y la evidencia  .
   Tuve ocasión, también, de participar en otro himnario en la vecina isla de Ibiza, que, desde la Revolución de París en Mayo 68, fue famoso refugio de los hippies de todo el mundo, y donde se comenzó a tomar Daime antes que en Mallorca; hay un pequeño grupo de daimistas de todas las nacionalidades allí, mayormente formado por mujeres, un variado abanico de esas bravísimas mujeres que Occidente ha producido en la generación que se afirmó en los 60-70, para poner bien alto todo lo femenino.
   Mallorca e Ibiza, son dos islas próximas en el paradisíaco archipiélago mediterráneo de las Baleares, el centro turístico más importante de Europa, donde se disfruta de su mejor clima, tanto en verano como en invierno, y del ambiente más abierto, próspero y cosmopolita (Mallorca es llamada "la California Europea"), de los más numerosos círculos de interés esotérico de España, y también de algunos de sus más bellos paisajes de litoral y montaña.
   La mayoría del turismo se concentra en la capital y en tres o cuatro grandes zonas hoteleras de playa bien específicas; el resto de la isla, sobre todo fuera de los meses de pleno verano, continúa siendo tranquila, natural y bellamente campesina; un buen lugar para disfrutar de la "largura del tiempo" y cultivar el placer de la amistad, con el fondo musical de las campanillas de los rebaños de ovejas que pacen entre olivos escultóricos. El invierno es suave y en el mes de Enero toda Mallorca se pone blanca, mas no por causa de la nieve, como ocurre en el centro y norte de Europa en esas fechas, sino porque florecen innumerables almendros en los campos.
   ...Pues parece ser que los Puntos del Santo Daime de ambas islas se están poniendo de acuerdo para ofrecer a los daimistas de la Europa fría un lugar bien tranquilo y natural, donde puedan venir a pasar unas vacaciones en un ambiente de Santo Daime, con alojamiento en un hermoso lugar en plena naturaleza y dotado de un centro ceremonial, así como de talleres de pintura, modelado, música, donde se pueda expresar todo el potencial creativo de la Babida del Poder, con excursiones a ermitas y monasterios de montaña, calas solitarias y playas maravillosas, alternadas con himnarios o sesiones nocturnas de cura... y tal vez hasta un crucero psiconáutico en yate entre las islas de Mallorca e Ibiza ("Magical Mistery Tour")... costeando sus bellísimos acantilados, con fraternal acogida en cada una de ellas.
 
43- CONCLUSIÓN
   
   Reflexionando sobre las cuestiones fundamentales:
   1- La vida es un Juego en el que el Ser Cósmico se experimenta a Sí Mismo a través de las experiencias vivenciales de los infinitos personajes que representa.
   2- Cada experiencia es válida en sí misma para el Ser y neutra, aunque le parezca positiva o negativa, feliz o frustrante, buena o mala, virtud o pecado, a la unidad individualizada de Su Consciencia que la experimenta sentida y vivencialmente.
   3- El Ser con mayúscula -llamémosle así, para entendernos- se manifiesta y se realiza con cada experiencia. Su personaje individualizado, además -llamémosle el ser con minúscula, aunque recordemos que es lo mismo-, aprende algo con ella y evoluciona hacia un mayor grado individual de consciencia.
   4- Involución y evolución son, para el Ser, simples elementos de su juego; cada vez que desea montar un nuevo escenario para Su Juego, hace que sus personajes involucionen, es decir, se autolimiten, rodeándose de dificultades, obstáculos y sombras dentro y fuera de sí mismos, con lo que, además, pierden el recuerdo de Quien Son en realidad, y con él toda la omnisapiencia y omnipotencia del Ser.
   5- Evolución significa que, a partir de esa ignorancia y limitación inicial, los seres, a través del infinitas vivencias y experiencias, van tratando de superar o sortear sus limitaciones, acumulando con ello sabiduría y potencia hasta que, un día, se autorecuerdan de forma integral y entrañable. Ahí, su absoluto convencimiento evidente les devuelve su Identidad Divina, su omnisapiencia y su omnipotencia eternas.
   6- Llamaremos transformación a cada vez que los seres, como consecuencia de sus aprendizajes vivenciales en confronto con sus obstáculos, logran ampliar su consciencia más allá de sus límites anteriores. La transformación puede ser grande o pequeña, siempre es parcial y nunca integral, y puede ser bastante duradera o breve, retornando en este último caso el sujeto a niveles de consciencia inferiores a los que alcanzó durante ella.
   7- Llamamos Iluminación, según lo que enseñan las tradiciones orientales, al único tipo de transformación que no es parcial ni temporal, sino integral, constante y tan irreversible como cuando el niño se convierte en joven hombre: La energía vital, por fin dirigida conscientemente por la voluntad, tras una larga práctica, va ascendiendo de chakra en chakra, activándolos.
   El sexto chakra es un órgano no físico, espiritual, que está situado en el cuerpo sutil en correspondencia con el plexo que hay entre las cejas; cuando la energía vital llega hasta él y lo activa, se diluyen las ilusiones individualistas y separatistas del ego y se percibe claramente la unicidad divina que hay en todo; se siente, de una manera integral, nuestra unificación amorosa con todo, y se perciben el pasado, el presente y el futuro desde la omniabarcante perspectiva del aquí y ahora eterno del Ser que somos, y que siempre hemos sido, aunque estuviésemos ciegos a tan espléndida realidad, a causa de la contracción de nuestra energía-consciencia en la bajísima onda del egocentrismo, la separatividad, el desamor y el miedo.
   Se puede elevar la energía vital consciente hasta el sexto chakra y activarlo con un buen orgasmo sexual tántrico o con un bien canalizado trance, producido por ingestión de plantas de poder, pero sólo de una manera fluctuante, en atisbos, sin que haya un buen asentamiento ni fijación de nuestra consciencia sobre una estructura energético-mental suficientemente sólida como para aguantar ese tremendo aumento de voltaje durante mucho tiempo (sin que se recalienten los cables y se fundan los plomos, por poner un ejemplo).
   El fortalecimiento de las vías sutiles de percepción, para que se conviertan en vehículo seguro y constante de esa poderosísima energía, dicen los maestros orientales, sólo se consigue a través de una práctica constante del yoga meditativo: y tan sólo después de que todos los vehículos del meditador han sido convertidos en perfectos canales de la más alta de las energías, puede acceder a la evidencia constante de que él es El SER MISMO.
   Este AUTOCONOCERSE en el que se destierra para siempre la duda, junto con su corte de limitaciones, no se adquiere apenas por atisbos de autorecuerdo, sino por perfecta disponibilidad de todas las potencias del Ser, cuando por fin pueden ser utilizadas (dentro de la medida humana) por un conjunto corpomental adecuado. Esta evidencia integral y constante funde con su Autoidentificación Real al sujeto hasta la médula de los huesos; lo cual, más que transformarlo, lo transmuta.
   8- A la vista de lo previamente expuesto, es claro para mí que todo lo que se ha descrito en este libro son métodos, formas e instrumentos que provocan indudables transformaciones, parciales, graduales y siempre temporales. Algunas de estas transformaciones experienciales, como las producidas en la autopercepción por el Santo Daime, pueden llegar a ser hasta muy potentes, y a hacernos avanzar bastante camino, pero ninguna de ellas produce, por sí misma, la definitiva Iluminación, meta fundamental de la evolución humana, aunque sólo sea una puerta hacia las eternas evoluciones suprahumanas del Ser.
   9- Las sustancias psicoactivas enteógenas apenas sirven para una cosa: mostrarnos, durante un tiempo limitado, una frecuencia de onda en la que nuestra mente, una vez purificada, puede vibrar dentro de la mayor integración armónica con todos los seres, unicidad y plenitud. Conocer esa frecuencia es importante: nos indica el objetivo que debemos alcanzar. Pero, en mi opinión, es un camino de ilusión más el tratar de mantenerse en esa onda a base, exclusivamente, de ingestión frecuente de psicoactivos externos. Lo que hay que hacer es potenciar el mayor psicoactivo interno, que está, continuamente y sin coste, a disposición de todos nosotros: el sentimiento de Amor Universal ...y aplicarlo constante, práctica y gozosamente en nuestra vida cotidiana.
   10- Las vías chamánicas que utilizan plantas de poder, si son auténticas, nunca hacen de la ingestión continua de sustancias psicoactivas su principal objetivo: ellas son un medio, un despertador, una medicina potenciadora, y jamás un fin. El fin es llegar a expandir tanto la propia consciencia a base de pequeñas transformaciones, que uno logre vivir en la onda del amor universal y la unicidad sin necesidad de más muletas. De hecho, tanto los chamanes indígenas como los padrinos y madrinas del Daime necesitaban cada vez menor cantidad de la Bebida de Poder para entrar en trance, hasta que sólo comulgaban unas gotas como símbolo sacramental. Estas vías autocognitivas, además, están siempre respaldadas por una sólida doctrina y disciplina comunitaria de vida. Es altamente recomendable conocerlas dentro de su contexto original, la naturaleza virgen, que es nuestra mayor escuela de sensibilidad y realidad.
   11- Sea simple o intensa nuestra aventura vital individual, parece ser que la Iluminación se encuentra más allá de la mera acumulación de experiencias, aprendizajes y transformaciones. No se conquista, llega, simplemente, cuando uno ya abandonó toda ansiedad, incluso la de transcender, y se encuentra realmente preparado para recibirla.
   12- Así pues, busque cada cual, según su carácter y tendencias, su propia manera de experimentar la vida más o menos apasionadamente, y de transformarse en aquello que le interesa, que hay un método o una vía por cada ser dentro de la infinita abundancia universal, y todos pueden ser tan correctos y válidos como relativos... Mas no espere de ninguno de ellos la Iluminación definitiva, que tal vez le llegará por sí sola inesperadamente, el día en que sea capaz de caminar de forma espontánea por sí mismo unos metros más allá de donde se acabaron los últimos métodos y experiencias, sin pensar más, siquiera, en iluminarse.
   
   
   
Manuel Castelín

Villamaga de Vigo, Galicia, España, Mayo 1992.
Revisado y ampliado en Villamaga de Palma,
Isla de Mallorca, España, desde finales de
Enero 1996 hasta finales de Diciembre de 1997.